La supervelocidad del Super Cub: la versión más rápida de un vehículo popular

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El Super Cub de Honda es el vehículo de motor más vendido del mundo. En 2019, una versión remodelada por un equipo de pequeños fabricantes japoneses estableció un récord mundial de velocidad en las Salinas de Bonneville, en Utah. Hablamos con el piloto, Chikakane Takushi, sobre su moto y los artesanos que hay detrás de ella.

Una hazaña automovilística en el Alto Desierto

En un lago salado seco de Utah, en una elevada llanura desértica donde las temperaturas alcanzan más de 40 grados centígrados en verano, un acontecimiento anual atrae a los amantes de la velocidad de todo el mundo: las Pruebas de Velocidad de Motocicletas de Bonneville, donde un circuito rectilíneo de 16 kilómetros construido en el salar de Bonneville acoge cada agosto una competición de certificación de velocidad máxima, reconocida tanto por la Asociación Nacional de Motociclismo de EE. UU. como por la Federación Internacional de Motociclismo.

Divididos en docenas de categorías basadas en elementos como el tipo de motor, la cilindrada o el combustible, más de 200 equipos de todo el mundo se reunen en el salar para competir. Los vehículos van desde motocicletas de 50 cc hasta coches con motores de cohete.

No hay premio en metálico cuando alguien gana, pero la gente sigue compitiendo en este concurso de velocidad. Tiene una historia que abarca más de 110 años, y se compite con el único objetivo de ganar el título de “El más rápido del mundo” en una categoría determinada.

The World’s Fastest Indian (Burt Munro: un sueño, una leyenda / El amo del viento), una película de 2005 protagonizada por Anthony Hopkins, está basada en la historia real de Burt Munro, el legendario piloto neozelandés que consiguió el récord del mundo de velocidad (en la categoría de motos de menos de 1.000 cc) en 1962, a la edad de 63 años.

Hay un japonés que nos recuerda hoy día el desafío de Munro. Chikakane Takushi es un director de cine de Kobe, en la prefectura de Hyōgo, nacido en marzo de 1962. Chikakane participó por primera vez en Bonneville cuando tenía 56 años. Desde entonces ha establecido seis récords mundiales de velocidad y sigue esforzándose por batirlos de nuevo.

Una “modificación mágica” del Super Cub de Honda Sōichirō

“Desde que era pequeño, admiraba a Horie Ken’ichi”, dice Chikakane, refiriéndose a un aventurero oceánico local que vivía en Ashiya, en la prefectura de Hyōgo. “Era mayor que yo y procedía de mi ciudad natal. Cruzó el océano más ancho del mundo, el Pacífico, en el yate más pequeño del mundo. Siempre quise intentar yo mismo una aventura así de pequeña y a la vez tan grande”.

Cuando tenía 16 años Chikakane obtuvo el carnet de motocicleta y se obsesionó con las carreras en carretera. Pero cuando tenía 23 años se cayó durante una carrera y se rompió 13 huesos, algunos de ellos en el cuello y la columna vertebral. Tardó dos años y medio en recuperarse por completo y se vio obligado a retirarse de las carreras.

Las memorias que escribió durante su estancia en el hospital se hicieron bastante populares y decidió convertirse en escritor. Después amplió el rango de su trabajo para incluir periodos como guionista de televisión y director de cine.

El impulso que lo llevó a enfrentarse a Bonneville vino de su segunda película, Kiriko no uta (“La canción de las virutas metálicas”), de 2016, que se adentra en el mundo de la fabricación japonesa a pequeña escala y de alta calidad. Mientras investigaba en una empresa de procesamiento de metales en la zona shitamachi de Tokio (los barrios populares), quedó fascinado por el asombroso nivel de la artesanía japonesa.

Fue entonces cuando fijó su nuevo objetivo: utilizar la tecnología de la empresa para modificar “como por arte de magia” el motor de 50 cc de un vehículo de dos ruedas, el Honda Super Cub, e intentar alcanzar la velocidad más rápida del mundo en Bonneville.

El Honda Super Cub (el modelo fotografiado es de 2022) es el vehículo a motor más vendido del mundo. El primer modelo debutó en 1958 y la producción mundial acumulada alcanzó los 100 millones de unidades en 2017. (© Honda)
El Honda Super Cub (el modelo fotografiado es de 2022) es el vehículo a motor más vendido del mundo. El primer modelo debutó en 1958 y la producción mundial acumulada alcanzó los 100 millones de unidades en 2017. (© Honda)

El Super Cub es un símbolo del Made in Japan. Lo fabricó Honda Sōichirō, a veces llamado el “Edison de Oriente”. El diseño básico del motor de la moto actual, a menudo utilizada para repartir periódicos y correo, tiene unos 50 años, y su potencia máxima es de solo 3,7 caballos. A pesar de ello, Chikakane decidió seguir con este motor de cuatro tiempos refrigerado por aire para su empeño.

“No tiene sentido hacer algo que cualquiera podría hacer. Hemos establecido el récord más rápido con el mecanismo más difícil y el motor más desfavorable. El Made in Japan ha hecho posible lo que parecía imposible”.

Ingenieros de unas 30 empresas, principalmente de las industrias de precisión y procesamiento de metales finos, quedaron cautivados por la pasión de Chikakane y se ofrecieron a apoyarlo.

El patrocinador principal, NS Tool, es un fabricante líder de fresas (de torno) de pequeño diámetro, que cuenta con tecnología para tallar letras en una sola hebra de pelo utilizando herramientas con un diámetro exterior de tan solo 0,01 mm. Estas cuchillas son esenciales para el procesamiento fino de piezas metálicas, y la empresa apoya entre bastidores muchas áreas de la fabricación japonesa.

“No se le ocurre a cualquiera poner un turbocargador en un motor de 50 cc con el objetivo de alcanzar la máxima velocidad. El objetivo de Chikakane de crear la moto más pequeña y rápida del mundo encajaba con nuestros ideales”, recuerda el presidente Gotō Kōji.

En 2017 un grupo de ingenieros altamente cualificados reunió lo último en tecnología y materiales para afrontar el desafío de Bonneville. (Cortesía de Chikakane Takushi)
En 2017 un grupo de ingenieros altamente cualificados reunió lo último en tecnología y materiales para afrontar el desafío de Bonneville. (Cortesía de Chikakane Takushi)

El reto implicaba un plan de dos años. En el primer año, 2018, el equipo se centró en recopilar datos básicos y se inscribió en la categoría de 125 cc, evitando la más baja de 50 cc, en la que existe un mayor riesgo de quedar fuera de carrera.

El diseño más ingenioso se puso en el capó, la clave del rendimiento aerodinámico. Los conocimientos sobre resistencia a fluidos eran abundantes gracias al desarrollo de lanchas rápidas, yates y canoas de competición.

La moto registró una velocidad media de 153,73 km/h y una velocidad máxima de 165,30 km/h. Estableció este récord al completar el recorrido 25 veces seguidas, lo que le valió el título de “el Cub más rápido del mundo”.

El NSX-01, una máquina diseñada con forma de pez, fue apodado el “Atún Naranja” en Bonneville y llamó mucho la atención. (Cortesía de Chikakane Takushi)
El NSX-01, una máquina diseñada con forma de pez, fue apodado el “Atún Naranja” en Bonneville y llamó mucho la atención. (Cortesía de Chikakane Takushi)

Una modificación sin precedentes de un clásico de 50 cc

Con esa carcasa, sin embargo, sería imposible batir el récord mundial de 50 cc. Se necesitaban dos cambios importantes.

El primero fue el motor. En Bonneville, donde el aire es escaso y la temperatura elevada, la pérdida de potencia es inevitable con un motor normal, lo que hace imprescindible un sobrealimentador. Pero sobrealimentar un motor pequeño es extremadamente difícil, y ningún fabricante del mundo había conseguido poner en práctica un turbocargador miniaturizado de este tipo.

El equipo que asumió este difícil reto fue FC Design, una empresa con sede en Hiroshima que ayudó a crear el Fancy Carol, el cual obtuvo el récord Guinness en 2003 y 2004 por su ahorro de combustible. No había interenfriadores disponibles en el mercado para refrigerar el aire presurizado por el turbocargador, así que en colaboración con Yamato Radiator en Edogawa, Tokio, el equipo fabricó un prototipo que rediseñó ocho veces.

El motor supercargado de 50 cc más pequeño del mundo. (© Chikakane Takushi)
El motor supercargado de 50 cc más pequeño del mundo. (© Chikakane Takushi)

El otro cambio fue en el diseño de la carrocería. Para minimizar la resistencia al aire, el plan de diseño preparado por el profesor Haneda Takashi de la Universidad de Arte y Cultura de Shizuoka tenía al piloto en posición prona, con la cabeza por delante, como la que adoptan los corredores de trineo sencillo o skeleton.

Aquella moto sin precedentes, la NSX-51, tuvo un problema inesperado durante la propia carrera: el motor no arrancaba. Afortunadamente el equipo consiguió que funcionara justo antes de la hora límite de la carrera, y Chikakane lo puso todo en juego en su primera y única contrarreloj.

Tras un tramo de dos millas para acelerar hasta alcanzar la velocidad máxima, los corredores entran en la zona cronometrada, un tramo de una milla en el que se mide la velocidad de sus vehículos. Cuando Chikakane entró en el tramo cronometrado en su salida de 2019, exhaló y aguantó sin inspirar para no inflar los pulmones ni aumentar con ello la resistencia del aire, con una posición más elevada de la espalda. Para medir la distancia bajo sus ruedas comenzó a contar: “uno, dos, tres...” hasta el final del tramo cronometrado. Al llegar a cincuenta levantó por fin la cabeza y tomó aire rápidamente.

Los mayores problemas a superar en la resbaladiza superficie del salar son las roderas dejadas por los vehículos caídos y los feroces vientos cruzados. (Cortesía de Chikakane Takushi)
Los mayores problemas a superar en la resbaladiza superficie del salar son las roderas dejadas por los vehículos caídos y los feroces vientos cruzados. (Cortesía de Chikakane Takushi)

Una despedida perfecta para una leyenda en vías de extinción

El cronometrador oficial situado junto a la pista dio el visto bueno, y pronto Chikakane escuchó las buenas noticias: había logrado una velocidad media de 101,77 km/h y una velocidad máxima de 128,63 km/h. ¡Un nuevo récord mundial para la categoría de 50 cc!

Sin embargo, poco después de ese momento de alegría, un sentimiento de decepción empezó a aflorar en su interior. Debido a un problema en el motor, la moto no pudo abrir del todo el acelerador y solo pudo completar una vuelta. El año que viene demostraría su verdadera valía, se prometió.

Pero no llegaría a cumplir su promesa. El evento se canceló en 2020 debido a la COVID-19. En 2021, las interrupciones en la logística de transporte causadas por la pandemia retrasaron el transporte de las máquinas, que no llegaron a tiempo para el inicio de la carrera. En 2022, se tomó la decisión de cancelar el evento antes incluso de que el equipo viajara a Estados Unidos debido a las fuertes y anormales lluvias. La carrera también se canceló en 2023 debido al huracán Hillary, que tocó tierra en el sur de California. Era la primera vez que un huracán azotaba esa zona en 84 años.

“Si pudiéramos participar seguro que batiríamos el récord mundial”, fue el pensamiento constante de Chikakane durante los cuatro años que el coronavirus y las condiciones meteorológicas anómalas impidieron que el equipo alcanzara su objetivo.

En una prueba celebrada en el circuito Ogatamura Solar Sports Line de Ogata, en la prefectura de Akita, en noviembre de 2023, Chikakane registró una velocidad media de 117,05 km/h, 15 km/h más rápido que su propio récord mundial establecido en Bonneville, aunque no era oficial.

Por razones de seguridad, las pruebas de Akita se realizaron a velocidades bajas de motor, y la distancia cronometrada fue de 1.000 metros, 600 metros menos que la pista de una milla de Bonneville. Dado que este récord se logró en condiciones desfavorables, el equipo sentía confianza sobre sus posibilidades en la carrera real. (Cortesía de Chikakane Takushi)
Por razones de seguridad, las pruebas de Akita se realizaron a velocidades bajas de motor, y la distancia cronometrada fue de 1.000 metros, 600 metros menos que la pista de una milla de Bonneville. Dado que este récord se logró en condiciones desfavorables, el equipo sentía confianza sobre sus posibilidades en la carrera real. (Cortesía de Chikakane Takushi)

Hay una razón por la que Chikakane está decidido a afrontar el desafío de Bonneville.

Dada la tendencia mundial a reducir las emisiones de CO2, las motocicletas pequeñas de alto rendimiento, el orgullo de Japón, se están también electrificando cada vez más. El modelo Super Cub de 50 cc ya no cumple las normativas cada vez más estrictas sobre gases de escape, y su producción finalizará en 2025.

“Quiero establecer un récord que mis rivales nunca puedan batir, para que este símbolo del Made in Japan, destinado a desaparecer, tenga la mejor despedida final posible”, afirma el corredor.

Chikakane Takushi está deseando batir el récord mundial que ostenta desde hace cuatro años. (Cortesía de Chikakane Takushi)
Chikakane Takushi está deseando batir el récord mundial que ostenta desde hace cuatro años. (Cortesía de Chikakane Takushi)

(Publicado originalmente en japonés y traducido al español desde la versión inglesa. Fotografía del encabezado: los miembros del equipo, incluido Chikakane Takushi, de pie en el centro, posan para una foto conmemorativa tras ganar un total de seis títulos en las categorías de 125 cc y 50 cc en las Pruebas de Velocidad de Motocicletas de Bonneville celebradas en Utah en agosto de 2019 - cortesía de Chikakane Takushi.)

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