Paseos por la historia de Japón
Siebold, el científico que popularizó la japonología en Europa
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Las dos caras de Siebold
Siebold tenía 27 años cuando llegó a Japón en 1823, destinado por el Gobierno de las Indias Orientales Neerlandesas como médico del establecimiento comercial de Dejima, Nagasaki. En los seis años que vivió en Japón formó a numerosos expertos en estudios neerlandeses en su consulta médica y academia Narutakijuku, compaginando la enseñanza con la investigación intensiva de la zoología y la botánica japonesa. Siebold también llevó a cabo estudios de mercado que contribuyeron en el comercio entre Japón y los Países Bajos, y trabajó bajo las órdenes de su Gobierno en la recopilación de información política y militar sobre Japón. Tenía dos caras: la pública de médico, botánico y zoólogo, y la disimulada de investigador de mercados.
Nacido en el seno de una familia alemana de aristócratas, Siebold eligió el sendero de la medicina. Tras graduarse en la Universidad de Wurzburgo abrió una consulta privada, pero la inestabilidad política y el estancamiento económico de su país lo motivaron a marcharse al extranjero. En aquellos tiempos el Gobierno neerlandés buscaba un médico para establecer una nueva compañía comercial en Japón —donde tenía monopolio sobre el comercio exterior—, y se proponía recopilar todo tipo de información sobre el país, desde la botánica hasta la vida cotidiana, la cultura, la demografía o las fuerzas armadas. El elegido para la misión fue Siebold, natural del Reino de Baviera, uno de los estados que formaban la Confederación Alemana.
Haciéndose el neerlandés
El idioma alemán se divide en dos grandes variantes: el bajo alemán y el alto alemán. Antiguamente en los Países Bajos se hablaba el bajo alemán, pero Siebold se crio en una zona de Alemania donde se habla alto alemán, por lo que no dominaba la otra variante. El intérprete japonés que le asistió en el control de inmigración para entrar en Japón sospechó de su forma de hablar y le preguntó de dónde era. El jefe del establecimiento comercial holandés que lo acompañaba reaccionó en el momento inventándose que Siebold era de una zona montañosa de los Países Bajos y hablaba el dialecto de allí, y con esa mentira improvisada logró pasar el control.
Tras obtener el permiso del Magistrado de Nagasaki, el 1824 Siebold tomó posesión de las fincas y la casa de campo del intérprete nipón de neerlandés en Narutaki (en las afueras de Nagasaki) y fundó la primera academia dirigida por un extranjero en Japón. Su nombre se difundió rápidamente entre los académicos de estudios neerlandeses de todo el país, y empezaron a acudir a Nagasaki tanto médicos que querían conocer los últimos avances de la medicina occidental moderna como expertos en estudios neerlandeses, ávidos de recibir sus enseñanzas. La academia Narutakijuku se alojaba en un edificio de dos plantas con un jardín donde Siebold y sus pupilos plantaban hierbas medicinales traídas de todas las regiones de Japón.
Siebold asignaba un tema a cada uno de sus alumnos y les encargaba redactar tesis en neerlandés. El alumno delegado de la academia, Mima Junzō, recogió en sus tesis el contenido de obras como Sanron (Tratado sobre obstetricia) de Kagawa Gen’etsu o Sanronyoku (Tratado revisado sobre obstetricia) de su hijo adoptivo Kagawa Gen’yū, y elaboró junto con sus compañeros Totsuka Seikai e Ishii Sōken la traducción de Kyūhō ryakusetsu (Tratado breve sobre moxibustión) en cuatro volúmenes. La mayoría de los japoneses que estudiaron en la academia acabaron convirtiéndose en pioneros de la medicina occidental moderna y de las ciencias naturales en Japón.
La academia Narutakijuku como base de la investigación internacional
Siebold se sirvió de los alumnos venidos de todo el país para realizar investigaciones muy diversas y reunió un volumen ingente de documentos sobre Japón. Así pues, la academia Narutakijuku funcionaba también como una base de recopilación de información sobre el país para Siebold.
Como ofrecía sus servicios de atención médica sin cobrar honorarios, sus pacientes le regalaban obras de arte y artesanía como muestra de agradecimiento. El rey de los Países Bajos había prometido 12.000 florines (el equivalente a unos 250 millones de yenes actuales) a cambio de que coleccionase piezas de arte y artesanía japonesas. Así que Siebold era también una suerte de comprador de arte para el rey.
Aprovechando la visita a Edo para obtener información
La visita protocolaria del jefe del establecimiento comercial al castillo de Edo para entregar ofrendas al shogun y jurarle lealtad era para Siebold una oportunidad de oro para conocer mejor Edo, ya que el shogunato del momento prohibía la libre circulación de extranjeros dentro del territorio nipón. En 1826 Siebold acompañó a Johan Willem de Sturler en su visita a Edo y, además del intérprete japonés, decidió llevarse como asistentes personales a los alumnos de la academia Minato Chōan, Takano Chōei y Ninomiya Keisaku. El pintor Kawahara Keiga también se unió a la comitiva para retratar paisajes y escenas del viaje.
El alojamiento donde solía hospedarse Siebold en Edo era el Nagasaki-ya, situado en el distrito Hongoku-chō de Nihonbashi. Entre los variopintos personajes a quienes conoció allí fue especialmente relevante su encuentro con Mogami Tokunai, experto en asuntos de Estado. Como Mogami era el superior del explorador Mamiya Rinzō, Siebold le pidió que le regalase los mapas que el segundo había elaborado de Ezo (Hokkaidō) y Karafuto (Sajalín); quería comprobar si Karafuto era una isla. Facilitar mapas de Japón a extranjeros estaba prohibido por el Gobierno, pero Mogami accedió a “prestárselos solo una vez” a condición de que lo mantuviese en estricto secreto.
Un gran número de personas acudieron al Nagasaki-ya para ver a Siebold. El comisario documental del shogunato Takahashi Kageyasu (alias Sakuzaemon) visitó el alojamiento en repetidas ocasiones porque el mapa de la costa norte de Japón elaborado por Inō Tadataka tenía puntos dudosos y quería contrastarlo con la copia de Siebold del Viaje alrededor del mundo de Adam Johann von Krusenstern. A cambio del libro Takahashi le ofreció una copia del mapa topográfico de la costa de Japón que incluía Karafuto y Chishima (islas Kuriles).
Su hija Ine, la primera mujer médico de Japón
Sonoōgi, cuyo verdadero nombre era Taki, era hija de una familia original de Nagasaki establecida desde hacía mucho en el extremo suroeste de la península, que durante generaciones se había ido asentando en la antigua fundición de cobre del shogunato. Taki nació cuando su padre tenía 31 años y su madre 25, siendo la cuarta hija de la pareja.
Su padre Sahee gestionaba un próspero negocio de venta de konnyaku (gelatina de almidón del tubérculo de konjac) en la antigua fundición de cobre y tenía muchos sirvientes bajo su mando, hasta que un error le hizo incurrir en deudas y, como el negocio tampoco marchaba bien, tuvo que entregar su casa a otras personas. Viéndose entre la espada y la pared, Sahee mandó a su hija mayor Tsune a trabajar como prostituta.
“Tsune era una mujer hermosa, pero Taki aún lo era más; desde jovencita era muy popular en su barrio y recibió insistentes ofertas de trabajo de Hikitaya, el burdel de más categoría de Maruyama. Taki terminó por seguir los pasos de Tsune y entró a trabajar de prostituta en Hikitaya. A los 15 años le pusieron el apodo profesional de Sonoōgi.” (Yoshimura Akira. Von Siebold no musume, ‘La hija de Von Siebold’).
Siebold estaba muy interesado en Sonoōgi y no tardó en establecer una relación sentimental con ella. Sonoōgi tuvo a su primera hija en 1825, a los 19 años de edad. La niña se llamó Ine y de mayor se convirtió en la primera mujer obstetra de Japón.
Los secretos del caso Siebold
En 1828 tuvo lugar un suceso apodado como caso Siebold. Un buque neerlandés que tenía que salir de puerto con destino a Indonesia quedó varado a consecuencia de una fuerte tormenta, y entre el equipaje de la bodega se descubrieron una serie de objetos que Siebold planeaba llevarse a su país, como los mapas de Japón y los bocetos del castillo de Edo que estaba prohibido sacar del territorio nipón o el mapa topográfico de Karafuto. Eran artículos de los que Siebold se había apropiado por diversos medios en su visita protocolaria a Edo, el más comprometedor de los cuales resultó ser la copia del detallado mapa de Karafuto que Takahashi le había facilitado.
Takahashi quedó bajo sospecha. Aun sabiendo que enviar una copia del mapa de Japón a Siebold constituía un delito mayor de violación de una prohibición del Estado, lo cometió considerando que hacía un bien a su país. Fue una suerte de delito por convicción.
Takahashi, que había sido encargado de controlar los mapas restringidos de Japón, fue arrestado y confesó haber entregado a Siebold la mercancía prohibida. Por su parte Siebold negó las acusaciones de espionaje alegando que los mapas eran solo “para fines científicos”. Takahashi fue condenado y la colección de Siebold quedó confiscada. Tras el interrogatorio del caso, Siebold fue expulsado de Japón.
Perry frente a Siebold
Siebold regresó a los Países Bajos en 1830 y se asentó en Leiden. La abundantísima colección documental que se llevó de Japón le permitió publicar Nippon (Japón) en 1832 y otras obras sobre zoología y botánica japonesa. En Flora Japonica (La flora japonesa) explica que nombró las hortensias que crecían cerca de la academia Narutakijuku y tanto le gustaban Otaksa en honor a su mujer. Y en Fauna Japonica (La fauna japonesa) cuenta que causó sensación al documentar la supervivencia de la salamandra gigante japonesa, que en Europa se creía extinguida desde antiguo. Esas fueron las tres grandes publicaciones de Siebold.
Fue en el año 1853 cuando el comodoro estadounidense Mathew Perry de la Escuadra de las Indias Orientales llegó al puerto de Uraga con una carta del presidente Filmore en la solapa. Aunque Siebold poseía información sobre Japón valiosísima para Perry, el comodoro sentía una aguda desconfianza por el Gobierno neerlandés que lo respaldaba. Por eso decidió prescindir de cualquier colaboración con los Países Bajos y perseguir la apertura de Japón por su propia cuenta.
Kobayashi Jun’ichi, que dirige el Museo de Edo-Tokio y participó en la planificación de la exposición “Reviviendo los museos japoneses de Siebold” conmemorativa del 150 aniversario de la muerte del neerlandés, comenta: “Perry conocía a Siebold, pero en lugar de seguir sus métodos se propuso abrir el país por la fuerza de las armas, y con ello hizo caer el shogunato y acabó con el aislamiento de Japón. Siebold también pretendía abrir Japón, pero mediante la promoción del comercio”.
Aunque Siebold no alcanzó el logro de Perry de abrir Japón al mundo, dejó un importantísimo legado histórico en lo que respecta a la implantación de la japonología en Occidente. Presentó Japón en la Exposición Universal de París del 1900 y fue un pionero del japonismo, dando a conocer una amplia muestra de la cultura nipona mediante el establecimiento de museos japoneses en toda Europa. No debemos dejar que sus contribuciones a los estudios occidentales en Japón y a los estudios japoneses en Occidente caigan en el olvido.
Reportaje de Nagasawa Takaaki
Ilustraciones de Izuka Tsuyoshi
Exposición: “Reviviendo los museos japoneses de Siebold” (Nagasaki)
Fechas: del 18 de febrero (sábado) al 2 de abril de 2017 (domingo)
Lugar: Museo de Historia y Cultura de Nagasaki (Tateyama 1-1-1, Nagasaki, prefectura de Nagasaki 850-0007)
Fechas: del 10 de agosto (jueves) al 10 de octubre de 2017 (martes)
Lugar: Museo Nacional de Etnología (Senri Banpaku Kōen 10-1, Suita, prefectura de Osaka 565-8511)