Los distintos actos a lo largo del año en Japón

‘Fumizuki’: julio

Cultura Historia

En esta serie presentamos el origen y el significado de los distintos actos que se celebran a lo largo del año en Japón, dado que todos ellos sirven para ilustrar cómo ha madurado la cultura del pueblo nipón.

Las ramas de bambú decoradas con tiras de papel tanzaku se alzaban en Edo cada 7 de julio

El Festival de Tanabata está muy asentado en Japón y se organiza en todo el país; destacan especialmente las celebraciones de ciudades como Sendai (Miyagi) y Hiratsuka (Kanagawa). Sin embargo, los orígenes de Tanabata se remontan a una leyenda de la antigua China consagrada a las estrellas Altair, de la constelación Aquila, y Vega, de Lira, cada una de las cuales está situada en un extremo de la Vía Láctea. En esta historia Altair recibe el nombre de Hikoboshi, mientras que Vega se hace llamar Orihime.

Según dicha leyenda, que data de la China de las dinastías del Norte y el Sur (439-589), Hikoboshi, que cuida ganado, y Orihime, que se dedica a tejer, contraen matrimonio con el permiso del emperador, padre de esta última. La pareja pasa tanto tiempo junta que empieza a descuidar el trabajo. El monarca, enfadado, los separa y ordena que cada uno viva en un extremo de la Vía Láctea, aunque permite que se vean una vez al año: cada 7 de julio.

Al parecer, cuando la leyenda llegó a Japón, en el período Nara (710-794), se combinó con la de la diosa tejedora Tanabatatsume, de ahí que se asentara con el nombre de Tanabata; sin embargo, se desconoce la veracidad de esta teoría.

En el período Edo (1603-1868) Tanabata se convirtió en uno de los cinco festivales estacionales de obligada celebración según el shogunato de los Tokugawa: era un acto anual durante el cual la gente escribía sus deseos en unas tiras de papel de colores, llamadas tanzaku, y las colocaba en unas ramas de bambú. Según Los actos anuales de la capital del Este, obra publicada en 1838, era frecuente que en los tejados de las casas de Edo se pusieran las ramas de bambú decoradas con tanzaku, de modo que estas tiras coloridas de papel ondeaban al viento sobre la ciudad. Incluso había personas que utilizaban postes y barras de bambú y competían a ver quién los instalaba más alto.

Un sinfín de ramas de bambú decoradas con tanzaku se levantan sobre los tejados en Cien vistas famosas de Edo: el festival de Tanabata en la ciudad próspera, obra de Utagawa Hiroshige que data de 1857. (Fuente: Colbase)
Un sinfín de ramas de bambú decoradas con tanzaku se levantan sobre los tejados en Cien vistas famosas de Edo: el festival de Tanabata en la ciudad próspera, obra de Utagawa Hiroshige que data de 1857. (Fuente: Colbase)

En la actualidad el bambú que se suele utilizar para colgar los tanzaku es de una especie más pequeña llamada sasa. Es posible que el uso de esta variante se generalizara precisamente cuando se pasó de colocar los bambús en los tejados a hacerlo dentro de las casas y debajo de los aleros.

El cultivo de los dondiegos de día: el segundo trabajo de los samuráis de bajo rango

Los mercados de los dondiegos de día que se celebran en Iriya (Taitō) y en el templo Kishimojin (Zōshigaya, Toshima), ambos en Tokio, son característicos del verano. Sus orígenes se remontan al período Bunka-Bunsei (1804-1831) y estuvieron en auge desde la era Kaei hasta la Ansei (1848-1860), durante el shogunato de los Tokugawa.

Imagen del mercado de los dondiegos de día en Colección de treinta y seis flores: los dondiegos de día de Iriya, en la capital del Este, obra de Utagawa Hiroshige, el segundo de su nombre, que data de 1866 y es propiedad de los Archivos Especiales de la Biblioteca Central Metropolitana de Tokio.
Imagen del mercado de los dondiegos de día en Colección de treinta y seis flores: los dondiegos de día de Iriya, en la capital del Este, obra de Utagawa Hiroshige, el segundo de su nombre, que data de 1866 y es propiedad de los Archivos Especiales de la Biblioteca Central Metropolitana de Tokio.

Macetas en el mercado de los dondiegos de día de Iriya. (PIXTA)
Macetas en el mercado de los dondiegos de día de Iriya. (PIXTA)

El mercado de los dondiegos de día de Iriya consta de unos 120 puestos y en él se llegan a vender hasta 120.000 macetas de esta planta. Tras tres años sin celebrarse, en 2023 tuvo lugar los días 6, 7 y 8 de julio.

Todo comenzó cuando unos jardineros cultivaron dondiegos de día en un descampado de Iriya, zona arrasada por un gran incendio y en cuyas inmediaciones residían los llamados okachi; o sea, samuráis de bajo rango cuya remuneración era escasa. Así pues, se dedicaban al cultivo de dichas plantas como actividad secundaria, lo que, al parecer, hizo posible la creación del mercado. A día de hoy, de esta época queda en la zona el topónimo Okachimachi (literalmente, el barrio de los okachi).

Aunque el mercado de los dondiegos de día se abolió con la llegada de la era Meiji (1868-1912), resurgió en 1948. Se trabajó muchísimo en la mejora de estas plantas, tanto que ahora hay una gran variedad de ellas: de flores pequeñas o grandes, de distintos colores, con hojas de formas diferentes… Todas florecen al amanecer y le dan colorido al verano.

Obon en el calendario antiguo: del 13 al 18 de julio

Aunque en la actualidad obon cae a mediados de agosto, en el calendario antiguo esta festividad, cuyo nombre oficial es urabon-e, se celebraba del 13 al 18 de julio. El primero de estos días se enciende un fuego a la puerta de los hogares con el objetivo de recibir a los espíritus de los antepasados. En el período Edo, cuando se acercaba obon, las calles se llenaban de vendedores ambulantes que se paseaban vendiendo los artículos necesarios para el tamadana, el altar donde se colocan las ofrendas a los difuntos; luego, durante las festividades, los monjes mendicantes iban de un lado para otro recitando mantras a Buda.

Fuego para recibir a los difuntos durante el obon. (PIXTA)
Fuego para recibir a los difuntos durante el obon. (PIXTA)

Fuego de Daimonji (Kioto) para enviar a los difuntos de vuelta al más allá en Lugares famosos de la capital: Nyoigatake Daimonji, obra de Hasegawa Sadanobu y propiedad de la Biblioteca Nacional de la Dieta.
Fuego de Daimonji (Kioto) para enviar a los difuntos de vuelta al más allá en Lugares famosos de la capital: Nyoigatake Daimonji, obra de Hasegawa Sadanobu y propiedad de la Biblioteca Nacional de la Dieta.

Al terminar el urabon-e, se hace otra fogata, denominada okuribi, para mandar las almas de los difuntos de vuelta al más allá. Precisamente, los fuegos que se encienden cada 16 de agosto en las cinco montañas que rodean Kioto forman parte de los actos propios del urabon-e.

En sus comienzos las danzas bon-odori tenían por objetivo consolar a los espíritus que habían regresado a casa; así pues, en su sentido original, servían para procurar descanso a estas almas. Sin embargo, al parecer, el carácter religioso de estos bailes ya se había perdido un poco en la era Enpō (1673-1681) y se habían ido convirtiendo en una forma de entretenimiento pomposa. La moral pública llegó a verse afectada, por ejemplo, cuando los lugares donde se ejecutaban las danzas se convirtieron en zonas de encuentro entre hombres y mujeres, de ahí que a partir de 1649 las fueran controlando gradualmente: se sabe que en el Edo de 1690 se emitió una proclama en la que se prohibía hacer sumo y bailar en la calle.

Beber y cantar para esperar a que salga la luna

El nijūrokuyamachi (literalmente, la espera de la noche del 26), que, según el calendario antiguo, se celebraba el 26 de julio, era un acto imprescindible que consistía en aguardar a que saliera la luna. A diferencia de la luna llena de la noche del 15, que aparece cuando todavía no se ha puesto el sol, la del día 26, de aspecto fino, no lo hace hasta pasada la medianoche, de ahí que se animara a la población a esperar pacientemente comiendo y bebiendo.

Los habitantes de Edo acostumbraban a esperar a que saliera la luna en Suzaki (Fukagawa), el santuario Yushima Tenjin y Kudanzakaue (Īdabashi); sin embargo, el lugar más concurrido era, con diferencia, la zona que abarcaba desde Shinagawa hasta la costa de Takanawa: además de ser un área abierta, en ella soplaba una brisa fresca. Según Los actos anuales de la capital del Este, Shiba Takanawa y Shinagawa eran los lugares donde más gente se veía esa noche.

En los ukiyo-e de la época aparecen diversos puestos de comida, desde los que servían fideos soba, tempura y sushi hasta los que vendían fruta, dango, shiruko y calamar asado, por citar algunos ejemplos. Además, se instalaban unas casetas simples, donde las clases populares degustaban sus platos favoritos mientras esperaban a que saliera la luna. Abundaban también las geishas y los artistas que tocaban instrumentos musicales; se subían a bordo de alguno de los yakatabune que había en la zona y se encargaban de amenizarles la espera a los pasajeros.

Por otra parte, cuentan que, tan pronto como sale la luna del día 26, aparece de repente la tríada de budas que conforman Amida, Kannon y Seishi, por lo que es posible que la gente disfrutara de esta noche de comienzos de otoño so pretexto de rezarles a los budas.

Escena del nijūrokuyamachi de Takanawa vista desde una barca que flota sobre el mar en Treinta y seis placeres gloriosos de Edo: la noche del 26 de julio en Takanawa, que data de 1864 y es propiedad de los Archivos Especiales de la Biblioteca Central Metropolitana de Tokio.
Escena del nijūrokuyamachi de Takanawa vista desde una barca que flota sobre el mar en Treinta y seis placeres gloriosos de Edo: la noche del 26 de julio en Takanawa, que data de 1864 y es propiedad de los Archivos Especiales de la Biblioteca Central Metropolitana de Tokio.

Otros actos típicos de julio

Acto Fecha Explicación
Idogae 7 de julio Los residentes de los distintos barrios salen a la calle para ayudar a los artesanos especializados a limpiar los pozos.
Nochi no yabuiri 16 de julio Además del yabuiri de Año Nuevo, los empleados domésticos tenían otro día de descanso en julio.
Enma no saijitsu 16 de julio Festividad de Enma. Los templos consagrados a dicha deidad budista exhiben al público las estatuas de esta debido a que se libera a los pecadores del infierno.

En Colección nueva de escenas callejeras: Okuramae se muestra una estatua de Enma, perteneciente al templo Ketoku (Kuramae), que se exhibía el 16 de julio. La escultura fue pasto de las llamas durante un incendio provocado por el Gran Terremoto de Kantō (fuente: Colbase).
En Colección nueva de escenas callejeras: Okuramae se muestra una estatua de Enma, perteneciente al templo Ketoku (Kuramae), que se exhibía el 16 de julio. La escultura fue pasto de las llamas durante un incendio provocado por el Gran Terremoto de Kantō. (Fuente: Colbase)

Bibliografía

  • Libro ilustrado de las costumbres de Edo a través del ukiyo-e, supervisado por Satō Yōjin y editado por Fujiwara Chieko (editorial Kawade Shobō).

Imagen del encabezado: representación realista en colores vivos de unos dondiegos de día en Dondiegos de día y una rana, de Katsushika Hokusai (fuente: Colbase).

(Traducido al español del original en japonés.)

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