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Restaurando el Gran Buda de Kamakura

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Waku Miller [Perfil]

La imagen renovada del Daibutsu de Kamakura, o Gran Buda de Kamakura, evoca las aspiraciones de todos los japoneses de empezar de nuevo tras el Gran Terremoto del Este de Japón. Esta icónica escultura estuvo en 2016 sometida a dos meses de inspecciones diagnósticas, reparaciones menores y una limpieza de dentro a fuera a cargo del Instituto Nacional de Investigación del Patrimonio Cultural, situado en Tokio. El 11 de marzo de 2016 el Buda se reabrió al público con una imagen renovada y dos veces más radiante que antes.

“No teníamos ni idea de con qué nos encontraríamos”, explica Morii Masayuki (39 años), un investigador veterano del Instituto Nacional de Investigación del Patrimonio Cultural de Tokio, que ha liderado el proyecto de diagnóstico, reparación y limpieza. “El Buda tiene unos 760 años de antigüedad y ha estado sentado a la intemperie por más de 500 años, expuesto a la brisa salada del mar, a los continuos movimientos sísmicos, excrementos de los pájaros y, en décadas recientes, a la lluvia ácida y a la vibración del tráfico cercano.”

Morii Masayuki supervisando el proyecto del Daibutsu de Kamakura. Después del desastre del 11 de marzo de 2011 se acercó a menudo a la prefectura de Fukushima para supervisar los trabajos de restauración en un lugar popular por sus budas de piedra.

“Sabíamos quiénes eran los principales malos aquí. Pero no sabíamos cuánto mal habían causado. Nos alegramos por tanto de descubrir que la estructura del Buda estaba perfecta y que la corrosión había sido en gran suma benigna”.

El Gran Buda de Kamakura evoca, para ser más precisos, el Buda Amitābha (Amida Butsu), especialmente reverenciado por los seguidores de las sectas budistas de la Tierra Pura. Según esta creencia el renacimiento en el paraíso (la Tierra Pura) es para los creyentes que se refugien bajo Amitābha. Se advierte a los creyentes que solo asegurarán su salvación si recitan el nombre de Buda repetidamente. En japonés este canto dice “Namu Amida Butsu, Namu Amida Butsu...” (Oh, Buda Amitābha…).

Debemos entender el famoso rostro beatífico del Daibutsu de Kamakura en el contexto del acogimiento que Amitābha hace de los creyentes. La reaparición de su figura el 11 de marzo de 2016 fue una conmemoración emotiva de las más de 16.000 vidas que se perdieron en el terremoto y tsunami de 2011. Esta oportuna fecha, no obstante, fue aparentemente una casualidad. El Daibutsu se erige—o más bien se sienta—en los terrenos del templo Kōtoku-in. Y el monje superior del Kōtoku-in, Satō Takao (52 años), insiste en que la fecha fue “simplemente el resultado de cómo se desarrolló la agenda de trabajo”.

Escasez de evidencias históricas

Nuestro conocimiento sobre la historia del Daibutsu de Kamakura se basa en una documentación histórica cuya escasez es patente. El Azuma Kagami (Espejo del Este), una descripción del período Kamakura (1185-1333) del siglo XIII, recoge que los trabajos en el Daibutsu comenzaron en 1252. Pero carecemos de documentos históricos que confirmen la fecha en la que se completó la estatua, o en lo que respecta a esto, la identidad del escultor.

Cuando Morii afirma que el Daibutsu ha estado al aire libre por “más de 500 años” coincide con los registros históricos al tiempo que acepta indirectamente la escasez de los mismos. Sabemos que el Daibutsu de Kamakura estaba originalmente cubierto, como el Gran Buda del templo Tōdaiji en Nara actualmente, una estatua mucho mayor. Pero carecemos de documentación histórica fiable para cerciorarnos de cuándo perdió su protección.

La epopeya histórica de finales del siglo XIV Taiheiki afirma que el edificio que cubría el Daibutsu de Kamakura fue derribado por un tifón en 1334. La crónica del siglo XVI Kamakura dainikki menciona la destrucción de ese edificio por un tifón en 1369 y por un terremoto y tsunami en la segunda mitad de la década de 1490. Este último documento, no obstante, es cuestionable. Un texto de Baika mujinzō, una colección poética de 1486 elaborada por el monje Zen Banri Shūkyū, describe al Daibutsu sentado al aire libre y sin cubierta.

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Escritor y traductor. Ha publicado varias traducciones al inglés de obras de no ficción japonesas, incluyendo la advertencia sobre la demografía de Matsutani Akihiko Shrinking-Population Economics (Economía para una población en declive), y la obra iconoclasta sobre la historia y teoría de la caligrafía de Asia Oriental de Ishikawa Kyuyoh Taction. También ha publicado una traducción al inglés de una obra completa de la destacada poetisa Fujiwara Akiko, Pho to n. En 2015 ha publicado en japonés una colección de 13 entrevistas con varias autoridades en cuestiones socieconómicas del Japón contemporáneo.

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