Un puente entre Japón y el islam: kimonos antiguos que se convierten en hiyabs

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Una emprendedora japonesa trabaja a favor de la comprensión intercultural a través de dos prendas: el kimono tradicional de Japón y el hiyab, una prenda que usan algunas mujeres musulmanas para cubrirse el cabello. Kobayashi Kaori fabrica y vende hiyabs hechos con tela de kimono.

La belleza de ambas prendas

Todo comenzó en enero de 2017 durante un viaje a Malasia. Era la primera vez que Kobayashi Kaori visitaba un país islámico; hasta entonces había tenido siempre la impresión de que el hiyab era una prenda sencilla.

Sin embargo, cuando vio a las musulmanas ataviadas con sus hiyabs por las calles, o vio las prendas que se vendían en los mercados, descubrió que tenían colores vivos y diseños variados. Quedó impresionada por su belleza.

Kobayashi Kaori durante su viaje a Malasia. (Fotografía de Kobayashi Kaori)
Kobayashi Kaori durante su viaje a Malasia. (Fotografía de Kobayashi Kaori)

En ese momento pensó que era buena idea usar kimonos antiguos para hacer hiyabs. Durante la universidad, Kobayashi se había especializado en Historia de Japón, y estudiado las costumbres de los primeros años del periodo Shōwa (1926-1989). Entre los periodos Taishō (1912-1926) y Shōwa se fabricaron kimonos con diseños muy llamativos; Kobayashi pensó que su belleza era similar a la de los hiyabs.

Los hiyabs coloridos de Malasia. (Fotografía de Kobayashi Kaori)
Los hiyabs coloridos de Malasia. (Fotografía de Kobayashi Kaori)

“¡Compraré una máquina de coser!”

A Kobayashi le gustaban los kimonos, pero no sabía mucho sobre ellos. A pesar de esto sentía un gran deseo de materializar aquella idea. Durante el viaje le dijo a su marido que compraría una máquina de coser al volver a Japón. Inmediatamente después de su regreso fue a la casa de su abuela en busca de kimonos viejos que ya nadie usara. También pensó que era buena idea combinar la tela del kimono con otras, así que fue a una tienda de productos para manualidades y compró una tela ligera. No había confeccionado nada desde la clase de Conocimientos Domésticos en la escuela, pero cortó los kimonos tal como había imaginado y los volvió a coser para armar los hiyabs.

Al principio, dice, era como un pasatiempo. Cada vez que terminaba un hiyab lo ponía a la venta en un sitio de internet. Normalmente vendía uno o dos al mes. Era una verdadera autodidacta de la confección, pero se esforzó por estudiar y practicar para mejorar.

Kobayashi dice que no tenía ninguna relación con la cultura islámica.
Kobayashi dice que no tenía ninguna relación con la cultura islámica.

Al no tener mucho conocimiento sobre el hiyab, preguntó a la gente en redes sociales. Recibió respuestas de muchas mujeres musulmanas de todo el mundo. Algunas de ellas se tomaron la molestia de verla en persona y le explicaron sobre el hiyab. Kobayashi asegura que todas fueron muy amables.

No obstante, algunas personas de su entorno le dijeron que era peligroso y se opusieron a la idea de que visitara una mezquita.

Es posible que influyera en ello el hecho de que, en aquella época, Estado Islámico estaba llevando a cabo un gran número de ataques terroristas y las noticias al respecto se daban a conocer por todo el mundo.

Prevalecía la idea de que el islam era equivalente a algo peligroso. Para Kobayashi, lo más triste fue no conseguir la comprensión de sus más allegados. Algunos de sus conocidos incluso cuestionaron las razones por las que quería establecer relaciones precisamente con musulmanes.

El hiyab es de todos

En 2012, Kobayashi se trasladó a Shanghái con su esposo, a quien habían enviado a esa ciudad por trabajo. Se estaba registrando una ola antijaponesa, y se advertía que no salieran a la calle con objetos que pudieran identificarlos como ciudadanos japoneses. Sin embargo Kobayashi percibía una gran diferencia; la gente en las calles era amable, al contrario de lo que decían las noticias.

Cuenta que si no hubiera tenido la oportunidad de relacionarse con musulmanes a través del hiyab, quizá ella también tendría prejuicios al respecto, y cree que es la falta de información la que los origina.

“Yo no me considero especialmente religiosa, aunque en casa tenga mi altar budista. Comencé a hacer hiyabs porque me sentí atraída por la atmósfera misteriosa del islam y su sentido de la moda, pero a veces la gente se piensa que soy musulmana, y eso me ha llevado a reflexionar sobre si es adecuado que una no creyente fabrique y use el hiyab”.

Cuando expresó sus preocupaciones, las musulmanas le dijeron que el hiyab es de todos y que no importa quién lo fabrique o lo lleve. Así descubrió que la puerta de entrada al mundo islámico era más amplia de lo que pensaba. Al mismo tiempo que desapareció su preocupación, se dio cuenta de que no hay que temer a los musulmanes y que sentía deseos aún mayores de que desapareciera este prejuicio que prevalece entre los japoneses.

Sha, una forma casual de disfrutar del kimono

Los hiyabs que Kobayashi vio en Malasia, un país con gran humedad, estaban hechos con tela de chifón, muy ligera y fresca, que tenía una suave belleza de pliegues fluidos.

Para los kimonos también existen telas delgadas, perfectas para los veranos húmedos. Se trata de las telas ro y sha. Esta última es un lienzo más ligero y airoso con cierta transparencia. Mientras que el ro se usa para la ropa formal, el sha va mejor con la casual.

Un lienzo de tela sha. Se transparenta y es fresca.
Un lienzo de tela sha. Se transparenta y es fresca.

Son muy pocas las personas que visten normalmente con kimono, incluso entre los japoneses. Un kimono convertido en hiyab se puede utilizar más casualmente, pero su punto débil es que la tela del kimono es gruesa y pesada. Si se combina con tela como el chifón se puede crear un hiyab ligero con el que las mujeres pueden disfrutar de la belleza del kimono a diario.

La tela sha era perfecta para la idea que Kobayashi tenía de un hiyab hecho con un kimono: una prenda que se pudiera usar diariamente. Su tienda en línea se llama Xiaxia Hijab Japan; la abrió solo nueve meses después de su viaje a Malasia.

Kobayashi obtuvo una licencia de negocio de objetos de segunda mano para poder comprar kimonos usados.
Kobayashi obtuvo una licencia de negocio de objetos de segunda mano para poder comprar kimonos usados.

Hiyabs hechos con kimono, una forma de reciclaje creativo

Cada vez más personas compran en la pequeña tienda personal en línea de Kobayashi, y algunos clientes le dejan mensajes de agradecimiento. Los diseños de las telas de kimono tradicionales son muy populares en otros países y no son pocos los que adquieren los hiyabs como regalo.

Aunque los motivos típicamente japoneses son muy populares, hay algunos que no son apropiados para el islam. Kobayashi ha ido aprendiendo a base de prueba y error.

Los patrones japoneses son populares. El color rosa es uno de los que más gustan.
Los patrones japoneses son populares. El color rosa es uno de los que más gustan.

Los kimonos los consigue en tiendas de segunda mano que ya conoce. Como los diseños que Kobayashi considera que van bien con los hiyabs no son los más populares, los vendedores se alegran de poder vendérselos. Los hiyabs hechos con tela de kimonos antiguos son una forma creativa de reciclaje amigable con el medioambiente que se adecua perfectamente a nuestra época.

La mayoría de los kimonos que compra son coloridos y de diseños vistosos.
La mayoría de los kimonos que compra son coloridos y de diseños vistosos.

No hay colores ni diseños iguales, cada hiyab es único

El primer paso del proceso es deshilar los kimonos que compra. De esta manera, puede dividirlos en nueve lienzos de varios tamaños. Para los hiyabs solo usa la tela exterior, no el forro.

Luego de deshilarlos solo le quedan telas cuadradas.
Luego de deshilarlos solo le quedan telas cuadradas.

La mayoría de los kimonos están hechos de seda, con tejidos delicados que se deben lavar a mano con agua fría. Si están muy sucios se utiliza un poco de detergente; se tarda un cierto tiempo en quitar las manchas. Se secan a la sombra, se vuelven a lavar y se planchan. Lo siguiente es retirar las partes maltratadas. Dependiendo de la condición de cada kimono, se pueden sacar entre cinco y diez lienzos de tamaño adecuado para un hiyab.

A partir de aquí Kobayashi comienza a planear el diseño. Ya que no hay dos kimonos iguales, todos los hiyabs son piezas únicas. ¿Con qué colores lo va a combinar? ¿Qué grosor de tela va a usar? Esta es la parte favorita de Kobayashi.

Decide el diseño usando un muestrario de telas de colores.
Decide el diseño usando un muestrario de telas de colores.

Es extremadamente difícil coser bien dos telas diferentes.
Es extremadamente difícil coser bien dos telas diferentes.

Un video que la llevó al éxito

En abril de 2020, cuando se emitió la declaración de emergencia por la propagación del coronavirus, se redujo casi por completo el número de visitantes extranjeros a Japón. La salud de la propia Kobayashi desmejoró durante el caos del momento, pero siguió trabajando con la idea de que poder hacer feliz a alguien con sus productos. En mayo de 2022 puso por primera vez a la venta sus hiyabs en una tienda promocional física en la zona de Tama, en Tokio. En 2023, cuando los turistas regresaron a Japón, comenzó a colocar sus hiyabs en una oficina de turismo en Harajuku, Tokio, gracias a lo cual consiguió popularidad. A fines de ese año, sucedió algo que cambió el rumbo de su negocio.

“Participé en un video promocional para turistas extranjeros que me lanzó a la fama. Se publicó el 30 de diciembre, y el 2 de enero recibí una llamada de la tienda de Harajuku en la que me avisaban que se habían vendido todos sus hiyabs. Ahí comenzó un periodo muy ajetreado para mí”.

Keita, su marido, nos dice que hasta la siguiente primavera, Kobayashi casi no durmió nada. Él trabaja como encargado de ventas en una empresa de tecnologías de la información. Aprovechando sus conocimientos de relaciones públicas, comenzó a apoyar a su esposa.

Keita ayudó a su esposa cuando esta se vio sobrecargada de trabajo.
Keita ayudó a su esposa cuando esta se vio sobrecargada de trabajo.

Una mayor comprensión hacia el islam

Han pasado casi siete años desde que Kobayashi abrió su tienda xiaxia. En marzo de 2024 comenzó a vender sus productos en Toyosu Senkyaku Banrai, y en mayo en una tienda halal de Asakusa, ambas en Tokio. Contando las ventas en internet, en la actualidad hace cerca de 100 hiyabs al mes. Ya que no puede hacerlo todo sola, algunas partes del proceso las delega, pero ella está a cargo casi por completo de la compra de kimonos y telas chifón, el diseño, los pedidos y los envíos.

La encargada de la sección de árabe de nippon.com se prueba un hiyab hecho con tela de kimono.
La encargada de la sección de árabe de nippon.com se prueba un hiyab hecho con tela de kimono.

La mayoría de quienes compran sus hiyabs en tiendas físicas son turistas extranjeros. En un principio la mayoría era del Sudeste Asiático, pero ahora vienen muchos de Estados Unidos, Oriente Medio y Europa.

En contraste con la situación de hace siete años, ahora hay más tiendas que venden alimentos halal y es más común ver a mujeres con hiyab en Japón. También ha aumentado la comprensión hacia la cultura islámica. Cuando Kobayashi explicaba a sus amigos a qué se dedicaba la miraban con extrañeza, pero ahora la felicitan. Dice que es probable que pronto tengamos que convivir con musulmanes en nuestros lugares de trabajo o residencia, por lo que es necesario tener un mayor conocimiento mutuo.

Kobayashi cree que el problema son las pocas oportunidades para conocer el islam.
Kobayashi cree que el problema son las pocas oportunidades para conocer el islam.

La verdadera belleza no conoce fronteras

Kobayashi nos dice, emocionada, que quiere promocionar su producto como una marca japonesa de hiyabs y que ha recibido muchas solicitudes para que también fabrique abaya, un vestido largo tradicional del islam, para poder combinarlo con el hiyab. Ella está considerando la idea en forma positiva, ya que quiere responder a los deseos de sus clientas que han comprendido la belleza del kimono.

Kobayashi cree que los hiyabs hechos con kimono son una combinación de dos bellezas que permite una comprensión positiva de ambas culturas.

El lema de su tienda en línea Xiaxia Hiyab es “True Beauty Knows No Borders” (La verdadera belleza no conoce fronteras). El sueño de Kobayashi de convertirse en un puente entre Japón y la cultura islámica comenzará a desarrollarse más a partir de ahora.

Xiaxia Hijab Japan

Fotografías: Hanai Tomoko
Reportaje y texto: equipo editorial de nippon.com

(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: Kobayashi con un hiyab hecho de kimono.)

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