El fenómeno de las casas “estigmatizadas”: alquiler reducido y experiencias paranormales
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“Con aviso”: una expresión típica de las llamadas “propiedades estigmatizadas”, en las que alguno de los antiguos residentes murió en una de las habitaciones por suicidio, o por muerte natural, solo en casa. Debido a la imagen de mala suerte y fenómenos psíquicos que crean este tipo de inmuebles quienes buscan casa suelen rechazarlos, y por lo general es difícil encontrar residentes para ellos. Es un gran inconveniente para la industria inmobiliaria. Sin embargo, en estos últimos años se han empezado a evaluar los méritos de ese tipo de propiedades, como sus precios de entrada, más bajos que los del mercado de alquiler en esas zonas, y han aumentado también sus oportunidades de cobertura mediática.
Hablamos con Hanahara Kōji, presidente de Nikkei Marks Co., Ltd., empresa que gestiona la página web de propiedades estigmatizadas Jōbutsu Fudōsan, y con Matsubara Tanishi, humorista que ha alcanzado una cierta fama por residir en inmuebles de ese tipo.
Una solución para el problema de las casas deshabitadas
Hanahara, oriundo de la prefectura de Hyōgo, experimentó en primera persona el gran terremoto de Hanshin siendo estudiante universitario en Kobe. Empezó a trabajar para la constructora Daiwa House impulsado por sus deseos de construir casas que pudieran resistir terremotos, y proteger así la vida de las personas. Durante un tiempo trabajó con ahínco como uno de los mejores empleados de Daiwa, con excelentes resultados.
“A medida que la población de Japón envejece se va agravando el problema de las casas vacías. Y este problema quizá esté empeorando por la venta de nuevas propiedades”, pensaba en esa época.
En 2016 estableció de forma independiente Nikkei Marks, una agencia inmobiliaria. Su página web Jōbutsu Fudōsan, inaugurada en abril de 2019, llamó la atención del público con un concepto sin precedentes: “poner en el mercado las propiedades estigmatizadas”.
“Queríamos atraer a las personas que no le dan importancia a ese tipo de accidentes”, dice. “Deseábamos promover la distribución de esos inmuebles tanto como fuera posible”. Sin embargo, dado que la industria entera llevaba años luchando por manejar las propiedades estigmatizadas, la empresa recibió todo tipo de respuestas inesperadas, e incluso muestras de apoyo por parte de colegas, y comenzaron a llegar constantes solicitudes de cobertura de los medios de comunicación.
La escasez de datos de compraventa y la imagen pública, principales problemas
El mayor atractivo de las propiedades estigmatizadas es que el alquiler (o el precio de venta) se fija a un nivel inferior a lo habitual. En el caso de los bienes para la venta, dado que son desde un principio baratos, existe poco riesgo de una caída en los precios inmobiliarios. Sin embargo, tras un año y medio de la apertura del servicio web, Hanahara se ha dado cuenta de que “El mercado de propiedades estigmatizadas presenta muchos problemas”.
“Apenas existen datos sobre su distribución: qué categorías de propiedades estigmatizadas se negocian, o a qué precio. Por lo tanto tuvimos también dificultades para obtener un préstamo por parte de instituciones financieras”.
La mala imagen también tiene su efecto. A menudo se maneja como si se tratara de un simple lugar de eventos paranormales, y no se puede evaluar adecuadamente como bien inmueble.
“Son muchas las personas que han muerto en el andén de alguna estación, o en residencias de ancianos, y en cierto sentido esas son también propiedades estigmatizadas. Sin embargo nadie niega el valor original que pudieran tener, aunque ocurra algún accidente en ellas. Continúan usando esas estaciones desde el día siguiente, y siempre hay ancianos esperando a poder mudarse a las residencias. Lo que queremos es que la gente preste atención no solo al aspecto parapsicológico de esas propiedades, sino también a su valor original”.
Se suele considerar que la razón por la que se rechazan las propiedades estigmatizadas es que los japoneses son muy conscientes de la “suciedad” o “impureza”, con respecto a la muerte. Por este motivo la empresa formó un equipo de limpieza especial llamado Jōbutsu SOS para ese tipo de inmuebles, y emite el denominado Certificado Jōbutsu para aquellas propiedades en las que se ha llevado a cabo un servicio conmemorativo o un exorcismo para los fallecidos allí; con esos servicios se rinde homenaje a los difuntos y se trata de reducir los obstáculos psicológicos de los siguientes inquilinos.
Aprovechando las diferencias de precio de las propiedades estigmatizadas, la empresa trabaja también para reforzar la imagen de que ese tipo de inmuebles son sinónimos de precios bajos, rentables y a la moda, por medio de proyectos como Jiko bukken x āto (propiedades estigmatizadas + arte) y Jiko bukken x DIY (propiedades estigmatizadas + bricolaje).
Por una sociedad donde las propiedades estigmatizadas se evalúen adecuadamente
Este autor pensaba que las propiedades estigmatizadas se estaban haciendo cada vez más populares debido al libro de Matsubara, del que hablaremos en detalle más adelante, y a su adaptación cinematográfica. Hanahara señala, sin embargo, que este no es siempre el caso.
“Es cierto que la atención hacia estos inmuebles ha aumentado por influencia de personas como Matsubara. Sin embargo, aunque hemos dejado atrás la situación anterior, en la que las propiedades estigmatizadas se veían completamente ignoradas por la sociedad en general, ahora se ha hecho muy evidente que hay ciertas personas a quienes no les preocupa este tema al elegir una casa y otras que jamás elegirían una propiedad estigmatizada”.
La forma en que se maneja este tipo de propiedades debería, en respuesta a esta situación, cambiar aún más, asegura.
“La sociedad japonesa sigue prefiriendo claramente las construcciones nuevas, pero debido a los pocos obstáculos que se presentan para mudarse a una casa estigmatizada presentan demanda por parte no solo de personas que buscan propiedades baratas, sino también de extranjeros y personas mayores que tienen dificultades para alquilar un inmueble. Es por eso que deseamos que se hable de las propiedades estigmatizadas no por ser lugares donde ocurren fenómenos extraños, sino por sus características como inmuebles: si están cerca de la estación, si tienen bañera y servicio...”
“Quiero ver a esos fantasmas”
A continuación, me gustaría presentar las opiniones de Matsubara Tanishi, un humorista que recientemente ha acaparado la atención del público por ser un “famoso que vive en una propiedad estigmatizada”, y cuyo libro Jiko bukken kaidan - osoroi madori (“Historias de fantasmas en casas – los planos del terror”), se ha convertido en un éxito de ventas.
Matsubara asegura que, desde que apareció en el programa de televisión Kitano Makoto no omaera iku na (No vayáis – un programa de Kitano Makoto, para Entame-Tele) y comenzó a vivir en propiedades estigmatizadas, la gama de sus actividades en el mundo del espectáculo se amplió enormemente.
Cuando le pregunto a Matsubara si cree que hay fantasmas en ese tipo de propiedades me contesta así:
“Más que creer que existen los fantasmas, siento grandes deseos de que existan. Hay muchas noticias oscuras en el mundo, estos días, y resulta tremendamente fácil obtener información sobre casi cualquier cosa. Si comprendemos mucho, también nos entristeceremos mucho. Es como si no tuviéramos la suficiente emoción e ilusión”.
“En ese sentido, consideremos que los fantasmas son algo que la ciencia hasta ahora no ha esclarecido. Pero son algo más familiar que los platillos volantes y se basan en experiencias individuales, por lo que todos conocemos a alguien que dice haber visto un fantasma, sea esto mentira o una ilusión. Definitivamente hay personas que lo han hecho. En este mundo hay fenómenos que no se pueden explicar, y es por eso que la existencia de los fantasmas es una posibilidad. ¿No son precisamente esas cosas que no comprendemos una esperanza para estos fríos tiempos modernos?”
Seguir difundiendo lo sucedido
Las actividades de Matsubara relacionadas con las propiedades estigmatizadas comenzaron a llamar la atención, pero aún fueron más las personas que lo conocieron tras publicar su primer libro, en el que describe los hechos vividos en varias propiedades de ese tipo, hasta ese momento. Y sin embargo, pese a toda la fama que está experimentando, su postura de cara a las propiedades estigmatizadas se mantiene consistente.
“No trato de exponer timos en propiedades de este tipo, ni tampoco quiero elevar su calificación en el mercado. Todo lo que he hecho ha sido difundir los fenómenos ocurridos en ellas. No quiero molestar a los dueños de esos inmuebles con mis actividades”.
Hay quien ha señalado, por otro lado, que tratar estas propiedades desde el punto de vista de lo oculto puede empeorar su imagen.
“El propietario quiere a veces borrar la imagen de esa propiedad estigmatizada, la familia en duelo no desea hablar de la muerte de un pariente, y el inquilino no quiere tener fantasmas en casa. Además, los amantes de lo oculto siempre están deseando que suceda algún tipo de fenómeno parapsicológico, con lo que la forma en que miras la propiedad del accidente cambia según cuál sea tu posición”.
“Pero yo no soy amante de lo oculto. Si alguien lo es puede desear que todas las propiedades estigmatizadas tengan fantasmas, pero lo que yo siempre digo es que hay lugares en los que suceden cosas y otros en los que no. Es decir, que no estoy de parte de nadie; yo solo quiero saber si hay fantasmas en una propiedad estigmatizada, y por qué una propiedad estigmatizada llega a serlo”.
Quiero que cada lugar regrese a su existencia y características ordinarias
Matsubara dice que la atención de este tipo de propiedades está aumentando en estos días, y analiza los motivos de la siguiente manera:
“En primer lugar, la influencia de Ōshima Teru (u Oshimaland, página web que distribuye información sobre propiedades estigmatizadas) es muy grande. Además, el envejecimiento de la población y su disminución están fortaleciendo la posición de los inquilinos, con lo cual se hace más fácil para ellos exigir a los arrendadores que no escondan el hecho de que una propiedad está estigmatizada”.
Con el hecho de seguir viviendo en inmuebles de este tipo, Matsubara pretende demostrar que no va a tener un accidente inesperado, morir o sufrir algún otro revés en su fortuna. Y sin embargo a su alrededor no todos los ojos lo miran con benevolencia.
“Cuando empecé a vivir en casas así me di cuenta de que la gente que me rodeaba a veces sentía una especie de ‘presagios’ hacia mí. Hay quienes no quieren acercarse a mí porque vivo en una propiedad estigmatizada. Por lo tanto, cuando alguien decide vivir en una casa de estas características, debe tratar de comprender la posición de quienes lo rodean”.
Finalmente, cuando le pregunto qué tipo de existencia quiere para las propiedades estigmatizadas, en el futuro, su respuesta es completamente diferente a lo que me esperaba, antes de la entrevista.
“Quiero que estas casas se vuelvan más comunes. Se ha hecho ciertamente algo más fácil encontrar propiedades estigmatizadas, pero me gustaría que la sociedad llegara a un punto en el que la gente, en lugar de tener miedo al saber que en una casa ha ocurrido algún accidente, considere normal que sea una propiedad de este tipo, y el accidente una más de sus características. Que, de hecho, no tengas problema porque mañana tu propia casa se convierta en propiedad estigmatizada”.
“No puedo evitar pensar que los japoneses tratamos de buscar la tranquilidad mental esquivando exclusivamente las conversaciones sobre la muerte. Todos los seres humanos morimos, de todos modos; en lugar de tratar de evitar la muerte, deberíamos aspirar a una muerte feliz, con la que estar satisfechos. Si se establece en nuestra sociedad esa forma de pensar, la imagen de las propiedades estigmatizadas cambiará sin duda”.
Un mundo donde las propiedades estigmatizadas no se consideran especiales
Llegados a este punto, y por resumir las opiniones de Hanahara y Matsubara, me gustaría considerar las razones por las cuales ha aumentado tanto la atención hacia las propiedades estigmatizadas.
Ante todo, la influencia de Ōshima Teru, que menciona Matsubara, es muy poderosa. No hay más que buscar “propiedades estigmatizadas” (jiko bukken, en japonés) en Google, y encontraremos en la parte superior de los resultados la página de Ōshima Teru.
Se trata de una página muy conocida en todo el país, y este autor también la utiliza para buscar propiedades. También pueden estar relacionados problemas como el envejecimiento de la población, las viviendas desocupadas y una situación social en la que cada vez más se exige la divulgación de información. Se puede considerar, además, que las actividades de Matsubara han contribuido también a llamar la atención sobre este tipo de inmuebles.
Por otro lado, como dice Hanahara, aunque haya aumentado la atención sobre las propiedades estigmatizadas, no se han vuelto populares. Matsubara admite que se sigue evitando este tipo de casas, y se puede decir que están todavía lejos de ser populares.
Para este artículo hemos prestado oídos a las opiniones de dos personas que parten de posturas conflictivas: Uno representa el eje arrendador y empresa inmobiliaria que busca mejorar la imagen de las propiedades estigmatizadas, y el otro es un arrendatario y una figura del mundo del entretenimiento que ofrece información sobre aspectos de esas propiedades que incluyen también lo oculto. Y sin embargo me pareció impresionante que ambas partes defendieran “un mundo en el que esos inmuebles sean algo más común” como su forma ideal para el futuro.
Lo cierto es que este artículo surgió como proyecto debido a la presencia de propiedades estigmatizadas reconocidas como “existencia extraña”. Cuando estas propiedades se vean aceptadas por la sociedad y su historial se convierta en una más de sus características, artículos como este ya no tendrán razón de ser. Puede que debamos aspirar a lograr un mundo así.
(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: PIXTA)