Seguir viviendo en Fukushima - Visita a Fukushima un año después del desastre
El “encanto inalterable” de Aizu
Guíade Japón
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La ciudad de Aizuwakamatsu es uno de los destinos turísticos representativos de la prefectura de Fukushima; se encuentra cerca del Monte Bandai y del Lago Inawashiro, y tiene muchos restos históricos del período Sengoku (período de los estados en guerra, siglos XV- XVI d.C) y del Bakumatsu (finales del período Edo, siglo XIX d.C). La central nuclear Fukushima Daiichi está a unos 100 km de distancia y la cantidad de radiación recibida fue casi la misma que la de la zona metropolitana. Sin embargo, los clientes han dejado de venir a causa de la grave desinformación sobre los daños que se generaron con el desastre de Fukushima.
El viejo hostal ryokan que ha evitado los daños causados por la desinformación
Bajo esas circunstancias hubo un hostal ryokan que continuó abierto al público justo después del Gran terremoto del Este de Japón; durante el mes de abril este viejo hostal ryokan ya había recuperado en un 60% el número de huéspedes respecto a los del año anterior y a partir de mayo los resultados aumentaron un 10%. A 10 minutos en automóvil desde la ciudad de Aizuwakamatsu encontramos un hostal ryokan en los baños termales de Higashiyama: Mukaitaki. Durante el periodo Edo fue utilizado como centro de convalecencia del clan Aizu, y en 1873 se estableció como hostal ryokan. Muchas celebridades lo han visitado: desde el estadista de la era Meiji, Itō Hirobumi, hasta el bacteriólogo Noguchi Hideyo, la poeta Yosano Akiko, y más recientemente, el ex primer ministro Koizumi Jun'ichirō. Su arquitectura de madera estilo sukiya(*1) conserva toda la atmosfera de la era Meiji y ha sido registrada como propiedad cultural tangible del país. Gracias a su “encanto inalterable” está consiguiendo evitar los daños causados por la desinformación tras el desastre.
El actual presidente, Hirata Yūichi, pertenece a la sexta generación que regenta el hostal ryokan. Al mirar hacia atrás y recordar aquel 11 de marzo de 2011 comentó: “Aunque en Aizu el terremoto tuvo una intensidad sísmica leve de 6 grados (en la escala japonesa), Mukaitaki apenas sufrió daños. A pesar de ser un hostal ryokan de madera con más de 100 años de antigüedad, no se cayó ni una teja. No se sintió ninguna sacudida fuerte y ni siquiera se rompió un plato. Los clientes que llegaron justo después del terremoto se sorprendieron al comprobar con qué orden y regularidad nos desenvolvíamos”.
Los edificios y el mobiliario del hostal ryokan no sufrieron ningún desperfecto; sin embargo, el ferrocarril y las carreteras quedaron cortados y se detuvo el transporte público. Cesó la distribución de mercancías de modo que quedó imposibilitada la provisión de gasolina y alimentos. Al día siguiente, el 12 de marzo, se produjo una explosión de hidrógeno en la central nuclear Fukushima Daiichi de la empresa Tokyo Electric Power; otra explosión se volvería a repetir el día 15, lo cual provocó que se propagase el miedo a una posible contaminación radiactiva.
“Aunque Aizu está a 100 km de distancia de la central nuclear, me preparé para asegurar la evacuación de los empleados y sus familias.¿Cómo iba a manejar un hostal ryokan tan grande si me quedaba yo solo? ¿Sería éste el final para un negocio con 140 años de ininterrumpida historia? ”
Satisfaciendo los deseos de los clientes habituales
En una reunión de los miembros de la Asociación de Turismo de la ciudad de Aizuwakamatsu se dijo que en aquella situación sería difícil recuperar Aizu como destino turístico durante los próximos años. Incluso se llegó a opinar que sería mejor dedicarnos a ofrecer apoyo logístico para las zonas afectadas. En Higashiyama, se decidió en conjunto acoger en los balnearios a los habitantes de Ōkuma, municipio donde se encuentra la central nuclear, al contar con subsidios prefecturales y municipales; sin embargo Mukaitaki no se atrevió a participar en la acogida de estos refugiados.
“Inmediatamente después del terremoto lanzamos una llamada a través de Internet anunciando que sólo podíamos ofrecer onigiri (bolas de arroz cocido) de comida pero que como teníamos agua termal en abundancia podían venir a descansar. Pero no apareció nadie que se quisiera refugiar aquí. Por otro lado, nuestros clientes habituales iban contactando con nosotros uno tras otro, nos decían que vendrían tan pronto como pudiesen, que querían comprar las especialidades locales por Internet, etc. Al rechazar la propuesta de aceptar refugiados en plena crisis causada por la desinformación, no tenía ninguna garantía de que viniesen nuevos clientes. Estaba muy preocupado porque no sabía si podría continuar con el negocio; a pesar de ello decidí dar prioridad a los clientes que nos habían apoyado durante tantos años y rechacé el tema de los refugiados”.
El 12 de abril, al restituirse el tren bala Tōhoku Shinkansen entre Tokio y Fukushima, empezaron a recuperar clientes, de los cuales la gran mayoría eran clientes habituales. En abril, tuvieron un descenso del 40% en el número de huéspedes respecto al año anterior. Posteriormente, el número fue creciendo constantemente y durante la Golden Week (un período de vacaciones que comprende varios días festivos seguidos del 29 de abril al 5 de mayo) estuvieron al completo. En mayo, su negocio experimentó un aumento del 30% al año anterior.
140 años de historia, haciendo del tiempo un aliado
El mayor encanto de Mukaitaki es que se puede degustar la misma atmósfera que han saboreado las celebridades desde el siglo XIX. Su apariencia exterior, que transmite ese peculiar aire histórico, y su interior perfectamente dotado de un equipamiento contemporáneo han gozado desde siempre de buena popularidad; según las palabras del propio presidente Hirata, en las respuestas a las encuestas que pasaron a los clientes tras el terremoto se duplicó el número de personas que solicitaban que no cambiasen nada.
“Algunas personas nos aconsejaban construir un rotenburo (baño al aire libre) para hacer aumentar los clientes pero con un rotenburo nuevo y moderno no se podría emplear el slogan de 'hostal ryokan donde se alojó Noguchi Hideyo'. Por lo general, las cosas se degradan con el paso del tiempo; pese a ello, ¿no le parece que tiene más encanto un hostal ryokan con 140 años de historia que uno que sólo haya cumplido 100 años desde su fundación? No nos preocupamos únicamente por conservarlo intacto, ponemos todo nuestro empeño en seguir perfeccionando este espacio llamado Mukaitaki para realzar su belleza. Como resultado de ello, el tiempo se ha convertido en nuestro aliado”.
El agua de los baños termales de Mukaitaki fluye directamente desde su fuente. Cada uno de sus diferentes baños, tales como el Kitsune yu (Baño del zorro) que nos recuerda la atmósfera de la casa de convalecencia del clan Aizu en el período Edo, el Saru yu (Baño del mono) que sirve como un gran baño público y, los tres baños diferentes de tipo familiar, tienen su propio ambiente característico. El agua natural brota a aproximadamente 60 grados y se regula para que salga a una temperatura que ronde entre los 42 y 45 grados; en el proceso de regulación no se añade ni agua fría ni caliente.
La cocina de Mukaitaki se basa principalmente en la gastronomía local: "producción local para consumo local". En el menú se señala con claridad que los ingredientes son de la prefectura de Fukushima; aun así no hay ningún cliente que rechace la comida.
(*1) ^ Estilo que se utilizó en un principio en las pequeñas casas de té separadas de la casa principal. Posteriormente se popularizó como estilo de construcción para los edificios construidos en los jardines y en los espacios de esparcimiento.
Las geishas tradicionales de Higashiyama animan la recuperación
El lema un "encanto inalterable", no se restringe únicamente a Mukaitaki; posiblemente sea la palabra clave de todo el turismo de Aizu. En los baños termales de Higashiyama se pueden encontrar geishas, muchas de las cuales son veinteañeras, cosa que no ocurre en los otros balnearios locales, donde la presencia de las geishas ha disminuido notablemente. Ellas heredan el arte de las geishas veteranas y se encargan de comunicar y trasmitir esta tradición que se inició en la era Meiji. Su repertorio es muy amplio: abarca desde las canciones cortas clásicas hauta, hasta el folk local min’yō (género tradicional de la música japonesa). Hay también una danza que trata de la tragedia de un grupo formado al final del período Edo por jóvenes samuráis de Aizu llamado “Byakkotai”.
Las geishas de Higashima, Mikiko (derecha) y Tsukino, nos presentan la hauta “Ume wa saita ka” (¿Han florecido los ciruelos?).
Mikiko es una virtuosa del shamisen (instrumento tradicional de tres cuerdas) y del canto; esta veterana se ha ganado la confianza de las geishas más jóvenes. Al preguntarle cuántos años lleva en la profesión, nos esquivó con un breve “no seas aburrido” y pasó a explicarnos amablemente el encanto de las geishas de Higashiyama.
“Aizu está cerca de la prefectura de Niigata y desde la antigüedad ha sido una tierra próspera en las artes tradicionales, pues la cultura de Kioto penetró en ella desde la zona del litoral del mar de Japón, teniendo a Niigata como entrada. En la edad de oro había más de 100 geishas, pero ahora apenas quedan. Sin embargo, en estos días de recesión, no creo que haya otros balnearios locales con tantas geishas jóvenes como las que tenemos aquí. Después del terremoto hubo un período en el que aunque teníamos el negocio abierto no venían clientes, pero entonces las empresas locales tomaron la iniciativa, pensando que en un momento como aquel lo mejor era levantar el ánimo, y me llamaron para que fuese a un banquete. Parece que todavía se podrá transmitir la tradición de las geishas de Higashiyama a la siguiente generación”.
Muchos son los que a menudo se imaginan los juegos con geishas en Kioto como algo inalcanzable para la gente común; sin embargo, en el caso de los baños termales de Higashiyama, una geisha por persona tan solo cuesta 14.175 yenes por 90 minutos. Si uno pregunta en el hostal ryokan donde se aloja, le buscarán a una geisha que se ajuste a su agenda. Mikiko añadió: “A veces también me llaman familias o grupos de mujeres. Con las clientas la conversación se anima igual que si estuviésemos en una fiesta sólo para chicas. También es muy divertido para mí comunicarme mediante gestos y señas con los extranjeros que no entienden nuestro idioma. Lamentablemente, después del terremoto no nos visitan personas de otros países. Por favor, vengan sin falta otra vez”.
Por otro lado está Tsukino, que tiene 22 años de edad. Es natural de Kitakata, la ciudad vecina de Aizuwakamatsu, y apenas hace cuatro años desde que se convirtió en geisha.
"Me gustaban las cosas japonesas desde la infancia y al entrar en el instituto empecé a interesarme por el mundo de las geishas, al verlo como una posible profesión para mí. Ahora me siento muy feliz de poder vestirme con hermosos kimonos y llevar un tocado japonés pero, eso sí, tengo que estudiar mucho todos los días. "
El espíritu de Aizu: continuar haciendo lo correcto aunque se pierda
En Aizu todavía hay muchos “encantos inalterables". Los “Diez preceptos” que los niños de este pueblo vienen aprendiendo desde el período Edo es uno de los elementos que ha forjado el encanto de la gente en Aizu. Tras indicar cada una de las reglas de convivencia, tales como respetar a los ancianos, que no mentir, etc., se concluía con la frase: "No hay que hacer lo que no se debe hacer".
Hirata, el presidente de Mukaitaki, nos comentó: “Creo que el espíritu de Aizu es el deseo de continuar haciendo lo correcto aun sabiendo que se va a perder. La frase "No hay que hacer lo que no se debe hacer", más que ir dirigida a los demás, es una advertencia para nosotros mismos. Si desaparece este sentimiento, es muy posible que Aizu también desaparezca. Seguiremos perfeccionado la ciudad de Aizu con firmeza para que eso no suceda".
Fotografía :Uzawa Akihiko
(Traducción al español del original en japonés)
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