
Vocabulario zen (3): “wakeiseijaku”
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Wakeiseijaku
Esta expresión, que suele traducirse como ‘armonía, respeto, pureza y calma’, designa un antiguo concepto de la filosofía de la ceremonia del té que tiene mucha presencia en el universo del zen. El maestro del que prepara el té y los invitados que lo saborean comparten armonía y respeto, y, manteniendo la pureza tanto en el plano espiritual como en el material —en los utensilios del té, el salón del té y el exterior—, alcanzan un estado de calma.
Para que las personas puedan convivir pese a pensar de forma distinta, es imprescindible que se respeten entre ellas; y ese sentimiento de respeto solo puede surgir de un estado mental de pureza y calma. En la gastronomía budista existe un tipo de platos llamados aemono, como por ejemplo el hōrenso no goma-ae (espinacas con sésamo). Se trata de una técnica de marinado en la que se mezclan dos o más ingredientes para producir un “tercer sabor”. Cada uno de los ingredientes aporta su carácter propio a la combinación. Del mismo modo, si las personas respetan mutuamente sus diferencias, pueden crear armonía (wa).
La sencillez de los cuatro caracteres que componen wakeiseijaku (和敬清寂) y la popularidad de la expresión hacen que tienda a banalizarse su significado. Sin embargo, en realidad constituye un concepto imprescindible para afrontar la competencia feroz de la sociedad actual.
Personajes de la historia
Noriko:adolescente caprichosa
Amigo:compañero del colegio de Noriko
En la escuela de Noriko, después de clase.
“Ayer se oía un ruido terrible en tu clase.”
“Es que vinieron a visitarnos los del programa de Carrie-chan.”
“¿Carrie-chan? ¡Pero si es famosísima! ¿Y qué tal fue?”
“Pues nos tocó limpiar la clase de arriba abajo entre todos para recibirla.”
“Empezamos a limpiar de mala gana, quejándonos todo el rato.”
“Pero, a medida que limpiábamos, empezamos a pasarlo bien.”
“Y la clase quedó reluciente.”
“Pues que Carrie-chan vino, pero solo nos saludó y se marchó enseguida. Ni siquiera se dio cuenta de lo limpia que habíamos dejado la clase.”
“Con lo que os habíais esforzado. Menudo chasco, ¿no?”
“Bueno… Pero nos quedamos bien a gusto y luego pudimos estudiar mejor.”
“¡Qué suerte! Ya podría venir algún famoso a mi clase también.”