El tocadiscos AP-0: la ilusión flotante hecha realidad
Tecnología Música- English
- 日本語
- 简体字
- 繁體字
- Français
- Español
- العربية
- Русский
Un proyecto iniciado para motivar a los empleados
Los discos de vinilo están otra vez en alza y el nuevo modelo de tocadiscos analógico de alta gama AP-0, que se fabrica sobre pedido desde junio de 2020 con un precio de dos millones de yenes antes de impuestos, está sorprendiendo a los entendidos y dando mucho que hablar a los amantes de los equipos de audio. Lo interesante es que este singular tocadiscos no es obra de ninguno de los fabricantes consolidados del sector del audio, sino de una machikōba (pequeño taller que fabrica por encargo con tecnología propia) llamada Yuki Precision (Chigasaki, prefectura de Kanagawa), sin relación alguna con dicho sector.
¿Cómo se explica que una empresa que venía fabricando piezas de precisión para sectores como el aeroespacial o el de la asistencia médica diera el salto al sonido, un campo desconocido para ellos? Se lo preguntamos al impulsor de la idea, que no es otro que el presidente de la compañía, Nagamatsu Jun.
“En Yuki Precisión recibimos pedidos de otros fabricantes y les servimos componentes y dispositivos, pero no tenemos una línea de productos propios. Por eso, desde hace algún tiempo, estábamos pensando que sería bueno tener algún producto original nuestro, que nos sirviera para darnos un nombre y dar a conocer también lo que podemos aportar en diseño y fabricación. Y pensamos que eso sería positivo también de cara a nuestros trabajadores, para que estuvieran más orgullosos de trabajar con nosotros”.
Pero lanzar un tocadiscos analógico no era la idea de partida.
“Yo trabajé anteriormente en una empresa de equipos de fabricación de semiconductores y al principio pensé seguir el esquema de fabricar artículos para otras empresas, pero no conseguimos motivar suficientemente a los trabajadores. No marchó bien”.
¿Por qué la idea no motivaba? Tras mucho pensarlo, Nagamatsu llegó a la conclusión de que a su proyecto le faltaba algo.
“Fervor era lo que faltaba. Yo pretendía estar explicándolo todo bien, pero al mismo tiempo sabía que eso no era lo que yo realmente quería, y mis palabras estaban faltas de eso, de fervor. Y así, es imposible conseguir que la gente se mueva”.
Al presidente, ni una palabra
Se puso a pensar entonces qué era lo que realmente quería hacer.
Lo primero que vino a su mente fue la idea de hacer un tocadiscos analógico. Y es que Nagamatsu es un melómano, además de un gran aficionado a los aparatos de audio desde que oía música en un gran tocadiscos de consola en sus años de escolar de primaria. Por eso sí que sentía fervor. Se encargó de llevarlo todo en riguroso secreto. Entonces, era director de división y su presidente Ōtsubo Masato le había dado libertad de acción para explorar nuevos proyectos.
“Al principio vacilé, porque no sabía si una pequeña empresa como la nuestra, que ni siquiera tenía 40 empleados, podía permitirse destinar personal y tiempo a un proyecto de realización tan incierta. Pero también pensé que merecía la pena intentarlo, porque, de no hacer algo parecido, con nuestro pequeño tamaño y con un mercado nacional cada vez más reducido, a la larga íbamos a enfilar la cuesta abajo. Sin afrontar nuevos desafíos, no hay esperanzas de crecimiento. Y Ōtsubo era de la misma opinión”.
Para empezar, Nagamatsu reclutó a tres ingenieros de entre 20 y 39 años de los que pensó que podrían sentir interés y les reveló cuál era su proyecto. Pero su reacción no fue demasiado entusiasta, algo que, por otra parte, no era de extrañar, pues los de su generación no habían conocido el disco de vinilo.
“Decían que ellos sabían cómo se hacía sonar un CD, pero no un disco de vinilo. Lo contrario que yo”, rememora Nagamatsu con una sonrisa.
Pero las demostraciones prácticas son más efectivas que los puros razonamientos a la hora de motivar a la gente, así que los invitó a su casa, les enseñó la colección de discos de la que tan orgulloso estaba y les puso algunos en el equipo de sonido que él mismo se había montado.
“Se quedaron sorprendidos de lo bien que sonaban los discos. Ese día, el proyecto recibió el empujón inicial que necesitaba para ponerse en marcha. A los ingenieros jóvenes les encanta diseñar máquinas y se los veía llenos de ganas, precisamente porque se enfrentaban a algo totalmente nuevo para ellos. Yo decidí no entrometerme demasiado y limitarme a contemplar lo que hacían”.
Los cuatro formaron así un equipo perfectamente compenetrado. Eso sí: Nagamatsu no olvidó decirles que el presidente no debía enterarse de nada.
Un año y medio desde el primer prototipo hasta el producto final
En 2018, un año después de iniciarse el proyecto, los jóvenes lograron dar forma visible a todas sus ideas. El prototipo estaba listo para ser mostrado al presidente.
“Era muy diferente del diseño final y no demasiado bonito a la vista. Cuando Ōtsubo lo vio, exclamó algo así como ‘¡o sea que eso era en lo que andabais...!’. Seguramente, se habría dado cuenta de que nos traíamos algo entre manos, pero no sabría que se trataba de un aparato de audio. A Ōtsubo también le gusta la música y se alegró mucho al enterarse, aunque todo lo habíamos llevado a sus espaldas”.
Así fue como el nuevo proyecto salió a la luz y obtuvo el visto bueno del presidente. Tenían ya el prototipo y confiaban en que pronto tendrían también la versión definitiva. Pero no fue tan fácil. Durante la fase de diseño, hicieron algunos análisis y descubrieron que el prototipo no tenía la suficiente solidez y que había riesgo de producir pitidos por acoplamiento.
“Para entonces, habíamos consumido ya mucho tiempo y, para ser sincero, tener que rehacerlo se nos hizo muy cuesta arriba. Al final, solucionamos el problema, pero nos costó año y medio desde la creación del primer prototipo hasta obtener el modelo definitivo”.
Costó, pues, un total de dos años y medio crear el AP-0. El resultado es un aparato, en palabras de Nagamatsu, “lleno de peculiaridades”, que sorprenderán incluso a los entendidos en la materia.
“El AP-0 es muy diferente a los tocadiscos convencionales. En muchas de sus partes hay ideas y tecnologías originales, pero lo realmente revolucionario es el platillo giratorio”.
Una novedosa aplicación de la levitación magnética
Los discos de vinilo suenan porque la aguja lee la información grabada en sus surcos. Pero las vibraciones que le transmite al disco el platillo giratorio se convierten en ruido que rebaja la calidad del sonido final. Es el problema que traía de cabeza a los fabricantes.
“Para eliminar completamente las vibraciones, la única solución sería hacer un platillo giratorio que no contactase con otros cuerpos, y eso no parece que pueda conseguirse en la práctica. Pero a los ingenieros se les ocurrió usar el magnetismo. La idea era hacer que el platillo flotase rodeándolo de potentes imanes”.
El platillo es relativamente pesado y, por muy potentes que sean los imanes utilizados, no es posible contrarrestar la gravedad y conseguir una levitación perfecta. Pero, inspirados en la forma de la peonza, los ingenieros dispusieron un eje a modo de apoyo único para el platillo.
Aunque el equipo solo lo supo una vez completado su “invento”, la utilización del magnetismo para un fin similar había sido patentada ya por la firma Pioneer en 1981. Pero Pioneer se quedó, al parecer, en la fase de idea. En cambio, Yuki Precisión perseveró hasta conseguir darle forma de producto final.
“Fue muy divertido cuando mostramos el AP-0 a los trabajadores, porque se sorprendían al ver que estaba formado por piezas que ellos mismos había modelado. Ellos están acostumbrados a modelar sin saber dónde ni cómo van a ser utilizadas finalmente esas piezas, así que ver por primera vez sus creaciones integradas en un aparato que, además, iba a ser lanzado con nuestra propia marca tuvo que ser emocionante”.
Con la vista puesta en otros mercados
Las reacciones a este peculiar aparato fabricado por una machikōba sin ninguna experiencia previa en el mundo del audio están superando todas las expectativas de Nagamatsu.
“Somos una machikōba y nos preocupaba cómo se vería que lanzásemos este producto. Pero varias revistas especializadas nos han sacado en portada y los críticos han hecho valoraciones muy positivas. Con la pandemia, no hemos podido salir a venderlo como pensábamos, pero hemos recibido muchas llamadas de dentro y fuera de Japón y tenemos ya planes de exponerlo en el extranjero. Creo que hemos conseguido hacer llegar el mensaje de que Yuki Precision es capaz de crear aparatos de alta gama”.
No conformándose con los logros obtenidos en campos tecnológicamente punteros, en Yuki Precision han dado un ambicioso salto al sector del audio, que les era completamente desconocido. Con el AP-0, han conseguido abrir nuevos horizontes para la empresa y elevar la moral de sus trabajadores. Y todo comenzó con el entusiasta impulso de Nagamatsu de fabricar algo que realmente desease adquirir.
“No somos más que una pequeña machikōba, pero son precisamente las empresas pequeñas, siempre que su dirección muestre flexibilidad, las que están en condiciones para emprender aventuras como esta. Mientras yo esté aquí, vamos a seguir adelante con la fabricación de tocadiscos y nos gustaría que esta actividad se convirtiera en uno de los pilares de nuestro desarrollo. Porque a partir de ahora vamos a adquirir un compromiso también con nuestros compradores”.
Con el AP-0, la afición a los aparatos de audio se ha extendido entre la plantilla de Yuki Precisión. Y todo ese entusiasmo podría convertirse en la mejor base para futuras mejoras y actualizaciones del AP-0.
Sitio oficial del AP-0:
https://audio-yukiseimitsu.com/
(Fotografía del encabezado: El tocadiscos analógico AP-0, con un precio de dos millones de yenes más el impuesto al consumo. Fotografía: ©Yuki Precision Co., Ltd.)