Los robots japoneses se hacen más humanos

Un oso de peluche robot que expresa emociones

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Fujitsu ha desarrollado unos osos de peluche robots que reaccionan ante las personas con una gran cantidad de expresiones y movimientos. Estos robots sociales podrían ser de gran ayuda para las personas mayores y para los menores con problemas de comunicación.

Tres personalidades distintas

De izquierda a derecha: el oso tranquilo, el oso tímido, y el oso alegre.

Tres lindos osos de peluche están sentados en una mesa. Si alguien se acerca, sonríen. Si les dan golpecitos en la cabeza, se enfadan. Reaccionan con las acciones de la persona que tienen delante levantando los brazos o girando la cabeza a un lado. De vez en cuando suspiran, o caen dormidos cuando están cansados. También canturrean alegremente. Sin duda, parece que estos osos de peluche están vivos. Son los robots sociales que Fujitsu ha desarrollado pensando en las personas mayores y en los niños con problemas comunicativos.

Watanabe Ichirō, miembro del departamento de Investigación de las Interacciones Humanas de Laboratorios Fujitsu, que ha desarrollado los robots, explica que “cada uno de estos osos de peluche tiene una personalidad distinta: uno es alegre, otro es tranquilo, y el tercero es tímido. Según qué personalidad tenga, el oso muestra un abanico de reacciones”.

Por ejemplo, el oso alegre es adecuado para las actividades recreativas en centros donde se cuida a personas mayores, ya que sus gestos entusiastas pueden animar el entorno. El oso relajado, por otra parte, es ideal para los hogares ya que su comportamiento es discreto, y siempre se muestra calmado, lo que hace que la familia no se aburra de él. El oso tímido, en cambio, suele evitar la mirada de aquellas personas que ve por primera vez, pero va animándose poco a poco y mira a la otra persona a medida que se comunica más.

Sus 300 acciones y expresiones les dan una apariencia real

 

Estos robots sociales se componen de 12 pequeños motores con los que pueden realizar 300 movimientos distintos. Una pequeña cámara en la nariz realiza el reconocimiento facial y les permite dirigir la mirada a la persona que se acerca a ellos, al tiempo que captan cómo se encuentra. Además, están equipados con sensores de tacto que les permiten detectar cuándo son tocados o cuándo son agarrados de la mano. Todo esto funciona en conexión con una computadora que recibe información de la cámara y los sensores, gracias a la que estos robots interactúan con la persona que tienen delante, facilitando que haya una comunicación entre los dos.

Este tipo de comportamiento social se ha logrado gracias a la estratificación y categorización de aplicaciones de software que controlan las acciones, las funciones de red y el hardware basado en cada uno de sus papeles. Cuando el robot recibe la información de que una persona está delante a través de la cámara de su nariz, se activa el “estrato del comportamiento social” que permite al robot actuar consciente de la persona con la que está, y el “estrato del comportamiento biológico” para crear movimientos que se asemejan a los de un ser vivo. Watanabe Ichirō explica que “cambiando la configuración se pueden obtener distintos comportamientos para según qué estado o circunstancia, así como distintos movimientos” que permiten adaptar al robot a las necesitades del usuario.

Buena compañía para las personas mayores

Watanabe destaca que “estos robots podrían ayudar a las personas de la tercera edad a tener una vida más activa y evitar que se queden encerradas en casa”.

El oso tímido (izquierda) evita la mirada hasta que uno logra que tome confianza. El oso alegre (derecha) anima el ambiente con sus simpáticos movimientos.

Un experimento realizado en una residencia para las personas de la tercera edad demostró que los residentes que pasaron tiempo con el robot se volvieron más habladores, y que aquellos que apenas expresaban emociones comenzaron a reír más a menudo.

Otra de las funciones que pueden tener estos robots es la de “tomar vídeos del estado de la persona mayor y enviarlo a la familia, en caso de que viva lejos”, para que esta pueda estar atenta y evitar que la persona mayor quede aislada.

Con su encantadora apariencia y sus gestos amistosos, este robot ha sido todo un éxito en las exposiciones internacionales donde ha sido mostrado, recibiendo elogios tanto de mujeres como de hombres independientemente de su nacionalidad o edad. El equipo de Watanabe continuará probando y perfeccionando este robot para que un día pueda convertirse en el fiel compañero de personas mayores de todos los rincones del mundo.

(Traducción al español del original en japonés escrito por Sato Narumi. Fotografías de Matsuda Tadao.)

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