
La cultura contemporánea se globaliza
Si no es “kawaii”, no es “smart”
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La cultura de la telefonía móvil kawaii de Japón
Tienda de electrónica en el centro de Tokio. Los smartphones son actualmente los artículos dominantes en muchos puntos de venta. (Foto: Kuyama Shiromasa)
Se dice que 2011 es el año del smartphone. En puntos de venta especializados y tiendas de electrónica a lo largo y ancho del país, los últimos modelos computerizados dominan los escaparates, desde el ubicuo iPhone de Apple hasta los modelos que funcionan con los sistemas operativos Android y Windows Phone. Su coste de entre 50.000 y 60.000 yenes por unidad no los convierte en aparatos especialmente baratos, pero la mayoría de compradores puede adquirirlos a plazos, por lo que la venta de este nuevo tipo de teléfonos inteligentes está en auge. “La cosa se ha disparado desde el año pasado”, afirma Mochizuki Toshiharu desde la sucursal de Bic Camera en Yūrakuchō, un importante punto de venta de aparatos electrónicos en el centro de Tokio. “Desde 2010 todas las grandes empresas han entrado en el mercado, y ahora el público tiene una amplia gama de modelos donde elegir. Los más recientes vienen con más funciones que nunca, y puesto que su velocidad y sencillez de uso han mejorado, las ventas han comenzado a dispararse”. A finales de junio de 2011 había aproximadamente diez millones de usuarios de smartphone en todo Japón, según la consultoría empresarial ComScore Japan. Se puede pensar que ya es una cifra impresionante de por sí, pero es que en todo el país existen 120 millones de contratos de telefonía móvil, por lo que es evidente que los smartphone tienen todavía camino que recorrer para poder ser verdaderamente considerados un artículo de masas.
De momento, el mercado de smartphones es abrumadoramente masculino, en su mayoría formado por hombres de negocios y obsesos de la tecnología. ¿Por qué no son los nuevos dispositivos más populares entre las mujeres? Al fin y al cabo, las mujeres compran al menos igual número de teléfonos que los hombres. A pesar de las avanzadas prestaciones informáticas de los nuevos aparatos, según apuntan algunos analistas, hay una desventaja crucial que sólo recientemente está siendo corregida: para muchas mujeres jóvenes, hasta hoy los modelos no eran lo suficientemente kawaii, es decir, coquetos.
Durante muchos años, los teléfonos móviles en Japón han presumido de funciones que incluso podían llegar a rivalizar con las de los smartphones de última generación. En Japón, los días en que los telefónos eran unos aparatos que solo se utilizaban para hablar han quedado atrás hace mucho tiempo. En la actualidad, los móviles japoneses disponen, como estándar, de conectividad con correo electrónico, cámaras, reproducción de audio, GPS y TV. Los teléfonos pueden recargarse con dinero electrónico y utilizarse como sustituto del dinero en efectivo o de las tarjetas para pagar la cuenta en supermercados o comprar billetes de tren y autobús en todas las avanzadas redes de transporte urbano del país. También son totalmente compatibles con los blogs y otras redes sociales como Twitter, e incluso existen sitios especiales de compra mediante teléfono móvil en los que los usuarios pueden buscar ofertas en categorías como moda, productos de belleza y entradas a conciertos. El mercado online de servicios para telefonía móvil genera un valor de alrededor de 1,65 billones de yenes al año.
Un aspecto muy valorado entre muchas mujeres jóvenes es que estos esbeltos y estilizados teléfonos no son sólo prácticos sino también atractivos, presentados en una sugerente gama de colores y estilos, y con una amplia variedad de funciones y aplicaciones al gusto de las prioridades kawaii de las mujeres jóvenes.
La cultura kawaii ha ejercido una gran influencia en el mercado de la telefonía móvil en Japón desde que empezaron a generalizarse los primeros aparatos portátiles en la década de los noventa. En Japón, las chicas de bachillerato fueron el primer sector demográfico que adoptó los teléfonos móviles. Estar en contacto con las amigas siempre ha sido una de las principales prioridades de las mujeres jóvenes. En la primera década de los años noventa, este deseo de comunicación constante convirtió a los buscas (buscapersonas), o avisadores, en un artículo esencial para las adolescentes, que los utilizaban para enviar mensajes breves a sus amigas. En la segunda mitad de esa década, los teléfonos PHS se hicieron enormemente populares al aprovechar el potencial de la tecnología japonesa, que permitía la comunicación de datos incluso en el metro. Los teléfonos móviles crecieron en popularidad mediante el boca a boca a medida que los parientes y novios de las chicas empezaron a apuntarse a esa tendencia. Los fabricantes comenzaron pronto a competir entre sí para aumentar su cuota de mercado entre este sector demográfico clave que marca tendencias. Lo kawaii era el quid de la cuestión.
Mensaje de texto en un teléfono móvil que utiliza iconos emoji y dekome.
Tal vez los ejemplos más típicos de esta tendencia son las funciones que permiten a los usuarios adornar sus mensajes de texto con minuciosos iconos y dibujos animados, conocidos como emoji (emoticones) y dekome (correo decorado) en japonés. La mayoría de teléfonos móviles incorporan también una amplia gama de funciones para la cámara para adaptarse a la moda, entre las mujeres jóvenes, de enviar a las amigas fotos de ellas mismas retocadas al estilo kawaii. En la actualidad, las funciones emoji y dekome están incorporadas como estándar en prácticamente todos los teléfonos. Muchos además disponen de una pantalla WVGA de 854x480 píxeles de resolución, cámaras de ocho megapíxeles y cámaras frontales que permiten a la usuaria enviar fotos o vídeos de ella misma a sus amigas.
La cultura de la telefonía móvil en Japón se ha desarrollado de la mano de la cultura kawaii, y el mercado se ha guiado por un gusto juvenil y femenino desde su inicio. Esto, de hecho, representa un reto para los nuevos actores como el iPhone y el sistema Android. El iPhone ha tenido un éxito increíble en todo el mundo, pero en Japón su popularidad subió cuando el firmware se retocó para hacerlo compatible con los emoji japoneses.
Para las mujeres jóvenes japonesas, lo kawaii es un aspecto clave. Su inagotable deseo por lo coqueto ha estimulado importantes creaciones tanto en hardware como en software. Desde el verano de este año ha empezado a surgir en el mercado una nueva línea de smartphones diseñados para satisfacer las demandas kawaii de este sector demográfico clave. Y es muy probable que la influencia de la estética en la telefonía japonesa continúe cuando Japón se pase a la era de los smartphones.