El verde es “azul”: los colores en japonés
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El significado de los colores
Muchos estudiantes de japonés se sienten confusos cuando oyen que la luz del semáforo se pone “azul”. Si uno memoriza que midori es “verde” y ao es “azul”, resulta sorprendente aprender que las luces aparentemente verdes de los semáforos japoneses son descritas como aoshingō. Esto demuestra que incluso las palabras más comunes no pueden tener traducciones sencillas. Las luces del tráfico en Japón no son azules en realidad, son ao, una palabra que normalmente significa “azul”, pero que también puede significar “verde”.
Ao, una de las palabras para un color más antiguas de Japón, era antiguamente utilizada en un sentido más amplio. Una de sus acepciones ampliamente utilizadas es la que denota el vivo color verde de la vegetación que acaba de brotar, como por ejemplo al comienzo del verano. Entre los ejemplos de su uso se encuentran aoba (una hoja verde), aona (vegetales verdes con hojas), aomame (soja verde o guisantes), e incluso el nombre de la prefectura de Aomori, que según la explicación original se refería a los arbustos de enebro verdes que cubrían una pequeña colina en la que hoy se encuentra la capital de la prefectura. La palabra ao también ha sido utilizada históricamente para una amplia gama de colores de distintos tonos, incluyendo el negro, el blanco y el gris.
Estos distintos significados que tenía en el pasado pueden resultar fascinantes, aunque también potencialmente confusos. En los registros más antiguos de la lengua japonesa ao y aka (hoy rojo) indicaban la claridad. Aunque kuro (negro) denotaba la oscuridad y shiro (blanco) la luz, ao era utilizado para los tonos más oscuros y aka para los tonos más claros entre ambos. Al igual que kuro y kurai (oscuro) comparten la misma raíz etimológica, aka está relacionado con akarui (claro).
Mucho tiempo después de que esta vieja ambigüedad lingüística haya ido desapareciendo en la mayoría de los casos, el uso de ao como “verde” ha persistido en la era de los semáforos. El primer semáforo de luz eléctrica de Japón fue instalado en Hibiya, Tokio, en 1930. Fue importado de los Estados Unidos y presentaba tres colores básicos.
La primera legislación, de hecho, definía el color de apertura del semáforo como midori, pero la sociedad japonesa insistió en llamarlo ao y esta expresión persistió. En 1947 la palabra aoshingō fue incluida en la ley japonesa como el nombre oficial de la luz verde del semáforo.
Una colorida tradición
La influencia del inglés en los colores es evidente a medida que da forma a algunas partes de la lengua japonesa. Es poco probable que burū (azul) y gurīn (verde) puedan sustituir alguna vez a ao y midori, aunque estos términos en katakana hoy se escuchan frecuentemente. Si bien orenji (naranja) es claramente más utilizado que el tradicional daidai, que toma su nombre del cítrico. Pinku (rosa) también está ampliamente asentado en el lenguaje, y es más común que su relativo sinónimo momo (melocotón).
El color japonés shu (bermejo) es descrito a veces simplemente como “rojo” o en ocasiones como “naranja”. La falta de precisión refleja su importancia menor en el mundo angloparlante. No obstante en Japón, como en otras partes de Asia Oriental, sí está profundamente arraigado en la cultura. Es el color de los torii en los santuarios sintoístas, de los tampones de tinta shuniku con los que se usan los sellos personales, y de la tinta utilizada por los profesores de caligrafía cuando corrigen los trabajos de sus estudiantes. Es también un color frecuente en los objetos lacados.
Shu es el color que más llama la atención del visitante occidental, pero Japón tiene otros muchos tonos tradicionales. Murasaki (púrpura) fue durante mucho tiempo el color que vistió la clase dominante. En el período Heian (794-1185), el púrpura claro del fuji (glicina) llegó a ser un color destacado en parte a través de la asociación con el poderoso clan Fujiwara. La autora Sei Shōnagon elogiaba en repetidas ocasiones esta flor en su clásica obra El libro de la almohada, como por ejemplo cuando escribe “los largos y coloridos racimos de glicinas florecen colgando en un pino” en su lista de “cosas espléndidas”.
El profundo interés de la aristocracia del período Heian en el color destaca en el conjunto jūni hitoe que vestían las mujeres de la corte. Su nombre significa literalmente “12 capas”, pero no había un número fijo y este podía llegar a ser de hasta 20. Los colores eran visibles en las mangas y en los dobladillos, donde se iban superponiendo capas cada vez más cortas, y hacerlas conjuntar de forma estética era un arte refinado. Existían una serie de reglas complejas sobre los colores que eran adecuados para cada capa basándose en la estación, el momento y la persona que las vestía.
Un equivalente contemporáneo a aquellos que fijaban las normas en el pasado podría ser tal vez la organización responsable del Shikisai Kentei, un popular test de conocimiento de los colores. Esta organización funciona como un cuerpo de estandarización creando preguntas con opciones múltiples para diseñadores incipientes y artistas de toda una variedad de campos. Esto incluye examinar a personas sobre los tipos de tonos exactos de los colores tradicionales según la definición del Comité de Estándares Industriales de Japón.
La estandarización hace la vida más fácil, pero el placer del lenguaje está en su idiosincrasia. Aunque a los estudiantes extranjeros les puede parecer extraño que el semáforo se ponga en “azul”, comprender esto anima a aceptar un nuevo punto de vista sobre el mundo. Cada nuevo conocimiento sobre una cultura diferente a la nuestra representa un pequeño paso en el largo camino hacia la adquisición de una perspectiva más amplia.Paleta de colores tradicionales de Japón
beni (carmesí) | moegi (glauco) |
momo (melocotón) | hanada (azul claro) |
shu (bermejo) | ai (añil) |
daidai (naranja) | ruri (lapislázuli) |
yamabuki (kerria) | fuji (glicina) |
uguisu (pardo verdoso) | nezumi (ratón) |
Nota: esta tabla muestra los colores según la definición del Comité de Estándares Industriales de Japón. Históricamente los colores pueden haber variado sensiblemente, especialmente en su denominación después del teñido, donde el proceso puede afectar en gran medida al color final. Asimismo, pueden variar dependiendo del monitor. No todos tienen nombre en otros idiomas.
(Traducido al español del original en inglés. Fotografía del encabezado: un aoshingō se ilumina delante de un fondo de aoba, hojas verdes de comienzos del verano.)