El mundo de Shinkai Makoto aúna los sentimientos individuales y la amplitud del espacio
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Desde su estreno, la última película de Shinkai Makoto, Kimi no na wa (Tu nombre), no ha dejado de batir récords: ha sido vista por 15.350.000 espectadores y ha recaudado 19.950 millones de yenes (cifras hasta el 4 de diciembre). Es la segunda película más taquillera de la historia del cine japonés, después de Sen to Chihiro no kamikakushi (El viaje de Chihiro), de Miyazaki Hayao.
En países como Taiwán, Hong Kong o Tailandia también se colocó en el primer puesto de taquilla, durante el fin de semana de su estreno. En diciembre se estrena también en China y Estados Unidos, y ha sido seleccionada como candidata en la sección de largometrajes de animación de la 89 edición de los Óscars de la Academia de Estados Unidos.
ENTREVISTADOR Desde muy pronto comenzó a ser conocido incluso en el extranjero como el “nuevo Miyazaki Hayao”.
SHINKAI MAKOTO Debuté en 2002, en un minicine de Shimokitazawa (Tokio) llamado Tollywood, con Hoshi no koe. Se trataba de un cortometraje muy personal, de 25 minutos, pero se llegó a distribuir en DVD incluso en el extranjero. Creo que la primera vez que me invitaron al extranjero fue para el Comicon de San Diego, Estados Unidos. A partir de entonces, cada vez que sacaba una nueva película me invitaban a eventos en varios países. Desde hace unos diez años en el extranjero han empezado a llamarme “el nuevo Miyazaki”, “el autor de la nueva generación” y cosas similares, pero creo que eso se debe a que en esos países tiene una concepción dual de la animación japonesa: Miyazaki Hayao, y todo lo demás.
Otra razón es que mi estilo y el de las obras de Miyazaki que ellos conocen es diferente. Yo retrato una parte muy local de Japón. En mis paisajes aparecen elementos muy comunes de Japón: semáforos, máquinas expendedoras, los trenes de la línea Saikyō o los edificios típicos de Tokio. Tanto la visión del mundo como el estilo de las imágenes son diferentes a los de las obras de Studio Ghibli, y creo que por eso me han puesto el apelativo de “director de la nueva generación”.
Creo que incluso ahora mis seguidores en el extranjero forman una especie de culto: son personas de rabiosa afición, cuyos gustos representan un pequeño nicho del mercado. Aunque haya aumentado el número de espectadores con el éxito de Kimi no na wa, quizá su esencia no haya cambiado. No creo poder llegar con mis obras a otro tipo de público.
ENTREVISTADOR ¿Hace un esfuerzo consciente por producir obras de ambiente local?
SHINKAI Si no se trata de un lugar que conozco de primera mano, no puedo retratarlo con realismo. Tokio es el escenario de mi día a día, y puedo mostrarlo de forma algo diferente a como lo ven los más de treinta millones de personas que viven en la conurbación; creo que esa es una de mis armas como autor. La ciudad en las montañas en la que creció Mitsuha, la heroína de Kimi no na wa, es un lugar ficticio, pero está basado en Koumi, la ciudad de la prefectura de Nagano en la que yo crecí, y por eso he podido darle ese ambiente a sus paisajes.
El sitio en el que nací y crecí es una ciudad sobre un altiplano a mil metros de altura, rodeada de altas montañas como Yatsugatake, donde soplan fuertes vientos y los cielos están cargados de expresividad. El Radio Observatorio Nobeyama está cerca de allí, y se ven muy bien las estrellas. Ya que no hay mucho más que ver en esa zona, cada día pasaba una o dos horas mirando el cielo, y pintándolo en acuarela. Los cielos de mis películas son los cielos de Shinano.
ENTREVISTADOR ¿Hay obras de animación que le influyeron cuando era joven?
SHINKAI Como vivía en una zona rural, en esa época nuestros televisores solo recibían el canal general de NHK, el educativo y un canal comercial. Solía ver obras como Sekai meisaku gekijō (World Masterpiece Theater, adaptaciones a anime en treinta minutos de clásicos de la literatura universal, que comenzó a emitir Fuji TV a finales de los sesenta, entre los cuales existen capítulos en los que participaron Miyazaki Hayao o Takahata Isao), Nirusu no fushigi na tabi (Nils Holgersson), emitida por la NHK, Mirai shōnen Konan (Conan, el niño del futuro) de Miyazaki… Fushigi no umi no Nadia (Nadia, el secreto de la piedra azul), del director Anno Hideki, me encantaba cuando estaba en el instituto, y fue una gran influencia para mí.
Una película que representó una gran influencia para mí fue Tenkū no shiro no Rapyuta (El castillo en el cielo). Rapyuta fue la primera película en mi vida para la que, estando en primer o segundo curso de secundaria, viajé más de dos horas en tren hasta Ueda y pagué con mi propio dinero. Me impresionó darme cuenta de que en este mundo podían existir cosas tan interesantes.
ENTREVISTADOR Usted se graduó en la Facultad de Literatura de la Universidad Chuo, en Tokio, y comenzó a trabajar en una empresa de videojuegos… ¿Cuándo decidió convertirse en director de animación?
SHINKAI En la universidad elegí la facultad de Literatura como si, de algún modo, estuviera aplazando la decisión de elegir a qué profesión quería dedicarme. Durante mis días de estudiante yo seguía buscando algo que quisiera hacer en el futuro, pero no se me ocurría nada, y me impacienté. Me presenté a varios exámenes de acceso a empresas, y finalmente me contrataron en la empresa de videojuegos Nihon Falcom Co. Desde pequeño me había gustado dibujar e imaginar historias; Los videojuegos también consisten en fabricar mundos e historias, y pensé que podría ser interesante trabajar en esa industria.
Mientras trabajaba en esa empresa empecé a aficionarme a crear historias, y poco a poco también imágenes. Cinco años más tarde dejé la empresa, produje Hoshi no koe en solitario y fue una experiencia muy divertida, cuyo resultado vieron bastantes personas, y empecé a plantearme vivir de ello…
Sin embargo, cuando produje las siguientes obras -el largometraje Kiri no mukō, yakusoku no basho, y el mediometraje Byōsoku go senchimētoru- seguía sin estar seguro de que la animación fuera lo más adecuado para mí. En esa época la Fundación Japón me brindó la oportunidad de asistir a un taller de animación digital en Oriente Medio. Ya que iba hasta esa región, pensé vivir un tiempo en el extranjero, y tras finalizar el taller me inscribí en una escuela de idiomas de Londres. Inicialmente pensaba pasar allí medio año, pero terminé viviendo en Londres año y medio.
ENTREVISTADOR ¿Supuso esa primera experiencia de residir en el extranjero un punto de giro en su vida?
SHINKAI Cuando vivía en Londres me encontré con muchas personas que conocían mi obra. Algunos asistían a la misma escuela de idiomas que yo, y también vinieron algunas personas a hablarme en cafeterías. Una vez fui a una peluquería y un peluquero me dijo que me conocía, que había comprado mi DVD. Todos me dijeron que les había gustado mi obra. Ahora también participo en eventos en los que hablo con los aficionados, en festivales de cine, pero fue en Londres donde conocí por primera vez a gente que había visto mi trabajo.
Pero en ese momento fui muy consciente de que tenía 35 años, no era ciudadano británico, no tenía trabajo ni estaba casado, no era nadie. Era totalmente libre, pero al mismo tiempo no tenía nada y eso creaba mucha ansiedad, y en medio de esa necesidad de agarrarme a algo, sentí crecer en mí el deseo de contar historias. Así fue como comencé a escribir el guión de mi siguiente obra, y tras finalizarlo regresé a Japón. Aquel guión se convirtió en Hoshi wo ou kodomo. Creo que ese fue el momento en el que decidí de verdad convertirme en director de animación.
ENTREVISTADOR ¿Fueron muy diferentes las circunstancias de la producción de Kimi no na wa, una obra mucho más orientada al entretenimiento que sus películas anteriores?
SHINKAI Mi primera obra, Hoshi no koe, fue una producción en solitario, y desde la siguiente siempre he trabajado en mi estudio, con un equipo de unas pocas personas. Pero para la producción de Kimi no na wa comenzaron a participar en el proyecto muchas más personas que antes, y varias de ellas eran estrellas del mundo del entretenimiento. Por ejemplo, esta producción ha sido mi primera experiencia colaborando estrechamente con un artista famoso de la talla de RADWIMPS.
El equipo de animadores también era fabuloso. Creo que si un aficionado al anime ve los títulos de crédito se sorprenderá. El diseño de personajes corre a cargo de Tanaka Masayoshi, una gran figura de la animación en televisión, de acérrimos fans. El director de producción, Andō Masashi, es una leyenda del mundo de la animación; ha trabajado en Mononoke hime (La princesa Mononoke) y Sen to Chihiro no kamikakushi (El viaje de Chihiro). Además he contado con la colaboración de artistas de estudios como Production I.G o Shaft.
ENTREVISTADOR Desde su primera obra hasta Kimi no na wa, todas sus películas muestran a un tiempo la soledad de las relaciones interpersonales y la gran amplitud del universo.
SHINKAI Desde mi juventud un tema de gran importancia para mí siempre han sido las relaciones entre los individuos. Por qué nos enamoramos, por qué la persona de la que nos enamoramos no se enamora de nosotros… Esas ideas tan obvias para mí eran en mi juventud un enigma tan grande como el espacio.
SHINKAI Incluso ahora que soy adulto, me he casado y tengo hijos, siento impulsivamente la misma perplejidad que cuando era más joven. Creo que también dedicaré una parte de mis próximas obras a explorar esa distancia, esa diferencia entre individuos.
Cuando era más joven también solía pensar en la razón por la que había venido al mundo, y qué misión tenía yo que otros no podían llevar a cabo. No pensaba que mi vida estuviera vacía, y quería sentir una conexión hacia un gran destino a pesar de que mis días en el mundo fueran solo un instante en el flujo del tiempo. No creo en ninguna religión en concreto, pero quizá sienta algo cercano a la fe en Dios. Creo que también por eso siento la necesidad de escribir historias que enlazan la pequeña escala de los sentimientos personales con la gran escala de las estrellas y el universo.
ENTREVISTADOR Usted también ha escrito una novela; ¿tiene intención de volver a hacerlo en el futuro?
SHINKAI Por ahora solo he realizado una novelización a partir de una película, y no me valoro mucho como novelista. Creo que esa novela puede leerse porque yo también he creado el anime correspondiente. Me gusta tanto leer como escribir novelas, y paso mucho más tiempo leyéndolas que viendo anime o películas. Por eso algún día me gustaría escribir una novela por el simple hecho de escribirla. Pero al mismo tiempo mi deseo de crear obras que el público desee ver de verdad es mucho más fuerte. Me da la impresión de que para mí lo más importante ahora mismo es la animación.
(Entrevista y edición: comité editorial de nippon.com - Itakura Kimie, Katō Megumi, Ōtani Kiyohide (imágenes); traducido al español del original en japonés)