¿Cómo nació el Walkman? El aparato de Sony que cambió nuestras vidas
Tecnología- English
- 日本語
- 简体字
- 繁體字
- Français
- Español
- العربية
- Русский
El 1 de julio de 1979 nació el Walkman. Últimamente, mucha gente oye música mediante un smartphone, ya sea pagando por bajar una canción del sitio correspondiente, o sin pagar nada, buscándola en Youtube o en algún servicio gratuito de streaming. Pero el aparato gracias al cual se extendió por el mundo la idea de llevarse la música de paseo fue el Walkman.
Nos centraremos aquí en la primera generación del aparato, que supuso una revolución en la forma de oír música, y en la segunda, que produjo un gran boom en todo el mundo.
Todo empezó con una manipulación
El primer lote de producción del Walkman de primera generación tuvo un volumen modesto: 30.000 unidades. Al parecer, en aquel primer momento no se tenía ninguna seguridad de que la idea fuera a cuajar. En aquella época en que la imagen que se tenía del típico oyente de música era la de una persona sentada en el cuarto de estar de su casa frente a un aparato de sonido con altavoces, el camino hacia un concepto tan novedoso debió de estar plagado de incertidumbres.
El primer Walkman se fabricó tomando por base la grabadora portátil Pressman, ideada para ser utilizada por los reporteros en su trabajo periodístico. Aunque en el sitio web oficial de Sony se explica que transformaron el Pressman a requerimiento del entonces presidente honorario de la firma, Ibuka Masaru, que deseaba un aparato que permitiera oír música durante los desplazamientos en avión, al respecto hay diversas versiones.
El jefe del equipo de desarrollo, Kuroki Yasuo, apodado míster Walkman, cuenta en su libro Walkman-ryū kikaku-jutsu lo siguiente: “A decir verdad, el Walkman no fue un aparato proyectado desde sus inicios con la clara idea de convertirlo en un artículo comercial. Fue algo que nació como una diversión de los técnicos jóvenes y que nunca estuvo en la lista de aparatos proyectados por la División de Magnetófonos. Por decirlo de alguna forma, era algo que no estaba en el guion y por eso la historia del Walkman resulta tan divertida”.
Algo muy similar sostuvo en una entrevista otro de los técnicos implicados, Ōsone Kōzō. Según este, al menos desde su perspectiva, lo más fiel a la realidad sería decir que ellos se divertían manipulando su nuevo invento, y que los administradores de la empresa se fijaron en él. Esa es también la impresión que recibe quien escribe.
La fase de desarrollo del primer Walkman, sorprendentemente, duró cosa de cuatro meses. Es cierto que el proceso de producción se simplificó al ser posible desviar hacia el nuevo proyecto parte de los Pressman ya fabricados, pero aun así el plazo resulta excepcionalmente corto para la época.
Durante el primer mes las ventas no fueron demasiado buenas, pero enseguida cambiaron las tornas y el aparato ganó popularidad a gran ritmo. El primer lote de 30.000 unidades se agotó en poco más de dos meses.
Con la llegada del nuevo año, 1980, la popularidad del Walkman no hizo más que crecer. En un artículo publicado el 3 de abril de ese año por el Nikkei Sangyō Shimbun, se leía: “Tanto se vende que el fabricante da gozosos gemidos: ni fabricando 20.000 al mes puede responder a los pedidos”. Durante los primeros siete meses de su lanzamiento el total de ventas se situó en las 140.000 unidades. Pero esta cifra no era más que el comienzo, pues el aparato estaba solo en su primera versión y nadie sabía todavía el enorme impacto social que estaba destinado a producir.
El Nikkei Shimbun del 10 de enero de 1981, bajo el titular de “Dentro de la tensión, siempre hay un momento para el relax: y ahora, las universitarias Walkman”, publicó una fotografía en la que podía verse a una joven con auriculares en el aula universitaria donde iba a tener lugar un examen de admisión. Cuando el boom del novedoso aparato prendió en la juventud, narra Kuroki en su libro, “los adultos criticaron que el Walkman se estuviera convirtiendo en un instrumento que hacía de los jóvenes seres egocéntricos cerrados al mundo exterior, y comenzaron a deplorar que cada vez hubiera más personas aisladas”.
El WM-2, una segunda generación muy internacional
En febrero de 1981, un año y siete meses después del lanzamiento del primer Walkman, se comercializó a un precio de 32.000 yenes el WM-2, segunda generación del aparato.
Si el primer Walkman estuvo basado en un aparato ya existente, el WM-2 fue el primero de la serie expresamente diseñado sobre el planteamiento de cuál debería ser su forma ideal. Se trató de conseguir un Walkman más compacto, de un tamaño lo más próximo posible al del estuche de un casete, además de desplazar los botones desde un costado a una de las caras del aparato, lo cual le dio una apariencia más refinada.
Esta segunda generación del Walkman alcanzó gran éxito también fuera de Japón y, a decir de muchos extranjeros que recuerdan la época, el WM-2 fue la versión que más grabada ha quedado en la memoria de la gente.
Para entonces, el Walkman ya no era un artículo propio de la juventud, un colectivo especialmente sensible a las modas, pues había sido aceptado por un público muy variado compuesto por distintas generaciones. El periódico Nikkei Ryūtsū Shimbun incidía en este aspecto en el titular de un artículo publicado en mayo de 1981, que rezaba: “El Walkman 2 de Sony se hace un hueco entre los mayores”.
Aprendida la lección del primer Walkman, cuyo régimen de producción se mostró incapaz de responder convenientemente a la demanda, Sony tomó todas las medidas necesarias para que esto no ocurriera con el segundo aparato. Según asegura el Nikkei Shimbun en un artículo de su edición del 23 de noviembre de 1981, apenas nueve meses después de comenzar a venderse el WM-2, la fabricante había expedido un millón de unidades. El primer Walkman solo había llegado al millón y medio dos años después del lanzamiento.
Ante el éxito alcanzado por el Walkman, otros fabricantes, como Aiwa, Matsushita Denki (actual Panasonic) o Tōshiba entraron también en mercado con aparatos similares, pero para entonces el Walkman había adquirido ya un gran valor de marca. En el referido artículo del Nikkei Shimbun, se citaba a algunos de esos competidores diciendo que, además de habérseles adelantado con la idea, Sony ejercía sobre la juventud un influjo “sobrenatural” frente el cual poco podían hacer ellos.
El total de ventas acumuladas por los Walkman de Sony superaba al finalizar octubre de 1982 los 5,5 millones de unidades, algo más del 60 % de las cuales estaba dirigido a la exportación (Nikkei Shimbun, 5 de enero de 1983), lo que da idea del notable grado de conocimiento y aceptación que había obtenido el aparato fuera de Japón unos pocos años después de su comercialización.
A finales de 1983 se informaba de que el aparato estaba llegando a los límites de la demanda, pero un año después Sony lanzó el Discman, un reproductor portátil de CD con un precio de 49.800 yenes, y en 1992 el Walkman para minidiscos (MD), con los que la fabricante consiguió seguir siendo pionera en las innovaciones realizadas en este campo.
¿Se convertirá el Walkman de casete en parte de nuestra cultura?
Pero volvamos al presente.
Como ocurre con los discos de vinilo, hoy en día se están revalorizando también las cintas de casete. En Tokio han abierto varias tiendas especializadas en este soporte. En sitios de Internet de comercio entre particulares como Mercari o Yahoo! Auction pueden verse Walkman de segunda generación en buen estado con precios que van de los 20.000 a los 40.000 yenes. No obstante, no siempre resulta fácil ofrecer aparatos completos que sirvan y, según explican algunos, lo que se está haciendo es tomar piezas de diferentes unidades para formar una nueva unidad en condiciones.
En el terreno de los tocadiscos, varios fabricantes ofrecen en la actualidad aparatos que llevan incorporado puerto para USB y función Bluetooth. Aunque se trata de un pequeño nicho de mercado, está funcionando. Además de reactivarse el mercado de discos de vinilo usados, está llamando la atención el hecho de que algunos artistas populares lleguen incluso a vender paralelamente a sus CD versiones en disco analógico.
¿Sobrevivirán la cinta de casete y el Walkman como elementos de nuestra cultura? Lo único claro es que, por el momento, Sony no tiene previsto volver a producir las piezas que integran el Walkman. Y los artistas que, además de difundir su música por medios digitales, sirven paralelamente sus nuevas entregas en casete siguen siendo una ínfima minoría.
¿Seguirá vivo, con las lógicas adaptaciones a los nuevos soportes, aquel Walkman de casete que revolucionó el estilo de vida de la gente, o pasará a ser, más bien, parte de un legado histórico? El 40.º aniversario de su lanzamiento es una gran oportunidad para reflexionar sobre todo lo que Walkman ha significado.
Bibliografía: Walkman-ryū kikaku-jutsu, de Kuroki Yasuo (editorial Chikuma Shobō)
Todas las fotografías de los productos son por cortesía de Sony.
Fotografía del encabezado: sucesivas generaciones del Walkman expuestas el 1 de julio de 2019 en el #009 WALKMAN IN THE PARK (Ginza Sony Park, Tokio), evento conmemorativo del 40 aniversario del aparato de Sony. (Fotografía: Redacción de nippon.com)