El skateboard en Japón: ‘skaters’ medallistas en un país que mira mal la cultura callejera
Deporte Tokio 2020- English
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Una lluvia de medallas que hizo vibrar el mundo del skate
En los Juegos Olímpicos de Tokio celebrados en el verano de 2021 se crearon focos de atención en torno a varias competiciones y atletas. Se celebraron algunas pruebas nuevas a las que muchos espectadores se veían expuestos por primera vez, pero fue la de skateboard la que probablemente provocó mayores cambios de conciencia y atención antes y después del evento.
Hasta que dieron comienzo las Olimpiadas se solía hablar de la nueva disciplina como de una oportunidad prometedora para las medallas japonesas, pero su existencia se veía limitada a “uno de los nuevos eventos olímpicos”, por oposición a las competiciones principales. Sin embargo, cuando comenzaron las pruebas en sí, el skateboard se convirtió a diario en el centro de atención no solo de las noticias deportivas sino también de varios programas de televisión de todo tipo.
La razón es, por supuesto, el éxito que tuvieron los atletas.
En las Olimpiadas se realizaron dos tipos de competición en skateboard: las pruebas de tipo street (calle), para la que se usan recorridos rectos, y las llamadas park (parque), en las que se usan recorridos cóncavos que parecen una combinación de cuencos interconectados. En el street masculino, Horigome Yūto se hizo con una medalla de oro, mientras que en la prueba femenina fue Nishiya Momiji quien ganó el oro y Nakayama Fūna se llevó el bronce. En la competición femenina de park Yosozumi Sakura ganó la medalla de oro y Hiraki Kokona la de plata. Fue una verdadera lluvia de medallas para el skate japonés.
Incluso después de que terminara la competición, la fiebre del skateboard, lejos de calmarse, saltó de nuevo a las noticias debido a las nuevas tendencias de los atletas que habían participado en los Juegos Olímpicos. Muchas personas comenzaron a acudir a las instalaciones donde es posible practicar el deporte en Japón. Este nuevo fenómeno representaba en realidad un mundo aparte de la situación que había vivido hasta entonces el skateboard: desde hace años ha tendido a verse este deporte de forma bastante negativa en la sociedad japonesa.
Fricciones como resultado de la cultura callejera
No es raro ver a skaters con sus tablas en vías públicas y parques. Dado que se trata de un deporte simple que se puede practicar en cualquier lugar si contamos con un skateboard, son muchos quienes lo disfrutan en ese tipo de lugares. Es por eso que se suele denominar “deporte de calle”.
Sin embargo, debido precisamente a que se practica en la calle, se dan también roces con otras personas, que se pueden quejar, por ejemplo, del hecho de que patinar en skateboard es peligroso. Exceptuando a los atletas con el nivel suficiente como para presentarse a los Juegos Olímpicos, si un patinador carece de la habilidad suficiente no será capaz de controlar su tabla, y en ocasiones saldrá simplemente disparado en alguna dirección. Esto conlleva, claro, riesgo de accidentes y daños a la propiedad, por lo cual la gente considera que el skateboard es peligroso.
El ruido es también un problema. El sonido que se genera al patinar por la calzada es bastante fuerte. Además, son muchos los skaters que visten siguiendo modas consideradas “de gamberro”; estos factores a menudo causan también conflictos con los residentes.
La cultura callejera a menudo se desmarca de lo normal, y el skate tiende a verse como algo molesto. Y sin embargo, tampoco es que existan muchas instalaciones para disfrutar del deporte. Por lo tanto, aunque esté prohibido, es ineludible que muchos lo practiquen en vías públicas y parques, y se cree así un círculo vicioso que conduce al rechazo.
El entorno competitivo que rodea al skate, en otras palabras, nunca se ha visto bendecido por la sociedad. ¿Cómo ha sido posible, entonces, que se hayan formado tantos medallistas? Uno de los factores principales es que incluso antes del evento olímpico, existía una tremenda pasión entre sus practicantes.
El compañerismo y la juventud que formaron a los medallistas
No se puede hablar de la medalla de oro de Horigome, por ejemplo, sin mencionar la presencia de Hayakawa Daisuke, el entrenador de la selección japonesa.
Hayakawa, que ahora tiene cuarenta y siete años, ha sido fanático del skate desde los trece y decidió convertirse en skater profesional tras experimentar la cultura real del skate en Los Ángeles, ciudad que visitó a los diecinueve años. Ha sido un verdadero pionero en la escena del skate desde que era todavía un deporte menor en Japón. Incluso ahora, retirado ya de la primera línea, sigue siendo un apasionado de este deporte, y participó en los Juegos Olímpicos de Tokio como senpai (compañero veterano) de Horigome pese a contar con el título oficial de entrenador.
Hace diez años, Hayakawa vio a Horigome cuando este era un estudiante de primaria que acudía a patinar acompañado de un colega de la tabla, e inmediatamente se dio cuenta de su talento y decidió apoyarlo. Cuando Horigome entró en la escuela secundaria, viajó a Estados Unidos, la cuna del skateboard, para perfeccionar su técnica, pero tuvieron que cubrir los costes ellos mismos. Hayakawa hizo un llamamiento a las asociaciones de skateboard y empresas para obtener apoyo financiero, pero en un principio no obtuvo respuestas positivas. Como resultado, Hayakawa decidió pagar de su propio bolsillo, un hecho que ahora admite a regañadientes: “Bueno, también pasó eso, sí”.
Son muchos los atletas (no solo Horigome) que se formaron a la sombra de personas como Hayakawa: gente desinteresada que los apoyó para que desarrollaran sus talentos. Esto denota el fuerte sentido de compañerismo que existe entre quienes se dedican al skateboard. Ese compañerismo contribuye también en gran medida a la formación de los patinadores. En palabras de Shirai Sora, miembro del equipo japonés de street: “Es muy normal pedirles a otras personas que te enseñen una técnica, o que les preguntes cómo aprender algo y te respondan”.
Shirai no es el único: durante la competición se podía ver a los atletas manteniendo conversaciones del tipo “¿Cómo practicaste ese truco de antes?”, “¿Cuánto tiempo llevas practicando?”
Es común tratar de esconder las técnicas ante los rivales, en el deporte. El skate, sin embargo, es una cultura abierta en la que se reconoce que “todos los que lo practican son tus compañeros”. Todos enseñan y son enseñados, trabajan duramente y se forman como medallistas en una atmósfera de mejora en común.
Existe otro punto de vista desde el cual comprender esto. Dejando un poco de lado el caso de Horigome, la razón por la que muchas medallistas de los eventos femeninos se formaron en este deporte es porque eran jóvenes. La propia Yosozumi tiene diecinueve años, pero en el momento de la competición Nakayama tenía dieciséis, Nishiya trece y Hiraki doce, y del mismo modo que estos atletas adolescentes se convirtieron en medallistas, los jóvenes habían sido seleccionados como representantes de Japón y participaron en las pruebas. Para el skate ser pequeño y ágil es una gran ventaja, y esas atletas han demostrado sin duda la agilidad que se puede llegar a poseer en la pubertad.
En los últimos años se ha producido un cambio generacional, y son muchos los deportistas que empezaron a competir desde muy pequeños, iniciados por sus padres que, a su vez, habían sido skaters. Todos estos diversos factores pueden haber contribuido a la gran cantidad de medallas ganadas.
Valores que no se encuentran en otras competiciones
Está claro que la razón del auge del skateboard tras los Juegos Olímpicos de Tokio hay que buscarla en los buenos resultados obtenidos, pero también es cierto que los valores únicos de este deporte, generados por esa franca amistad entre skaters antes mencionada, han captado también mucho la atención de los japoneses.
“El skate no se practica para ganar en una clasificación. Si alguien hace un truco estupendo lo natural en esta cultura es que lo elogiemos.” (Hayakawa)
Okamoto Misugu, finalista en la competición femenina de park en los Juegos Olímpicos de Tokio, trató de realizar un truco con el que asegurarse la medalla de oro en el tercer intento de la final, pero falló y acabó en el cuarto puesto. Inmediatamente después de terminar su intento varias atletas extranjeras corrieron hacia ella y la alzaron a hombros. Esa imagen de atletas que se elogian entre sí causó tanta impresión que apareció repetidamente en los medios, pero no para lamentar la derrota, sino como alabanza hacia el desafío que llevó a cabo Okamoto, quien habría quizá podido lograr la medalla de bronce si hubiera adoptado una estrategia más conservadora.
Lejos de convertir en prioridad máxima la derrota del oponente y la mejora de los resultados, los skaters dan importancia a la genialidad de los trucos y el desafío que suponen, de modo que elogian a los patinadores que mejor encarnan estos ideales. El reciente fenómeno del skate se ha hecho aún mayor debido a la sensación que crea de una serie de valores que trascienden la victoria y la derrota, algo que se reflejó con frescura en las imágenes de los Juegos.
Por supuesto, el debate persiste. No todo el mundo se ha vuelto de pronto fanático del skateboard, y siguen dándose casos de problemas entre los skaters y los residentes o la administración local.
Sin embargo, no hay duda de que el skate se ha ganado reconocimiento y comprensión a raíz de los Juegos Olímpicos. En septiembre de 2021 se inauguró una instalación de patinaje en la ciudad de Kitakata, en la prefectura de Fukushima, y en octubre en la ciudad de Saitama, en la prefectura homónima. En el distrito de Kōtō, en Tokio, el lugar de nacimiento de Horigome, está programada para noviembre de 2022 la apertura de un espacio de skate, y en el parque Yoyogi, también en Tokio, se planea abrir otro en marzo de 2024. Esta apuesta por mejorar las instalaciones a un nivel que jamás había existido se debe en gran parte, claro, a los logros de los atletas olímpicos japoneses.
Aprovechando este impulso se puede profundizar aún más la comprensión de los ciudadanos hacia el deporte, algo que sin duda conducirá a una mayor mejora del entorno de la competición, incluidas las instalaciones. De ese modo la calidad de la competitividad misma aumentará, y Japón podrá afianzar su posición como una de las potencias líderes del mundo en skateboard. Teniendo en cuenta que los Juegos Olímpicos representaron una excelente oportunidad para crear un ciclo beneficioso como este, podemos decir que el evento fue, también por este motivo, un rotundo éxito.
(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: Horigome Yūto lucha por lograr la medalla de oro en la prueba de street skateboard masculino durante los Juegos Olímpicos de Tokio – 25 de julio de 2021, Ariake Urban Sports Park, Tokio – AFP / Jiji Press)