Kūchōfuku, un traje con aire acondicionado para proteger la salud y el medioambiente

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En estos últimos años son cada vez más los días extremadamente calurosos en verano, y se ve con frecuencia ropa con ventiladores. Se trata de un producto que desempeña un papel fundamental en la prevención de las insolaciones y el calentamiento global. Comenzó a comercializarse en 2004 y hoy se usa ampliamente como prenda deportiva y de moda.

Un “refrigerador fisiológico” para humanos

Cuando el cerebro humano detecta calor a través de los sensores de temperatura de la piel, envía órdenes para producir la cantidad requerida de sudor en las glándulas sudoríparas, y la evaporación del mismo provoca una reducción de la temperatura corporal (refrigeración fisiológica). Kūchōfuku, (“ropa con aire acondicionado”) es una gama de artículos que maximizan este efecto refrescante. El aire aspirado por dos pequeños ventiladores conectados a la espalda fluye entre el cuerpo y la ropa, evaporando el sudor al instante.

La estructura interna de una prenda de Kūchōfuku. Los ventiladores van conectados a la batería por medio de cables. La batería se puede guardar tanto en el bolsillo interior como en el exterior, en la cintura.
La estructura interna de una prenda de Kūchōfuku. Los ventiladores van conectados a la batería por medio de cables. La batería se puede guardar tanto en el bolsillo interior como en el exterior, en la cintura.

El aire exterior aspirado por el ventilador sale por el cuello y los puños mientras se evapora el sudor. La parte del dobladillo está diseñada para evitar fugas de aire, para que el viento pueda fluir hacia las partes por donde más se suele sudar.
El aire exterior aspirado por el ventilador sale por el cuello y los puños mientras se evapora el sudor. La parte del dobladillo está diseñada para evitar fugas de aire, para que el viento pueda fluir hacia las partes por donde más se suele sudar.

Termografía que muestra el efecto refrescante al usar este tipo de ropa. Dado que el sudor se evapora rápidamente, el olor del sudor se reduce; también es eficaz para la prevención de enfermedades cutáneas, como el sarpullido por calor (aunque cada persona muestra diferencias individuales).
Termografía que muestra el efecto refrescante al usar este tipo de ropa. Dado que el sudor se evapora rápidamente, el olor del sudor se reduce; también es eficaz para la prevención de enfermedades cutáneas, como el sarpullido por calor (aunque cada persona muestra diferencias individuales).

Una idea aparentemente excéntrica puede convertirse en un “huevo de Colón” si uno sabe cómo funciona. Antes de que esta ropa con aire acondicionado pudiera ser comercializada y reconocida por el público hubo, no obstante, muchas dificultades y giros.

El momento de inspiración se remonta a 1994.

“En aquella época fabricábamos equipos para medir la calidad de imagen de los CRT (televisiones de rayos catódicos, por sus siglas en inglés) para las fábricas de televisores, y yo tenía que viajar mucho por el Sudeste Asiático. Tailandia y Malasia tenían prisa por construir edificios enormes, y de pronto se me ocurrió una idea. La cantidad de electricidad consumida por los aires acondicionados para enfriar un edificio como aquellos debía de ser asombrosa. ¿No sería posible inventar un dispositivo de enfriamiento que no produjera gases de efecto invernadero?”

En ese momento Ichigaya tenía 47 años. Habían pasado tres desde que dejara Sony, antes de cumplir su contrato, y comenzara una empresa de riesgo. El negocio iba bien, pero le preocupaba el futuro.

“La evolución de la tecnología de cristal líquido era más rápida de lo que se esperaba, y los televisores CRT parecían destinados a desaparecer. Fue entonces cuando comencé a pensar que quizá un nuevo dispositivo de enfriamiento que no contribuyera al calentamiento global y reemplazara a los dispositivos de medición CRT podría ser un buen negocio.”

La tecnología que se había ido acumulando hasta entonces se revelaba completamente inútil; Ichigaya era, además, un completo novato en lo que a sistemas de refrigeración se refería; pero le encantaba hacer lo que otros no hacían.

Sin preocuparse de si poseía conocimientos o no, y sin verse maniatado por el sentido común, comenzó a dar forma a su visión ideal. Con ese fin, formuló una serie de hipótesis que fue probando, una tras otra. Esa era su política, como ingeniero e inventor.

El inventor Ibuka Masaru, mentor de Ichigaya

“No puedo hacer lo que pueden otros, pero sí lo que ellos no pueden.”

Estas son palabras que Ichigaya escribió en la sección de puntos fuertes y débiles de la hoja de su entrevista durante su examen de ingreso a Sony. En la prueba escrita de la hoja de calificaciones cometió, de hecho, el error de contestar en la casilla equivocada de la columna de respuestas. Sin embargo, cuando el entrevistador lo conminó a explicarse, él argumentó: “¿Por qué la izquierda y la derecha se invierten cuando me miro en el espejo?”; así aprobó, casi de milagro, el examen.

“Desde niño siempre he tenido curiosidad por todo, y me encanta experimentar. Las cajas de caramelos se hacen más ligeras cuantos menos caramelos hay, pero ¿por qué las pilas no se van haciendo cada vez más ligeras a medida que se usan? Ese era el tipo de cosas que me gustaba pensar de niño.”

Cuando llegó a los grados superiores de la escuela primaria, Ichigaya comenzó a visitar el barrio de la electricidad, en Akihabara, y a fabricar sus propios microscopios y telescopios. Un telescopio básico se puede crear simplemente enrollando un cartón en forma de cilindro e insertando lentes en él. Sin embargo, el joven tuvo la original idea de usar solo una lente objetivo y sustituir el visor por su propio “ojo desnudo”.

Un día quedó impresionado por la imagen del televisor en color Trinitron que viera en el edificio de Sony en Ginza, y decidió entrar en la empresa tras graduarse en la Escuela de Ciencias e Ingeniería de la Universidad de Waseda. Allí fue donde conoció a Ibuka Masaru, un excéntrico genio inventor, y se formó bajo su tutela.

El mejor recuerdo para Ichigaya fue el momento en el que el presidente Ibuka premió un aparato que él había presentado al concurso de la empresa, una flauta que utilizaba la luz de un tubo de rayos catódicos como fuente de sonido. Ichigaya fue transferido de su trabajo en una fábrica al departamento de desarrollo en la oficina central, donde participó en el desarrollo de nuevos instrumentos musicales electrónicos. Como resultado no pudo comercializar su invento inicial, pero el aliento del presidente Ibuka apoyó al inventor Ichigaya incluso después de que iniciara su propio negocio.

Un dispositivo de enfriamiento que no requiere energía

Tras mucho pensar, Ichigaya dio con las palabras clave para llevar a cabo su visión: un “mecanismo para mantenerse fresco ahorrando energía”.

La clave estaba en el uso del agua, inspirado por la sabiduría tradicional de rociar el suelo con agua para refrescarlo.

Bien pensado, la mayoría de los sistemas de refrigeración del mundo, desde aires acondicionados hasta abanicos, ventiladores, refrigeradores e incluso reactores nucleares, utilizan la energía de la vaporización. La diferencia reside en lo que se vaporiza como refrigerante. Los abanicos y ventiladores utilizando el sudor, mientras que los acondicionadores de aire y los refrigeradores utilizan compuestos químicos específicamente usados para refrigerar, y los reactores nucleares utilizan el agua de ríos y mares.

La energía que se emplea en la vaporización está estrechamente relacionada con el calentamiento global. Con el aumento en el uso de los acondicionadores de aire, el fenómeno de las islas de calor se ha extendido en todas las zonas urbanas. Por eso se utilizan más acondicionadores de aire, creando así un círculo vicioso.

El agua, sin embargo, se evapora sin causar daños y no cuesta nada. El efecto puede ser insignificante en comparación con el aire acondicionado, pero no hay duda de que el agua es el refrigerante ideal.

Fue por eso por lo que Ichigaya tuvo la idea de un “refrigerador operado con agua”, que usara la vaporización de esta para enfriar, y queriendo experimentar primero en un espacio pequeño fabricó una casa para perros donde probar el dispositivo. Entonces se dio cuenta: “No había necesidad de enfriar toda la habitación. Todo lo que tenía que hacer era enfriar a la persona”.

Fue la germinación del concepto de la ropa que está fresca cuando se usa: una “ropa con aire acondicionado” que se utiliza sobre el cuerpo para refrescar solo a la persona.

Experimentos en camiseta, en el tren

El primer prototipo de ese tipo de ropa llevaba instalado un sistema de refrigeración por agua. El agua del tanque era succionada por una bomba y una serie de tubos, rociada sobre la ropa, donde el calor la vaporizaba y el viento de un ventilador movía el vapor. Ichigaya se subió al tren un buen día con el prototipo, con un letrero que decía: “Experimento en curso”.

El primer prototipo de la Kūchōfuku (de 1999). Suministra agua al filtro del pecho y mueve el aire con un ventilador.
El primer prototipo de la Kūchōfuku (de 1999). Suministra agua al filtro del pecho y mueve el aire con un ventilador.

“Los otros pasajeros, a mi alrededor, me miraban con curiosidad, y comentaban que se había subido un tipo raro al tren. Además mi hija, entonces estudiante de secundaria, lo vio por casualidad y vino a pedirme que dejara de hacer el ridículo...”

El tanque era pesado y tenía fugas. Además, se dieron cuenta de que cuando la temperatura era baja, la ropa era más fría de lo necesario y, por el contrario, cuando hacía calor, no era tan efectiva. Fue un completo fracaso.

Sin embargo, mientras Ichigaya consideraba si podría arreglar las fugas de alguna manera, tuvo otra epifanía.

“No hace falta que usemos agua: los seres humanos ya tenemos la capacidad de rociarnos con agua. Cuando hace calor sudamos de modo natural. Si podemos evaporar ese sudor con un ventilador, debería ser posible mantener el cuerpo a una temperatura adecuada”.

Modelo de 2001. El mecanismo para expulsar el aire caliente del interior de la ropa se ha modificado, y utiliza ahora cuatro pequeños ventiladores.
Modelo de 2001. El mecanismo para expulsar el aire caliente del interior de la ropa se ha modificado, y utiliza ahora cuatro pequeños ventiladores.

Modelo de 2002. Se adjunta un espaciador en el revestimiento para reducir la adherencia y mejorar el flujo de aire.
Modelo de 2002. Se adjunta un espaciador en el revestimiento para reducir la adherencia y mejorar el flujo de aire.

El estímulo de sus seguidores

En 2004, seis años después de comenzar la investigación, se inició la venta de Kūchōfuku, en una tirada limitada de 7.000 unidades.

Cuando la prensa recibió el comunicado, el producto se convirtió en tema de actualidad, ya que se trataba de ropa bastante inusual, y fue también tratado en los programas de noticias y de generalidades en la televisión. Sin embargo, en cuanto pasó esa ola inicial de cobertura, las ventas se desplomaron y se mantuvieron en cerca de 10.000 unidades al año.

“Es, en cualquier caso, un producto sin precedentes, por lo que los consumidores no tienen nada con lo que comparar. Simplemente hay un cierto prejuicio sobre la idea de ponerse una cazadora cuando hace calor”.

“Se trata de probarse la prenda, más que de ninguna teoría; si lo haces te darás cuenta de lo cómoda que es...”

Ichigaya se sentía frustrado, pero el problema de la apariencia resultaba ser más grande de lo que había pensado.

Modelo de 2004. El hijo de Ichigaya, Toru (presidente actual de Kūchōfuku S.A.) le aconsejó aumentar el tamaño del ventilador. Invirtieron también la idea de sacar el aire caliente del interior de la ropa, cambiando las especificaciones para trabajar con el aire exterior.
Modelo de 2004. El hijo de Ichigaya, Toru (presidente actual de Kūchōfuku S.A.) le aconsejó aumentar el tamaño del ventilador. Invirtieron también la idea de sacar el aire caliente del interior de la ropa, cambiando las especificaciones para trabajar con el aire exterior.

Las ventas de la empresa, por otro lado, disminuían día a día.

Un dispositivo de medición con tubos de rayos catódicos es un producto de alto valor agregado, que ronda los cinco millones de yenes por unidad. Con vender entre tres y cinco unidades al mes era suficiente. Sin embargo, este no era el caso con la ropa con aire acondicionado, de cerca de 10.000 yenes por unidad. Ichigaya, cargado con problemas de flujo de efectivo, utilizó su propiedad personal para salir del bache, pero esto resultó una pérdida de dinero. Los bancos le rechazaron otros préstamos adicionales. En su mente veía claramente las letras de “bancarrota”.

Sin embargo mantuvo una confianza absoluta en el hecho de que la única manera efectiva de protegerse de una hipotermia era su ropa con aire acondicionado, idea que apoyaban sus seguidores.

Hay una llamada telefónica que Ichigaya nunca olvidará.

El centro de atención al cliente de la empresa recibió un día una queja telefónica.

“¿Están intentando matar a mi esposo?” gritó una mujer al responsable, nada más comenzar la conversación.

Según contó, había comprado ya tres modelos de Kūchōfuku, pero en cada ocasión tuvo problemas con el ventilador, que se paraba mientras el usuario se hallaba en el trabajo.

En esa época había muchas unidades defectuosas, plagadas por problemas de desconexión de cables.

La persona a cargo contactó con Ichigaya, quien llamó al esposo de aquella mujer para disculparse. Él mismo había experimentado las dificultades que un usuario encontraría si los ventiladores se detenían de golpe, mientras usaba la ropa bajo el sol.

Pero el hombre expresó su gratitud a Ichigaya, y lo animó:

“¡Soy un seguidor incondicional de su ropa! Antes tenía que ir a menudo al hospital en verano, para que me pusieran suero, pero desde que comencé a usar la ropa con aire acondicionado no he vuelto a ir ni una sola vez. Sin su ropa no podría hacer mi trabajo, así que no se rinda, siga luchando”.

El número de clientes que repetían su compra aumentó poco a poco. Ichigaya empezó a recibir llamadas telefónicas y cartas de aliento.

“Hay muchas personas en el mundo que necesitan ropa con aire acondicionado. Tenemos que cumplir con sus expectativas”. Ichigaya y Kurumizawa Takeo, el director responsable de la tecnología, continuaron realizando mejoras. Fue realmente un trabajo de perfeccionar cada milímetro para pulir todos los detalles.

Modelo de 2005. El primero de los diseños del modelo actual. El ventilador presenta un montaje mejorado.
Modelo de 2005. El primero de los diseños del modelo actual. El ventilador presenta un montaje mejorado.

En 2011 Ichigaya logró al fin escapar de la bancarrota. En esa época lograron resolver los problemas de la batería, que llevaban tiempo acosándolos. Ya era posible usar, en lugar de las pilas convencionales, baterías de iones de litio de una fábrica china, con lo que aumentaba considerablemente el tiempo de uso y la fuerza del aire. Las críticas favorables se difundieron entre los trabajadores de las obras de construcción de todo el país, de boca en boca y por Internet. Las ventas se duplicaron cada año desde 2012, alcanzando para 2019 alrededor de 1.200.000 unidades, y 5.700 millones de yenes en ventas.

Recientemente han desarrollado también productos en colaboración con famosos fabricantes de ropa. Cada vez son más quienes los usan para practicar deportes al aire libre o acampar, además de aquellos que trabajan al sol. En un abrir y cerrar de ojos el mercado contaba con una gran cantidad de productos de la competencia; la industria de la ropa equipada con ventiladores ronda ahora los 20.000 millones de yenes.

En agosto de 2022, en colaboración con Takeo Kikuchi, lanzaron una gama de ropa para hombres que coincide con el ocio y los deportes de verano, como el golf.
En agosto de 2022, en colaboración con Takeo Kikuchi, lanzaron una gama de ropa para hombres que coincide con el ocio y los deportes de verano, como el golf.

Además de ropa, la empresa de Ichigaya también desarrolla y vende sillas de paseo para bebés, mochilas, cojines, ropa de cama y otros productos similares que aprovechan la misma teoría del “refrigerador fisiológico”. (Imagen: Amano Hisaki)
Además de ropa, la empresa de Ichigaya también desarrolla y vende sillas de paseo para bebés, mochilas, cojines, ropa de cama y otros productos similares que aprovechan la misma teoría del “refrigerador fisiológico”. (Imagen: Amano Hisaki)

La innovación nace de un simple sueño

Entre las citas famosas de Ibuka Masaru, a quien Ichigaya admiraba mucho como ingeniero, se encuentra la siguiente: “La innovación nace de cuidar simples sueños”.

Cuando uno escucha la historia de Ichigaya sobre su invento, puede llegar a la conclusión de que su Kūchōfuku es un conjunto de ideas así. Es el producto de más de veinte años de constante reflexión.

“A veces sufrimos descuidos en el pensamiento. Esto se debe a que los humanos tenemos ciertas ideas preconcebidas sobre cómo deberían ser las cosas, y esto causa un gran impacto en nuestros procesos mentales. Esto puede funcionar, pero también puede hacer que mantengamos algunas ideas erróneas”, dice Ichigaya.

En el caso de su ropa con aire acondicionado, una de esas ideas favorables es la convicción de que “se puede usar agua como refrigerante”, y otra, errónea, es la creencia de que “necesitamos preparar agua” para usarla. Ichigaya recuerda: “Cometí ese descuido porque me faltaba algo de objetividad. Era la otra cara de mi determinación de comercializar el producto, fuera como fuera”.

“Pero son precisamente las cosas simples que pasamos por alto, que a veces no vemos, las que la gente disfruta considerando. Para vislumbrar posibilidades desconocidas, los seres humanos deben seguir pensando. Creo que pensar es un lujo que tenemos”.

En febrero de 2021, en plena pandemia, la empresa de Ichigaya desarrolló un protector facial con aire acondicionado que cubría todo el rostro para el posible uso de los trabajadores esenciales. La parte superior lleva conectado un ventilador eléctrico de entrada de aire, y alimenta aire fresco hacia el interior a través de un filtro compatible con el estándar de máscara de alto rendimiento N95.
En febrero de 2021, en plena pandemia, la empresa de Ichigaya desarrolló un protector facial con aire acondicionado que cubría todo el rostro para el posible uso de los trabajadores esenciales. La parte superior lleva conectado un ventilador eléctrico de entrada de aire, y alimenta aire fresco hacia el interior a través de un filtro compatible con el estándar de máscara de alto rendimiento N95.

Según Ichigaya, el Kūchōfuku aún no ha visto su forma definitiva, y continúa en proceso de desarrollo. Hay otras ideas aún que no se pueden mencionar en este artículo. También considera para el futuro la expansión a los mercados extranjeros.

“Me gustaría seguir probando ideas sin descartar mi intuición. Creo que si en un principio hubiera tenido conocimientos especializados en aparatos y prendas de refrigeración, no habría sido capaz de dar con la idea de este Kūchōfuku. Quiero crear muchos productos bajo la perspectiva del usuario que piensa ‘Ojalá tuviera algo así’, y la curiosidad de plantearse por qué son de cierto modo las cosas”.

(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: Ichigaya Hiroshi, inventor y comercializador de la ropa con aire acondicionado, desarrollada a través de un experimento mental para aliviar el calentamiento global). “Al principio fantaseaba con crear nubes artificiales o hacer flotar un gran reflector entre la tierra y el sol”, dice entre risas. Imagen de Amano Hisaki)

Imágenes cortesía de Kūchōfuku S.A.

  • Kūchōfuku utiliza patentes y tecnologías de Seft Institute Co., Ltd. y Air-conditioning clothing Co., Ltd.
  • Kūchōfuku es una marca de ropa y accesorios equipados con ventiladores de Seft Laboratory Co., Ltd. / Kūchōfuku Co., Ltd., así como la marca que los representa.
  • Kūchōfuku, 空調服, Seiri cooler y Kūchō Face Shield son marcas comerciales registradas de Seft Laboratory Co., Ltd. y Kūchōfuku Co., Ltd.

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