La Fundación Nippon transporta duchas y lavabos a las zonas afectadas por el terremoto de Ishikawa
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Grandes cantidades de material por vía marítima
Dos semanas después de que ocurriera el terremoto de la península de Noto, que afectó especialmente a esta comarca de la prefectura de Ishikawa y a otras partes de la región de Hokuriku, y llegó en algunos puntos al grado 7 de la escala japonesa de intensidad, se había conseguido paliar en alguna medida el aislamiento que sufrían muchas aldeas, mediante traslados de personas y obras de reconstrucción en carreteras. Pero eran todavía más de 16.000 las personas que pernoctaban en escuelas y centros comunitarios utilizados como refugios. En seis municipios (Wajima, Suzu, Nanao, Noto, Anamizu y Shika) los cortes de agua seguían siendo generalizados y muchas vías terrestres seguían inutilizadas por las grandes grietas y socavones dejados por el seísmo, sin que pudiera decirse con certeza cuándo serían restauradas.
Tras hacer una estimación de las necesidades de ciudadanos y municipios, la Fundación Nippon, entidad con base en Tokio que desde el día del terremoto envía personal a las zonas afectadas y realiza en ellas actividades de asistencia, decidió comenzar a utilizar también la vía marítima para el transporte de materiales, debido a la rapidez y gran capacidad de los barcos. Aprovechando las ventajas que le ofrece su amplísima red de contactos nacionales e internacionales en actividades marítimas, organizó un servicio chárter del ferry Aguni, de 462 toneladas, apto para que los camiones y tráilers cargados puedan entrar y salir en marcha (sistema Ro-Ro). Habiendo sufrido los efectos del terremoto y el subsiguiente tsunami, las instalaciones portuarias de la península no estaban en condiciones de realizar operaciones convencionales de descarga y distribución de contenedores ni podían ofrecer el personal necesario, por lo que el sistema Ro-Ro resultó muy efectivo, pues permite que los vehículos bajen por sí mismos, dispuestos ya a iniciar sus respectivos trayectos terrestres para hacer llegar los materiales a los refugios o centros de acogida con la máxima rapidez.
El primer chárter, realizado el 10 de enero, cubrió la ruta Kanazawa-Wajima transportando 2.000 litros de queroseno, 1.000 de gasóleo y cinco generadores eléctricos. A partir de esa fecha, casi todos los días el ferri siguió cubriendo la ruta de ida y vuelta sin descanso. Aunque al principio se pensó en poner fin al servicio marítimo el día 20 de enero, pronto fue evidente que la gravedad de la situación exigía prolongarlo, razón por la cual la fundación decidió mantenerlo hasta el fin de mes.
Al frente de las operaciones está Unno Mitsuyuki, director ejecutivo de la fundación, quien manifestó la disposición de su entidad a continuar con la ayuda, respondiendo con flexibilidad y en cada momento a las necesidades que se presenten hasta que termine el invierno.
Por aguas del mar del Japón a los puntos más dañados por el terremoto
Madrugada del 14 de enero. Con el cielo todavía oscuro, los diez camiones que iban a ser enviados fueron conducidos a las bodegas del ferri Aguni. Su destino era Suzu, un municipio ubicado en el extremo de la península de Noto que había sufrido grandes daños y al que todavía resultaba difícil acceder por vía terrestre. La carga principal eran 10 duchas y 30 lavabos de la fabricante Wota (Chūō-ku, Tokio), que ha desarrollado un sistema perfecto para estos casos, ya que permite filtrar y reciclar el agua usada en grandes cantidades, no dependiendo así de los servicios locales de agua corriente. El ferri llevaba también 1.000 toallas de Imabari, un tanque para agua potable con dos toneladas de capacidad y otros materiales.
“Estuvimos en contacto con los Gobiernos locales de la península desde el primer momento y conforme llevábamos a cabo las actividades”, explicó Unno, “comprendimos que debíamos colaborar también en el mantenimiento de la calidad de vida de los desplazados. Vimos que existían problemas de higiene personal y obtuvimos la colaboración de la fabricante Wota, que nos envió 100 juegos de ducha que había reunido de sus sucursales en todo el país. De ellos, 30 fueron enviados a Suzu, otros 30 a Wajima, y siete a Nanao, Noto, Shika y Anamizu. Los 12 restantes los reservamos para ir ofreciéndoselos a centros sanitarios, según sus necesidades”.
El ferri zarpó poco antes del amanecer, a las 6:45. Aquel día el cielo estuvo despejado y la mar tranquila, pero durante el primer trayecto a Wajima no fue así y el ferri se balanceó peligrosamente, algo nada raro cuando se navega por las aguas del mar del Japón en estas fechas invernales. Causa admiración la determinación mostrada por la tripulación del ferri y el equipo de la fundación en el cumplimiento de estas misiones de asistencia.
El trayecto entre el puerto de Kanazawa y el de Īda (Suzu) se cubre en unas siete horas. Aquel día llegamos con algunos minutos de adelanto, a la 1:30 de la tarde. Ante la visión de un puerto lleno de grietas y socavones, la conveniencia de estar utilizando el sistema Ro-Ro se hizo palmaria.
Solo 15 minutos para montar y poner en funcionamiento las duchas
Las duchas se instalaron en la escuela primaria de Takojima, convertida ahora en refugio, mientras que los lavabos se colocaron en el ayuntamiento de Suzu y otros lugares. La escuela, que acoge a cerca de 300 desplazados, está a cinco o seis kilómetros del puerto, pero fueron necesarios unos 20 minutos para recorrerlos ya que los cortes de carretera nos obligaron a dar algunos rodeos, en otros tramos se habían hecho obras provisionales que dejaban todavía muchos baches y en los cruces los semáforos no habían entrado en funcionamiento. Desde el coche vimos algunas zonas con muchos edificios destruidos y otras menos afectadas, pero el barrio de Takojima habría que incluirlo entre las primeras.
La descarga comenzó con los calentadores de agua alimentados con queroseno, que se colocaron en el exterior. Luego las duchas fueron colocadas en el laboratorio de ciencias. El montaje es similar al de una tienda de campaña y dos personas pueden hacerlo en unos 15 minutos.
Una ducha con agua bien caliente para conciliar el sueño
En esta escuela-refugio las Fuerzas de Autodefensa de Japón habían instalado ya una tina de baño. Su agua se podía calentar, pero no se permitía utilizar jabones ni geles. El “corazón” de las duchas de Wota es el sistema Wota Box, un aparato de filtrado que, partiendo de un volumen inicial de 100 litros, permite reciclar más del 98 % del agua utilizada, que puede ser utilizada para la siguiente ducha. De esta forma, la ducha puede hacerse sin necesidad de economizar agua y usar jabones o champús tampoco representa ningún problema.
“Hasta ahora nos daba apuro usar agua hasta para lavarnos la cara, pero ahora podremos ducharnos sin preocuparnos por esas cosas, y eso es una gran mejora”, comentó un hombre de 70 años.
Una mujer de cerca de sesenta años que acababa de salir de la ducha dijo que el agua alcanzaba una temperatura más que suficiente. “Estos días anteriores no lograba entrar en calor y así es difícil dormir bien. Pero hoy creo que voy a conseguirlo, con esta ducha tan caliente”, comentó con una sonrisa.
La larga sucesión de nombres que aparecían en la lista de reservas para turnos de ducha de 15 minutos que nos mostró el encargado del área daba una idea de la necesidad que había de esta nueva instalación. “Es muy de agradecer que las Fuerzas de Autodefensa nos colocasen la bañera” nos comentó el encargado, “pero es un espacio grande que no permite demasiada intimidad y, por lo que dicen, para las mujeres eso es importante, así que ahora se van a relajar mucho más en estas duchas individuales. A mí también me reconforta ver que todas salen muy sonrientes”.
Una asistencia correcta que mejore realmente las vidas de los desplazados
En la escuela de Takojima, el material recibido que no cabía en las aulas estaba también apilado en los pasillos. Al parecer, hay grupos de ayuda que hacen llegar cosas para necesidades que ya están cubiertas y los responsables de la escuela tienen que pedirles que las lleven a todos lugares donde pueden necesitarlas. Una mujer que acunaba a su nieto nos dijo, por ejemplo, que les habían enviado muchos pañales y leche en polvo, lo cual estaba muy bien, pero explicó también que, aunque ella dormía en una de las aulas, a otras personas las habían colocado en el gimnasio y allí estaban pasando frío, por lo que a buen seguro agradecerían mucho poder disfrutar de una ducha bien caliente.
Dos semanas después del cataclismo, las necesidades de los afectados estaban empezando a cambiar y los problemas que experimentaban quienes se habían visto obligados a vivir en refugios estaban diversificándose. A partir de ahora será necesario hacer un estrecho seguimiento de la evolución de estas necesidades para que, como dice el director ejecutivo Unno, la asistencia logre realmente mejorar la calidad de vida de los desplazados.
Actualmente la Fundación Nippon está planificando el envío de depuradoras de agua de grandes dimensiones a varios lugares, para lo que seguirá valiéndose del transporte marítimo en embarcaciones Ro-Ro.
Fotografías: Hashino Yukinori (a excepción de las de cortesía)
(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: el ferri Aguni, recién atracado en el puerto de Īda (ciudad de Suzu) y los camiones con material de ayuda.)
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