Mi punto de vista

‘Isagiyoi’, un adjetivo clave para comprender la cultura japonesa

Cultura

La palabra isagiyoi ofrece comprensión sobre el carácter japonés. Pero al describir este concepto en nuestras propias lenguas, ¿hasta qué punto nos estamos alejando del significado original y qué queda de su núcleo universal?

Un adjetivo determinante

Al examinar Japón y su cultura, a menudo me siento atraído por el adjetivo isagiyoi (traducible en varios contextos como “resuelto”, “recto” o “galante”) como un concepto con connotaciones únicas que arrojan luz sobre la visión japonesa del yo y del otro.

La palabra insinúa la idea de pureza, de permanecer inmaculado. Los japoneses podrían describir como isagiyoi a una persona humilde, que guarda silencio y evita la autopromoción. El carácter de esta palabra (潔) también aparece en términos como kōketsu (高潔), aplicado a una persona de “pureza noble”. Este concepto, en definitiva, se presenta como un aspecto clave de la estética espiritual de los japoneses.

Por supuesto, debemos reconocer que al traducir este término japonés a nuestras propias lenguas, muchos somos propensos a caer en ciertas trampas lingüísticas, seleccionando determinadas palabras para presentar las connotaciones culturales que conlleva. Al tomar una palabra como isagiyoi y llevarla a nuestros propios espacios lingüísticos corremos el peligro de cargarla con un bagaje cultural diferente para hacerla más fácil de entender en nuestro propio entorno.

Mientras escribo esto el mundo tiene sus ojos puestos en París, por los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de verano, una ocasión apropiada para considerar las formas en que se puede utilizar isagiyoi en japonés para describir las acciones y actitudes de los atletas. Tomemos, por ejemplo, a una competidora que ha sufrido una lesión o tiene dolores que le impiden lograr una medalla de oro. Aunque fuera una atleta dominante, la favorita para ganar en su prueba, al hablar con los medios de comunicación nunca mencionará su lesión o su dolor como motivo por el que no ganó. De este modo encarna realmente el isagiyoi.

Universal... pero con lagunas

Ciertas cuestiones de la conciencia humana me desconciertan constantemente. ¿Difiere de una cultura a otra eso que llamamos “conciencia”? ¿Es posible, en verdad, que la conciencia sea algo diferente en su naturaleza solo porque la persona que la posee procede de un entorno cultural diferente? Y de ser posible, ¿cuáles son los distintos tipos, normas y visiones que podríamos ver subyacentes en esa conciencia?

Creo que todos los seres humanos nacen con la misma capacidad para diferenciar entre la virtud y el mal, lo bueno y lo malo. En el ámbito cultural islámico, por ejemplo, tenemos el concepto de al-ihsan, el impulso de llevar algo cuidadosa y pacientemente a un nivel más perfecto y completo. Se trata de un concepto que puede mostrar algunas diferencias en la forma en que se manifiesta en las distintas culturas y sociedades, pero en su núcleo hay una verdad universal.

He pasado mi vida en contacto con numerosas sociedades y culturas, empapándome largamente de ellas. Algo que he podido comprender gracias a ello es que una medida importante de nuestra capacidad para una verdadera comunicación es si nuestros respectivos conceptos y percepciones —nuestras aproximaciones lingüísticas al pensamiento y sus implicaciones, y nuestra capacidad para comprender las de los demás— son similares o distantes entre sí. Tanto si procedemos de entornos lingüísticos diferentes como si hablamos la misma lengua, este es un factor que determina hasta qué punto podemos entendernos de verdad cuando hablamos unos con otros.

(Artículo escrito originalmente en japonés, y traducido al español de la versión en inglés. Imagen del encabezado: © Pixta.)

lengua japonesa cultura japonesa