Mundial de Catar 2022: Japón jugará su primer partido contra Alemania
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Objetivo: llegar a cuartos de final
La selección nacional de fútbol de Japón tiene una historia de dar notables saltos hacia adelante.
Desde su primera participación en el Mundial de Francia en 1998, Japón solo ha superado la fase de grupos en tres ocasiones en los 20 años transcurridos hasta el último mundial de Rusia. En otras palabras, esta emergente nación futbolística asiática ha avanzado hasta los octavos de final cada dos mundiales. Aunque su mejor resultado ha sido quedar entre los mejores dieciséis, la velocidad de su progreso ha sido asombrosa. Incluso el destacado de América del Norte, la selección mexicana, solo superó la fase de grupos a la séptima vez desde su primera participación en la competición.
Aunque Japón continúa en el puesto 24 en la clasificación de la FIFA, la segunda posición más alta entre las selecciones de Asia, la mayoría de los miembros del equipo nacional juegan ahora en Europa. Las actuaciones de Tomiyasu Takehiro (Arsenal), Kamada Daichi (Fráncfort) y Kubo Takefusa (Real Sociedad), han llamado la atención y, sin duda, han colocado a Japón en una posición que el resto del mundo debe mirar con atención.
El seleccionador Moriyasu Hajime (que también jugó en la selección anteriormente), se ha fijado el objetivo de avanzar hasta cuartos de final por primera vez. Sin embargo, resultará una misión complicada. En el Grupo E, donde se encuentra Japón, están también España (7.ª en el ranking de la FIFA) y Alemania (11.ª), que son los favoritos para ganar el título. Costa Rica (31.ª), que ha ganado las eliminatorias, llegó a cuartos de final en el Mundial de Brasil, y su defensa hará sufrir a Japón considerablemente.
Pero eso no significa que Japón no tenga posibilidades de avanzar. La selección cuenta con tres factores principales para lograrlo.
El uso del escaso tiempo de preparación a su favor
A diferencia de las anteriores Copas del Mundo, en la de Catar el período de preparación es muy corto. Las principales ligas de Europa, incluida la Premier League inglesa, interrumpieron su calendario de juego después de los partidos del 12 y 13 de noviembre antes de ingresar a la Copa del Mundo. Apenas quedan unos días hasta el primer partido de Japón contra Alemania el 23 de noviembre. El entrenador Moriyasu no muestra una actitud negativa al respecto. Al contrario, para él se trata de un aliciente. “Los jugadores japoneses son muy flexibles y pueden trabajar juntos para adaptarse a lo que tienen delante. Son capaces de compartir el mismo esquema de juego de inmediato. Incluso si no disfrutamos de un período de preparación, podremos aprovechar esta habilidad y convertirla en una ventaja”, comentó.
No es prepotencia.
Japón siempre se ha enfrentado a los retos que suponen los viajes de larga distancia y las diferencias de horario en su lucha por la clasificación final de Asia. Con la mayoría de los jugadores jugando en Europa, el dilema fue que en el primero de los dos partidos consecutivos inevitablemente no pudieron mejorar su rendimiento debido al poco tiempo de preparación cuando se reunieron. Sin embargo, en el partido fuera de casa contra Australia, celebrado en marzo y en el que aseguraron un lugar en la Copa del Mundo, mostraron una actitud agresiva tanto ofensiva como defensivamente y ganaron por 2 a 0, a pesar de que se habían concentrado recientemente. Al comunicar la información analítica del equipo contrario a cada jugador por adelantado, superaron las desventajas del corto período de preparación.
Esta exitosa experiencia puede aplicarse contra un equipo alemán superior. Si la selección da una sorpresa en el primer partido, no habrá nada que decir, pero incluso aunque no se obtenga un buen resultado, si la actitud es positiva en el primer partido, seguramente la selección japonesa sumará ímpetu en el segundo y tercer encuentro.
Diversidad estratégica
En el segundo partido (27 de noviembre), Japón se enfrentará a Costa Rica, que cuenta con una defensa sólida liderada por el portero Keylor Navas y un contraataque rápido, y en el tercer partido (1 de diciembre), se enfrentará a la selección española, donde los jóvenes como Pedri, Eric García y Ferrán Torres están en alza.
Contra Alemania y España, que están mejor clasificadas, Japón tendrá que defender más tiempo, pues se espera que el contrario controle más el balón. Por lo tanto, tal y como se demostró en el amistoso internacional contra Estados Unidos en septiembre, la estrategia del equipo japonés se basará en una presión entrelazada desde el frente, induciendo errores del rival y recurriendo a los contraataques cortos.
Para lograr esto, es importante mantener una formación compacta. Al mantenerse los jugadores más cerca de sus compañeros, serán capaces de ganar el balón más fácilmente como equipo, y cuando pasen de la defensa al ataque, también podrán avanzar como tal, lo que abre más oportunidades. Si se les presiona, el riesgo de recibir goles aumenta inevitablemente y es más difícil avanzar en el ataque. La clave es que la selección nipona sea capaz de capturar el balón en una posición avanzada sin retroceder demasiado.
Lo importante es a quién colocar para el tope. Maeda Daizen (Celtic FC, Escocia), que puede perseguir el balón con fuerza delante y detrás, desempeñó un papel importante en el partido contra Estados Unidos.
Además, en el segundo partido contra Costa Rica, Japón podrá disfrutar de más tiempo con la posesión del balón. Naturalmente, pasarán más tiempo atacando que defendiendo, lo que requiere un enfoque diferente al de Alemania y España.
Japón no es bueno jugando contra equipos de características defensivas. Esto me recuerda el segundo partido contra Grecia en Brasil. La selección perdió el primer partido contra Costa de Marfil por 1-2. Grecia tuvo un jugador expulsado en la primera mitad y defendió con todos ellos. Japón tuvo casi un 70 % de posesión del balón, pero al final fue incapaz de abrir la defensa griega y terminó con un empate sin goles.
¿Cómo se marca un gol contra un oponente que se cierra atrás en la defensa? Para pasar a los octavos de final, necesitan sacar tres sólidos puntos en el partido contra Costa Rica, que está clasificada por debajo de Japón.
Luchar con los 26 miembros del equipo
No es únicamente el calendario de la Copa del Mundo lo que hace que la edición de este año sea diferente a las anteriores. El número de inscritos pasará de 23 a 26 y el número de suplentes por partido también aumentará de tres a cinco. Las reglas favorecerán a los equipos con mejores jugadores, pero en cualquier caso, es probable que gane el equipo que pueda sacar el máximo provecho de sus miembros. Incluso si el equipo lucha con miembros fijos, el hecho de que el intervalo entre los partidos no sea de cuatro días sino de tres conlleva un riesgo. Japón cree en el trabajo duro y pelea en un grupo donde no podrá abrirse paso a menos que dé el 100 % o más, por lo que el grado de desgaste debería ser grande. La mejor manera de avanzar sería luchar con una plantilla más o menos intercambiable.
Contra Alemania y España, el tiempo de defensa será mayor, mientras que contra Costa Rica se espera que la selección ataque más. Aquí es donde Moriyasu demostrará sus habilidades, ya que tendrá que seleccionar a los jugadores adecuados y variar su estilo de juego para adaptarse a los rivales.
Moriyasu quiere que los 26 miembros tengan una mentalidad que priorice “el bien del equipo”.
“Queremos que muestren sus características individuales y sus áreas de excelencia, pero esa no es la única forma de luchar. La fuerza de Japón estriba en que podemos demostrar nuestros puntos fuertes individuales al mismo tiempo que cooperamos con los que nos rodean demostrando nuestra capacidad organizativa. Ese es el prerrequisito para que puedan luchar en la selección nacional, y eso es lo que pediremos a nuestros jugadores”.
Si consiguen organizarse y luchar con un espíritu de equipo, tendrán más posibilidades de superar las dificultades.
Los jugadores clave son Tomiyasu, Kamada y Kubo
Basándome en los puntos anteriores, si tuviera que nombrar a tres jugadores clave de Japón, el primero sería el defensor central Tomiyasu Takehiro (24 años). Es un defensor moderno con potencia, velocidad y técnica. No solo puede liderar una formación compacta, sino que además puede crear oportunidades a partir de pases desde atrás.
El segundo es Kamada Daichi, de 26 años, que está en excelente forma y está marcando muchos goles en el Eintracht Fráncfort. Sobre todo, Kamada tiene la ventaja de crear oportunidades de tiro en cualquier posición. Aunque marcó un gol contra Estados Unidos, falló unas ocasiones decisivas. Sin embargo, el hecho de que fuera capaz de realizar tantos disparos a puerta es en sí mismo un testimonio de su extraordinario talento.
El último es Kubo Takefusa (21 años) de la Real Sociedad. Últimamente ha ampliado su repertorio, incluyendo su juego en un espacio encontrado, y tengo la impresión de que ha evolucionado con rapidez. También es muy preciso en sus disparos a puerta y se espera que también se desempeñe en jugadas a balón parado.
¿Podrán las estrellas de Japón mostrar todo su talento y dar la sorpresa? Si Japón llega a octavos de final, la selección nacional escribirá un nuevo capítulo en su historia.
Fotografía del encabezado: Los once futbolistas japoneses, entre ellos (desde la derecha) Tomiyasu Takehiro y Kubo Takefusa, felicitan a Kamada Daichi (delante) tras marcar el primer gol en un partido amistoso internacional entre Japón y Estados Unidos. El partido se celebró el 23 de septiembre de 2022, en Düsseldorf, Alemania. (Jiji Press)
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