Gimnasia rítmica masculina: una creación japonesa
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A pesar de que la gimnasia rítmica suele concebirse como un deporte exclusivamente femenino, la verdad es que también existe su variedad masculina y que esta modalidad se inventó en Japón. La forma original de este deporte, la calistenia de grupo, ya existía en Japón antes de la Segunda Guerra Mundial y en 1949 se incluyó como disciplina oficial en la Competición Deportiva Nacional. Ese mismo año se inauguró el Campeonato Nacional de Gimnasia Rítmica Interescolar, que este año celebró su sexagésimo quinta edición.
A diferencia de la estética elasticidad que caracteriza la rítmica femenina, la belleza de la disciplina masculina se basa en ejercicios dinámicos y acrobáticos que ostentan una gran potencia física. Uno de los espectadores fascinados por esa belleza enérgica es el diseñador de fama mundial Issey Miyake.
La belleza potente que cautivó a Issey Miyake
Issey Miyake descubrió la gimnasia rítmica masculina en febrero de 2013, cuando quedó asombrado con un ejercicio del equipo de la Universidad de Aomori que se emitió por televisión. Por aquel entonces este equipo, considerado el mejor de Japón, había ganado el Campeonato Nacional de Gimnasia Rítmica en cuatro ocasiones consecutivas y el Campeonato Nacional de Gimnasia Rítmica Interescolar once veces seguidas. Miyake, cuyo corazón está con la región de Tōhoku desde el Gran Terremoto del Este de Japón sucedido en 2011, vio en la fuerza de los jóvenes gimnastas de Aomori un rayo de esperanza para la reconstrucción de la región.
Nakata Yoshimitsu, entrenador jefe del equipo de gimnasia rítmica masculina de la Universidad de Aomori, anhela convertir esta disciplina en parte de la cultura de Aomori. Sin embargo, este deporte casi desconocido y escasamente practicado no es siquiera reconocido como deporte de competición por la Federación Internacional de Gimnasia. Es más, fue eliminado de la Competición Deportiva Nacional en 2008 (aunque oficialmente solo está "suspendido temporalmente"). En la actualidad el entrenador Nakata combina la presidencia del Comité de Gimnasia Rítmica Masculina de la Federación Japonesa de Gimnasia con una intensa labor de promoción de este deporte, a la vez que entrena a los gimnastas del equipo universitario.
La idea de organizar una actuación pública hizo que Miyake y Nakata decidiesen colaborar. La intención era dotar a la disciplina de una mayor libertad expresiva y crear un espectáculo que explotase al máximo las capacidades físicas de los gimnastas para atraer la atención del gran público. Miyake se puso en contacto con el entrenador Nakata el pasado marzo para comunicarle sus ideas.
Los trajes de los gimnastas fueron creaciones originales de Homme Plissé Issey Miyake, la nueva línea de diseño masculino de Miyake. El encargado de producir el espectáculo fue Daniel Ezralow, amigo de Miyake durante más de 30 años, coreógrafo y director artístico de fama mundial que dirigirá la Ceremonia de Apertura de las Olimpiadas de Invierno de 2014 en la ciudad rusa de Sochi. La música, la iluminación y la filmación fueron llevadas a cabo por los mejores profesionales del sector. El montaje tras los bastidores fue casi como un desfile de moda, con sastres, peluqueros y maquilladores que formaban un equipo perfectamente coordinado bajo las órdenes de Miyake.
Una actuación impecable que cosechó una gran ovación
A pesar del calor abrasador, el 18 de julio los entregados aficionados hicieron cola durante más de una hora delante del Segundo Gimnasio del Estadio Nacional de Yoyogi. Los aproximadamente 2.900 asientos del gimnasio se llenaron casi por completo, y la demanda de entradas superó 20 veces el aforo del lugar. Por más que se trate de un deporte poco conocido, resulta evidente que la gimnasia rítmica masculina goza ya de un público apasionado.
La apertura, desbordante de fantasía, dejó al público boquiabierto. Una enorme tela azul que cubría el suelo circular de 30 metros de diámetro flotaba en la tenue luz del escenario. Los gimnastas movían la tela haciéndola ondear y, tras convertirse en una gigantesca esfera que evocaba una masa de agua, la tela se allanó de repente como la superficie del mar en calma.
A continuación los gimnastas hicieron su aparición como la vida que surge del mar original y la calma del ambiente se tornó en movimiento. Los espectadores no tardaron en sumergirse en el mundo concebido por Daniel Ezralow, que declaró que su intención había sido "hacer que los gimnastas nadasen y se zambullesen en el suelo del gimnasio como peces y delfines".
El espectáculo, que combinaba actuaciones originales creadas especialmente para la ocasión con ejercicios propios de la gimnasia rítmica, dejó al público totalmente anonadado durante los casi sesenta minutos de duración. Los gimnastas realizaron figuras y volteretas de alto nivel junto con movimientos llenos de gracia y elegancia, mostrando un impresionante dominio del cuerpo. Lo más impactante fueron los precisos saltos mortales ejecutados al milímetro para evitar choques entre los gimnastas. La impecable sincronización del equipo le brindó una cálida ovación del público.
El duro entrenamiento valió la pena
Las caras de los gimnastas se iluminaron con amplias sonrisas tras finalizar la actuación, pero reconocieron que la preparación había sido realmente difícil para todos. Lo más duro fue sin duda seguir con los entrenamientos habituales a la vez que preparaban el nuevo espectáculo.
Ōkawa Yoshinari, estudiante de cuarto curso, comenta: “Tuvimos poco más de un mes para entrenar en serio. Nos faltaba tiempo. Llegamos a Tokio cinco días antes de la actuación y pulimos los últimos detalles. Sentíamos una gran presión por corregir los errores individuales para que no repercutiesen en el resultado de los demás compañeros, y al final, cada uno de nosotros se concentró y de algún modo logramos sacarlo adelante".
Un mes después de la actuación pública el equipo de Aomori iba a competir en el Campeonato Nacional de Gimnasia Rítmica Interescolar para conseguir la duodécima victoria consecutiva. El estudiante de segundo curso Suzuki Jin apuntaba: "Creo que era necesario llevar a cabo este proyecto para dar más relieve a escala mundial a un deporte tan minoritario como el nuestro. A diferencia de lo que ocurre con las competiciones, esta vez todos los 27 miembros del equipo pudieron participar y gracias a ello mejoramos nuestro trabajo en equipo. Entrenamos doce horas diarias y a veces hasta altas horas de la noche, pero me alegro de haberlo hecho. Sin embargo, si ahora no lo damos todo en los campeonatos, todo este esfuerzo no habrá valido de nada. Tenemos que cambiar el chip y volver a centrarnos en la competición".
Exportar la gimnasia rítmica masculina al resto del mundo
Vistos los resultados, parece ser que el equipo de la Universidad de Aomori logró volver a concentrarse en la competición, ya que se hizo con una flamante duodécima victoria consecutiva en el LXV Campeonato Nacional de Gimnasia Rítmica Interescolar que tuvo lugar del 24 al 27 de agosto en el Gimnasio Municipal de Kitakyūshū. Los siguientes desafíos para los de Aomori son el Campeonato Nacional de Gimnasia Rítmica en noviembre y una gira de actuaciones en Holanda y Alemania entre diciembre y enero.
A propósito de las actuaciones en Europa, el entrenador Nakata comenta: "Una vez cada dos años nos invitan a participar en actos europeos. La gimnasia rítmica masculina tampoco tiene el estatus de deporte de competición en Europa, pero por lo menos allí goza de mayor reconocimiento que en Japón. Quiero que el público europeo experimente la belleza de la sincronización que convierte a los seis gimnastas de nuestro equipo en uno solo. Esta disciplina da una gran importancia a las relaciones entre las personas y solo puede llevarse a buen puerto si se tiene la voluntad de esforzarse al máximo por los demás. Mi intención es mostrar al mundo esa faceta de los jóvenes japoneses."
Salir al mundo para dar a conocer una nueva disciplina: ese es el flamante sueño que persiguen con ahínco estos prometedores jóvenes procedentes de la región de Tōhoku.
Fotografías de Kawamoto Seiya