Historia y futuro del karaoke, un regalo de Japón al mundo
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Dimensiones del mercado de las industrias relacionadas con el karaoke
A pesar de estar en medio de una pandemia, no se ha dejado de hablar del karaoke. En los medios aparecen titulares tales como “Cierre o suspensión de karaoke box, cafeterías y bares con servicio de karaoke”, “Se populariza el karaoke en casa”, “Del karaoke para una persona al karaoke en el que no se canta”, “De habitaciones de karaoke a espacios de usos múltiples”, entre muchos otros. Por otra parte, se está reconsiderando su utilidad como terapia para los cuidados geriátricos. Existe la preocupación de que la demencia senil de algunas personas empeore si no pueden divertirse con el karaoke.
Según el Libro Blanco del Karaoke 2020, en 2019, año previo a la pandemia del coronavirus, la dimensión del mercado de la industria del karaoke se distribuía de la siguiente manera: los bares representaban 151.300 millones de yenes, mientras que los karaoke box, habitaciones individuales con karaoke, alcanzaban los 379.800 millones de yenes y los autobuses de turismo, salones de banquetes e instituciones de bienestar, los 45.600 millones de yenes. En total, la suma era de aproximadamente 576.500 millones de yenes. Además, las ventas de los fabricantes de contenidos para el karaoke ascendían a 70.000 millones de yenes, y las de distribución de contenidos a 272.700 millones de yenes. Si a esto agregamos los ingresos provenientes de los karaokes para teléfonos inteligentes, navegadores de coches y televisiones con internet, el total de las industrias relacionadas con esta diversión podría haber llegado a una dimensión de un billón de yenes.
El origen del vocablo “karaoke” y sus creadores
“Karaoke” es un neologismo y su origen está relacionado con la compañía teatral Takarazuka Kagekidan. En 1956, las actuaciones estuvieron a punto de suspenderse como consecuencia de una huelga de los miembros de la orquesta. Para evitarlo, la compañía teatral solicitó a la firma de electrónicos Matsushita cintas con música y los equipos necesarios para reproducirlas. Las funciones se celebraron sin problemas, pero el foso de la orquesta quedó vacío. En japonés, era un kara no okebokkusu (foso de orquesta vacío).
Es imposible establecer un inventor único del karaoke. Esta diversión consiste de equipos, software, sistemas y servicios, cada uno de los cuales fue creado o diseñado por diferentes personas. Por esta razón, sería una mentira decir que el karaoke, en su totalidad, fue invención de una sola persona. En cambio, sí se puede mencionar a un grupo de 12 pioneros del karaoke que hicieron diversas contribuciones al surgimiento de este entretenimiento entre los años 1965 y 1975.
El primero es Minegishi Shigekazu, quien instaló la función de mezclar micrófono al equipo estereofónico de cartuchos de ocho pistas para automóvil. El segundo es Hamasaki Iwao, quien fabricó una gramola con cintas que contenían canciones para cantarlas a dúo con cantantes profesionales. El tercero es Bekku Hiroshi, quien puso a la venta una máquina especial para disfrutar del karaoke en autobuses de turismo. El cuarto es Yamashita Toshiharu, quien fabricó un equipo de grabación y reproducción de cartuchos de ocho pistas para la formación de cantantes. El quinto es Inoue Daisuke, quien creó y alquiló equipos con eco, mezcla, temporizador de monedas y cintas de acompañamiento.
El sexto, Takagi Kisaburō, quien puso a la venta una gramola automática que facilitaba el trabajo a los establecimientos que no contaban con suficiente mano de obra femenina. El séptimo, Natsuaki Yūzō quien creó una cinta con un programa que permitía iniciar la canción solicitada. El octavo, Endō Minoru, un compositor que fundó la empresa Minoruphone (firma discográfica que grababa discos con las canciones en versión original y la pista para karaoke). El noveno, Hiya Hisayoshi, quien comenzó con la fabricación en serie de cintas para karaoke. El décimo, Ozaki Mitsunori, quien hizo de Teichiku, empresa pionera en la venta de cintas y discos para karaoke, la número uno de Japón. El décimo primero, Kezuka Shōnosuke, quien fundó la Asociación Nacional de los Industriales del Karaoke de Japón. Y, el décimo segundo, Hoshi Tadahiko, fundador del gigante del karaoke Daiichi Kōshō. La industria cultural del karaoke es resultado de la conjunción de los deseos férreos de emprender y las innovaciones que aportó este grupo de personas.
El “estilo surf”, un modelo de negocios estimulado por el avance de la tecnología
El karaoke es un ejemplo exitoso de un modelo de negocio que ha sabido subir a las olas de innovación de servicios, estructuras, sistemas y tecnología que se han renovado cada década, un concepto propuesto por el economista Joseph Schumpeter.
Se dice que el origen del karaoke se encuentra en la segunda mitad de la década de 1960 cuando un bar instaló un equipo de sonido de cartuchos de ocho pistas conectado a un micrófono y que contenía canciones originales para cantar a dúo. Fue a principios de la década de 1970 cuando apareció un software especializado para el karaoke: el cartucho de ocho pistas, que era originalmente parte de los equipos de sonido de los automóviles. Cuando estos empezaron a ser sustituidos por los casetes, se reutilizaron para el karaoke.
En la primera mitad de la década de 1980 aparecieron los discos láser, además del sistema que despliega las letras de las canciones en los videos y el cambio de color en las mismas para indicar el momento en el que deben ser cantadas conforme avanza la melodía. A mediados de los ochenta, se hicieron populares los karaoke en contenedores de transporte, el primer prototipo de los karaoke box. Dentro de ellos había un karaoke automático que permitía reproducir una canción por 100 yenes. El karaoke nació como un entretenimiento masculino para los bares, pero pronto logró conquistar a los jóvenes y las mujeres. Además, en la misma época, se abrió al sector privado el uso de la red digital de servicios integrados, lo que posibilitó avanzar a una nueva era: el karaoke bajo demanda.
A finales de la década de 1990, con la llegada del servicio de distribución de música a través de computadoras conectadas a internet, y gracias a los avances en la tecnología de los semiconductores, se pudieron fabricar micrófonos con memoria integrada que, con tan solo conectarlos a la televisión, hacían posible disfrutar del karaoke desde casa, inaugurando una nueva era de esta industria.
A comienzos de la década del 2000 comenzó la era del karaoke con teléfono móvil y se generalizó la distribución de videos bajo demanda. En la actualidad, nos encontramos en los albores de la era del karaoke para teléfonos inteligentes. Por otra parte, solamente las plataformas musicales con más poderío sobrevivieron a la dura competencia en la industria, que ahora se ha convertido en un oligopolio. En 1996 existían 15 empresas de karaoke, pero para 2004, el número se había reducido a ocho y, en la actualidad, sobreviven solo dos: DAM de Daiichi Kōshō y JOYSOUND de XING.
De Japón al mundo
El karaoke llegó a otros países de la mano de los hombres de negocios y turistas japoneses. En un principio simplemente se importaban los equipos desde Japón, con los mismos contenidos, que también incluían algunas canciones occidentales. Conforme esta diversión se fue popularizando en nuevas regiones, se empezaron a incluir temas locales, además de que surgieron productores en cada país. Esto trajo consigo el desarrollo de un estilo propio de servicios de redes y modelos de negocios en cada país o región.
A diferencia de Japón, en lugares como Nueva York y Londres el karaoke se disfruta animándose mutuamente por ejemplo, en bares. En fechas recientes, los videojuegos de karaoke para consolas como Play Station y Wii se han hecho especialmente populares especialmente en Estados Unidos.
En contraste, en Asia, países como Corea del Sur, China y Taiwán comparten la cultura japonesa de la hospitalidad y del uso de habitaciones individuales, por lo que están bastante familiarizados con el karaoke y, en Corea del Sur y Taiwán, los karaoke box son tan comunes como en Japón.
Sobrevivir a la pandemia del coronavirus
Durante la pandemia del coronavirus, el karaoke ha sido designado como un lugar propenso a la propagación del patógeno. Esto representó una estocada a la industria, que se ha visto obligada a responder a la petición del Gobierno de reducir los horarios y servicios de sus establecimientos. Como consecuencia, el 10 % de los karaoke cerraron debido a la falta de ingresos suficientes para sufragar el alquiler y los gastos de mano de obra.
Las organizaciones de la industria establecieron lineamientos basados en las recomendaciones del sistema de salud para prevenir los contagios. Se colocaron cortinas y particiones de plástico y no se ha escatimado en los trabajos de desinfección y purificación del aire. Además, ahora promocionan sus establecimientos como lugares insonorizados que podrían convertirse en una minisala de cine, una oficina de trabajo remoto o una sala de juntas virtuales, entre otras muchas posibilidades para expandir y transformar los servicios que ofrecen.
Es especialmente notable el aumento de los usuarios de karaoke para teléfonos inteligentes. La aplicación gratuita Pokekara ofrece un servicio magnífico. En ella, el usuario puede recibir la puntuación de sus interpretaciones con base en muchos elementos tales como el tono y el vibrato e incluso puede conocer su posición en una clasificación a nivel nacional. También puede escuchar las interpretaciones de otros usuarios y enviarles retroalimentación o hacer colaboraciones con ellos. En otras palabras, el karaoke para teléfonos inteligentes está haciendo posible establecer una relación bidireccional para disfrutar juntos de esta diversión. También han comenzado a aparecer otros servicios atractivos, tales como los del karaoke JOYSOUND, equipado con el sistema de inteligencia artificial de reconocimiento de voz de Amazon, que hace posible que se reproduzca una canción con tan solo mencionar su título. En esta era, el karaoke, que surgió en espacios de socialización para adultos, se puede disfrutar en cualquier lugar y momento.
El karaoke no es más que el karaoke, pero ha hecho aportaciones a la comunicación entre las personas en todo el mundo y es una industria cultural que también puede ayudar en el tratamiento de la depresión y para reducir el estrés. La cultura del karaoke, que ha echado raíces en todo el mundo, recobrará su vitalidad cuando termine la pandemia de coronavirus.
Referencias
- Karaoke Shinkaron (Teoría de la evolución del karaoke) (Maekawa Yōichirō, editorial Kōsaido Akatsuki)
- Karaoke Hakusho 2020 (Libro blanco del Karaoke 2020) (Asociación Nacional de Empresarios de la Industria del Karaoke de Japón)
- Rejaa Hakusho 2020 (Libro blanco del esparcimiento 2020) (Centro de Productividad de Japón)
- Karaoke Bunka Sangyō no Henka to Aranami (La evolución y contratiempos en la industria cultural del karaoke) (Maekawa Yōichirō, Boletín del Centro de Investigación de la Industria del Entretenimiento de la Universidad de Comercio de Osaka)
- Yubikitasu Shakai no Sangyō Kōzō Kakumei – Karaoke Sangyō wo Keesu Toshite (La revolución de la estructura industrial en una sociedad omnipresente, análisis de caso del karaoke) (Maekawa Yōichirō, Centro de Productividad de Kansai KPC NEWS VOL·, marzo de 2015)
Agradecemos el apoyo en la realización de este reportaje a Watanabe Yoshihiro, exdirector del departamento de relaciones públicas de la empresa XING, y a Yamasaki Hiroyo, director general de la firma Uta no Techō
Fotografía del encabezado: visitantes de la Feria Internacional de Comercio de Servicios de China 2021 prueban el karaoke con tecnología de punta. 3 de septiembre de 2021. (Xinhua/Kyodo News Images)