La cultura contemporánea se globaliza
Rokkaku Ayako: Una artista con el mundo en sus dedos
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Hace más de una década, en los parques de Tokio una joven japonesa empezó a aplicar pintura acrílica directamente sobre cartón ondulado con sus manos, sin utilizar pincel.
Hoy esa mujer, Rokkaku Ayako, tiene 31 años.
De Rokkaku oímos hablar por primera vez cuando presentó su obra al festival de arte contemporáneo GEISAI organizado por Murakami Takashi. Se trata de un evento que se ha convertido en una especie de puerta hacia el éxito para los jóvenes artistas japoneses estos últimos años. En los años sucesivos, Rokkaku ha conseguido fama internacional y ha expuesto su trabajo en solitario en Francia, Italia y Dinamarca.
En 2011 Rokkaku presentó su mayor exposición hasta la fecha, “Colours in My Hand” en el Kunsthal de Rotterdam, Países Bajos. Durante los dos meses de exposición, el arte y las enérgicas sesiones de pintura en directo de esta artista cautivaron a un gran número de visitantes.
Arte con atractivo internacional
“De pequeña siempre me gustó pintar garabatos”, afirma Rokkaku, “pero no empecé a dibujar en serio hasta los veinte años más o menos. Supongo que buscaba una forma de expresarme y un día la encontré por casualidad. No sabía muy bien lo que iba a hacer en la vida, y cuando empecé a pintar todo encajó”.
Rokkaku dice no recordar de qué trataba la primera obra que realizó. “Sólo recuerdo tener las manos totalmente manchadas de pintura fangosa y acuosa a la vez”. Rokkaku afirma que las siluetas de adultos y niños tan típicas de su obra surgieron espontáneamente cuando empezó a pintar directamente sobre cartón ondulado con los dedos. ¿Cómo consiguió este método de creación tan singular?
“Para mí, no estoy pintando si no noto las manos en contacto directo con la pintura. Es más divertido así, utilizando las manos, pintando con todo tu cuerpo. Y las obras acabadas quedan más impactantes. Cuando empecé, utilizaba cartón ondulado porque me resultaba cómodo. La podía conseguir en cualquier parte, era ligera y la podía apoyar contra cualquier cosa. Pero transcurrido un tiempo, me dí cuenta de que es el medio perfecto para el tipo de pintura que yo hago. Me encanta; su cálido tacto, las aristas imperfectas que se consiguen al rasgarla, la forma en que la pintura se pega a la superficie. Por todo ello, sigo utilizándola”.
Rokkaku Ayako es una artista espontánea a quien le gusta improvisar. Los resultados son impresionantes. Sus pinturas sobre cartón ondulado aparecen maravillosamente accesibles, y eso les proporciona un atractivo prácticamente universal que fascina con toda su magia incluso a personas que normalmente nunca se plantearían visitar una galería de arte. A la gente parece gustarle mucho tener las pinturas de esta artista en las manos y poder estudiarlas de cerca.
Rokkaku afirma que personas que le han comprado pinturas para colgarlas en sus hogares le cuentan que al tocarlas sienten que les transmiten fuerza y energía. Las pinturas de esta artista están consiguiendo captar la atención de un número cada vez más numeroso de admiradores de muy diversos ámbitos; jóvenes y mayores, hombres y mujeres, de todo el mundo.
“Cuando estoy pintando, intento expresar lo que sentí como niña; como si volviese a mi punto de partida, por así decirlo. En la infancia todos pasamos por una fase en la que estamos totalmente dedicados al dibujo y la pintura. Los niños pueden quedar totalmente absortos en sus dibujos. Creo que tal vez mis pinturas ayudan a la gente a recordar lo que sintió en su infancia”.
Sensiblilidad pop y crudeza
Rokkaku ha diversificado su arte con obras más ambiciosas realizadas sobre enormes lienzos de 350cm x 700 cm. ¿Se ha producido algún cambio importante en su obra desde que empezó a captar la atención internacional?
“Cuando estoy pintando, es exactamente lo mismo que hace diez años. No ha cambiado nada”.
El simple deseo de dibujar, el placer de la creación, de estar viva... a Rokkaku le gusta seguir sus instintos. Sus obras no tienen título y rehuyen adornos superfluos o significados solemnes. Este sencillo impulso por crear llega de manera convincente a los que contemplan sus obras. Niñas pequeñas descalzas con los ojos abiertos como platos por la curiosidad, con la boca torcida y los brazos alargados para explorar el mundo más allá de las nubes en naves espaciales... flores, animales y bestias míticas: estos son los temas recurrentes del arte de Rokkaku Ayako. Sus obras abarcan desde dibujos infantiles de estimulante inocencia hasta casas enormes hechas de cartón ondulado, pasando por estatuas de niñas gigantes y conejos fantasmagóricos. La exposición de Rotterdam también consta de una proyección de una película de animación en la que ha colaborado titulada “about us”.
Muchas personas han percibido una sensibilidad inconfundiblemente japonesa en las coquetas y coloristas pinturas de Rokkaku, e insinúan que el anime y el manga con los que creció deben haber influido en su obra. Sin embargo, la propia Rokkaku afirma no ser consciente de ninguna influencia concreta de la cultura popular japonesa.
“Está claro que el entorno en donde crecí me ha influido, pero ciertas personas, al ver mis pinturas, suponen rápidamente: ‘Ah, claro, animación japonesa’. Y yo siempre pienso: ‘Pues mire, no’. Creo que los libros de ilustraciones infantiles han tenido una influencia mucho mayor en mis obras. Muchas de mis pinturas incorporan elementos narrativos, como si hubiesen sido extraídos del núcleo de una historia. Comunican un cierto sentido de movilidad, como si estuvieses contemplando un instante de movimiento congelado”.
El elemento narrativo de sus pinturas es tal vez un paralelismo de su propia vida. Aparte de su sensibilidad de arte pop, sus obras están imbuidas también de un elemento crudo e indómito.
“No se puede vivir toda la vida feliz y contenta”, afirma. “No se trata de bueno o malo, pero en mi personalidad también hay un lado oscuro. Quiero que ambos aspectos se reflejen en mis pinturas. Es decir, lo kawaii (coqueto o tierno) también me gusta, pero creo que una pintura debe incluir un toque de crudeza si quiere mostrarse al espectador con coherencia”.
Incitar a la gente
Las sesiones de pintura en directo son otras de las características de la obra de Rokkaku. Los espectadores quedan fascinados por la oportunidad de verla en acción, en cuclillas sobre el suelo de la galería improvisando sin titubeos, creando una nueva pintura ante sus ojos. Durante la exposición de este verano en Rotterdam, un espacio del Kunsthal fue destinado al “Ayako’s Studio”, en donde la artista creó nuevas pinturas cada día durante las tres semanas de la exposición y retransmitió “sesiones” en directo por Internet. Rokkaku también organizó talleres para los niños neerlandeses, y se puso a pintar y reír con ellos.
En el museo se formaron largas colas de personas que esperaban pacientemente su turno para poder hablar con la artista sobre las imágenes de sus pinturas, muchas ansiosas de que Rokkaku les firmase un autógrafo en el catálogo de la exposición, o se hiciese una foto con ellas. No muchas exposiciones de arte ofrecen a sus visitantes tantas oportunidades de relacionarse con el artista.
“Mi objetivo es trasladar esa sensación de impulso original hacia la pintura. Eso es lo que a mí me activó definitivamente. Quiero conseguir una pintura improvisada en directo que transmita una sensación de libertad tanto a niños como a adultos. Y para eso, pintar con las manos es mucho mejor que utilizar un pincel e intentar explicar lo que hay que hacer. Quiero que la gente me vea creando y piense: ‘Pues yo también podría hacerlo’. Que recuerden cómo era la pintura en sí no es tan importante. En cambio, si recuerdan cómo se sintieron cuando la vieron, entonces tal vez eso pueda animarles a dar un paso más adelante”.
Hace una década, Rokkaku Ayako descubrió su propia identidad a través de la pintura. Hoy, descubriendo su proceso artístico ante todo el público, esta artista intenta animar y mostrar su apoyo a las personas que han venido a ver sus obras. Puede que esta sea la fuente de su excepcional energía artística.
“El arte no es una experiencia que deba acabar en una sola persona. Una obra de arte debería dejar huella en el corazón de mucha gente. Para mí, el arte es eso.”
Rokkaku habla con una sonrisa amable, pero sus palabras denotan fortaleza y convicción. "Quiero continuar pintando y exponiendo sola. Quiero llevar mis pinturas lo más lejos posible”.
Con su singular estilo de pintura con los dedos, Rokkaku Ayako ha creado un vibrante mundo de líneas y colores. Los amantes del arte deben estar muy atentos a la obra de esta artista en el futuro.
(Escrito originalmente en japonés por Somese Naoto, escritor independiente. Traducido al español de su versión inglesa. Fotografías de Somese Naoto con la autorización del Rotterdam Kunsthal, Países Bajos).
Rokkaku Ayako
Artista contemporánea. Nacida en la prefectura de Chiba en 1982. Dio sus primeros pasos como pintora callejera en 2002, y obtuvo una primera repercusión mediática al ganar el “Premio Scout” del cuarto festival de arte GEISAI en 2004. En la actualidad vive en Alemania y continúa exhibiendo y creando nuevas pinturas en galerías de todo el mundo. http://www.rokkakuayako.com