‘Mobile Suit Gundam – Hathaway’s Flash’: la lucha narrada por el director Tomino Yoshiyuki
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Gundam, una forma siempre novedosa de ver el mundo
El 11 de junio de 2021 se estrenó la película Kidō senshi Gandamu – senkō no hasauei (Mobile Suit Gundam – Hathaway’s Flash, en su traducción inglesa), basada en una novela publicada en 1989 en tres volúmenes, de los cuales se han vendido hasta la fecha 1.300.000 ejemplares. Por fin, más de treinta años después, llega a la gran pantalla.
¿A qué se debe la longevidad de esa historia? ¿Y qué hace que los contenidos basados en Gundam hayan mantenido su popularidad durante tanto tiempo?
La serie de anime Mobile Suit Gundam comenzó a emitirse por televisión en 1979. Está ambientada en una época denominada “el siglo del espacio”, en la que los humanos han comenzado a colonizar el espacio y se libra una guerra entre el Gobierno Federal de la Tierra y el Principado de Zeon, una colonia espacial que lucha por lograr su autonomía. El protagonista, Amuro Ray, se ve involucrado en el conflicto como parte de las fuerzas de la Federación de la Tierra; se convierte en el piloto de Gundam, un arma robótica del tipo mobile suit (gigantescas armas con aspecto humanoide), y combate en la guerra contra Zeon.
La novedad de la serie reside en ese planteamiento universal.
En la época en la que apareció Gundam la mayoría de la animación estaba orientada a niños. Existía una clara distinción entre el bien y el mal, y el protagonista siempre se hallaba, por supuesto, del lado del bien, y sus enemigos del mal. Sin embargo, en el caso de Mobile Suit Gundam, no se puede decir que el Gobierno Federal de la Tierra, obstinado en no reconocer jamás el derecho de sus colonias a la autodeterminación, sea necesariamente bueno. Por otro lado los colonos también realizan actos inhumanos, como dejar caer una de las colonias sobre la Tierra.
Mientras los adultos continúan esa guerra en pos de su propia concepción de la justicia, los jóvenes luchan por su propia supervivencia y la de sus compañeros. Esa es, en esencia, la historia de Gundam.
En un principio, la novedosa serie no logró una gran popularidad, y su emisión se canceló antes de que concluyera el plazo previsto. Sin embargo el apoyo del público comenzó a llegar más tarde, y se dio una verdadera explosión de ventas de los modelos de plástico basados en los robots de la serie. Posteriormente se estrenó una trilogía de películas que convirtió a Gundam en un gran movimiento, tildado con el tiempo de “experiencia común de la época”.
En ese sentido presenta ciertos paralelismos con Star Wars, la película dirigida por George Lucas en 1977: se convirtió en una gran influencia para los jóvenes del momento, y sigue siendo reverenciada mucho tiempo después de su estreno.
Las escenas más famosas de muchas películas aparecen aún hoy día en forma de homenajes y parodias. Y del mismo modo que las palabras de Darth Vader “Yo soy tu padre” han quedado grabadas a fuego en el corazón de los aficionados, ciertas frases que aparecen en los diálogos de Gundam, como “¡Ni siquiera mi padre me ha pegado nunca!” o “¿Me has usado para trepar?” se usan corrientemente e incluso han llegado a aparecer como tema central del manual de negocios Shā Azunaburu ni manabu (Aprende con Char Aznable), libro en el que los consejos vienen de la mano del enemigo principal del protagonista de Gundam. Y es, por supuesto, un éxito de ventas.
De igual modo que la franquicia de Star Wars continúa produciendo nuevos títulos en la actualidad, Mobile Suit Gundam cuenta con un gran número de obras relacionadas con el material original.
Entre ellas destaca la novela Kidō senshi Gandamu – senkō no Hasauei por tratarse de una secuela de la primera película de la serie, escrita por el propio director, Tomino Yoshiyuki.
Un creador que comenzó trabajando para Tezuka Osamu
Tomino nació en 1941, el mismo año en que nacía en Tokio otro gran director de la animación japonesa, Miyazaki Hayao.
Tomino estudió producción cinematográfica en la universidad, y en 1964 entró a formar parte del estudio de animación Mushi Production, creado por el “dios del manga”, Tezuka Osamu. Ese fue el único año en que la empresa contrató, al parecer, a estudiantes a punto de graduarse.
Al incorporarse a la empresa, Tomino empezó a trabajar en el proceso de producción. Sonaría muy bien decir que su trabajo consistía en administrar el avance de la producción de la animación, pero según Dakara boku wa... Gandamu e no michi (Es que yo... El camino hacia Gundam), la autobiografía de Tomino, en realidad sus responsabilidades consistían en entregar los guiones, diseños y originales que otros habían terminado. Era, poco más o menos, una mula de carga.
Sin embargo, mientras trabajaba aún como novato, Tezuka se fijó en un dibujo de Tetsuwan Atomu (Astro Boy) que Tomino había realizado y lo sacó de ese puesto para colocarlo como director. Al trasladarse a la sección de dirección Tomino quedó a cargo de la mayor parte del trabajo para la serie de televisión de Tetsuwan Atomu.
Tomino se independizó, años después; en la industria se rumorea que es tan enérgico que “su objetivo es sacar dibujos a miles”. Cuando por fin tuvo ocasión de aparecer en los títulos de crédito como director lo hizo con la obra Umi no Toriton (Tritón de los mares), estrenada en 1972.
Entre los creadores se suele decir que “el primer trabajo lo tiene todo”; son palabras que se pueden aplicar también a una primera película. La primera cinta de Tomino como director muestra claramente una actitud que iba a aparecer después en Gundam.
El propio Tomino identifica la metodología de trabajo que usó en Umi no Toriton con la que adoptaría después para Gundam, la misma forma básica de pensar sobre la obra. ¿Cuál es esa metodología, entonces? “El concepto del mal depende según la persona que lo considere. Y depende también del destino...” (de Dakara boku wa... Gandamu e no michi).
Umi no Toriton cuenta la lucha entre la tribu Poseidón, que busca acabar con la paz del mar, y un joven superviviente de la tribu Toriton (Tritón), exterminada por los Poseidón. El protagonista, que en un principio se supone está luchando bajo ideales de justicia absoluta, - la restauración de la paz y la venganza-, se enfrenta en el episodio final a la pregunta “¿He sido yo mismo malvado?”
El mal depende de la posición de cada uno. La justicia, por supuesto, cambia del mismo modo, y sus valores varían según los tiempos y el observador. Tomino asegura, sin embargo, que en el caso de Tritón no se trata de justicia absoluta, sino de un niño que sobrevive desesperadamente a pesar de verse acosado a veces por las dudas. Pese a tratarse de una obra para niños, el director no buscó atajos y se tomó el tema muy en serio.
Esa actitud es precisamente la filosofía de Gundam, y probablemente una de las razones por las que la obra de Tomino sigue resultando novedosa, incluso si va más allá de los tiempos.
La guerra espacial de los humanos de Gundam
Tras el gran éxito de Mobile Suit Gundam se emitió una secuela, Kidō senshi Zēta Gundam (Mobile Suit Z Gundam) en 1985.
En la guerra anterior ha vencido la Federación de la Tierra. Sin embargo, el problema de la autonomía de las colonias espaciales sigue sin resolverse, y las fuerzas de la Federación de la Tierra, que se supone eran las ganadoras, se dividen en organizaciones liberales y de extrema derecha, y entran en guerra civil. Se podrían equiparar, por ejemplo, a las guerras internas entre moderados e intransigentes debido a las políticas de inmigración.
Sobre esa situación en la que un grupo de intransigentes toma la iniciativa en cada potencia y los conflictos continúan, cabe recordar las palabras del politólogo internacional Joseph Nye: “los intransigentes han formado, en la práctica, una alianza”. En la película se ve, de hecho, cómo la extrema derecha dentro del ejército federal y los algunos supervivientes del ejército de Zeon tratan de formar una alianza.
En la película Kidō senshi Gandamu - gyakushū no Shā (Mobile Suit Gundam – Char’s Counterattack, “el contraataque de Char”), estrenada en 1989, los restos del Principado de Zeon tratan de destruir de raíz las cadenas del odio al dejar caer un asteroide sobre la Tierra, obligando así a toda la humanidad a emigrar al espacio.
La lucha principal en el mundo de Gundam es una guerra asimétrica entre organizaciones estatales y no estatales. Se dice que Estados Unidos centró su atención en ese nuevo tipo de guerra, la guerra asimétrica, tras el colapso de la Unión Soviética en 1989 y después del final de la Guerra Fría, pero los sucesivos episodios de Gundam iban muy por delante de la historia real.
Senkō no Hasauei está ambientada doce años después de Char’s Counterattack. Las guerras que se han sucedido hasta ahora no han hecho del mundo un lugar mejor.
El medioambiente de la Tierra se ha deteriorado por el calentamiento global, pero solo quienes pertenecen a la élite del sistema federal pueden moverse con libertad por el planeta. La inmensa mayoría de los forasteros son enviados al espacio. Los hijos de los ricos son ricos, y los de los pobres, pobres. Las desigualdades sociales son inalterables, y los esfuerzos individuales no pueden ya cambiar el destino de las personas. Se trata de una sociedad en la que solo los sistemas inhumanos han llegado a poseer una fuerza incontestable. Para destruir ese mundo Hathaway Noa no tuvo más remedio que entregarse al feroz movimiento anti-Gobierno Federal de la Tierra. A sabiendas de que “no es el método correcto”, se convierte en piloto de un mobile suit de última generación, el Ξ (xi) Gundam, y se enfrenta al Gobierno Federal.
Nuestra historia real eventualmente se distanció del mundo de Gundam, y los drones y la información se convirtieron en protagonistas de la guerra. En el conflicto de Nagorno-Karabaj que estalló en 2020, por ejemplo, Azerbaiyán introdujo drones comerciales baratos y ataques suicidas en el campo de batalla, y logró así derrotar al ejército armenio.
Hathaway’s Flash, escrito hace más de treinta años, no es en absoluto una historia nostálgica. Habla de la desesperación de una sociedad con clases fijas; se puede sentir más bien una cierta visión de un mundo que está por venir.
Así como el mundo real se vuelve cada vez más complejo, el escenario de las obras de la serie es un verdadero mosaico del bien y el mal, y no es fácil decidir qué es correcto y qué no lo es. La lucha de Hathaway, sin embargo, planteará con su visionado nuevas preguntas a la sociedad moderna.
El auge de los animes de robots
Tomino Yoshiyuki pertenece, como hemos dicho, a la generación de Miyazaki Hayao. Sin embargo, mientras que la carrera de Miyazaki partió de la Toei Animation, una de las más prestigiosas empresas japonesas de animación, y formaba parte por ello de la vanguardia de creadores de “obras maestras”, Mushi Production, a la que pertenecía Tomino, sufría de hecho un grave déficit en sus costos de producción, y utilizaba un modelo de negocio según el cual cobraba por la conversión de los personajes de sus obras en productos.
Se trataba también de un modelo que, en caso de que el equilibrio se viera invertido, llevaba a producir animación para vender productos y, de hecho, el género llamado “robots gigantes”, que Tomino ha utilizado siempre como su principal campo de batalla particular, se llegó a denominar “películas de publicidad de juguetes”, con burla, en el mundo de la animación.
Una vez el autor tuvo una larga entrevista con los creadores de Gundam y todos decían lo mismo: “Por decirlo claro, era algo humillante. Quería recuperar la dignidad”.
Lo que más honra a Tomino es que no abandonó la parte comercial de su obra por esas ideas. Precisamente sobre la premisa de la comercialización dibuja el atractivo de los robots. Y es capaz también de dibujar el drama personal. Al adentrarse en un área que nadie ha intentado nunca, ha logrado un equilibrio entre esos dos polos: la diversión y la profundidad, algo que hasta entonces se había podido considerar una contradicción.
La influencia de la obra de Tomino en los creadores de la posteridad no se puede cuantificar; Anno Hideaki, por ejemplo, el afamado director de Neon Genesis Evangelion, está planeando publicar un libro en el que examinará las excelencias de la película de Tomino Char’s Counterattack.
Hoy en día el sector del entretenimiento es el lugar donde se acumula más dinero y talento. El desarrollo de la industria moderna del entretenimiento ha seguido ese camino iniciado por Tomino de buscar tanto lo comercial como la profundidad de expresión; no resulta extraño que quienes tienen como objetivo la creación sientan un gran respeto por el director.
Tras ser pospuesta dos veces, la película se estrenó a nivel nacional el 11 de junio de 2021. El pequeño tamaño del mobile suit que se muestra en la imagen principal indica que el tema de la película no se limita a los robots. © Sōtsū / Sunrise
El Gandamu Channel (canal Gundam) oficial ofrece también un prelanzamiento del comienzo de la cinta, con un total de 19 minutos 58 segundos.
(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: uno de los diseños iniciales para Kidō senshi Gandamu – senkō no Hasauei © Sōtsū / Sunrise Productions)