El abrupto final del “decenio Abe”: fiereza y buen carácter

Política

El ex primer ministro Abe Shinzō perdió la vida cuando le dispararon durante la campaña electoral para la Cámara de Consejeros. Solían describirlo como una persona autoritaria con una actitud de línea dura ante sus oponentes, no solo en la oposición sino también en su propio partido, pero cuando se reunía en grupos pequeños era un maestro de la hospitalidad. El periodista Koga Kō, que cubrió su trayectoria durante muchos años, repasa el perfil del político.

El “decenio Abe” terminó de forma abrupta. En las elecciones a la presidencia del Partido Liberal Democrático (PLD) de septiembre de 2012, durante la Administración del Partido Democrático, Abe, del que se había dicho que estaba “acabado”, se marcó un regreso milagroso y recuperó el poder tres meses más tarde. Logró el récord al mandato más largo de un primer ministro en la historia japonesa —8 años y 8 meses— y conservó el poder de movilizar el panorama político incluso cuando lo sucedieron Suga Yoshihide y Kishida Fumio.

Para bien o para mal, Abe fue sin duda el eje principal de un decenio en que la política japonesa experimentó cambios rápidos en el orden internacional y un declive en el poder nacional. Visto desde la perspectiva contraria, si Abe arraigó, fue precisamente porque era un momento en que la identidad de Japón tras la Segunda Guerra Mundial se tambaleaba.

El poder de atraer y apartar

Es raro que un primer ministro posea la capacidad que demostró Abe de juntar a los compañeros y alejar a los oponentes políticos, de un modo similar a la fuerza de atracción y repulsión que ejerce un imán potente. La distinción entre amigos y enemigos era radical. Una vez le oí contar, satisfecho: “Watanabe Tsuneo, presidente del Grupo Yomiuri Shimbun, me dijo que no había visto a un primer ministro tan combativo desde Yoshida Shigeru”.

La observación anterior se refería a la declaración de Abe en la convención del PLD de febrero de 2019, antes de las elecciones a la Cámara de Consejeros, en la que dijo “No podemos volver a la pesadilla de una administración del Partido Democrático” y suscitó protestas vehementes por parte de la oposición. Yoshida, apodado “One Man”, tildó al rector de la Universidad de Tokio del momento de “vendido”.

El organigrama de poder de la Dieta estaba dominado solo por Abe y el comentario que emitió incitando a despreciar como “débil” a la oposición se criticó por inmaduro y por denigrar a todos los partidos que la componían. Hasta los miembros con menos poder dentro del propio PLD se mostraron disconformes ante unas provocaciones que consideraban innecesarias.

La actitud agresiva de Abe para con la izquierda se mantuvo coherente. En julio de 2017, durante las elecciones a la Asamblea Metropolitana de Tokio, se indignó ante un grupo de personas que portaban un cartel que rezaba “¡Dimite, Abe!” y soltó un comentario en la misma línea: “No nos podemos permitir perder ante ese tipo de gente”.

Personas protestando con un cartel de “Abe, dimite” durante un discurso del entonces primer ministro a favor del candidato de su partido para las elecciones a la Asamblea Metropolitana de Tokio, pronunciado el 1 de julio de 2017 frente a la estación de JR Akihabara, en Tokio. (Jiji Press)
Personas protestando con un cartel de “Abe, dimite” durante un discurso del entonces primer ministro a favor del candidato de su partido para las elecciones a la Asamblea Metropolitana de Tokio, pronunciado el 1 de julio de 2017 frente a la estación de JR Akihabara, en Tokio. (Jiji Press)

El inevitable pulso con Kishida y la facción Kōchikai

En febrero de 2022 le pregunté a Abe a qué se refería con su comentario sobre la “pesadilla”. El mes anterior se había publicado Kenshō: Abe seiken (Inspección de la Administración Abe / Bunshun Shinsho), un libro elaborado por nueve académicos que analizaba los persistentes ataques de Abe a la oposición.

“Soy el general del partido del Gobierno en la lucha (de las elecciones a la Cámara de Consejeros). Las elecciones se valoran de forma comparativa. En una lucha, el general es quien debe luchar en el frente con el bando contrario. Habrá quien piense que ese sucio papel debería recaer en otra persona, pero me lo asigné porque no había nadie mejor para desempeñarlo”, sentenció Abe.

La intervención posterior deja claro que Abe estaba expresando su insatisfacción con el actual primer ministro, Kishida: “En unas elecciones, hay que inspirar a todo el ejército. Pero Kishida no es de ese tipo de personas. Muchos miembros de la Dieta se preguntan por qué no se enfrenta con el Partido Democrático más a menudo. Es al criticar al contrario cuando suben los ánimos”.

Es fácil imaginar que el descontento de Abe no se limitaba solo a la intensidad de la confrontación de Kishida con la oposición, sino que también incluía su gestión de la Administración en general. De hecho, Abe siguió dando indicaciones a Kishida en todos los frentes, desde las finanzas y la seguridad nacional hasta el nombramiento del viceministro administrativo de Defensa.

Ambos políticos salieron elegidos por primera vez en 1993 y eran de la misma quinta. A Kishida la actitud de su coetáneo debía parecerle como la monta de los animales, en que un ejemplar sube encima de otro para alardear de su superioridad.

Abe y Kishida diferían en algo tan básico como la estructura de apoyo de la administración: Abe seguía la línea del poder duro y Kishida opta por la del poder blando. Mientras que a Abe lo seguían más los hombres y las generaciones jóvenes, Kishida tiene el favor de un porcentaje más alto de mujeres y personas mayores.

Por eso, si Abe no hubiera sido asesinado, el tema principal que Kishida habría abordado después de las elecciones a la Cámara de Consejeros habría sido cómo deshacerse de su intervención. Ese es también el inevitable pulso que se libra de forma continuada en el seno del PLD entre el bloque formado por las facciones Kōchikai y Heisei Kenkyūkai, y el bloque de Seiwa Seisaku Kenkyūkai.

Criado en una familia de políticos (su abuelo era el ex primer ministro Kishi Nobusuke y su padre, el exministro de Asuntos Exteriores Abe Shintarō), Abe Shinzō se graduó de la Universidad Seikei y entró a trabajar en Kobe Steel, Ltd. Un antiguo compañero que lo conoció cuando trabajaba en Kakogawa, en la prefectura de Hyōgo, recuerda: “Era un chico agradable al que no le importaba ser el conductor cuando íbamos de cena porque él no podía beber”. Es decir, que era un señorito con buen carácter.

Aunque a menudo se habla de Abe como el nieto de su abuelo materno Kishi —el “fantasma de la era Shōwa”—, el abuelo paterno, Abe Kan, también era político. Dos años mayor que Kishi, estudió en la Universidad Imperial de Tokio, ejerció como alcalde de Hioki (actual Nagato, en la prefectura de Yamaguchi) antes de la Segunda Guerra Mundial y fue elegido como diputado de la Cámara de Representantes en un par de ocasiones. Se declaró en contra de la línea que priorizaba el ejército del gabinete de Tōjō Hideki y se rebeló negándose a aceptar la ayuda de la Asociación de Apoyo al Régimen Imperial.

Abe Kan eligió el Shin del nombre de su hijo Shintarō en honor a su héroe local Takasugi Shinsaku y Shinzō también lo heredó. Shintarō estudió en la Universidad de Tokio y trabajó para el Mainichi Shimbun antes de pasarse a la política. Sin embargo, Abe Shinzō nunca habló con cercanía de su abuelo paterno o del mencionado periódico, contrariamente a la elocuencia que exhibió respecto su otro abuelo, Kishi.

Las enseñanzas de su madre, Yōko

La inclinación de Abe por su abuelo Kishi se atribuye a la influencia de su madre, Yōko, que debía de encargarse de contarle lo importante que era como político, mientras que su padre, Shintarō, pasaba mucho tiempo fuera de casa. Hasta hace pocos años, Yōko, que cumplió los 94 este año, atendía sin falta a la reunión en honor a Abe Shintarō que se celebra en mayo y destilaba un aire digno y rebosante de orgullo por ser la hija de Kishi.

El desprecio de Abe por la Constitución, a la que tachó de “vergonzosa”, y su rechazo por la reflexión sobre el militarismo, que consideraba una visión masoquista de la historia, son a todas luces el resultado de una ideología de derechas heredada de Kishi.

Aunque Abe se autodefine como conservador, siempre se ha decantado por el “gran Gobierno”, que promueve un gasto fiscal agresivo y la participación de la mujer, más que por el “pequeño Gobierno”, que limita el rol del órgano de mando. Las políticas aparentemente liberales de Abe recuerdan a una versión moderna del capitalismo de estado que en su día Kishi aplicó en Manchukuo.

Así pues, la Administración Abe, que fue la que viró más a la derecha en la política japonesa después de la guerra, atrajo hacia su núcleo a personas y medios de comunicación que en otro contexto hubieran quedado en la periferia del PLD; la periodista Sakurai Yoshiko, que pertenece a la Nippon Kaigi, y el escritor Hyakuta Naoki son dos buenos ejemplos de ello.

El peso de la abundante presencia del PLD en la Dieta, todos los poderes que concentró el primer ministro a través de las reformas políticas… Abe fomentó la creación de leyes que dividen la opinión nacional y el control del personal en la burocracia de Kasumigaseki como si dijera: “¿Qué hay de malo en que usemos el poder que se nos ha otorgado?”.

Dominando las mesas redondas

Si bien solía atribuirse a Abe la imagen de una figura autoritaria, cuando se reunía en petit comité, mostraba una cara totalmente distinta, suave y hospitalaria, capaz de cautivar a sus interlocutores con conversaciones interesantes. Así lo ilustra esta anécdota de su visita a Reino Unido en 2016: “Cameron me llevó a Chequers (casa de campo del primer ministro). Me mostró su agenda de invitados y me contó que el último primer ministro japonés que había estado allí era Tanaka Kakuei, hacía 43 años. Y el último japonés en visitarlo antes que Tanaka había sido el Emperador Hirohito, que fue en 1921, siendo aún príncipe heredero”.

Su dominio de las mesas redondas le ayudó a establecer una relación amistosa con el fiero expresidente de los Estados Unidos Donald Trump. Las habilidades interpersonales desempeñan un papel clave en la diplomacia entre altos mandatarios.

El primer ministro Abe Shinzō y el presidente de los EE. UU. Donald Trump disfrutan de un partido de golf cerca de Washington el 27 de abril de 2019. (Imagen cortesía de la Oficina de Asuntos Públicos del Gabinete). (Jiji Press)
El primer ministro Abe Shinzō y el presidente de los EE. UU. Donald Trump disfrutan de un partido de golf cerca de Washington el 27 de abril de 2019. (Imagen cortesía de la Oficina de Asuntos Públicos del Gabinete). (Jiji Press)

Es difícil olvidar el episodio en que Abe subió a YouTube un vídeo en que interpretaba al piano Hana wa saku (Las flores florecen), una canción de apoyo a la recuperación del desastre sísmico, cuando se acercaba el 11 de marzo, aniversario del terremoto. “Toqué el piano porque me lo pidieron, pero no practicaba desde segundo de primaria. Nunca siento nervios cuando hablo en público, pero al piano me pongo nerviosísimo. Practiqué mucho durante un par de meses”, confesó. También queda el recuerdo amargo de cuando, durante la crisis sanitaria, fue duramente criticado por publicar un vídeo relajándose elegantemente con su perro para animar a la gente a quedarse en casa.

Abe se mostró satisfecho de los más de 2 millones de reproducciones que obtuvo su vídeo del piano. Fue aquel vídeo, tocando junto a su mujer Akie, el que se reprodujo en bucle en el velatorio que se celebró el día 11 en el templo Zōjōji de Tokio.

El velatorio del ex primer ministro Abe Shinzō se celebró en el templo Zōjō-ji, distrito de Minato, Tokio, en la tarde del 11 de julio. (Jiji Press)
El velatorio del ex primer ministro Abe Shinzō se celebró en el templo Zōjō-ji, distrito de Minato, Tokio, en la tarde del 11 de julio. (Jiji Press)

En la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Río, Abe sorprendió al público cuando apareció vestido de Super Mario en su aparición como primer ministro del país anfitrión de la próxima edición del acontecimiento. (Imagen del 21 de agosto de 2016 / AFP)
En la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Río, Abe sorprendió al público cuando apareció vestido de Super Mario en su aparición como primer ministro del país anfitrión de la próxima edición del acontecimiento. (Imagen del 21 de agosto de 2016 / AFP)

(Traducido al español del original en japonés. Fotografía del encabezado: El primer ministro Abe Shinzō y su esposa Akie en el camino de regreso de su visita a Estados Unidos, en Palm Beach el 19 de abril de 2018. Jiji Press)

Abe Shinzō Política japonesa Partido Liberal Democrático