El barrio oriental de São Paulo: un Japón algo distinto en el otro lado del mundo

Sociedad Intercambio internacional

El llamado barrio oriental de São Paulo es el barrio japonés más grande del mundo. La zona ha visto nacer una cultura propia de los inmigrantes de origen japonés que en parte busca asimilar la cultura local. Actualmente se está transformando en un barrio multiétnico donde residen también ciudadanos de procedencia china y coreana.

El barrio oriental como centro de difusión de la cultura popular nikkei

Además de que la población de origen chino en Brasil aumentó, en los años noventa se disparó el número de nikkei que se marcharon solos a Japón a trabajar para mantener a sus familias. Con el relevo generacional, se temió que la sociedad nikkei se viera diezmada y fuera desintegrándose. En cambio, el liderazgo de las nuevas generaciones permitió que surgieran manifestaciones de la cultura japonesa sin mediar con el idioma japonés y la comunidad nikkei, y el barrio oriental pasó a ser una plataforma de materialización de la cultura nikkei, entendida como cultura japonesa reinterpretada y recreada en Brasil.

Cartel de un restaurante de rāmen del barrio oriental.
Cartel de un restaurante de rāmen del barrio oriental.

Pongamos como ejemplo el sushi, una especialidad japonesa típica también presente en Brasil. Mientras que existen restaurantes en que los chefs nikkei preparan el sushi a la manera tradicional, también hay bares y restaurantes que lo sirven con aguacate o con guaba. Es así como un plato originado en Japón, al añadirle un toque brasileño, se transforma en parte de la cultura nikkei.

En la primera década del siglo XXI, en el barrio oriental atrajo a jóvenes aficionados al cosplay y al visual kei y asumió el papel de centro de difusión de la cultura popular nikkei y de intercambio de información sobre Japón. Por aquellos tiempos también proliferaron las pinturas murales inspiradas en el anime japonés, distintas de los grafitis brasileños. Estas modas y expresiones artísticas no se disfrutan como una mera copia de las tendencias japonesas, sino con toques brasileños añadidos que las convierten en cultura nikkei, es decir, en cultura japonesa brasilizada.

Un mural inspirado en el anime japonés que encontré en la calle Galvão Bueno.
Un mural inspirado en el anime japonés que encontré en la calle Galvão Bueno.

En estos días el barrio oriental reúne a jóvenes nikkei de segunda generación que han vivido en Japón y brasileños aficionados a la cultura popular nikkei, con lo que ha adquirido también la función de lugar donde dar rienda suelta a la admiración y la nostalgia por lo japonés.

Muchos aficionados al anime japonés se reúnen en la plaza Liberdade los fines de semana.
Muchos aficionados al anime japonés se reúnen en la plaza Liberdade los fines de semana.

La fachada de la sede Ginza-Liberdade del banco Bradesco recuerda a un castillo japonés.
La fachada de la sede Ginza-Liberdade del banco Bradesco recuerda a un castillo japonés.

El barrio oriental también sufre los estragos de la pandemia

Con la propagación del nuevo coronavirus a principios de 2020, en marzo la ciudad de São Paulo decretó un confinamiento. El barrio oriental, que los fines de semana suele estar tan concurrido que cuesta caminar por él, quedó prácticamente desierto. Sus restaurantes gestionaron la situación ofreciendo su comida en bentō y platos para llevar, pero el daño que sufrieron fue incalculable. El gerente del supermercado de productos taiwaneses Towa falleció a causa de la COVID-19.

Según el diario Jornal do Nikkey, que tiene la sede central en el barrio oriental, y lo que me cuentan amigos y conocidos que viven en São Paulo, después de que se levantara la orden de confinamiento en julio, empezaron a abrir negocios en la zona. Se aplican las medidas preventivas indicadas por la Oficina Municipal de Sanidad, como tomar la temperatura y desinfectar los zapatos al entrar en los establecimientos, limpiar con alcohol, envolver los palillos y los pañuelos, y reducir el aforo a la tercera parte de lo habitual.

La Asociación Brasileña de Cultura Japonesa y Asistencia Social, otra de las caras del barrio oriental, también tuvo que interrumpir su funcionamiento temporalmente, pero lo retomó el 15 de julio. Las actividades que suele organizar, como el festival cultural, se ofrecen ahora a través de YouTube y Facebook. Se prevé que el relevo generacional que preocupaba a la comunidad nikkei se vea acelerado por la virtualización de las actividades y otros servicios de la asociación. Con todo, dada la preferencia por lo analógico de las personas de edad más avanzada de primera y segunda generación nikkei y la falta de infraestructuras de las zonas rurales, seguramente las actividades virtuales y las presenciales sigan coexistiendo durante un tiempo.

También tuve la oportunidad de hablar con Toshio Ichikawa, de 72 años, presidente de la Federación de Asociaciones de Prefecturas de Japón en Brasil. Ichikawa es un nikkei de segunda generación nacido en una colonia de Aliança del interior del estado de São Paulo que estudió ingeniería en el Instituto Tecnológico de Aeronáutica. Aunque ahora lleva una vida algo anodina porque las actividades de la federación se han trasladado a internet y las reuniones familiares de los fines de semana han tenido que cancelarse, se mostró ilusionado por el inminente nacimiento de su tercer nieto. El mayor acontecimiento de la comunidad nikkei en Brasil, el Festival de Japón (Festival do Japão), se ha pospuesto, pero el 7 de noviembre se organizó un Festival de Japón en Línea por YouTube, destinado principalmente a los jóvenes nikkei.

Brasil es el tercer país del mundo con más contagios por el nuevo coronavirus, con un recuento acumulado de 5.323.630 casos a finales de octubre del pasado año. El número de víctimas mortales de la enfermedad rebasa los 150.000, una cifra solo superada por Estados Unidos. A pesar de todos los fallecimientos, siguen naciendo nuevas vidas. La comunidad nikkei de Brasil viene afrontando y superando infinidad de dificultades hasta la fecha. Aunque todavía no veamos el fin de la situación actual, espero con ansia el resurgimiento del barrio oriental de São Paulo, tanto en el mundo tangible como en el virtual.

(Las fotografías son del autor del artículo.)

Fotografía del titular: El gran torii lacado en bermellón y las lamparillas decorativas, símbolos del barrio oriental de São Paulo. (Tomada por el autor del artículo.)

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