La risa es vida: la laureada pareja de payasas japonesas Rone y Gigi

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Julian Ryall [Perfil]

La risa siempre es contagiosa cuando las premiadas payasas Rone y Gigi hacen lo que mejor se les da: ayudar al público a olvidar las preocupaciones de la vida cotidiana y simplemente reírse, un trabajo que llevan desempeñando desde que debutaron hace más de tres décadas.

Siempre buscando la risa

Dos payasas japonesas que llevan 34 años trabajando en dúo están completamente compenetradas tanto en el escenario como fuera de él. Coinciden sobre qué es lo que les brinda una mayor satisfacción de su oficio:

“Ver cómo sonríe y ríe el público que tenemos delante”, dice Gigi. “Sabemos que algunos pueden estar atravesando una situación difícil, pero, cuando se ríen y se ven contentos, se quitan de encima todas las tribulaciones”, añade Rone.

“Excepto en los grandes espectáculos teatrales, los lugares donde actuamos no son muy grandes y, al principio, la mayoría de los espectadores no se conocen entre ellos y puede resultar un poco tenso”, explica Gigi. “Pero, para el final del espectáculo, el ambiente se ha transformado por completo y parece una reunión de familia. Para mí, ese es el mejor aspecto de lo que hacemos”.

Hoy las risas empiezan incluso antes de que se levante el telón, cuando Gigi trajina por el escenario vestida con un pichi y un gorro de sirvienta, plumero en mano. Mirando a través de unas gafas con lentes de culo de botella, desempolva el micrófono, el escenario y una caja de trucos estratégicamente colocada para el espectáculo que está a punto de empezar.

Gigi finge que limpia las ventanas con brío para deleite del público. (© Benjamin Parks)
Gigi finge que limpia las ventanas con brío para deleite del público. (© Benjamin Parks)

Gigi pasa fluidamente a ejecutar una hábil escena en la que representa un encuentro romántico con un perchero de pie ataviado con traje y bombín. Luego cambia su vestimenta por un sombrero de paja y un chaleco de rayas rojas y blancas, y su compañera de risas, Rone, se sube con ella al escenario.

Gigi flirtea con un apuesto perchero durante su número inicial. (© Benjamin Parks)
Gigi flirtea con un apuesto perchero durante su número inicial. (© Benjamin Parks)

El dúo ejecuta una serie de números perfectamente coreografiados que incluyen malabarismos y una cacerola. Sus exagerados gestos y expresiones faciales son el sello de identidad de generaciones de payasos. El público participa inevitablemente y una incauta observadora acaba meneando las caderas en el escenario, agarrando pelotas de malabares e intentando esquivar la cacerola para que no le dé en la cara.

Es un espectáculo jovial en el que reina un caos disparatado de patada en el trasero, pañuelos de seda lisos que se transforman en un estallido de color en diestros movimientos y, cómo no, donde se recompensa al público por sus contribuciones con coronas hechas de globos.

La química sobre el escenario es evidente: el programa entero es el resultado de décadas de práctica que han nutrido el trabajo en equipo y la capacidad de hacerse brillar mutuamente.

El dúo demostrando su destreza con las mazas. (© Benjamin Parks)
El dúo demostrando su destreza con las mazas. (© Benjamin Parks)

El pasado internacional del dúo de payasas japonesas

Rone y Gigi iniciaron su colaboración en 1990, después de que ambas completaran los cursos organizados por la escuela japonesa de payasos del circo Ringling Bros. and Barnum & Bailey. Ampliamente considerada como una de las mejores escuelas de circo del mundo, su programa requería a los alumnos conseguir plaza mediante exigentes audiciones y el aforo de cada clase estaba limitado a un máximo de diez estudiantes. El centro principal de Estados Unidos formó a unos 1.400 payasos en el “estilo Ringling” desde su fundación, en 1968, hasta su cierre, en 1997.

Como ambas contaban con una amplia experiencia teatral y el padre de Rone era actor de kabuki formado también en el estilo shingeki (‘nuevo teatro’) del realismo moderno, confiesan que ambas preveían volver al teatro una vez terminaran su formación de payasas. Sin embargo, cuando descubrieron lo bien que se complementaban, decidieron perseguir la carrera de payasas, atraídas por el encanto del oficio, su valor como entretenimiento y la importancia que otorga a la expresión libre y al cuidado de los demás. Fundaron la compañía teatral de payasos Open Sesame, en la que Gigi asumió el cargo de directora artística y Rone el de directora comercial.

Las pelotas se mueven tan rápido que uno casi no puede seguirlas con la mirada, pero la pareja ejecuta un trabajo en equipo de lo más fluido. (© Benjamin Parks)
Las pelotas se mueven tan rápido que uno casi no puede seguirlas con la mirada, pero la pareja ejecuta un trabajo en equipo de lo más fluido. (© Benjamin Parks)

Para ampliar sus conocimientos como intérpretes, Rone y Gigi decidieron viajar a Moscú en una época geopolíticamente complicada como era 1991 para aprender las tradiciones de los payasos de estilo ruso. Recuerdan la experiencia con cariño, aunque apenas hablaban una palabra de ruso y tenían que hacer cola para conseguir alimentos básicos como el pan. Inspiradas a ampliar sus horizontes por Mimicrech, una compañía ucraniana con seis miembros, al año siguiente viajaron a Kíev para estudiar en lo que ahora es el Circo Nacional de Ucrania. A continuación, pasaron una temporada en Gran Bretaña puliendo el oficio bajo la atenta supervisión de la payasa y mima Nola Rae, a la vez que actuaban para financiar su proceso de desarrollo.

En 1997 asistieron por primera vez al programa de formación para payasos de la Universidad de Wisconsin y se convirtieron en instructoras de este durante los siguientes 13 años. Rone y Gigi también han participado en programas de formación para payasos en otras partes de Estados Unidos, así como en Inglaterra, Escocia, Corea del Sur, Malasia y Singapur, donde intervinieron en el festival Clown Around the World de 2004 y actuaron frente al presidente S. R. Nathan.

También estuvieron entre los grupos que encabezaron el cartel del Festival Mundial de Payasos de 2005, que se celebró en Nagoya.

Sus notables logros han obtenido el reconocimiento de la comunidad de payasos a lo largo de los años: fueron coronadas como mejores payasas por Clowns International en 2002, quedaron segundas en el Festival Internacional de Payasos de 2003 en Montecarlo y se declararon Mejores Payasas y Premio del Público en 2004 en el Comedifest de Angel Ocasio.

El espectáculo suele terminar con un número que se adentra en la comedia hablada. (© Benjamin Parks)
El espectáculo suele terminar con un número que se adentra en la comedia hablada. (© Benjamin Parks)

Fuentes de creatividad

La incansable mente creativa de Gigi ha inventado un elenco de personajes que pueblan sus espectáculos, desde un viejo gordo llamado Zsa Zsa (‘abuelo’ en ruso) hasta un dúo con grandes orejas salientes pegadas a un casquete e incluso niños a los que interpretan con zapatos infantiles atados a las rodillas y arrastrando las piernas por el escenario. Gigi incluso ha fabricado su propio traje para interpretar a unos cuantos personajes subidos de peso.

Los números de los “orejones” de Rone y Gigi triunfan especialmente entre el público infantil. (© JTCC Open Sesame, Rone & Gigi)
Los números de los “orejones” de Rone y Gigi triunfan especialmente entre el público infantil. (© JTCC Open Sesame, Rone & Gigi)

La libertad de ser payasas

Parte del deseo del dúo de payasear surge de la ausencia de cultura de payasos en Japón, donde a menudo se describen —erróneamente— como piero, un término japonés derivado de pierrot, evolución de un tipo de actores callejeros de la Italia de finales del siglo XVII. Rone y Gigi también mantienen que el término daidōgei, o actor callejero, no acaba de ser preciso.

“Japón carece de cultura de payasos y, en nuestros viajes a Estados Unidos, Europa o incluso otras partes de Asia, la gente se sorprende cuando lo decimos”, apunta Rone. “Uno de los motivos por los que me hice payasa es porque aquí no existen. También me encanta Charlie Chaplin y su forma de actuar resulta muy fácil de entender para los japoneses. Cuando me planteo qué es un payaso, pienso en Chaplin”.

La prestidigitación también forma parte del espectáculo. (© Benjamin Parks)
La prestidigitación también forma parte del espectáculo. (© Benjamin Parks)

Rone declara sentirse “cómoda” en su atuendo de payasa porque es más libre que en el contexto más formal de los estilos de entretenimiento japoneses. Los payasos brindan un cariz positivo a situaciones negativas y las convierten en risa. A diferencia de muchas otras escuelas de artes creativas, la suya no se asocia con severas reprimendas. Según Rone, todas las artes japonesas, desde las artes marciales hasta aficiones artísticas como la música, el arreglo floral y el teatro tradicional, siguen reglas y criterios estrictos, pero “los payasos son libres”.

Con todo, la vida de un payaso no son todo risas y sonrisas, ya que se trata de una profesión que no está bien remunerada y en la que hay que competir con incontables formas de entretenimiento. El hecho de que los payasos sean relativamente desconocidos en Japón limita las oportunidades económicas. Rone recuerda que, en los primeros años de su colaboración, las recomendaciones de boca en boca implicaban que a menudo actuaban en centros comerciales y festivales, pero eligieron centrarse más en actuar en escenarios, aunque fuera con menos frecuencia.

Gigi es el cerebro creativo que hay detrás de las actuaciones y declara que puede inspirarse con cualquier cosa que vea: “Me puedo emocionar leyendo un libro o bien cuando hojeo el periódico y siento que quiero lanzar un mensaje al mundo mediante un espectáculo”, explica. “Cuando se me llena la cabeza de imágenes e ideas, lo único que quiero es crear nuestro arte”.

Difundir la cultura de los payasos desde Japón

Tras más de tres décadas entreteniendo a los demás, Rone y Gigi están deseosas de legar sus habilidades y conocimientos escénicos a una nueva generación de payasos nipones. Su escuela Open Sesame lleva 30 años funcionando. Los estudiantes suelen reunirse una vez a la semana para practicar y uno de ellos, que ahora tiene 79 años, ha sido alumno sin interrupción desde que la escuela abrió sus puertas.

Estas son las personas —jóvenes y viejas, profesionales y aficionadas— que Rone y Gigi creen que difunden los payasos en Japón y son el futuro de esta disciplina artística.

Rone (izquierda) y Gigi llevan 34 años provocando sonrisas como dúo de payasas. (© Benjamin Parks)
Rone (izquierda) y Gigi llevan 34 años provocando sonrisas como dúo de payasas. (© Benjamin Parks)

(Traducido del artículo original en inglés. Fotografía del encabezado: El dúo de payasas en acción. © Rone and Gigi/Open Sesame).

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    Corresponsal de Japón y Corea del Sur para el periódico londinense Daily Telegraph. Se licenció en la Universidad de Wolverhampton y obtuvo la maestría en periodismo en la Universidad de Central Lancashire. Nacido en Londres. Llegó a Japón en 1992 y actualmente reside en Yokohama. Colabora como periodista independiente en periódicos como el South China Morning Post.

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