El ‘spogomi’: un deporte ecológico nacido en Japón que se expande por el mundo
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Un deporte que compromete con la ecología a todas las generaciones
“¡He encontrado una colilla!”
La voz del niño, un alumno de primaria, refleja la inocente alegría de quien acaba de desenterrar algún tesoro. Estamos en la competición prefectural de Saitama, celebrada el 27 de mayo, valedera para la Copa del Mundo de Spogomi.
El spogomi (de sport y gomi, basura en japonés), una forma de mantener limpio el entorno compitiendo en equipos, nació en Japón en 2008. Los equipos, con un mínimo de tres y un máximo de cinco integrantes, disponen de un tiempo determinado para recolectar la basura dispersa en una parcela. Se siguen ciertas reglas, como la prohibición de correr, para evitar los accidentes en las áreas urbanas. Finalizado el tiempo, se pesa la basura recogida, se clasifica y el equipo recibe una puntuación total. La competición deja tan limpia la parcela designada que el spogomi es considerado el deporte más ecológico del mundo.
Dependiendo de la competición, las reglas sobre el número de integrantes de cada equipo o sobre la forma de clasificar la basura varían ligeramente. En el caso de las eliminatorias prefecturales para la Copa Mundial, que se están disputando ahora, los equipos están compuestos por tres personas y el tiempo que se concede es de una hora. Por cada 100 gramos de basura combustible o no combustible se otorgan 10 puntos, 12 por cada botella de vidrio o lata, 25 por cada envase pet (plástico) y 100 por cada colilla, el trofeo más preciado. La ventaja es, en principio, para los participantes de mayor poderío físico que pueden transportar cargas pesadas, pero las mujeres, los niños y las personas mayores también tienen opciones de triunfo si se especializan en colillas o envases pet.
En la competición de la prefectura de Saitama, que tuvo por escenario el Parque de Ōmiya, los participantes se quejaron de lo difícil que era encontrar basura, prueba del buen estado de mantenimiento y limpieza de este espacio. Aun así, los 23 equipos participantes recolectaron un total de 37,47 kilogramos de basura.
El vencedor, Cleanmen B Team, un equipo formado por tres adultos, aportó 10,71 kilogramos, por los que obtuvo 1.130,9 puntos. Sus miembros, todos los cuales contaban con experiencia en actividades locales de recolección de basura, explicaron que el secreto de su triunfo había sido concentrarse en buscar entre los arbustos de zonas ajardinadas y otros lugares discretos, donde sabían que suelen depositarse las basuras.
Participar, la mejor forma de dejar de arrojar basura
El spogomi fue una propuesta de la asociación japonesa Sports Iniciative, que organizó las primeras competiciones en 2008. La idea era dar un toque competitivo a la actividad de limpieza de exteriores para así llegar a más gente y ayudar de una forma divertida a cultivar la conciencia de contribución social. En colaboración con el Umi to Nihon Project (Sea and Japan Project) de la Fundación Nippon, que desde 2019 trabaja en actividades como la reducción de la basura marina, Sports Iniciative organiza la competición anual Spogomi Kōshien, en la que equipos formados en los institutos de bachillerato del país compiten entre ellos en eliminatorias prefecturales por un puesto en la competición nacional en Tokio. Hasta ahora, el Spogomi Kōshien ha tenido más de 130.000 participantes.
El siguiente paso se dará este mes de noviembre. Equipos procedentes de 21 países se reunirán en Tokio para disputar la primera Copa Mundial de Spogomi. Actualmente, los equipos japoneses disputan la fase eliminatoria en las 47 prefecturas del país.
En la rueda de prensa de febrero, en la que se anunció la celebración de la copa, el presidente de la Fundación Nippon, Sasakawa Yōhei, explicó que entre el 70 % y 80 % de la basura marina se genera en las ciudades y pueblos, y llega al mar a través de los ríos y otras vías acuíferas. Se espera que con la difusión del spogomi puedan reducirse los desechos plásticos en los océanos, un problema de escala global.
El exnadador Matsuda Takeshi, uno de los embajadores honorarios de la nueva competición, está decidido a hacer todo lo que esté en sus manos por promocionarla. “He oído decir que quien ha participado una vez en una actividad de recolección de basura, ya no vuelve a tirar basura al suelo”, comenta. “Hace ya mucho que comenzó a hablarse de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, pero no es fácil decidir qué acciones tomar para alcanzarlos. Recoger basura todos juntos, independientemente del sexo o de la edad, es un primer paso muy asequible que, además, tiene un gran impacto”.
Una estrategia para ganar bajo el sol de la playa
En la eliminatoria prefectural de Shimane, celebrada el 18 de junio en la playa Kirara de Izumo, los rostros de los participantes rebosaban de energía. Todos expresaban sus deseos de clasificarse para la competición de Tokio e incluso hacían ya planes para su estancia en la capital en caso de resultar vencedores.
La final nacional para decidir qué equipo representará a Japón en la Copa Mundial de Tokio se celebrará en octubre en la capital japonesa. Como el transporte y la estancia corren a cargo de la organización, la motivación más fuerte la podemos encontrar en las regiones más apartadas.
Al comenzar la competición, todas las caras expresaban seriedad y concentración. Aunque a primera vista no lo delate, esta bella playa ofrece un amplio muestrario de basuras, desde los omnipresentes envases pet a los aperos de pesca desechados que las olas depositan sobre la arena. Los huecos que se abren entre los grandes bloques de hormigón que protegen las costas del embate de las olas ocultan bidones de polietileno, cajas de poliestireno expandido y otras muchas cosas de considerable tamaño. La competición se desarrolla en condiciones físicamente exigentes, pues la parcela es una extensión de arena de un kilómetro de longitud que no ofrece prácticamente ningún lugar donde poder cobijarse del sol.
Los miembros del equipo deben trabajar coordinadamente, manteniendo entre ellos una separación máxima de diez metros. Accediendo a las zonas más alejadas es posible reducir la competencia, pero el desgaste físico será mayor y se necesitará más tiempo para regresar con la pesada “cosecha” al lugar señalado para hacer la entrega. Un retraso significa la pérdida de valiosos puntos. Para estar entre los mejores, es importante tener una estrategia.
En Shimane, los 25 equipos sudaron la gota gorda para obtener un resultado conjunto de 210,47 kilogramos de basura. Un miembro del personal de la organización agradeció el esfuerzo de los participantes y comentó que esta considerable cantidad, satisfactoria en términos de recolección, era comparable a la que puede obtenerse en un lugar como el populoso y animado distrito tokiota de Shinjuku, una prueba de que el buen estado que muestra la playa a primera vista era pura apariencia.
Se impuso un equipo de vecinos de la ciudad de Matsue, todos amigos desde la infancia, que recolectaron 40,86 kilogramos, marcando una gran diferencia con el resto de los participantes. Aunque en el día a día los tres evitan conscientemente tirar basura, era la primera vez que participaban en una actividad de este tipo y descubrieron que era un trabajo muy duro, que consume mucha energía. “Lo dicho: que no hay que tirar la basura al suelo”, comentaron. “Como representantes de Shimane, queremos ganar la final nacional y luego vencer también a los equipos extranjeros”.
Equipos que reflejan la diversidad nacional
Las eliminatorias siguen su curso también en otros países, donde se compite con entusiasmo para estar en Tokio. Cada país lo hace a su estilo y los equipos ya clasificados muestran también esa variedad.
Aunque la recolección de basura dispersa en exteriores se lleva a cabo de forma similar en todos los países, las costumbres de separación de basura en los hogares y los métodos seguidos por los municipios en la recogida varían considerablemente de uno a otro. En Vietnam, donde no se acostumbra a separar la basura en los hogares, los participantes sufrieron mucho para hacer la clasificación, manual en mano. El propio hecho de que la basura puede convertirse en un recurso fue un descubrimiento para algunos jóvenes.
En Indonesia, en los últimos años han proliferado los “bancos de basura”, un sistema para que el beneficio obtenido de vender a empresas de reciclaje la basura recogida por la gente revierta a la comunidad. Ver cómo los “dividendos” van acumulándose en la cuenta sirve de estímulo para seguir adelante con la labor y esto está contribuyendo a concienciar a la gente sobre la necesidad de separar la basura en los hogares.
Las vencedoras de la eliminatoria indonesia han sido precisamente tres mujeres que trabajan en uno de esos bancos. Se decidieron a participar pensando que podría ser una buena forma de difundir el interés por los problemas medioambientales y el alto nivel de conocimiento con el que partían las ha aupado a lo más alto.
En Brasil, potencia futbolística, la prensa siempre se fija en un aspecto cuando informa sobre la Copa Mundial de Spogomi: la costumbre de muchos aficionados japoneses de recoger la basura dejada en las gradas de los estadios una vez finalizados los partidos en competiciones internacionales como los mundiales o los Juegos Olímpicos, comentado lo cual anima a todos a participar aprendiendo de la “magnífica cultura japonesa”.
Los vencedores fueron tres jóvenes atléticos que, según dijeron, se habían preparado a conciencia para la ocasión.
Comparando los equipos vencedores de cada país, encontramos una gran diversidad en cuento a edad, sexo, motivación o ideario, etcétera, lo cual demuestra la gran facilidad con que el spogomi concita a todo tipo de personas. Al equipo que finalmente se gane el puesto de representante de Japón en la Copa Mundial que se disputará en noviembre no le va a resultar nada fácil imponerse a un adversario tan diverso.
(Traducido al español del original en japonés. Fotografías: Redacción de nippon.com.)