El manga y el anime japonés de ayer y de hoy
El 50.º aniversario de ‘La rosa de Versalles’, un clásico del manga
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Las condiciones para una representación clásica del amor
¿Qué es lo más importante para una historia de amor? Los obstáculos. Me gustaría que pensaran por un momento en ello. ¿Qué pasa si dos personas sin obstáculos se encuentran y se enamoran? Que la historia terminaría de repente con un final feliz.
Por eso son tan importantes los obstáculos y, de ser posible, que no sean personales, como la decisión de las personas implicadas, para que la historia tenga una mayor universalidad. Por eso Romeo y Julieta, en la que dos jóvenes de clanes opuestos se enamoran, es un clásico atemporal. Esta obra trata de la historia de las familias Montesco y Capuleto, enfrentadas entre sí porque unos eran papistas y los otros partidarios del emperador. En la historia de Japón, encontramos una situación similar entre la corte y los clanes guerreros del periodo de las Cortes del Norte y del Sur (1336 –1392). En el caso del manga de ciencia ficción Mobile Suit Gundam, podría ser más fácil de entender si decimos que se corresponde al encuentro entre el piloto de la federación terrestre Amuro y la joven Lalah, que pertenece a la facción contraria, el Principado de Zeon. Sin embargo, estas historias de amor tradicionales son cada vez más difíciles de establecerse en los tiempos modernos. Incluso en el éxito de 2013, Frozen II - Anna y la Reina de las Nieves, el “amor verdadero” no era entre un hombre y una mujer, sino entre hermanas. Las películas de Disney se producen ahora sin elementos románticos y el mundo lo valora de forma positiva.
La situación es la misma en Japón, donde hoy en día se apoyan las historias de amor que se alejan del llamado “canon tradicional”, como el manga Nagi no Oitoma (Las largas vacaciones de Nagi), que se adaptó a la pequeña pantalla en 2019. La serie de televisión surcoreana de Netflix Aterrizaje de emergencia en tu corazón fue un éxito como historia de amor que sigue el canon tradicional, pero como sabemos, en ella se interponía un gran obstáculo en el camino del amor: la división de la península coreana.
Esto no resulta tan sorprendente si se reflexiona un poco en el tema. La sociedad moderna ha sido diseñada sobre el principio de la “libertad de elección”, tal y como defendía Milton Friedman. Por eso también somos libres de elegir el amor. La conclusión a la que se llega es que uno puede salir con quien quiera sin importar los problemas que existan, disminuyendo así la dificultad del obstáculo inicial a la relación que se da en el canon tradicional.
Algunos sociólogos se refieren a esta situación como la “imposibilidad de expresión romántica” en la sociedad moderna. Por ello, las historias de amor modernas suelen presentar la enfermedad o la amnesia accidental como obstáculo. A veces, las dos personas no están en el mismo lugar al mismo tiempo. Por otro lado, muchas obras maestras, como las películas Retrato de una mujer en llamas y Carol, también buscan su temática en épocas pasadas en las que los prejuicios eran fuertes y la independencia era difícil.
Desde la perspectiva actual, las sociedades del pasado tenían libertades restringidas y eran estrictas. Un escándalo que solo daría que hablar en Internet en el siglo XXI habría sido un grave delito en el periodo Edo. La diversidad de estilos de vida también era inaceptable.
Entre ellos, la restricción más severa de la libertad es tal vez el “sistema de estatus”. La famosa cita de Fukuzawa Yukichi, “El cielo no crea un hombre por encima de otro hombre”, reflejaba el sistema de estatus tanto en Europa Occidental como en Japón. Desde su nacimiento, los aristócratas eran aristócratas y los plebeyos eran plebeyos. Por más que lo intentaran, no pudieron superar este “muro de la desigualdad”.
Sin embargo, en Francia, en 1789, el pueblo se levantó para derribar este muro. Se trata de la Revolución Francesa. La Rosa de Versalles, obra de Ikeda Riyoko, que se publicó por primera vez en el semanario Margaret (Shūeisha) en 1972 y que en 2022 celebra su 50.º aniversario, representa la turbulenta historia de la Revolución Francesa y es una obra maestra que ha florecido con nobleza en la historia del manga.
Una apuesta arriesgada
Los personajes centrales de esta historia épica son la reina María Antonieta de Francia y su amante secreto, el noble sueco Fersen. Y luego están Oscar, una mujer, pero criada como heredero de una familia aristocrática militar, vestida de hombre, y André, un plebeyo que sigue sus pasos.
Se cuenta la historia de personas que están a merced de la historia, de personas que desesperan de la historia, de personas que luchan por una nueva era y de personas que dan su vida por las personas que aman. El romance histórico representado a través de las vidas de estas mujeres y hombres fue apoyado con entusiasmo por los aficionados contemporáneos y tuvo un gran impacto en las generaciones posteriores.
Sin embargo, el equipo de redacción de la época se opuso a la serialización de esta obra cuando se inició alegando: “¿Un relato histórico? Es imposible que los lectores de shōjo manga entiendan un tema tan elevado”. En aquella época, el estatus del manga era todavía bajo en la sociedad japonesa y no se reconocía como cultura. Además, el shōjo manga se consideraba aún más bajo, y las artistas de manga ganaban la mitad de dinero que sus homólogos masculinos. Esto suena casi como sacado de un guion de Hollywood de hoy en día.
Ikeda nació en Osaka en 1947 y creció en la ciudad de Kashiwa, en la prefectura de Chiba. En una época en la que el sistema de valores aún sostenía que la educación superior no era esencial para las mujeres, superó la oposición de su padre e ingresó en el Departamento de Filosofía de la Universidad de Educación de Tokio (actual Universidad de Tsukuba). Nada más entrar en la universidad, se implicó en el movimiento estudiantil que florecía en aquella época. “No puedo depender de mis padres mientras critico a los adultos y a la sociedad”. Ikeda dejó su casa para vivir sola y asistió a la universidad mientras trabajaba en varios empleos, como camarera, obrera de fábrica y vendedora a domicilio.
En 1968, cuando estaba en su tercer año de universidad, debutó en la revista Weekly Margaret. Para Ikeda, el manga era también una forma de mantenerse. Se convirtió en una autora popular muy pronto, mientras que trabajaba duro para pagar el alquiler de su vivienda, y a los 24 años comenzó su publicación por entregas de La Rosa de Versalles.
Sin embargo, como ya se ha dicho, la redacción, que en aquella época solo contaba con redactores masculinos, se opuso a ese tema diciendo que no habría forma de que los lectores lo entendieran. La respuesta de Ikeda fue contundente, “Será un éxito seguro. Si no lo es, lo dejo en el acto”.
Ikeda Riyoko describe la actitud de vivir con independencia
María Antonieta y Fersen son personas reales, pero Oscar, la mujer vestida de hombre, es un personaje de ficción. Es un hecho histórico que hubo un capitán de la Guardia que estuvo al lado de los ciudadanos el 14 de julio, cuando tuvo lugar la Revolución Francesa. Sin embargo, a Ikeda, que solo tenía 24 años, le resultaba difícil representar a un militar que vivía en una sociedad típicamente masculina con un verdadero sentido de la realidad. Dijo que por eso retrató a Oscar como mujer, pero también que su creación estaba impregnada de sus sentimientos hacia una sociedad que todavía no reconocía la personalidad y las capacidades de las mujeres como seres humanos (entrevista en Fujin kōron, 23 de septiembre de 2013).
Escribir de esta manera puede dar la impresión de que Oscar era una “persona malhumorada que se comportaba así para no ser superada por los hombres en una sociedad dominada por ellos”. Sin embargo, ella es a todas luces diferente.
La dibujante de manga Yoshinaga Fumi, que ha escrito una obra histórica y que también dibujó sobre la Revolución Francesa, dice de la obra de Ikeda: “Hay una coherencia en los ideales del tipo de sociedad a la que aspiramos y en la actitud de que todos deben vivir de forma independiente. Y creo que su singular atractivo radica en que compatibiliza el aspecto ideológico con el entretenimiento” (La teoría de La Rosa de Versalles de Yoshinaga Fumi en El mundo de Ikeda Riyoko; Ed. Asahi Shimbun).
En realidad es cierto, y la creación de Oscar también era muy atractiva como entretenimiento.
Es hermosa, fuerte e inteligente. Era una flor de la sociedad aristocrática cuya belleza era admirada por hombres y mujeres, y tenía la inteligencia para leer los cambios que se avecinaban y la bondad para empatizar con los que estaban en circunstancias menos afortunadas. Y como militar, fue capaz de liderar a su manera.
Al principio, siente algo amoroso por Fersen, pero pronto se da cuenta y acepta los sentimientos de André, que proviene de los sirvientes de su propia familia y siempre está a su lado.
Pero estamos en los inicios de la revolución. Oscar es feliz como individuo, pero no tiene la menor intención de abandonar su turbulenta patria y huir del país. André también pensaba solo en permanecer a su lado. Es una época en la que el muro del estatus se interponía entre las personas y estas trataban de derribarlo. Precisamente en una época así pudo brillar una belleza que de otro modo no lo hubiese hecho.
Una universalidad que trasciende el tiempo y el espacio
La Rosa de Versalles fue un gran éxito. Obtuvo el primer puesto en las encuestas de popularidad desde la primera serialización y acabó vendiendo un total de 15 millones de ejemplares del manga. En particular, el amor entre Oscar y André se ganó el corazón de muchos, y cuando Oscar perdió la vida en la serie, provocó que muchos fans entraran en un estado de profunda tristeza. Mucha gente tiene buenos recuerdos de “haber llorado a mares” con su muerte.
En 1974, la Takarazuka Revue puso en escena el musical La Rosa de Versalles. Aunque algunos aficionados entusiastas amenazaron con cancelar la actuación de antemano, fue un gran éxito. En 1979, se emitió una versión animada de La Rosa de Versalles. Tanto la ópera como la versión animada siguen siendo queridas y comentadas hoy en día. Por cierto, en la década de 1980 se emitió también una versión animada en Francia, país de origen de la revolución, que ha ganado muchos adeptos allí.
Al igual que Romeo y Julieta, la obra de Ikeda solo puede describirse con una universalidad que trasciende el tiempo y el espacio. En lugar de desmoronarse con delizadeza en su 50.º aniversario, sigue encendiendo la pasión de la gente.
Por cierto, y me temo que esto es una completa digresión, pero tengo un amigo que al principio era respetado por sus colegas como un “genio editor” (en contraposición a los llamados editores famosos) y más tarde se convirtió él mismo en escritor, ganando un importante premio literario.
A menudo decía que “todos” los mangas que se vendían bien eran los que representaban la amistad entre personas del mismo sexo, no el amor heterosexual. Yo mismo, como otros tantos, suscribo esa idea. Creo que aplica también para el manga de boxeo Ashita no Joe (Joe del mañana), pero a veces pienso que el shōjo manga es diferente. Cuando pedí su opinión a una importante autora de shōjo manga, se lo pensó un rato y me dijo que en el caso del shōjo manga también es cierto.
Sin embargo, sigo pensando que La Rosa de Versalles, con su representación de los dos tipos de amores, es una excepción. Cuando lo pienso, siento que no se puede decir que en realidad sea así.
Fotografía de portada: La Rosa de Versalles se publicó por entregas en el semanario Margaret durante 82 números, desde el número 21 de 1972 al 52 de 1973. Este drama humano que se desarrolla de forma brillante con el trasfondo de la Revolución Francesa también ha sido llevado a la animación y ha conmovido a los aficionados de todo el mundo (Fotografía de la redacción de nippon.com).
(Traducido al español del original en japonés.)