Arte e ingeniería: El mundo del constructor de motocicletas personalizadas Nakajima Shirō
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Alguien único
En los círculos de motocicletas personalizadas, Nakajima Shirō no necesita presentación. Desde que se introdujo en este nicho, su reputación de artesano en la transformación de máquinas retro europeas le ha convertido en un líder en su campo. Desde su taller 46works, situado en la falda de las montañas Yatsugatake, en la prefectura de Yamanashi, trabaja aislado, pasando meses enteros centrado únicamente en la construcción y el mantenimiento de sus creaciones.
La gente puede enviarle un correo electrónico con sus pedidos (mantiene en secreto el número de teléfono y la dirección del taller para minimizar las distracciones), pero debe tener en cuenta que Nakajima no hace reparaciones generales, sino que reserva sus habilidades y creatividad para proyectos de mayor envergadura. Aunque no es la persona más fácil de contactar, en febrero de este año Nakajima ofreció a los aficionados a las motos personalizadas una rara visión de primera mano de su artesanía con la exposición individual Zenkai ka ina ka (A todo gas o nada). Celebrada en una galería de Tokio y con cinco de sus creaciones, atrajo a más de 2.000 visitantes de todo Japón durante sus 10 días de duración.
Nakajima saltó a la fama en el mundo de la personalización con Ritmo-Sereno, un taller que fundó en Tokio en 2001. Allí, él y su pequeño equipo de empleados fabricaban y vendían piezas originales y trabajaban en encargos de semipersonalización, además de prestar servicios de mecánica general. Sin embargo, a medida que la tienda crecía, Nakajima se dio cuenta de que los asuntos de negocios exigían una mayor parte de su atención, lo que le dejaba cada vez menos tiempo para fabricar motos. “Tuve que parar y preguntarme qué quería hacer realmente”, cuenta Nakajima. “Fue entonces cuando decidí centrar mi energía en la personalización”. Dejando la tienda en las capaces manos de su personal, en 2014 Nakajima hizo las maletas y se trasladó al campo de Yamanashi, lejos del bullicio de la vida urbana.
Una mentalidad de gamechanger
Cuando Nakajima empezó a fabricar motos, las motocicletas personalizadas eran sinónimo de contracultura juvenil. Las choppers Harley-Davidson de Easy Rider, las motos de fabricación británica y los scooters italianos de época de los mods y los rockeros de Quadrophenia dominaban la escena.
Sin embargo, la musa creativa de Nakajima le llevó hacia los fabricantes europeos, en particular los modelos clásicos de BMW y Moto Guzzi de los años setenta y ochenta. Utilizando técnicas y materiales contemporáneos, construyó máquinas que presumían de la velocidad, el confort y las prestaciones de las motos modernas, conservando al mismo tiempo su aspecto y tacto clásicos. Esta novedosa combinación de lo retro y lo nuevo consolidó a Nakajima como el customizador por excelencia.
En la actualidad, Nakajima goza de gran reconocimiento entre los aficionados a las motos de todo tipo, y sus obras suelen ser el centro de atención de Internet y las redes sociales. También ha llamado la atención de fabricantes como BMW, que se asoció con él en un proyecto especial para conmemorar el nonagésimo aniversario de Motorrad, la división de motocicletas del fabricante alemán.
La empresa reunió a Nakajima y a otros customizadores japoneses para reinterpretar la clásica R nineT roadster de BMW. El proyecto tuvo una enorme repercusión en el mundo de las motos custom. Fiel a su estilo, Nakajima impresionó con su contribución, la ligera y funcional Club Racer.
Nakajima dice que al principio se sintió atraído por los modelos de BMW y Moto Guzzi por sus prestaciones y los característicos diseños de sus motores. “Son motos fantásticas con las que trabajar”, declara. “Todo lo que hago es mejorar la calidad que ya tienen”. Esto suele implicar mejorar el motor, cambiar componentes exteriores pesados por materiales modernos –“una moto ligera es más fácil de conducir”– y aumentar el confort y la seguridad con una suspensión de alto rendimiento y un sistema de frenos mejorado. Sin embargo, cuando construye una moto, Nakajima insiste en que nunca ha sido su estilo añadir elementos para mostrarlos al gran público. Por el contrario, se centra únicamente en “hacer una custom que se ajuste a las demandas y deseos de la persona que la encarga”, y declara que una “custom 46works es siempre una máquina única en su especie”.
Nakajima, un piloto experimentado con varios títulos a sus espaldas, ha perfeccionado su técnica tanto en la pista como en el taller. Las carreras le sirven como campo de pruebas tanto para las nuevas ideas como para las máquinas que construye. Afirma que en la personalización no hay respuestas correctas, sino que el rendimiento de una máquina en la pista proporciona una clara indicación de sus méritos. Como dice, ganar “es toda la prueba que necesitas”.
Volver a lo básico
Nakajima es conocido por la belleza de sus customs, una reputación que agradece, aunque mantiene que la estética no es una de sus principales prioridades. “No soy de los que confían en la inspiración ni de los que dejan volar la imaginación como podría hacer un artista. Estoy totalmente perdido cuando me dan vía libre”, explica. Para él, el atractivo artístico de las motos que construye surge de aplicar las preferencias de la persona que encarga la custom de forma que realce las cualidades inherentes de la máquina. “Se trata de realzar las distintas características de una moto y mejorar sus prestaciones”.
Al describir el proceso, afirma que el primer paso consiste en definir con el cliente la sensación general que desean obtener. “Esto determinará qué características y funciones incluir y la forma final que tendrá la máquina”, explica. “A partir de ahí, retoco y ajusto los distintos componentes milímetro a milímetro, un proceso que confiere belleza a la máquina y maximiza su funcionalidad”.
Nakajima siempre ha perseguido sus pasiones de todo corazón. Ya de niño, cualquier nueva actividad que despertara su interés le absorbía por completo. En la escuela primaria, se hizo radioaficionado y pasó incontables horas fascinado por las diversas personas que encontraba en las ondas. En respuesta a los intentos de su madre de enseñarle a tocar el piano, se aficionó a la guitarra, lo que con el tiempo le llevó a adentrarse en el mundo de la música. Lo mismo le ocurrió con el manga, los coches antiguos y, por último, las motos.
Su primer trabajo como adulto fue la edición de una revista de motocicletas. Al mismo tiempo, se dedicó a la música y tocó la guitarra, escribió y produjo para otros músicos. Sin embargo, más que verdaderas pasiones, eran formas de pasar el tiempo. La única excepción entre sus muchos intereses era la personalización de motocicletas.
Nakajima, que ya es un constructor consolidado, se niega a la autocomplacencia y sigue abriendo nuevos caminos. Su reciente exposición individual representa un intento de elevar las motos personalizadas de objetos de nicho a obras de arte.
Nakajima también ha creado un canal de YouTube donde publica vídeos en los que presenta sus técnicas de personalización. El objetivo es descorrer el telón de 46works para ofrecer a los aficionados a las motos un entretenido recorrido por el proceso de fabricación. El canal cuenta con unos 170.000 suscriptores de todo el mundo que lo sintonizan para admirar las habilidades y la experiencia sin parangón de Nakajima.
Algunos se han mostrado sorprendidos por la franqueza de Nakajima a la hora de compartir su talento y conocimientos en internet, pero al personalizador no le preocupa la amenaza de que los imitadores le roben sus técnicas. “Cualquiera que se sienta capaz de hacerlo es bienvenido a imitar lo que hago”, declara con confianza. “Tradicionalmente, la personalización se ha limitado a los constructores que cumplían los pedidos de los clientes. Mi objetivo es llevar el sector más allá de este modelo. Compartir técnicas y otra información a través de vídeos me pareció un buen punto de partida.”
Ambicioso y motivado cuando se trata de lo que le gusta, Nakajima cree firmemente que hay otras personas que comparten sus pasiones. Esta convicción le da la confianza necesaria para seguir creando customs impresionantes y compartir sus obras y habilidades con personas en todo el mundo.
(Publicado originalmente en japonés y traducido al español de la versión inglesa. Fotografía del encabezado: El especialista en motos personalizadas Nakajima Shirō en su taller. © Nakajima Shirō).