Abriendo la puerta al mundo del nōgaku
El legado de una tradición en la escuela de nō Kanze
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Una tradición transmitida durante 700 años gracias a una mezcla de progresismo y conservadurismo
MATSUOKA La originalidad del nōgaku reside en que se empeña en conservar vestigios de su época en todos sus aspectos, desde el escenario hasta el guión, pasando por la realización; de hecho, a día de hoy, todavía se utilizan las máscaras del período Muromachi (1336-1573). Se trata de algo poco usual en todo el mundo. ¿Por qué cree usted que ha sido posible transmitir este arte tradicional durante tanto tiempo?
KANZE En primer lugar, podríamos señalar que el nōgaku ha venido abordando temas universales. Independientemente de la época, se suceden como un bajo continuo diversos números en los que se recogen temas comunes a la raza humana y su sentir. Creo que ha conseguido ganarse la simpatía de personas de todas las etapas de la historia por incorporar una gran cantidad de números que describen la naturaleza del hombre y sentimientos como la pasión y el odio.
MATSUOKA Con todo, sorprende que un arte clásico como éste haya continuado durante unos 700 años(*1) en la escuela Kanze(*2), en forma de negocio particular, por así decirlo. La actual generación de su familia es la vigesimosexta, si no me equivoco. Su familia ha tenido bastante peso en la existencia de la escuela, ¿no?
KANZE Así es. Sucesivas generaciones de nuestros antepasados pasaron por verdaderas penalidades para protegerla y transmitir su espíritu y técnica. Si no se hubiera hecho nada, se habría perdido todo en algún momento. Creo que hubo una época durante la larga historia de la escuela Kanze en la que, cuanto más se restringió el marco de la tradición, más energía surgió para destruirlo. Sin esa fuerza, se iría perdiendo el atractivo del nōgaku como manifestación teatral. Pienso que el nō se ha podido transmitir hasta nuestro tiempo precisamente por la existencia continua de un conflicto entre una tendencia a la renovación y otra a la protección.
Una tradición heredada ininterrumpidamente
MATSUOKA En la actualidad, usted está trabajando para que su hijo Saburōta lo suceda. ¿Qué le está enseñando?
KANZE Por ejemplo, cuando practicamos La garza(*3), no le hablo de ningún aspecto práctico; sólo le enseño lo que mi padre me enseñó a mí.
MATSUOKA ¿Qué le enseñó su padre?
KANZE Mi padre sólo me dijo una cosa: “No eres un hombre. Eres una garza.” Cuando quería explicarme algún movimiento, por ejemplo, el aleteo de la garza, se limitaba a repetirme: “Primero voy a hacerlo yo, tú imítame”. A mí hijo yo le decía lo mismo, que intentara copiar lo que yo hacía; no le daba consejos técnicos. Sin embargo, no tiene sentido limitarse a imitar a la generación anterior. Es necesario comprender lo aprendido y hacerlo tuyo. Aunque es posible que el estilo se parezca al de las generaciones anteriores como parte del linaje familiar, lo más importante es proponerse desarrollar un arte propio e ir puliéndolo.
MATSUOKA Se dice que en el nōgaku La garza sólo se puede interpretar antes de alcanzar la mayoría de edad o después de cumplir los 60. ¿A qué se debe?
KANZE Creo que la clave reside en su color blanco. Cuando un intérprete se dispone a ejecutar La garza, sube al escenario vestido completamente de blanco, un color puro e inocente. La interpretan los niños antes de alcanzar la mayoría de edad, cuando todavía son castos, y la vuelven a escenificar en su senectud, cuando el cuerpo se ha ido apagando. No obstante, a día de hoy, los de 60 no es que se hayan apagado mucho precisamente... (risas). Mi padre lo hizo a los 10, yo a los 11 y mi hijo a los 13.
MATSUOKA Así se guarda el "modelo" del nōgaku en un cuerpo y mente inmaculados, y se va transmitiendo a las sucesivas generaciones.
Notas personales escritas exclusivamente para el cabeza de la escuela
MATSUOKA ¿Cómo funciona su escuela?
KANZE En nuestra familia, conservamos máscaras y vestuario que han pasado de generación en generación durante más de 700 años. En la parte interior de las mismas, es posible que haya manchas de sudor de los actores Kan'ami y Zeami. Yo mismo las he usado, y como es lógico, sudo, así que hay momentos en los que mi sudor y el de mis antepasados se vuelven uno. Cuando imagino esto, siento intensamente nuestra historia.
MATSUOKA Entiendo.
KANZE También tenemos las notas personales de Zeami, escritas de su puño y letra. Al ver los borrones de tinta en ellas, me emociono mucho imaginando en qué estado mental se encontraría cuando las escribió; también siento a mi antepasado más cerca.
MATSUOKA En su familia le conceden mucha importancia a documentos como esas notas, que recogen los fundamentos teóricos del nō, ¿verdad?
KANZE Creo que es un aspecto relativo a la tradición de nuestra familia que es necesario destacar. Siento que los Kanze no somos meros intérpretes que se suben al escenario, sino que tenemos una clara intención de transmitir nuestra tradición dejando documentos sobre aspectos teóricos. No sé si la escuela hubiera podido sobrevivir durante casi 700 años si Zeami no nos hubiera legado sus notas(*4).
MATSUOKA Zeami las escribió para dejárselas a alguien especial, al que sería su sucesor, no para que las leyera cualquier persona normal y corriente. Al parecer, era consciente de que esa persona sería el alma en torno a la que la escuela florecería después de comprender lo que él mismo había escrito y ampliar aún más su registro artístico. Su hermano Yoshinobu decía que no había leído las notas de Zeami. Aunque esto me sorprendió mucho, tengo entendido que existía un acuerdo tácito según el cual las notas eran algo que sólo el propio cabeza de la escuela y su sucesor debían ver.
KANZE Recuerdo un día, ya cumplidos los 20, en que mi padre me llamó para que fuera al almacén. Me dijo: “Oye, Kiyokazu, en caso de emergencia, coge esto que está envuelto en el pañuelo y sal corriendo”. Entonces, yo le pregunté: “¿Y la familia qué?”, a lo cual me respondió: “En la familia puedes pensar después”. En definitiva, lo que quería que yo supiera era que el contenido de aquel pañuelo era lo más importante. Al preguntarle qué era aquello, añadió: “Creo que ya lo sabes. Son las notas más importantes de la familia Kanze”.
MATSUOKA ¿Miró lo que había dentro en ese momento?
KANZE No. Mi padre murió repentinamente cuando yo tenía 31 años, y lo sucedí. Fue entonces cuando abrí tímidamente el pañuelo por primera vez.
Secretos revelados en Internet
MATSUOKA Usted tomó la firme decisión de publicar en Internet las notas personales, que podrían considerarse como un secreto. ¿Qué le llevó a hacerlo?
KANZE Pensé que era mejor que se vieran desde una perspectiva más amplia, y que se podrían descubrir cosas nuevas desde diferentes ángulos si tenían acceso a ellas investigadores en la materia, el público en general... En ellas, hay diversas anotaciones aclaratorias, pero no se sabe quién las puso ni por qué, algo que interesa mucho.
MATSUOKA Para que la tradición del nōgaku se siga transmitiendo en el futuro es importante también convertirlo en un mundo más abierto, ¿no?
KANZE Bien podría decirse que algo tan antiguo heredado de nuestros antepasados como el nō constituye un patrimonio común a toda la humanidad. Por ello, me parece que es obligación del que está al frente de la escuela en el siglo XXI el hacer posible que todo el mundo lo vea.
MATSUOKA Es necesario tener ese sentido del deber también, no sólo proteger la tradición, ¿verdad?
KANZE Considero que una de las tareas del cabeza de la escuela es transmitir las maravillas del nō en Japón y en el extranjero, y esforzarse para que acuda al teatro el mayor número de personas posible. En definitiva, que la gente no se limite a ver las funciones, sino que también aumente el número de personas que lo practican. Para que se pueda transmitir la tradición es imprescindible que haya más espectadores e intérpretes. En particular, tengo mis esperanzas puestas en los jóvenes. Por eso, me estoy esforzando en que mi hijo lo vaya heredando de forma correcta. Le ha dado por el baloncesto, así que es posible que ahora le conceda más importancia a eso que a practicar nō (risas).
Imágenes cortesía de la Asociación Kanze
Retrato: Ōkubo Keizō
Vídeo: Ōtani Kiyohide
(Adaptación al español del original en japonés)
(*1) ^ La escuela Kanze fue fundada por el actor Kan'ami Kiyotsugu (1333-1384) de Nara en los primeros años del período Muromachi (1336-1573). Posteriormente, se trasladó a Kioto junto a su hijo Zeami (1363-1443), donde consiguió el reconocimiento de Ashikaga Yoshimitsu (1358-1408), tercer shogun de este período, bajo cuya protección extendió su influencia. El nō alcanzó la categoría de arte gracias al genio de Zeami.
(*2) ^ La escuela Kanze es la principal de las cinco existentes (Kanze, Hōshō, Konparu, Kongō y Kita). De hecho, es la más grande de todas, con unos 900 actores. Cada escuela está formada por varias familias, entre las cuales existe una principal, denominada sōke en japonés.
(*3) ^ La garza es un número de nō que los intérpretes pueden ejecutar antes de alcanzar la mayoría de edad o tras cumplir los 60 años. Según cuenta la leyenda, un día el emperador vio una garza revoloteando en un estanque. Entonces, dio la orden de que la apresaran. Cuando uno de sus vasallos intentó cogerla, la garza huyó. Sin embargo, al gritarle que se trataba de una orden imperial, regresó. Cuando el emperador le otorgó un título oficial, ésta le contestó con una baile de alegría y se fue volando serenamente.
(*4) ^ Zeami recogió los aspectos téoricos del nōgaku que había aprendido de su padre en forma de notas personales, tales como recopilación denominada Fūshi Kaden. Mantenida en secreto durante muchos años, Fūshi Kaden fue descubierta y publicada en la era Meiji (1868-1912).
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