Lugares turísticos de Japón populares entre los visitantes extranjeros

Los atractivos del monte Takao

Cultura

El monte Takao puede presumir de ser la montaña que atrae al mayor número de senderistas de todo el mundo –cerca de tres millones al año– y de haber sido calificado por la Guía Michelín como un enclave turístico de tres estrellas, a pesar de que tan solo tiene 599 metros de altitud. Presentamos los principales atractivos de este lugar que tanto gusta a los montañeros.

Historia y mitología

La belleza de las hojas rojas de otoño delante de la puerta principal del Yakuō-in. Este es uno de los tres templos principales de una escuela de la secta budista Shingon, junto con el Naritasan Shinjō-ji y el Kawasaki Daishi Heiken-ji.

La estatua frente a la puerta principal está consagrada al monje budista Gyōki, supuesto fundador del Yakuō-in en el año 744.

Edificio principal del Yakuō-in. En la época de su construcción, estaba consagrado al Buda de la Medicina. En la actualidad, se venera al dios Izunadaigongen, propio del sincretismo entre el budismo y el sintoísmo, supuesto origen de las montañas sagradas.

La leyenda del tengu, considerado por unos deidad y monstruo o demonio por otros, es conocida a lo largo y ancho de Japón. En el monte Takao se lo considera un ayudante de Izunadaigongen que gracias a sus superpoderes trae buena suerte y protege contra los malos espíritus.

A la entrada del edificio principal hay un pórtico o torii, al igual que en los santuarios sintoístas. Este lugar también es famoso para contemplar las hojas rojas de otoño.

El edificio principal destaca por sus colores sumamente brillantes. En su construcción participaron los mismos carpinteros que restauraron el santuario sintoísta Nikkō Tōshō-gū. Debido al estilo sintoísta de la construcción, hay quienes dudan de la manera correcta de rezar allí. "El monte Takao es un lugar representativo del sincretismo entre el budismo y el sintoísmo, de ahí que no importen las formas", explica el guía Sakamoto.

Pequeña estatua de un tengu delante del edificio principal. Para los ascetas, el monte Takao es un lugar donde aprender cómo encontrar a buda en medio de la vasta naturaleza, de ahí que surgieran leyendas a partir de una supuesta confusión de los monjes que recorrían la montaña con criaturas fantásticas como el tengu.

La talla de madera con forma de dragón del edificio principal es digna de admirar. Se puede llegar a perder la noción del tiempo observando los detalles, que ponen de relieve el esmero y la técnica de los carpinteros.

El guía Sakamoto recomienda la estupa como lugar para contemplar las hojas rojas en otoño. En ella se encuentra una parte de las cenizas de Buda, obsequio del rey de Tailandia en 1931.

Estatuas frente a la estupa: en el centro, Izunadaigongen, deidad a la que está consagrado el Yakuō-in; lo acompañan dos niños ayudantes a sendos lados.

Estatua de un jizōsan en el camino al templo. En total hay 88 de estas imágenes; cuentan que si se reza delante de todas y cada una de ellas, se obtiene la misma recompensa que si se hiciera el peregrinaje de Shikoku.

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