La cultura japonesa a través del manga
El fascinante mundo del ‘shōgi’: entre la realidad y la ficción del manga
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Jugadores profesionales de shōgi que parecen salidos de un manga
Se dice que el juego de “poner fichas en el tablero y luchar por ellas” se originó en la antigua India y se extendió a otras partes del mundo.
En Japón, el juego de tablero por excelencia es el shōgi. En el caso del ajedrez, la Federación Internacional de Ajedrez publica clasificaciones mundiales, pero en el del shōgi existe un sistema profesional y los poseedores del rango de cuarto dan o superior, reconocidos por la Federación Japonesa de Shōgi, son considerados como profesionales y llamados kishi.
También se dice que en el sumo, el deporte nacional japonés, hay una gran diferencia de nivel entre profesionales y aficionados, pero también en el shōgi los profesionales tienen muchísimo talento. Según una investigación realizada por el instituto de investigación RIKEN, en los jugadores profesionales se ha observado una actividad específica de las ondas cerebrales en los 0,2 segundos siguientes a la presentación de la distribución de las fichas. En otras palabras, los profesionales pueden “entender” la situación y las jugadas de un vistazo.
Uno de dichos profesionales es Fujii Sōta, que ascendió a tan asombrosa posición con solo 14 años. Llegó a ganar 29 partidas consecutivas y se convirtió en el jugador más joven de la historia en hacerse con siete títulos profesionales a la edad de 20 años y 10 meses. Hay en total ocho títulos en el shōgi profesional, incluyendo Ryūō (Rey Dragón), Meijin (Maestro) y Ōi (Rey), y Fujii ganó su séptimo título al derrotar al anterior meijin Watanabe Akira en la quinta partida del 81.º Torneo Meijin a siete partidas, celebrada entre el 31 de mayo y el 1 de junio de 2023.
“El arte no imita a la vida. La vida imita al arte”, fueron las famosas palabras del escritor irlandés Oscar Wilde.
Sin embargo, la llegada del heptacampeón Fujii nos ha mostrado un desarrollo que la imaginación de una historia ni siquiera alcanza. En Japón, cuando alguien así aparece en escena, como es el caso del jugador de béisbol de las Grandes Ligas Ōtani Shōhei, se dice: “¡Parece salido de un manga!”
Los personajes de estas historias están creados con líneas dibujadas por el artista. Por eso tienen la característica de ser “más fieles a los deseos humanos” y su fuerza radica en su capacidad de expandir dinámicamente la imaginación, sin quedar atados a la realidad. También en las obras dedicadas al shōgi se han representado “personajes fuera de lo común” al modo particular del manga.
Duelos entre genios que se juegan la vida por la victoria
Por ejemplo, en Gekka no kishi (Jugadores a la luz de la luna), de Nōjō Junichi, hay profesionales que literalmente se juegan la vida para jugar al shōgi.
La obra presenta una “nueva ola” de increíbles estrellas emergentes. El shōgi también cambia con los tiempos. La investigación avanza, se descubren estrategias para derrotar las jugadas estándares llamadas jōseki y se crean nuevos movimientos. A medida que internet se fue extendiendo, algunos profesionales empezaron a jugarlo online, y en los últimos años la IA se ha incorporado a su práctica.
Aunque pueda parecer que las nuevas generaciones están mejor preparadas para ganar, la muralla de los veteranos es bien gruesa. Un novato puede encoger ante una gran figura que ha vivido el feroz mundo de la competición, que ha construido una época y sigue ardiendo con tremenda determinación. Se espera la llegada de una nueva estrella que rompa moldes.
El primero en desafiar dicha muralla en el manga es Takigawa Kōji, un hombre de una habilidad abrumadora que siempre mantiene la cabeza fría. Se enfrenta a Ōhara Iwao, que ha reinado en el mundo del shōgi durante muchos años, y le arrebata el título de Meijin.
El rival de Takigawa es el protagonista Himuro Shōsuke. A diferencia de Takigawa, tiene una personalidad audaz y se mete en problemas por llamar viejo a Ōhara Iwao, y más tarde casi es expulsado por golpear a un jugador de shōgi. Sin embargo, es un joven con prodigiosas habilidades y una tremenda concentración, ya que ha sido entrenado por el legendario Mikami Sankichi, que en su día fue conocido como “el rufián del mundo del shōgi”.
Nōjō Junichi narra en Gekka no kishi el drama de estos profesionales, que literalmente se juegan la vida, y los retrata de un modo extraordinario.
En esta obra aparecen personajes inspirados en profesionales de la vida real como Habu Yoshiharu (actualmente noveno dan), que derrotó a veteranos poseedores del título cuando aún era un adolescente y estableció una nueva era en el shōgi de la segunda mitad del siglo XX. Surgieron muchos otros jugadores fuertes de la misma generación, conocidos como la “generación Habu”, pero con el tiempo también fueron desafiados por una “nueva ola”.
El personaje de Himuro Shōsuke en Gekka no kishi se creó después de que Nōjō entrevistara a Habu y quedara impactado por el aura cultural que emitía (Epílogo de Gekka no kishi, vol. 32).
Jugadores que viven en la clandestinidad
El shōgi, por supuesto, no es solo para los profesionales. En Union Square, un parque de Nueva York, los “buscavidas del ajedrez”, que juegan para apostar y que también dan clases, se han convertido en una imagen típica. En el mundo de shōgi también hubo ese tipo de personas en el pasado. A los que habían elegido ese modo de vida se les solía llamar “maestros duelistas”.
Sin embargo, las apuestas individuales son ilegales en Japón. Por lo tanto, las apuestas sobre shōgi tienen un carácter clandestino. Los jugadores de primera clase son muy hábiles, y hubo una vez un jugador profesional, Hanamura Modoji, que pasó de ser maestro duelista a alcanzar el rango de noveno dan, así como Koike Jūmei, que ganó varias partidas contra kishi profesionales y se ganó el apodo de “el asesino de profesionales”.
81diver, de Shibata Yokusaru, es la historia de un joven que decide seguir este camino de los “duelos” de shōgi.
El protagonista, Sugata Kentarō, se unió al “Shōrei-kai” con el objetivo de convertirse en jugador profesional de shōgi. Se trata de una organización real de formación profesional dirigida por la Federación Japonesa de Shōgi, y para ser miembro hay que pasar un examen, pero hay un gran obstáculo solo para acceder al examen: es necesario haber ganado o haber sido subcampeón en un torneo nacional oficial amateur y haber sido recomendado por un profesional de cuarto dan o superior para poder presentarse al examen del Shōrei-kai.
Además, no es que cualquiera pueda convertirse en profesional una vez que se afilia. Después de unirse, un jugador debe ascender a tercer dan, competir en partidas de liga semestrales y ser uno de los dos mejores jugadores para convertirse finalmente en profesional. Esto significa que algunos como Sugata, que no pudo cumplir su sueño, pueden acabar quedándose rezagados en medio de la competición.
Tras abandonar el Shōrei-kai, Sugata lleva una vida decaída, ganando monedas apostando al shōgi. Sin embargo, conoce a la maestra duelista y fuerte del juego, a la que apodan Ukeshi-san. Se trata de Nakashizu Soyo, que también trabaja como maid de alquiler. Tras luchar contra ella y ser derrotado, decide seguir seriamente el camino de los maestros duelistas.
El título 81diver es un alias de Sugata como maestro duelista. En una ocasión, su maestro describió a Sugata como “un simple jugador de poca monta”. Sin embargo, se convirtió en un maestro duelista y llegó a las profundidades del shōgi, “buceando (mentalmente) en las 9 x 9, 81 casillas del tablero de shōgi y encontrando una estrategia ganadora”. “81diver” es un nombre derivado de este estado mental.
La historia podría haber sido mejor si Sugata hubiera “recuperado su pasión por el shōgi convirtiéndose en un maestro duelista y hubiera decidido aceptar el reto de volver a ser profesional” (de hecho, así es exactamente como se desarrolla la historia en la versión televisiva emitida en 2008), pero 81diver es, como cabría esperarse de un manga, una inmersión en un desarrollo más extremo.
La Kishōkai se presenta ante Sugata. Se trata de un misterioso grupo de maestros duelistas con poder organizativo hasta el punto de que gestiona una nación de shōgi independiente clandestina. Su fundador es Tanio. Tiene una profunda conexión con Nakashizu Soyo y posee la habilidad para subyugar incluso a los mejores jugadores profesionales.
La Kishōkai es una organización temible y, de hecho, muchas personas mueren en sus combates. Su objetivo es difundir el shōgi por el mundo. La batalla de Sugata desemboca finalmente en una partida en la que está en juego el destino de Japón.
El desarrollo de los jóvenes a través del shōgi
El heptacampeón Fujii es el quinto jugador de la historia que se convierte en profesional estando aún en la escuela secundaria, una realidad que coincide con la historia de Kiriyama Rei, el protagonista de Sangatsu no raion (El león de marzo), de Umino Chika, que es también el quinto jugador profesional de la historia en el manga. Sin embargo, sus circunstancias son muy diferentes. Rei perdió a su familia en un accidente cuando era joven y fue acogido por Kōda Masachika, un kishi profesional amigo de su padre. Kiriyama Rei se sumergió en el shōgi porque quería encontrar un lugar donde estar.
Cuando Kōda le pregunta: “¿Te gusta el shōgi?”, Rei responde con un lacónico “Sí…”. Sin embargo, esa respuesta fue una mentira para sobrevivir. Para ganarse un lugar donde estar, hizo un falso contrato con el “dios del shōgi”. Rei se convierte en hijo adoptivo de la familia del maestro de shōgi, se dedica por completo al juego y se vuelve más fuerte. Sin embargo, esto provoca roces con su hermana y hermano políticos.
La historia comienza cuando se marcha de casa, se traslada al instituto con un año de retraso y vive solo. No encajaba en la escuela y su nivel de juego estaba estancado. Sin embargo, el mundo de Rei cambia a través de sus encuentros con las tres hermanas de la familia Kawamoto, sus amigos, su profesor y su compañero mayor, que es kishi.
El sentimiento de “falta de pertenencia a este mundo” que tiene puede ser un estado de ánimo que acecha a cualquier persona moderna. Por este motivo, la forma en que Rei abre su corazón y la actitud positiva de los personajes conmoverán el corazón de quienes lean el manga.
Masuda Kōzou, el primer jugador profesional de shōgi que ganó la triple corona, dijo: “La vida es como el shōgi” (Shōbu, El juego, Masuda Kōzou). A la inversa, el shōgi se parece a la vida.
A veces la partida se gana en las primeras fases, y otras se invierte en el final. Hay tiras y aflojas y luchas cara a cara.
No es solo un juego sobre el tablero. Aunque uno aprueba un examen e intenta convertirse en profesional, puede fracasar, y cuando se profesionalice, vivirá en el mundo de la competición durante mucho tiempo. En otras palabras, el shōgi es un mundo dramático en el que se condensan las penas y alegrías de la vida.
Es un mundo lleno de historias emocionantes, y no solo para el heptacampeón Fujii. En marzo de 2023, Koyama Reo, que se había establecido como aficionado, aprobó el examen para pasar a las filas profesionales. Obtuvo el derecho a acceder a ellas como “nuevo cuarto dan” sin haber pertenecido nunca al Shōrei-kai. Es la primera vez en 79 años, desde el noveno dan de Hanamura Motoji, que logra esta hazaña, y es realmente una historia como la de un manga.
Por supuesto, los mangas que tratan el shōgi no se limitan a los presentados aquí. Se están hilando nuevas historias una tras otra.
Tanto “la realidad como historia” como “las historias más allá de la realidad” hacen soñar a la gente y muestran lo que es posible. En el mundo del shōgi, seguiremos viendo nacer historias dramáticas que parecen salidas de un manga y superan la imaginación. Y también en el mundo creativo habrá cada vez más personajes que rompan estándares.
(Traducido al español del original en japonés. Fotografía del encabezado: a la derecha, Gekka no kishi. Se publicó por entregas en la revista Big Comic Spirits de 1993 a 2001. Hubo un total de 351 episodios y 32 volúmenes en libros independientes. A la izquierda, 81diver. Se publicó por entregas en la revista semanal Young Jump de 2006 a 2014 y tuvo un total de 375 capítulos y 35 volúmenes. En el centro, Sangatsu no raion. Se publica por entregas en la revista Young Animal desde 2007. Ya se han publicado 16 volúmenes. Fotografías de la redacción de nippon.com.)