Pekín 2022: Kobayashi Ryōyū, el favorito al oro en salto de esquí
Deporte- English
- 日本語
- 简体字
- 繁體字
- Français
- Español
- العربية
- Русский
El primer japonés campeón absoluto en la Copa del Mundo
Kobayashi Ryōyū es, sin duda, el favorito a obtener la medalla de oro en los saltos de esquí nórdico de los Juegos Olímpicos de Pekín. A 23 de enero, es segundo en la clasificación de la Copa Mundial con seis trofeos, dos platas y 17 apariciones en la gran colina, incluida su segunda participación en el prestigioso Torneo de los Cuatro Trampolines. También se coronó como el campeón global de la tradicional Semana del Salto, que se celebra entre finales y principios de año durante la Copa, al ganar tres de las cuatro pruebas en las que participó. En la actualidad libra una lucha encarnizada por el primer puesto del ranquin global con el alemán Karl Geiger.
Los logros que viene acumulando en los últimos años demuestran que sus triunfos actuales no son fruto de la inercia ni de una buena racha. Los resultados globales en la Copa del Mundo hablan por sí solos: quedó campeón en la temporada 2018-2019, tercero en la temporada 2019-2020 y cuarto en la temporada pasada. Ahora afronta la temporada actual partiendo de esa sólida base que se ha labrado.
Las características que más destacan de su salto son una salida y un despegue asegurados. Esa estabilidad técnica que le permite mantener siempre un rendimiento alto es su principal punto fuerte. Pero la trayectoria del ahora considerado mejor saltador del mundo está repleta de sorpresas.
Dotado para el deporte desde la infancia
Aunque los saltadores de esquí japoneses que compiten en las olimpiadas suelen proceder de Hokkaidō, Kobayashi nació y creció en Matsuo, una localidad de la prefectura de Iwate. En las cuatro olimpiadas desde Salt Lake City 2002 y Sochi 2014, los únicos candidatos nipones de fuera de Hokkaidō fueron tres de Nagano (cada uno en una edición), uno de Aomori y otro de Niigata.
Kobayashi se inició en el salto en un lugar poco propicio. Al parecer, todo empezó cuando, siendo aún un niño, él y su hermano mayor Junshirō montaron un pequeño trampolín de salto en el jardín de casa. Probó tanto el salto como la combinada nórdica —combinación de salto y esquí de fondo— y pronto sobresalió por sus capacidades físicas.
Cuando estaba en quinto curso de primaria, fue elegido para formar parte de la primera promoción de un proyecto de Iwate para formar a deportistas de élite de la prefectura. Allí tuvo la oportunidad de probar distintas disciplinas y, por su agilidad y otras virtudes, se determinó que tenía madera para la lucha libre o el rugby. También jugó en el equipo de béisbol escolar durante la primaria y en el de fútbol en secundaria. En definitiva, era bueno en todos los deportes.
Durante un par de años también participó en unas lecciones de entrenamiento físico mensuales que se impartían en el proyecto de formación de deportistas y que iban a servirle para cualquiera que fuera la disciplina en la que se especializara. Este entorno contribuyó a curtir su base como deportista.
Al final Kobayashi eligió los saltos de esquí y la combinada nórdica y se consagró a ellos. No obstante, los resultados que cosechó durante el bachillerato no fueron tan prominentes como para vaticinarle un futuro de éxito. Destacaba mucho más su hermano Junshirō, que se especializó en las mismas disciplinas y en primero de bachillerato ganó el concurso global de su categoría y en tercero quedó primero en el Campeonato Nacional, superando a los adultos contra quienes competía.
El encuentro con la leyenda
Fue en ese momento de su adolescencia cuando tuvo un encuentro que cambiaría su destino: Kasai Noriaki reconoció su talento para el salto. Saltador polivalente que mantiene el récord de haber competido en ocho olimpiadas, conocido como una leyenda tanto en Japón como en Europa, Kasai sintió que estilo de Kobayashi se parecía al de los mejores saltadores europeos y, basándose en su intuición, lo invitó a unirse a Tsuchiya Home, donde él ejercía como entrenador.
Kobayashi aceptó la propuesta de trabajar en la empresa y decidió especializarse en salto. Kasai evitaba darle detalles porque decía que se trataba de “un secreto corporativo”, pero le enseñó desde destrezas técnicas como la transferencia de fuerza en el despegue hasta la forma de controlar los nervios. A sus 49 años, el legendario saltador está todavía en activo y a veces compite con su discípulo. Kobayashi no siente más que respeto y afecto por Kasai, al que llama maestro, pues le enseña sus técnicas sin resentimiento a pesar de su condición de rivales.
La excelente relación de tutelaje entre los saltadores ha ido dando sus frutos. En el primer año en la empresa, Kobayashi se estrenó en la Copa del Mundo incorporándose en plena temporada 2015-2016. En la temporada siguiente, compitió en la Copa de principio a fin y también participó en el Campeonato Mundial.
En la temporada 2017-2018, se clasificó para representar a Japón en los Juegos Olímpicos de Pieonchang. Antes de la competición no era muy conocido, pero cobró protagonismo con actuaciones estelares como convertirse en el primer japonés en quedar séptimo en trampolín normal y ser el último saltador en la prueba por equipos.
Su carrera dio un gran salto a partir de entonces. En la temporada 2018-2019, fue el segundo saltador de la historia en ganar más títulos en la Copa del Mundo al coleccionar trece medallas y se proclamó campeón absoluto. Fue el primer no europeo en lograr tal hazaña. Kobayashi cree que la estabilización de la salida jugó un gran papel en su triunfo. “Primero me alegraba, pero luego ya me empezó a dar rabia”, comenta entre risas Kasai, que le ayudó a desarrollar su técnica. El maestro celebra el éxito de su discípulo con estas palabras en las que el afecto se mezcla con sus sentimientos como saltador.
Una capacidad que se impone sobre la meteorología
Sus cualidades físicas innatas, la base deportiva que desarrolló con el entrenamiento desde una edad temprana y la técnica que le ha legado Kasai se combinan en la espléndida carrera actual de Kobayashi. Con todo, terminó su tercer Campeonato Mundial sin ninguna medalla individual.
Recordemos que el salto de esquí es una disciplina que entraña la dificultad intrínseca de que, por más habilidad que tenga el deportista, el resultado depende de las condiciones meteorológicas. En Pekín el tiempo también será un factor que influya en los resultados. ¿Qué condiciones se darán cuando le toque saltar a Kobayashi? Seguro que su talento se impondrá ante cualquier vicisitud. Es lo que cabe esperar llegado este punto de su carrera.
Las competiciones de salto empezarán el 5 de febrero con la clasificatoria de trampolín normal. Es muy probable que Kobayashi participe en cuatro pruebas: trampolín normal, trampolín largo, equipo masculino y equipos mixtos (disciplina que se estrena en esta edición). El prodigio japonés se enfrenta a sus segundas olimpiadas con el sueño de hacerse con un oro individual y con las expectativas puestas en su contribución estelar en las pruebas por equipos.
Fotografía del encabezado: Kobayashi saltando en la octava ronda de la Copa del Mundo, en la que actualmente se disputa el primer puesto del ranquin global. Fotografía tomada el 6 de enero de 2022 en Engelberg, Suiza. (AFP / Jiji Press).