La cultura japonesa a través del manga
‘Initial D’, el manga que popularizó la cultura automovilística del ‘drifting’
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La historia del automóvil, un progreso tecnológico motivado por la velocidad
Fue en 1885 cuando el alemán Karl Friedrich Benz presentó el primer automóvil del mundo equipado con motor de gasolina.
El desarrollo de este medio de transporte pronto floreció también en Francia. Esta invención, que nació en el siglo XIX en Europa, era en sus inicios más bien un producto con el que los ricos de la época presumían de su fortuna. Sin embargo, en 1908 Henry Ford inició en Detroit, Estados Unidos, la producción en masa del Ford Modelo T, y la fabricación de automóviles se convirtió en una enorme industria.
A mediados del siglo XX Japón comenzó también a producir autos en serie. Fabricantes como Honda y Toyota empezaron a suministrar vehículos fiables a precios asequibles y expandieron su marca por todo el mundo.
En paralelo a la historia del automóvil está la pasión por la velocidad de muchas personas (o tal vez podría decirse que la pasión por la velocidad ha sido la fuerza motriz que ha impulsado el desarrollo del automóvil).
Las carreras de velocidad han existido desde que fue cobrando fuerza la industria automovilística, y Henry Ford también consiguió atraer la atención del público hacia su negocio al ganar una carrera contra Alexander Winton, el primer hombre que vendió autos en los Estados Unidos.
A medida que la industria automovilística crecía, las carreras de coches también se desarrollaban como deporte, pero con una base más amplia. Además de los circuitos y pistas de carreras exclusivos, empezaron a celebrarse en diversas partes del país carreras informales en carreteras públicas, donde los jóvenes entusiastas del motor se reunían para intentar conseguir la marca más rápida.
El manga Kashiramoji D, conocido en el extranjero como Initial D y creado por Shigeno Shūichi, es una obra maestra que trata de las carreras no oficiales nacidas de la pasión por la velocidad que sentían personas normales y corrientes.
La historia de Cenicienta, pero con un piloto de carreras informales
Initial D se publicó por entregas en la revista Young Magazine de Kōdansha durante 18 años, de 1995 a 2013.
Los protagonistas de esta historia son hashiriya (pilotos callejeros), personas aficionadas a los autos y a la conducción que se reúnen con sus coches los fines de semana para conquistar las carreteras de distintos puertos de montaña. Compiten no solo con sus amigos, sino a veces también con otros grupos, comparando las prestaciones de sus coches y sus técnicas de conducción.
La historia comienza en el monte Akina, en la prefectura de Gunma. Allí se encuentran las Tres Montañas de Jōmou y hay muchos puertos de montaña famosos. El monte Akina, que aparece en Initial D, es una montaña ficticia, pero se cree que está inspirado en el monte Haruna, una de las tres montañas antes mencionadas.
El protagonista es Fujiwara Takumi. Al comienzo de la historia, aún es un estudiante de instituto muy callado, aunque su padre, que regenta una tienda familiar de tōfu, es aún más taciturno que él. Takumi lleva algún tiempo al volante de un coche ayudando a su padre con el negocio.
Takumi conduce por el puerto de montaña de Akina y reparte tōfu en las primeras horas de la mañana. Conducir no es su afición, sino su trabajo. De joven, Takumi ideó varias formas de hacer que su tedioso trabajo fuera un poco más agradable y, sin darse cuenta, desarrolló habilidades avanzadas de conducción.
Entre ellas, logró desarrollar sin que nadie lo supiera un altísimo nivel de drifting, la técnica de hacer derrapar el auto y conducir sin perder revoluciones.
Pero llega un momento en que las habilidades de Takumi sorprenden a los pilotos callejeros y su nombre empieza a ser conocido. Los Red Suns, un equipo de pilotos que tiene como base el monte Akagi, acuden al monte Akina. Lo hacen para un “intercambio social”, pero en realidad se trata de una carrera cuyo objetivo es batir el récord del recorrido en ese monte. Los Red Suns cuentan entre sus miembros con los hermanos Takahashi (Ryōsuke y Keisuke), dos de los pilotos más famosos de la prefectura. Su auto favorito es un Mazda RX-7 con motor rotativo, y no hay ningún piloto local que pueda competir con ellos.
Ese día, Fujiwara Takumi logrará una hazaña sin igual. Ante una audiencia numerosa que se congrega en el monte Akina y con el aire de la carrera calentando la montaña, Takumi se presenta en un viejo vehículo del negocio familiar con el logotipo de “Fujiwara Tōfu Shop” pintado en los laterales. No se muestra nervioso. A juzgar por su apariencia, solo es un joven abstraído. Pero cuando pone el auto en marcha, demuestra sus prodigiosas habilidades. Incluso hace gala de una maniobra complicada llamada “caída en zanja” y adelanta a Takahashi Keisuke, dejando al público sin habla. Esa noche comienza su leyenda, la de un genio algo diferente.
Takumi conduce un Toyota AE86 Sprinter Trueno. Conocido también como “Hachi Roku”, el coche ya era un modelo obsoleto en el momento en el que transcurre la historia, pero Takumi logra adelantar con esta máquina a los RX-7, GT-R, Lancer Evolution y otros autos que están muy por delante en cuanto a prestaciones. A diferencia de lo que ocurre en las carreras cuesta arriba, donde la potencia del coche determina directamente al ganador, en las carreras cuesta abajo es teóricamente posible que la habilidad del conductor compense la diferencia de prestaciones.
Las escenas del coche del negocio familiar “Fujiwara Tōfu Shop” compitiendo contra autos de alto rendimiento adaptados a los pilotos de carreras callejeros y superándolos son realmente espectaculares y han captado la atención de muchos lectores.
El realismo de Initial D gusta en todo el mundo
La popularidad de este manga se extendió también al extranjero. La primera versión cinematográfica de acción real de Initial D, Initial D The Movie (2005), no se rodó en Japón sino en Hong Kong. El reparto procedía de Taiwán, Hong Kong, Japón y otros países asiáticos. Los directores Andrew Lau y Alan Mak también son grandes admiradores de la historia original.
En Europa, algunas personas han colgado vídeos haciendo drifting en un AE86 con el logotipo de Fujiwara Tōfu Shop, y en EE. UU., siguiendo los métodos de entrenamiento de Fujiwara Takumi que aparecen en la película, otras han colgado vídeos conduciendo con un vaso lleno de agua en el coche, intentando no derramar el líquido. Es casi seguro que tales vídeos no dejarán de recibir comentarios de aficionados de todo el mundo.
El monte Haruna, donde está ambientado el manga, es venerado ahora como un lugar sagrado y visitado por aficionados de todo el mundo. En un programa de televisión presentaron a un turista alemán que había venido a recorrer la montaña. Muchos japoneses quedaron sorprendidos por su entusiasmo.
También se emitió una versión animada a partir de 1998. En ella suena eurobeat durante las escenas de conducción. Títulos como DEJA VU de Dave Rogers se popularizaron como “canciones de Initial D”, y como homenaje a esta producción, se colgaron en internet vídeos humorísticos en los que se mezclaban canciones utilizadas en la producción con diversas escenas, no solo de coches, sino también de aviones, bicicletas, personas, etc., que dieron mucho que hablar.
¿Por qué es tan apreciado Initial D? Una de las razones es su realismo. El piloto de rallies y campeón del mundo Arai Toshihiro (que, al igual que Takumi, procede de la prefectura de Gunma) afirma: “Las técnicas y estilos de conducción de este manga, y el enfoque mental de la conducción de Takumi y sus amigos, son todos muy realistas, y creo que serán útiles a cualquier lector desde el primer momento”. (Initial D THE MESSAGE, Kōdansha).
Además, Arai señaló que también nos ofrece una pista importante sobre otra cuestión: el sentido de hacer que el auto vaya más deprisa. Esa pista es la seguridad. Al dominar la técnica, se logra un mayor margen mental, lo que permite conducir con seguridad.
Este realismo puede ser la razón por la que el apoyo a Initial D se extendió entre las personas que compartían esa pasión por la velocidad.
Antes de esta obra, han existido mangas centrados en las carreras, pero a menudo se desarrollaban en un entorno lujoso con supercoches (lo que también era otro sueño). Sin embargo, los autos de Initial D son japoneses. Puede que sean deportivos, pero son vehículos que se venden en el mercado general. Los pilotos callejeros que competían en velocidad también lo hacían arreglándoselas económicamente, y el ambiente es muy realista.
El sector automovilístico, sin embargo, está dando un giro brusco que ningún puerto de montaña, por empinado que sea, podrá evitar: la transición hacia los vehículos eléctricos. La posición del propio motor de combustión interna está cambiando drásticamente en la actualidad.
Henry Ford fue criticado una vez por su jefe, que le dijo: “El futuro es eléctrico”. Cuentan que le explicó que los motores de gasolina no eran buenos (él trabajaba originalmente para una empresa eléctrica), y la ironía es que, a la larga, el jefe parece haber tenido razón.
En MF Ghost, una secuela de Initial D, Shigeno Shūichi describe las carreras en vías públicas de un futuro próximo, cuando se haya interrumpido la producción de vehículos con motor de combustión interna y se haya generalizado la conducción automatizada. Al igual que en esta obra, la pasión por la velocidad de muchas personas podría continuar de diferentes formas en el futuro.
Además, el tema representado en Initial D era, cuando uno se pone a reflexionar en ello en serio, la profunda relación entre la sensibilidad humana y la tecnología. Cualquiera puede conducir un auto. Sin embargo, la esencia de la conducción es profunda, y la técnica que permite obtener el rendimiento perfecto de un coche es tan difícil que no se puede dominar en toda su extensión.
Incluso en la era de la conducción autónoma por inteligencia artificial, aún puede haber una situación donde las máquinas más antiguas, conducidas manualmente por humanos, sean más rápidas.
Fotografía del encabezado: Initial D se serializó en la revista Weekly Young Magazine (Ed. Kōdansha) de 1995 a 2013, y en un formato de libros independientes con un total de 48 volúmenes se registró una tirada total de más de 56 millones de ejemplares (a diciembre de 2022); desde 2017 se serializa su secuela, MF Ghost.
(Traducido al español del original en japonés. Fotografía del Departamento Editorial de nippon.com)
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