Ayudas que no llegan: la apropiación indebida del subsidio de empleo por la pandemia
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Aguantando una injusticia
Aikawa Yūko (nombre ficticio), una madre soltera en la treintena que vive en Tokio, trabajaba en una empresa que ofrece una amplia gama de servicios, principalmente en el sector de la restauración. En abril de 2020 iba a pasar de un contrato a tiempo parcial a uno regular, pero a finales de marzo del mismo año, cuando la pandemia empezaba a propagarse, le cancelaron el contrato y perdió incluso el trabajo a tiempo parcial porque la despidieron sin más. Ni siquiera cobró la liquidación.
Un mes después de quedarse sin trabajo, recibió la llamada de una compañera de su antigua empresa con quien tenía confianza. “Ya sé que ahora hay menos trabajo por el coronavirus, pero ¿cómo estás?”, le preguntó. Cuando Aikawa le contó que la habían despedido, no daba crédito.
Hablando con su excompañera en persona unos días después, Aikawa se enteró de que su nombre seguía figurando en el organigrama de la empresa. Una persona que, por su puesto, estaba muy enterada de los asuntos internos de la firma, la informó de que allí se recibía “todo tipo de ayudas del Gobierno”, como el subsidio de empleo por la pandemia. Ya que dicho subsidio es un sistema para cubrir la prestación por suspensión de empleo, la condición para cobrarlo es que el trabajador siga contratado.
El hijo de Aikawa iba al jardín de infancia en la época en que ella trabajaba en la empresa. Como la escuela tuvo que cerrar en febrero de 2020 por decisión del Gobierno, la mujer se vio obligada a faltar al trabajo, pero no recibió ninguna prestación por suspensión de empleo. Es decir, que la empresa no solo recibía las ayudas públicas y no se las abonaba, sino que puede que fingiera que seguía contratada para continuar cobrándolas.
Cuando se asesoró en un organismo de bienestar social, le aconsejaron denunciar a la empresa para cobrar los subsidios pasados por lo menos, pero ella no se lanzó por miedo al coste de los abogados y sigue sufriendo su injusta situación sin poder hacer nada.
La manipulación del registro de asistencia
Maeda Tomomi (nombre ficticio) dejó su trabajo a tiempo parcial en el sector de la belleza a finales de 2020 porque la presionaron para que dimitiera. Al preguntarle el motivo por el que la obligaron a dejarlo, recuerda que la actitud de la empresa empeoró de repente tras cierto episodio: “Ahora veo que la forma de marcar el registro de asistencia era un poco rara. Creo que me echaron porque se la cuestioné”.
En abril de 2020, a pesar de que el establecimiento permaneció abierto y Maeda siguió yendo a trabajar, en el registro de asistencia figuraba como “suspensión de empleo por pandemia”. Aunque le pagaban el salario, no le cuadraba lo que ponía en el registro y se lo consultó a la dirección varias veces. A principios de mayo, la actitud de la empresa se endureció: “Si tanto te quejas, no hace falta que sigas viniendo a trabajar”. En septiembre la presionaron para que renunciara.
El registro de asistencia es muy importante para demostrar que los empleados están suspendidos de empleo cuando la empresa solicita el subsidio público por la pandemia. ¿Qué significa que el registro no coincida con la realidad?
Las inspecciones de la Junta de Auditorías en el año fiscal 2020 han revelado que, de las 49 empresas investigadas en Japón, cinco (un 10 %) habían percibido indebidamente 96,73 millones de yenes mediante el subsidio de empleo por la pandemia. La Junta concluye que los tres métodos más utilizados para la estafa fueron: 1) fingir que un empleado no contratado estaba contratado; 2) fingir que se pagaba la prestación por suspensión de empleo pero no abonarla; 3) fingir que un empleado estaba suspendido de empleo cuando en realidad seguía trabajando. En el caso de Aikawa, se recurrió a los dos primeros métodos, mientras que en el de Maeda se utilizó el tercero.
El contexto de la situación
Los motivos por los que las empresas incurren en el cobro indebido de subvenciones públicas van desde actuar con mala fe para suplir los ingresos con dichas ayudas hasta tomar medidas desesperadas ante una situación financiera acuciante.
World Air-Sea Service, cuyo presidente lideraba la Asociación Japonesa de Agencias de Viajes, es sospechosa del cobro indebido de 177,5 millones de yenes. Las ventas de viajes internacionales, su punto fuerte, fueron prácticamente nulas y 2020 fue el primer año fiscal que se saldó con pérdidas desde la fundación de la empresa. El informe provisional del Comité de Investigación refleja las verdaderas intenciones de la alta dirección: “El subsidio por un día de descanso laboral equivale a varios cientos de miles de yenes de ventas”.
Los “agujeros” del sistema de ayudas públicas también contribuyen a la apropiación indebida de fondos. Kawamori Katsuhiko, experto de asuntos laborales y sociales, lo explica así: “En la crisis financiera de 2008, se impusieron unas condiciones bastante estrictas para percibir el subsidio de empleo. Sin embargo, los criterios se relajaron al considerarse que, de otro modo, no se podría ayudar a las empresas y personas que tuvieran dificultades a causa de la pandemia”.
Por ejemplo, como excepción durante la crisis sanitaria, se incluyó a los trabajadores por horas y a tiempo parcial con jornadas de menos de 20 horas semanales y sin seguro de empleo para que también pudieran beneficiarse de la ayuda. Este cambio generó un “punto ciego” al permitir solicitar la ayuda con nombres inventados que no se encontraban en el registro del seguro de empleo. “La Oficina de Asuntos Laborales no lo pasa por alto y lo investiga sin falta”, asegura Kawamori.
Cuando se detecta un cobro indebido, no solo se exige la devolución del monto percibido, sino que se impone una multa y se toman medidas que erosionan la reputación de la empresa, como publicar su nombre o denunciarla. “La percepción indebida no se condona de ningún modo y no conlleva ningún beneficio para la continuidad del negocio”, sentencia el experto.
“Puedes ganarte la vida en locales de entretenimiento sexual”
Aikawa se encontró de repente desempleada y sin acceso a la ayuda pública. De aquello hace un año y medio, pero su vida no ha hecho más que complicarse. Ingresa un máximo de unos 80.000 yenes al mes trabajando por horas. Su hijo empezó la escuela primaria en abril, lo que conlleva ciertos gastos. Como sus ingresos no le permitían mantenerse, pidió dos millones de yenes en préstamos públicos, como los minicréditos de emergencia que concede el Gobierno.
Sin embargo, Aikawa ya ha gastado prácticamente todo el dinero que le prestaron y comenta: “Tengo que empezar a devolver los préstamos en abril del año que viene, pero estoy preocupada porque no sé si, al ser una madre soltera que solo trabaja por horas, me perdonarán la deuda”.
Por si la situación fuera poco, el trato que le imponen en la Administración local sumió a Aikawa en una depresión. Existe un subsidio para garantizar la vivienda a personas con bajos ingresos y sin empleo que ronda los 80.000 yenes mensuales y se destina al pago del alquiler. Para beneficiarse de dicha ayuda, hay que acudir a la ventanilla de la municipalidad todos los meses, explicar qué acciones se están tomando para buscar empleo y mostrar la cartilla de ahorros.
En la cita mensual en la municipalidad, los funcionarios examinan minuciosamente su cuenta y la “orientan” con indicaciones como “¿Este gasto no era innecesario?”, pero un día le dijeron algo increíble: “Si no encuentras trabajo, haz lo que sea. Lo que pasa es que no estás motivada. Hay muchas mujeres que se ganan la vida en locales de entretenimiento sexual”.
Ahora que la pandemia está más controlada y se han levantado las restricciones horarias del sector de la restauración, empiezan a salir algunas ofertas en el servicio público de empleo Hello Work. Sin embargo, Aikawa constata que, como madre soltera, lo tiene muy difícil para reincorporarse en el mercado laboral, ya que en muchas entrevistas a las que acude se plantea como un impedimento la posibilidad de que las escuelas cierren al declararse un nuevo estado de emergencia y ella deba faltar al trabajo para ocuparse de su hijo.
Las cuentas del seguro de empleo, en la cuerda floja
Además de que la mayoría de los trabajadores irregulares se quedaron sin empleo por no poder beneficiarse del subsidio de empleo por la pandemia, la financiación de las ayudas públicas va escasa de fondos. El subsidio de empleo se gestiona en las cuentas del seguro de empleo y hasta ahora se financiaba mediante las cuotas del seguro que abonaban las empresas y los trabajadores. No obstante, las condiciones especiales de concesión de la ayuda dispararon el monto dedicado a las asignaciones, que asciende a 5 billones de yenes entre el año fiscal 2020 y la actualidad.
Como el año fiscal 2020 ya no pudo cubrirse con las cuotas del seguro de empleo, hubo que recurrir a las reservas acumuladas con contribuciones pasadas y los fondos quedaron casi agotados. Pero tampoco bastó con eso y hubo que sacar casi 1 billón de impuestos de las cuentas generales del Estado. La situación financiera no ha hecho más que empeorar en 2021, por lo que es inevitable echar mano del presupuesto general.
El Gobierno considera reducir el gasto recortando gradualmente las asignaciones, pero, a menos que logre elevar el monto de las cuotas, es posible que a partir de 2022 haya que seguir supliendo las subvenciones de empleo con los ingresos tributarios. Parece difícil que los contribuyentes vayan a aceptar dicha medida de buen grado.
El secretario de la oenegé Moyai, Ōnishi Ren, explica que este tipo de situaciones suelen derivar en ataques personales basándose en su propia experiencia: “En la crisis financiera de 2008, las ayudas públicas a la subsistencia desencadenaron un linchamiento. Cuando estábamos en plena crisis, todo eran presiones para que asignaran fondos y aplicaran medidas de emergencia, pero, una vez pasó, les criticaron porque se habían producido cobros indebidos”. Ōnishi apunta también que, en el caso del subsidio de empleo, a quien debemos señalar es a las empresas que se apropian indebidamente de las ayudas y que es un error terrible usar como chivo expiatorio a los empleados que se encuentran en situación de precariedad.
Fotografía del encabezado: Sede central de World Air-Sea Service, una entidad sospechosa de apropiación indebida de fondos para el subsidio de empleo. (Jiji Press)
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