El género “tokusatsu” que Godzilla llevó a todo el mundo
Cara a cara con Godzilla: Nakajima Haruo, el primer “kaijū”
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El 3 de noviembre de 1954 una gigantesca bestia llegada de las profundidades marinas aparecía en las pantallas de los cines japoneses arrasando todo lo que encontraba a su paso. Se trataba de Godzilla (Gojira), el primer monstruo (kaijū en japonés) que hacía frente a los desmanes de la humanidad después de emerger a la superficie a causa del calentamiento de los océanos provocado por los ensayos nucleares.
Dar vida al “rey de los monstruos” no es una tarea fácil, y en Japón, donde a diferencia de los Estados Unidos no había presupuesto ni tiempo para recurrir a la animación stop-motion como en King Kong o a otras técnicas cinematográficas, los “actores de traje” desempeñaron un papel determinante para que el género cinematográfico de los kaijū, el tokusatsu, triunfase. El pionero entre estos actores es Nakajima Haruo, el Godzilla de la era Shōwa (las películas entre 1954 y 1972). Le visitamos en su hogar, donde nos recibe en un salón lleno de objetos relacionados con Godzilla: figuras, una fiera cabeza del kaijū, pósters, dibujos, fotografías y recuerdos de los innumerables eventos internacionales en los que ha participado.
La huella del primer Godzilla (1954)
Le preguntamos sobre sus recuerdos durante el estreno de la primera película de Godzilla. Más de medio siglo después, las lágrimas brotan de los ojos de Nakajima al recordar la reacción del público: “la primera vez que vi la película en un cine pagué la entrada y me puse en la primera fila. Observé a los espectadores entrar poco a poco. Yo ya la había visto en el estudio, por lo que no me hacía falta verla por completo otra vez. Por eso me giré hacia el público para poder ver bien sus caras, porque las expresiones de la gente siempre son interesantes. Recuerdo cómo los niños de la sala no paraban de cuchichear cuando hablaba el protagonista, Shimura Takashi. Pero cuando el sonido de Godzilla apareciendo en la pantalla (¡don don!) hizo retumbar la sala, los ojos de los espectadores se iluminaron. No pude contener las lágrimas. Era todo un éxito.”
Nakajima confiesa que ese momento, la reacción al aparecer por primera vez Godzilla, no puede volver a repetirse: “después de fallecer Tsuburaya Eiji (el creador de Godzilla) se han hecho muchas otras películas, pero creo que las personas que han dirigido esos filmes no pueden entender lo que sentimos ese día”. La película de 1954 es por ello la favorita de Nakajima, de entre las 12 en las que se enfundó el traje del kaijū. Por aquel entonces, Nakajima no era consciente de que Godzilla no sólo se convertiría en un símbolo de Japón, sino en todo un fenómeno mundial. “En Estados Unidos tengo muchos fans. Me han pedido que vuelva a hacer una película de Godzilla, pero ya soy muy mayor”, confiesa Nakajima entre risas.
El primer “actor de traje” para el género tokusatsu en Japón
“Todo empezó con la película Taiheiyo no washi (El águila del Pacífico, 1953, una película de guerra). Me dijeron que había una escena donde el avión ardía, y que yo también tenía que quedar envuelto en llamas. Me preguntaron si podía hacerlo y dije que por supuesto. Los actores de antes lo hacíamos todo nosotros. Si nos ordenaban algo lo hacíamos sin rechistar”, explica Nakajima. Su experiencia como especialista en el cine le brindó la oportunidad, con 25 años, de convertirse en el hombre que daría vida a Godzilla.
“Cuando me dieron el papel al principio no aparecía el nombre de ‘Gojira’. En el guión ponía simplemente ‘Película G’. Fui a preguntar y me enviaron donde estaba Tsuburaya Eiji. Recuerdo que cuando le pregunté me dijo que no podía saber lo que íbamos a hacer hasta que no realizaran unas pruebas. Me comentó que en cuanto creasen el traje, yo lo vistiera y empezase a moverme con él, ya sabrían qué es lo que íbamos a crear”, explica Nakajima.
Lo que sí estaba claro entonces es que tenían entre manos la primera kaijū eiga (película de monstruos) que se estrenaría en Japón. En el caso de Godzilla, un daikaijū (gran monstruo), que sería el germen de toda una serie de películas y personajes que se mantienen frescos a día de hoy, y cuya fama ha traspasado fronteras: “yo ya tenía cierta idea de lo que íbamos a hacer porque Tsuburaya me enseñó un cartel de King Kong. En la película americana King Kong mide alrededor de 10 metros, mientras que el primer Godzilla mide unos 50 metros. Tsuburaya pensó que no sería muy diferente, y me dijo que como yo era actor, me encargase de pensar cómo interpretar al monstruo. Se puso muy feliz cuando le dije que podía hacerme cargo”.
El nombre de Gojira, precisamente, surge de una descripción preliminar de este monstruo como un híbrido entre un gorila (gorira, en japonés) y una ballena (kujira), aunque existen otros rumores sobre su origen. En el extranjero fue conocido también como Gigantis, Monster Zero-one o Alpha Predator, aunque finalmente se popularizó el nombre “Godzilla”.
El material del que están hechos los kaijū
Nakajima recuerda lo duro que era el trabajo de un actor de su clase, dentro de un monstruo creado con una mezcla de plástico, caucho crudo y látex. Unos cuantos agujeros horadados en el cuello de la bestia era lo que permitía al actor respirar y ver el exterior. Pero eso no era lo más duro: “lo que más sufríamos era la soledad. Si no nos ayudaban a salir del traje no salíamos. Por eso nos sentíamos muy agradecidos cuando nos sacaban de ahí. En mi caso era muy difícil entrar y salir del traje, y eso era debido a los materiales con los que estaban hechos los kaijū de esa época”. El actor nos cuenta que cuando vió el primer traje de Godzilla supo de antemano que sería un trabajo duro, y aún más: “entonces ni siquiera llevábamos zapatos dentro del traje, ¿sabes lo que había dentro de los pies de Godzilla? Unas geta (un tipo de calzado de madera tradicional de Japón)”.
Todo el mundo creyó en 1954 que Godzilla no volvería a aparecer en la gran pantalla. Nakajima recuerda que Rodan (“Radon” en la versión japonesa), que apareció al año siguiente, sería el nuevo kaijū, pero poco después, en 1955, le llegaría el guión de Gojira no Gyakushū (Godzilla contraataca), en el que fueron necesarias algunas modificaciones en el traje: “al mirar el guión me di cuenta de que había una pelea contra Anguirus, algo que era imposible hacer con las geta. Por eso fue necesario pensar cómo fabricar el traje con otros materiales, utilizando goma y mucho látex, y zapatillas de goma para hacerlo menos pesado”.
Dando vida al rey de los monstruos
El trabajo de un actor como Nakajima no trata únicamente de sufrir las calamidades de llevar el traje del kaijū, jugarse el pellejo en las escenas en las que el monstruo surge del agua, o cuando el fuego y la pirotecnia forman parte de la escena. Para imprimir personalidad al monstruo Nakajima tuvo que estudiar la forma en la que Godzilla se movería. Para ello, el actor estudió los movimientos de los animales en el zoológico: “Para que Godzilla parciese más fuerte nadie debía verle los talones. Godzilla no parecería fuerte si no arrastrara los pies, al igual que los luchadores de sumō.”
Entre el Godzilla de 1954 y el Godzilla de 1955 en adelante se produce un cambio fundamental que marcará el carácter de las películas de la era Shōwa. En Godzilla vemos a un monstruo que camina lentamente, que destruye todo a su paso sin apenas mirar abajo más que para lanzar su hálito nuclear, pero que es capaz de utilizar sus brazos para retorcer y tumbar un puente de acero como si fuese papel. En Gojira no Gyakushū (Godzilla contraataca), el movimiento de Godzilla se vuelve más rápido y ágil con la aparición de Anguirus y el inicio de la lucha entre los dos monstruos.
A partir de King Kong tai Gojira (King Kong contra Godzilla, 1962), la primera en color de la serie, estas películas se orientan a un público infantil, entre los que estaba triunfando el género tokusatsu. Nakajima comienza a partir de entonces a incluir movimientos peculiares y populares en aquella época, como el movimiento ¡Shee!, en el que levanta la pierna izquierda flexionándola y arquea los brazos arriba y abajo de la cabeza: “cuando leí los guiones, pensé en que sería interesante incluir ese movimiento. Me dijeron que si quedaba extraño lo cortarían en el montaje, pero cuando lo hice les pareció bien y me dijeron que no sería necesario cortarlo.”
Sin embargo la dificultad para moverse dentro del traje daba poco margen a Nakajima para pensar en otras cosas: “dentro de Godzilla solo pensaba en la escena, en qué movimientos debía hacer a continuación. En mi trabajo tenía que concentrarme en el peso del traje y en mantener el equilibrio.” Esto era todo un reto en un género en el que el público demandaba cada vez más escenas de acción y luchas entre nuevos kaijū. Nakajima nos confiesa que uno de los filmes más sencillos para él fue Gojira tai Hedora (Godzilla contra Hedora, 1971), el que coincidiría con el Godzilla de la era Heisei, Satsuma Kenpachirō (entonces bajo el seudónimo de Nakayama Kengō), que encarnaría al monstruo nacido de la contaminación vertida a los mares por los seres humanos.
Arrasando la ciudad
Godzilla destruye el edificio de Hattori Tokeiten. (©Toho Co., Ltd.)
Una de las escenas más espectaculares y esperadas de las primeras películas de Godzilla y del género tokusatsu en general es cuando el monstruo arrasa la ciudad. En Japón, la elaboración de detalladas maquetas es una tradición en este género. Sin embargo, la destrucción de la ciudad no era plato de buen gusto para el director de efectos especiales Tsuburaya Eiji, que dejó en manos de Nakajima los asuntos propios de un kaijū: “a Tsuburaya le parecía mal la idea de que Godzilla destruyese la ciudad. No le gustaba nada. Me dijo que destruirla sin sentido no sería adecuado, por lo que me ordenó que yo lo pensase. Esa es una tarea difícil, pero en lugar de preocuparme, me alegré de que confiase en mi profesionalidad. Recuerdo que hice una reverencia y se lo agradecí efusivamente”.
El rodaje de la primera película se hizo a cielo abierto. Aún no existían los famosos estudios 8 y 9 de Tōhō, unos enormes espacios de los que salieron muchas de las obras maestras del tokusatsu. Fueron estrenados por primera vez durante el rodaje de Rodan. Hoy esos estudios ya no existen, pero como explica Nakajima “sería una lástima que no hubiese existido el tokusatsu, porque no se habrían utilizado esos enormes estudios construídos para las películas de Tsuburaya. Hubiera sido un derroche, porque allí cabían unos cuantos aviones.” (risas)
En los filmes del Godzilla de la era Shōwa podemos ver la destrucción del Japón anterior a la burbuja, sin apenas rascacielos. Una de las escenas del Godzilla de 1954 muestra la destrucción del edificio de la Dieta de Japón. Nakajima cuenta que curiosamente solo una escena de destrucción fue rechazada, retrasando el rodaje cerca de un mes porque fue necesario rehacer la maqueta: “destruí el edificio de Hattori Tokeiten (la sede de Seiko, en la fotografía) de una forma que no agradaba a Tsuburaya. Tuvimos que volver a rodar la escena, lo que significaba volver a componer la maqueta. El yeso tardó en secarse un mes. Cuando volvimos a rodar la escena, una campana suena en el reloj y Godzilla la mira con curiosidad, para después hacer añicos la torre. Sentí alivio al conseguir hacer bien la escena en esta segunda ocasión.”
Adiós al Godzilla de la era Shōwa
En 1972 la película Chikyū Kōgeki Meirei: Gojira tai Gigan (Godzilla contra Gigan) marca el final de la serie de la era Shōwa. Fue el último Godzilla que interpretaría Nakajima Haruo para la gran pantalla. El mundo no volvería a ver al rey de los monstruos hasta 1984, con el nacimiento del Godzilla de la era Heisei.
En los últimos filmes, en 1971 y 1972, Nakajima coincidiría con Satsuma Kenpachirō, que interpretaba los papeles de Hedora y Gigan respectivamente. En 1984, con el renacimiento de Godzilla, Satsuma tomó el testigo de Nakajima en la interpretación del kaijū más famoso: “Satsuma me contó que en su interpretación imitaba los movimientos de los elefantes, de King Kong y de Godzilla. Pero eso yo ya lo supe solo con ver su actuación”.
El veterano actor traza una línea entre el Godzilla de la era Shōwa y el de la era Heisei. Las actuaciones de los actores dentro del traje también son distintas, y sin duda el Godzilla de Nakajima tiene un carácter ligeramente cómico a partir de 1962.
En 2014 se estrenó una nueva película de Godzilla dirigida por Gareth Edwards en Hollywood. Este filme intenta alejarse del fiasco del Godzilla de Roland Emmerich (1998), que a muchos japoneses les resultó más parecido a una “iguana gigante” que al auténtico Godzilla.
Nakajima fue invitado a ver esta última película en la base de la marina norteamericana en Yokosuka, donde nos cuenta que “hay una gran grúa a la que han llamado Gojira”. A la pregunta sobre su impresión tras ver la película nos confiesa: “han tratado de reproducir el Godzilla de 1954. El director me dijo que había estudiado la primera película, pero lo cierto es que el nuevo Godzilla se ha hecho pensando en el público norteamericano. No tengo motivos para quejarme, pero no es el Godzilla de Tsuburaya Eiji. El de Hollywood está hecho digitalmente, y de alguna forma le falta el componente humano que tiene el Godzilla japonés”.
El actor recuerda el trabajo de Tsuburaya Eiji como algo irrepetible: “Tsuburaya Eiji escribió Godzilla tras el accidente del Daigo Fukuryū-maru (un pesquero japonés cuya tripulación sufrió los estragos de un ensayo nuclear de los Estados Unidos el 1 de marzo de 1954, en el atolón de las Islas Bikini)”. Esa es la razón, explica, de que Godzilla exhale un hálito nuclear. En opinión de Nakajima la primera película de Godzilla representa “el terror a las armas atómicas”, sin embargo Tsuburaya nunca habló de esto directamente con él. “No hablé nunca de política con él”, recuerda el actor.
No en vano Nakajima nos confiesa que entre todos los terribles kaijū que se han enfrentado a Godzilla en 11 de las películas en las que ha participado, ninguno de ellos le aterra en especial. “El enemigo de Godzilla que más me aterra es el hombre, sin duda, porque puede pensar en muchas formas de matar”, explica. Y de hecho, es el hombre el que ha sido capaz de hacer que Godzilla muerda el polvo en más ocasiones, aunque como ya sabemos, el rey de los monstruos continúa siendo inmortal.
Durante el rodaje de Mosura tai Gojira (Mothra contra Godzilla, 1964). (©Toho Co., Ltd.)
(Artículo escrito en español a partir de una entrevista realizada en japonés el 12 de junio de 2014)
Filmografía de Nakajima Haruo como Godzilla
1954 | Gojira | Godzilla |
1955 | Gojira no Gyakushū | Godzilla contraataca |
1962 | Kingu Kongu Tai Gojira | King Kong contra Godzilla |
1964 | Mosura tai Gojira | Mothra contra Godzilla |
1964 | San Daikaijū: Chikyū Saidai no Kessen | Tres monstruos gigantes: la gran mayor batalla de la tierra |
1965 | Kaijū Daisensō | La gran guerra de los monstruos |
1966 | Gojira, Ebira, Mosura Nankai no Daikettō | Godzilla, Ebira y Mothra: lucha decisiva en los mares del sur |
1967 | Kaijū-tō no Kessen Gojira no Musuko | Batalla decisiva en la isla de los monstruos: el hijo de Godzilla |
1968 | Kaijū sōshingeki | El ataque de los monstruos |
1969 | Gojira-Minira-Gabara: Oru Kaijū Daishingeki | Godzilla, Minilla y Gabara: el gran ataque de los monstruos |
1971 | Gojira Tai Hedora | Godzilla contra Hedorah |
1972 | Chikyū Kogeki Meirei Gojira tai Gaigan | Orden de ataque a la Tierra: Godzilla contra Gigan |
Fotografía del encabezado: Nakajima Haruo durante el rodaje, en una de las escenas acuáticas. (©Toho Co., Ltd.)
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