Fukuoka, una ciudad que ha reescrito su historia como puerta de acceso al resto de Asia

Historia Turismo

Arima Manabu [Perfil]

Fukuoka lleva haciendo las veces de nexo diplomático y comercial con el continente euroasiático desde la antigüedad. En los últimos años, se ha convertido en un referente entre las ciudades japonesas de provincias por su constante actividad; de hecho, tiene el mayor índice de apertura de negocios de todo Japón.

Fukuoka destaca entre las ciudades de provincias de todo Japón por su gran actividad. Con una población de 1.596.000 personas a fecha de febrero de 2020, ocupa el quinto lugar en número de habitantes entre las ciudades designadas por decreto gubernamental y el segundo en cuanto a su tasa de crecimiento, por detrás de Kawasaki (Kanagawa). Al igual que el resto de Japón, se enfrenta a la baja natalidad y el envejecimiento de la sociedad, pero medidas como el apoyo a las empresas emergentes y el fomento del sector turístico y el turismo de negocios, convenciones y eventos internacionales (MICE(*1) por sus siglas en inglés), pilares de su estrategia de crecimiento, le han servido para paliar la repercusión de este grave problema y activar su economía.

En mayo de 2014, el Gobierno central decidió conceder a Fukuoka la categoría de zona de fundación global de empresas y de fomento del empleo, en el marco de las zonas especiales estratégicas de Japón. Desde entonces, las autoridades locales suministran apoyo para la creación de iniciativas empresariales. En los ejercicios fiscales de 2013, 2014, 2015 y 2018(*2), la tasa de apertura de negocios(*3) de la ciudad fue la mayor del país, con un alto porcentaje de emprendedores jóvenes. Por otra parte, en lo que respecta al turismo, en 2018 visitaron la ciudad 3.094.000 de personas procedentes del extranjero, lo que representa un aumento de 2,6 veces en el último lustro. Por países y territorios, Corea del Sur se situó en el primer puesto, con un 51 %, seguido de Taiwán, China y Hong Kong; los cuatro sumaron un 74,8 %.

Desde hace más de dos mil años, Fukuoka conecta Japón por mar con la península coreana y Eurasia, de ahí que fuera el primer lugar del archipiélago al que llegaron culturas desconocidas hasta el momento. Además de poner en marcha métodos de producción de los que nada se sabía y desarrollar la economía, se enfrentó con éxito a amenazas nunca vistas y se convirtió en una ciudad próspera y llena de vida. La Fukuoka actual, que busca seguir activa gracias a la creación de empresas emergentes y a los intercambios internacionales, lleva escrito en su ADN ese espíritu de superación que se ha visto a lo largo de toda su historia.

La puerta al comercio y la diplomacia del Japón antiguo

Los primeros arrozales de regadío de Japón fueron los de la llanura de Fukuoka, a donde se cree que llegó esta técnica, procedente de la península coreana, hace más de 2.500 años. En un estudio llevado a cabo en 1978 en los vestigios de la aldea rodeada por canales de Itazuke (distrito de Hakata, Fukuoka), se corroboró la existencia de técnicas de riego para regular la cantidad de agua mediante canales de irrigación y diques. Para el pueblo japonés, cuyo principal alimento es el arroz, la aldea agricultora más antigua del país sería la de Itazuke.

En los vestigios de Itazuke se descubrieron arrozales de regadío del período Yayoi (imagen de la ciudad de Fukuoka).
En los vestigios de Itazuke se descubrieron arrozales de regadío del período Yayoi (imagen de la ciudad de Fukuoka).

Además, en Fukuoka se conserva un objeto de importancia que demuestra el inicio de la diplomacia por parte de las autoridades competentes de la zona, el sello de oro del rey de Na (漢委奴国王, Kannowanonanokokuō), declarado Tesoro Nacional de Japón. En “Encuentros con los bárbaros del Este”, una historia que forma parte del Libro de Han Posterior —una obra sobre la historia de China en varios volúmenes—, se cuenta que, en el año 57, el emperador Guangwu, de la dinastía Han Posterior, le entregó un sello oficial a un emisario procedente del país de Na (奴国, Nanokoku); según se cree, se trataría de este sello dorado. Si analizamos las investigaciones llevadas a cabo hasta la fecha, comprobaremos que, entre los arqueólogos, se ha generalizado la hipótesis de que el ‘na’ (奴) de ‘Nanokoku’ hace referencia al país situado en la bahía de Hakata.

El sello del rey de Na, encontrado en 1784 en Shikanoshima (distrito de Higashi, Fukuoka) y considerado Tesoro Nacional de Japón (propiedad del Museo de la Ciudad de Fukuoka).
El sello del rey de Na, encontrado en 1784 en Shikanoshima (distrito de Higashi, Fukuoka) y considerado Tesoro Nacional de Japón (propiedad del Museo de la Ciudad de Fukuoka).

Para la dinastía Han Posterior, la llegada de un emisario procedente de un lugar lejano en tiempos de estabilidad era motivo de celebración de la benevolencia del emperador. En el país de Na eran conscientes de la situación en la que se encontraba el continente y practicaban una diplomacia acorde a ella.

Se piensa que Na se fundó en el siglo I a. C., como fecha más tardía, y duró hasta el siglo III, como fecha más temprana. Su centro neurálgico abarcaría desde el distrito de Hakata (Fukuoka) hasta la ciudad de Kasuga y podría considerarse como el origen de una urbe de dos mil años de antigüedad.

El Kōrokan se convirtió en la primera línea de la diplomacia durante la dinastía que constituyó en el archipiélago nipón una nación cuya base se situaba en Kinai. Este pabellón, bajo la jurisdicción de la oficina gubernamental en Dazaifu, hacía las veces de casa de huéspedes para los enviados y comerciantes venidos del extranjero. Era, además, el lugar desde el que partían los delegados a China durante la dinastía Tang, así como los monjes que viajaban al país vecino. Después de que cesara el despacho de emisarios, dejó de ser el centro de la diplomacia y se convirtió en el del comercio, ya que fue allí donde continuaron los intercambios de este tipo. Los comerciantes importaban de China productos considerados de valor por su rareza. Estos artículos de lujo, imprescindibles para la dinastía, tuvieron una gran repercusión en la cultura japonesa. Si contamos la época anterior, el Kōrokan tendría unos cuatrocientos años de historia, desde la segunda mitad del siglo VII hasta la primera mitad del siglo XI. Desde allí se lideraron el comercio y la diplomacia del Japón antiguo. Si pensamos en este país como la última parada de la Ruta de la Seda, la bahía de Hakata habría sido su puerta de entrada.

La edad de oro de los intercambios comerciales

A partir de la segunda mitad del siglo XI, en las postrimerías del Kōrokan, el foco de las actividades comerciales se trasladó a Hakata. De ello fueron responsables los comerciantes de la dinastía Song que vivían allí, en una zona conocida como Hakatatsu Tōbō; se la considera el primer barrio chino de Japón. Los comerciantes, tanto extranjeros como japoneses, y los maestros artesanos convirtieron Hakata en un lugar concurrido desde el que se trasladaban a Kioto y a Kamakura —esta última bajo el shogunato— los artículos importados de China que tanto gustaban. Los comerciantes chinos, que convivían con el pueblo japonés, contribuyeron a la construcción de templos zen como el Shōfuku, erigido por el monje Eisai.

Porcelana verdeceledón excavada en las ruinas de Hakata. Procede del horno de Longquan, correspondiente a la segunda mitad de la dinastía Song del Sur, que floreció entre la segunda mitad del siglo XII y la primera del siglo XIV (propiedad del Centro Arqueológico de la Ciudad de Fukuoka).
Porcelana verdeceledón excavada en las ruinas de Hakata. Procede del horno de Longquan, correspondiente a la segunda mitad de la dinastía Song del Sur, que floreció entre la segunda mitad del siglo XII y la primera del siglo XIV (propiedad del Centro Arqueológico de la Ciudad de Fukuoka).

Fragmentos de porcelana de Dehua excavados en las ruinas de Hakata. Se cree que proceden de un cargamento de la primera mitad del siglo XII que tuvo que ser descartado en su totalidad por haberse roto durante la travesía en barco (propiedad del Centro Arqueológico de la Ciudad de Fukuoka).
Fragmentos de porcelana de Dehua excavados en las ruinas de Hakata. Se cree que proceden de un cargamento de la primera mitad del siglo XII que tuvo que ser descartado en su totalidad por haberse roto durante la travesía en barco (propiedad del Centro Arqueológico de la Ciudad de Fukuoka).

La dinastía Yuan, que fundó el Imperio mongol en el continente, atacó la zona septentrional de Kyūshū, cuyo centro era Hakata, en dos ocasiones: en 1274 y en 1281. Tras la primera invasión, se construyó una fortaleza de piedra en la bahía, mientras que, después de la segunda, se estableció un puesto para la defensa de Kyūshū. Hakata pasaba así a convertirse en una ciudad política.

Ikinomatsubara (distrito de Nishi) alberga una fortaleza de piedra construida después de la primera invasión mongola (imagen de la ciudad de Fukuoka).
Ikinomatsubara (distrito de Nishi) alberga una fortaleza de piedra construida después de la primera invasión mongola (imagen de la ciudad de Fukuoka).

Tras las invasiones, siguieron llegando a Hakata barcos comerciales procedentes de Ningbo (China) y de Koryo (Corea). La caída del shogunato de Kamakura, en 1333, no impidió que siguiera prosperando el comercio de Hakata con las dinastías Ming e Yi y con Ryūkyū. Los mercaderes acaudalados de la ciudad también se dedicaban a esta actividad. Por consiguiente, puede decirse que el período comprendido entre los siglos XI y XVI fue la edad de oro de estos comerciantes.

Sin embargo, tras la desaparición del shogunato de Kamakura, Hakata sufrió los estragos de la guerra debido a los enfrentamientos entre las cortes del Norte y del Sur y los conflictos correspondientes al período de los Estados Guerreros, desde finales del siglo XV hasta finales del XVI. Los daños más devastadores los causaría un incendio ocurrido en 1580, en las postrimerías de este período, cuando los señores feudales más poderosos luchaban por hacerse con el control de la ciudad. Siete años después, Toyotomi Hideyoshi, que pacificó Kyūshū, se encargaría de restaurar una Hakata reducida a cenizas. Su plan de restauración, denominado Taikōmachiwari, sentaría las bases del actual distrito de Hakata.

(*1) ^ La sigla MICE hace referencia a las reuniones (meeting) de empresas y otras entidades, los incentivos (incentive) —viajes con fines formativos o como premio a los trabajadores—, las conferencias (conferences) internacionales de todo tipo y las exposiciones o ferias (exhibition/event).

(*2) ^ No se tienen datos de las principales ciudades del país relativos a los ejercicios fiscales de 2016 y 2017, pero se presupone que Fukuoka también ocupó los primeros puestos. La información del texto está basada en las conclusiones del Centro de Investigación Urbana Asiática de Fukuoka.

(*3) ^ La proporción de negocios puestos en marcha en un año.

Siguiente: La mayor ciudad de Kyūshū, fruto de la rivalidad

Etiquetas

Historia de Japón Fukuoka

Arima ManabuOtros artículos de este autor

Director del Museo de la Ciudad de Fukuoka y profesor honorífico de la Universidad de Kyūshū nacido en Pekín en 1945. Su especialidad es la historia moderna de Japón. Estudia el doctorado en la Escuela de Posgrado de Humanidades y Sociología de la Universidad de Tokio, pero no llega a redactar la tesis. Tras dar clases en la Facultad de Literatura y en la Escuela de Posgrado de Estudios Culturales y Sociales, ambas de la Universidad de Kyūshū, accede en 2012 al puesto que ocupa en la actualidad. Entre sus principales obras, destacan Teikoku no Shōwa (El imperio en la era Shōwa; editorial Kōdansha Gakujutsu Bunko, 2010), Kokusaika no naka no Teikoku Nippon (El imperio japonés y la internacionalización; editorial Chūkō Bunko, 2013) y Katsuji Media no Jidai: Kindai Fukuoka no Insatsu to Shuppan (La edad de los medios impresos: impresiones y publicaciones en la Fukuoka moderna, editado por la ciudad de Fukuoka en 2017).

Otros artículos de esta serie