Tradiciones “cool”, modernidad y belleza tradicional
Sillones de masaje para el estrés de la vida moderna: una breve historia
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Sillones de masaje de gran calidad y éxito dentro y fuera de Japón, por 400.000 yenes
“Ah… Estoy en el paraíso…” Cuando alguien se sienta en un sillón de masaje de último modelo, su cuerpo se ve envuelto con suavidad, y da la impresión de que haya varios masajistas dándole un masaje por todo el cuerpo.
“Nuestra serie Cyber relax cuenta con un sistema de detección de órganos con el que es capaz de adaptarse a la forma del cuerpo para darle al usuario el mejor masaje posible. Un solo sillón en casa puede masajear y relajar los músculos tanto de jóvenes como de mayores, tanto de hombres como de mujeres”.
La explicación nos la da Nakai Tadahito, conocido en la empresa Fuji Iryōki por el sobrenombre de “el somelier de los sillones de masaje”. Dicha empresa fue la primera del mundo en lograr empezar a producir en masa, en 1954, sillones de masaje. En 2017 era la empresa líder en ese mercado y en las grandes tiendas de electrodomésticos. Actualmente también continúan en la vanguardia mundial.
Me senté en el producto estrella de Fuji Iryōki, el sillón Cyber relax AS-1100, para probarlo según las precisas indicaciones de Nakai. La máquina me hizo un masaje estupendo, con la fuerza perfecta. Se trata de un modelo para nada barato -400.000 yenes-, pero se vende sin problemas tanto dentro como fuera de Japón.
En la actualidad uno de cada diez hogares japoneses cuentan con un sillón de masaje. En los últimos años se ven cada vez más en todo tipo de espacios: gimnasios, centros de salud, salas de espera de aeropuertos y hoteles… Cuando le preguntamos a Mizuguchi Takashi, de la sección de márketing, sobre el proceso de adopción de estas máquinas, esto es lo que nos contestó:
“Aunque hoy día podemos pulsar un botón y encargarle por completo al sillón el cuidado de nuestro cuerpo, antiguamente había que posicionarse correctamente con respecto al movimiento de la máquina y ajustar el cuerpo. Y sin embargo el día que apareció el primer modelo del sillón produjo un gran impacto en el ámbito de la automatización, y recibió estupendas críticas”.
Una máquina automática de masaje que nació de una pila de basura
El fundador de Fuji Iryōki, Fujimoto Nobuo, era vendedor de tawashi (un tipo de estropajo), y todos los días visitaba los baños públicos para vender sus productos. Un buen día vio a algunos clientes que recibían un masaje de masajistas profesionales, con cara de felicidad, y se le ocurrió la idea de automatizar el proceso.
Al principio empezó reuniendo partes sacadas de una montaña de basura: una cadena de bicicleta, un volante de automóvil… Utilizó una pelota de béisbol como bola con la que masajear las partes tensas del cuerpo, y se embarcó en un proceso de ensayo y error. Por medio de una manivela colocada bajo el brazo se podía ajustar la posición, y así nació el primer modelo de la Máquina Automática de Masajes Fuji, que movía esa momidama de izquierda a derecha para masajear al usuario.
Posteriormente, al lograr producir las máquinas en masa, el hijo de Fujimoto y un empleado se encargaban de subirlas a una carretilla y tratar de encontrar clientes cada día buscando los baños públicos por las chimeneas. En aquella época, en que el precio de admisión a los baños era de 15 yenes por adulto, vendían su máquina por 70.000, pero apenas daban abasto. La razón es que los sentōs sacaban grandes beneficios de ellas.
“Dejaban en los baños un sillón de masaje que funcionaba introduciendo una moneda; con diez yenes la máquina daba un masaje de tres minutos. Al principio se ofreció de forma gratuita, como prueba, y parece que enseguida comenzó a venderse”, dice Mizuguchi.
El humano deja de adaptarse a la máquina para que la máquina se adapte a él
Con la adopción de las bañeras en el hogar, y ante el obvio descenso de usuarios de los baños públicos, la empresa desarrolló un nuevo producto orientado al individuo.
Hasta ese momento habían vendido dos modelos de máquina: la denominada Momi senyōki (masajeadora) y la llamada Tataki senyōki (“golpeadora”); pero en 1970 unificaron ambos conceptos en un nuevo producto bautizado como Kāsan (mamá). Las palancas que controlaban la bola del masaje se podían extraer, y así la máquina de masajes se convertía en un sillón al uso; ese diseño se hizo muy popular.
El siguiente modelo, el Roller shiki (“rodante”), contaba con una bola que iba girando a lo largo de la columna vertebral del usuario, y añadía la mejora de poder reclinar el respaldo del asiento. Más adelante, en 1995, el modelo Air massage chair marcó un punto de inflexión en el mercado; incorporaba varias bolsas de aire que podían hincharse o desinflarse por medio de un sistema de aspiración y escape para envolver casi por completo al usuario.
“Hasta entonces las máquinas habían masajeado el cuerpo por medio de esas bolas, ejerciendo presión en ciertos puntos, pero con la nueva tecnología se hizo posible que la experiencia se acercara más al masaje que se da con toda la palma de la mano. El sillón estaba diseñado como una otomana, con un escabel o reposapiés que sostenía las piernas del usuario y también las masajeaba”, dice Mizuguchi.
En 2000 se lanzó al mercado un producto que aunaba la bola de masaje con las bolsas de aire, y marcó la pauta a seguir. El año siguiente vio la aparición de la serie Cyber relax, capaz de detectar la línea de la columna vertebral y autoprogramarse para ofrecer al usuario el masaje más adecuado posible. Era el nacimiento de un revolucionario tipo de sillones de masaje, que comenzaban a adaptarse a las personas para poder hacerles los masajes.
Máquinas preventivas de masaje
Han transcurrido más de sesenta años desde la aparición del primer modelo de sillón de masaje hasta la llegada del último modelo, el AS-1100, que cuenta con todo tipo de capacidades. Ofrece 21 programas automáticos creados en base a 41 tipos diferentes y 85 variedades de técnicas de masaje, así como programas de todo el cuerpo, solo para cuello y hombros, para cadera… el usuario puede elegir la parte que más cuidado necesite de su cuerpo, o el masaje que más le guste.
Cada parte del cuerpo puede recibir el masaje, desde el cuello hasta las plantas de los pies, pasando por los hombros, la espalda, la cadera, las nalgas, los brazos y las pantorrillas. Además el sistema cuenta con programas especiales por zonas, con los que se puede, por ejemplo, hacer un énfasis especial en cualquier parte del cuerpo que esté tensa o dolorida, masajear los hombros y la espalda, o la zona lumbar.
También existen considerables avances en las bolsas de aire. Se puede mantener con firmeza la posición del cuerpo al hinchar las bolsas, y junto con el movimiento del respaldo del sillón y su escabel se estira todo el cuerpo del usuario; la sensación que se produce es como la de desperezarse al despertar por la mañana: los músculos y las articulaciones que se habían endurecido se van relajando. Al añadir el efecto del calentador, el cuerpo entero se va calentando sin la menor tensión.
“El efecto del estiramiento con el calentador del sillón es igual que el de un estiramiento, antes o después de hacer ejercicio”, dice Nakai. Si el usuario añade el estiramiento al principio y al final del programa de masaje el efecto de dicho masaje se verá acentuado, y se verán reducidos los pequeños dolores que a veces siente una persona tras ir al masajista. Vivimos, parece, en una época en la que las personas ya no debemos adaptarnos a las máquinas, sino que ellas se adaptarán a nosotros, incluso hasta el punto de cuidar esos detalles antes y después del masaje.
Los sillones de masaje derriban las fronteras de nación, sexo o generación por medio de los nuevos avances. Según dice Mizuguchi sobre sus esperanzas del futuro, “Aún van a llegar muchas novedades que harán la experiencia de los usuarios todavía más placentera, aunque actualmente todavía no ha llegado al mismo nivel de confort de un masaje hecho por profesionales”.
“Creo que, por medio del uso de la inteligencia artificial para detectar a la perfección el cuerpo del usuario, que no deja de cambiar a diario, llegaremos a contar con máquinas preventivas de masaje. Que realicen, por ejemplo, masajes adecuados a las personas que tienden a sufrir tensión en los hombros en los momentos de más trabajo en su empresa, a fin de mes. El porcentaje de adopción de los sillones de masaje en los hogares japoneses todavía ronda solo el 10 %, pero si queremos conservar una sociedad saludable pese al envejecimiento de la población tendremos que mejorar ese porcentaje por medio de nuestros mayores esfuerzos”.
Sala expositiva de la empresa Fuji Iryōki
- Dirección: Tōkyō-to, Minato-ku, Shibaura 3-2-16, Tamachi East Bldg, planta baja
- Página web: https://www.fujiiryoki.com/eng/ (en inglés)
Texto: Abe Aimi
Imágenes: equipo editorial de nippon.com