Las olimpiadas a través de los récords
La avalancha de récords de atletismo y natación que se espera en Tokio 2020
Deporte Tokio 2020- English
- 日本語
- 简体字
- 繁體字
- Français
- Español
- العربية
- Русский
El ascenso acelerado de una as de Harvard en la carrera de 200 metros lisos
Pocos días después de la inauguración de Tokio 2020, damos un repaso a los candidatos a conseguir nuevos récords mundiales en atletismo y natación, deportes con potencial de dejar marcas para la posteridad, haciendo hincapié en las rondas clasificatorias que han tenido lugar en distintos países. Empezaremos por el atletismo.
Las clasificatorias de Estados Unidos tuvieron lugar en Eugene, Oregón, entre el 18 y el 27 de junio. En los 100 metros masculinos, con un viento de cola poco disruptivo de 0,8 metros, los mejores tres tiempos fueron de 9,80 segundos, 9,85 segundos y 9,86 segundos. Lo poco que se habló de esas marcas demuestra lo bien servidos que van de esprínteres en el país.
La marca que sí tuvo repercusión histórica fue la de una corredora que superó tiempos masculinos. Gabby Thomas corrió los 200 metros en 21,61 segundos, con lo que rebajó su récord personal (22,19 segundos) y logró la segunda mejor marca de la historia en su disciplina. A sus 24, Thomas, que ha dejado atrás a corredoras tan emblemáticas como la estadounidense Marion Jones (21,62 segundos en 1998) o la jamaicana Merlene Ottey (21,64 segundos en 1991), tiene muchas posibilidades de reducir aún más su tiempo en la competición actual. El récord mundial de 21,34 segundos que conserva su compatriota Florence Griffith Joyner todavía le queda un poco lejos, pero las expectativas son altísimas. Aunque nunca ha participado en los mundiales de atletismo, se ha plantado en la cima del mundo al sacar su mejor marca en tres años.
Gabby Thomas se graduó en neurobiología por la Universidad de Harvard y actualmente estudia una maestría en epidemiología en el centro de Austin de la Universidad de Texas. Dejó de poder participar en competiciones universitarias cuando se convirtió en atleta profesional al firmar un contrato con New Balance en octubre de 2018, pero, si se proclama campeona en Tokio, el suyo sería el primer oro de un antiguo alumno de Harvard desde el de remo en Londres 2012.
Racha de nuevos récords en carreras de corta y larga distancia
Sydney McLaughlin, de 21 años, obtuvo un nuevo récord mundial en los 400 metros vallas. Con 51,90 segundos, rebajó su mejor tiempo nada menos que 26 centésimas. Ya contaba con una medalla de plata del Campeonato Mundial de Atletismo, pero esta vez ha hecho historia como la primera mujer en bajar de los 52 segundos.
McLaughlin es atleta profesional y, desde 2020, se prepara para llegar a ser la mejor del mundo bajo la tutela de Bob Kersee, marido y entrenador de la leyenda del atletismo estadounidense Jackie Joyner-Kersee, que conserva el récord mundial de heptatlón. La segunda seleccionada en las clasificatorias fue la veterana de 31 años Dalilah Muhammad, que obtuvo el oro en las olimpiadas de Río 2016 y cuyo récord mundial ha batido MacLaughlin. La competición entre ambas corredoras podría dar paso a un nuevo récord en el Estadio Olímpico de Tokio.
En los 400 metros vallas masculinos también han aparecido tiempos que han causado sensación. La mejor marca del mundo era la de 46,78 segundos que estableció el estadounidense Kevin Young en Barcelona 92, el récord mundial más antiguo del atletismo de pista masculino. Rai Benjamin, de 23 años y medalla de plata en los mundiales de 2019, sorprendió en las clasificatorias con un segundo mejor tiempo a solo cinco centésimas del récord.
Benjamin logró su marca el 26 de junio de 2021. Cinco días más tarde, el 1 de julio, el noruego Karsten Warholm arrebató el récord mundial a Young al correr los 400 vallas en 46,70 segundos en la Liga de Diamante. Se espera que Benjamin, de 1,91 metros de estatura, y Warholm, de 1,87, ambos con marcas en los 46 segundos, luchen por un nuevo mejor tiempo.
Hay un par de corredoras de fondo que también están destacando y no son de Estados Unidos: la etíope Letesenbet Gidey y la neerlandesa Sifan Hassan. Las dos batieron el récord mundial de los 10.000 metros en junio; Hassan destrozó el récord anterior el día 6 recortándolo en 10,63 segundos al lograr un tiempo de 29 minutos y 6,82 segundos, mientras que Gidey lo rebajó todavía más un par de días después al completar la carrera en solo 29 minutos y 1,03 segundos.
El récord que batieron Hassan y Gidey lo había establecido la etíope Almaz Ayana en Río 2016. Con la participación de estas fondistas que han reducido los tiempos de los 5.000 y 10.000 metros, ambas carreras estarán en el punto de mira en Tokio por la esperanza de ver alguna nueva marca mundial.
Duelo de titanes entre Australia y EE. UU. en natación
El deporte que renueva los récords del mundo en las olimpiadas con más frecuencia aún que el atletismo es la natación, en la que Australia está recuperando el trono paso a paso. La nadadora Kaylee McKeown, que acaba de conseguir una nueva mejor marca mundial en el estilo de espalda, es candidata a dos oros individuales y otro en relevos en Tokio 2020. Ariarne Titmus también aspira a un par de medallas de oro en estilo libre.
Además de haberse ganado el récord mundial en los 100 metros espalda con un tiempo de 57,45 segundos en las clasificatorias australianas (del 12 al 17 de junio), McKeown es una sólida candidata a campeona en los 200 metros del mismo estilo gracias a su actual marca de 2 minutos y 4,28 segundos. En la batalla por el podio contra la otra gran potencia global de la natación, Estados Unidos promete contribuir a espolear al equipo australiano.
Ariarne Titmus logró un tiempo de 1 minuto y 53,09 segundos en los 200 metros libres en las clasificatorias, quedándose a solo 11 centésimas del récord mundial femenino más antiguo (1 minuto y 52,98 segundos), establecido por la italiana Federica Pellegrini en la racha de marcas del Mundial de Natación de Roma 2009. La australiana podría romper ese récord que lleva doce años intacto.
Titmus también ostenta un tiempo de 3 minutos y 56,90 segundos en los 400 metros libres que la acerca al récord de Katie Ledecky (EE. UU.), de 3 minutos y 56,46 segundos. El duelo por la corona de la natación femenina entre la australiana, de 20 años, y la norteamericana, de 24 y poseedora de una colección de títulos olímpicos, será un enfrentamiento clave para los países a los que representan.
En la categoría masculina, la prueba que no debemos perder de vista son los 200 metros braza. Zac Stubblety-Cook reventó su propia marca en las clasificatorias con un nuevo tiempo de 2 minutos y 6,28 segundos, prácticamente al nivel del récord mundial del ruso Anton Chupkov (2 minutos y 6,12 segundos).
En el equipo nipón, Satō Shōma ostenta el récord de su país con los 2 minutos y 6,40 segundos logrados en el campeonato nacional y parece ser que se disputará el oro con Stubblety-Cook y Chupkov. La victoria de Stubblety-Cook en esta prueba constituiría un gran hito para Australia, que no cuenta con demasiadas medallas en braza en su historial.
Australia, con diez podios que incluían tres oros, quedó muy rezagada en Río 2016 respecto a Estados Unidos, que se impuso en 16 pruebas y se llevó un total de 33 medallas. Los resultados recientes, sin embargo, indican que ahora es un peligroso rival para los norteamericanos. Tendremos que mantenernos atentos a los récords mundiales y las victorias que logre contra Estados Unidos, también en la categoría de relevos.
En Tokio 2020 se estrenan los relevos mixtos (con equipos formados por hombres y mujeres), tanto en atletismo como en natación, por lo que es muy posible que surjan nuevas marcas mundiales. En definitiva, todo indica que serán numerosas las carreras en las que podamos ver nuevos récords.
Fotografía del encabezado: Sydney McLaughlin (derecha) bate el récord mundial en los 400 metros valla durante las clasificatorias olímpicas de Estados Unidos. Imagen tomada en Eugene, Oregón, el 27 de junio de 2021. (AFP = Jiji Press)
deporte Atletismo Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020 Tokio 2020