Team Isoko: cabras cortadoras de hierba
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La hierba de las pendientes más pronunciadas, al ras
“Hasta hace pocos años la hierba crecía mucho por aquí y era un gran problema. Pero desde que empezaron a venir, el lugar está muy bonito todo el año, y estamos muy contentos con su trabajo”.
Morikubo Mayumi, directora del departamento administrativo del Centro Médico Shimada, mira hacia la pendiente que da al ala del hospital.
En la empinada pendiente, de unos 6.000 metros cuadrados, tres cabras pastan tranquilamente.
Se trata de un equipo profesional cuyo trabajo consiste en cortar la hierba.
El Centro Médico Shimada se estableció en 1961 como la primera instalación de Japón para niños con discapacidades físicas y mentales de gravedad, y en la actualidad brinda atención tanto a niños con ese tipo de discapacidades como a aquellos con discapacidades del desarrollo.
En cierta ocasión Morikubo vio unas cabras comiéndose la hierba de un estacionamiento frente a una estación cercana, y eso le inspiró la introducción de los animales en el hospital.
“Todos los años las veía, pero ese día encontré un letrero con información de contacto y de inmediato los llamé por teléfono”.
En primer lugar llegó Ikezaki Makoto, de Alpha Green, para ver el lugar como paso preliminar.
“Originalmente estaba haciendo trabajos como reverdecer pendientes artificiales, pero al reverdecerla la hierba crece, por lo que es necesario realizar su mantenimiento. Comenzamos el trabajo de deshierbar campos con las cabras hace unos quince años, tras comprobar que nuestro servicio era algo que nadie más estaba ofreciendo”.
El mayor mérito de las cabras: la altura constante del césped
La ventaja de deshierbar con cabras es, ante todo, que la altura de la hierba se puede mantener constante.
Cuando se deshierba de forma manual la hierba se corta toda de golpe después de que haya crecido, de modo que está en uno de dos estados posibles: creciendo o cortada. Sin embargo, dado que las cabras comen hierba cada día, la altura es casi uniforme y el paisaje mantiene el mismo aspecto.
No es necesario deshacerse de la hierba cortada. Por supuesto, se excreta como estiércol, pero el excremento de las cabras que solo comen hierba apenas huele.
En cuanto a la generación de gas metano a partir de los eructos y el estiércol del ganado herbívoro, algo que en estos tiempos se ha venido convirtiendo en un problema, al igual que ocurre con los herbívoros salvajes el número de cabras criadas para deshierbar es bastante reducido, por lo que apenas ejercen influencia alguna sobre el calentamiento global.
Los lugares con pendientes pronunciadas, como el Centro Médico Shimada, resultan peligrosos para las personas que trabajan en ellos; sin embargo las cabras son animales que viven originalmente en áreas montañosas, y son expertas en subir y bajar pendientes inclinadas.
“Aquí hay muchas hierbas que les encantan a las cabras; en cuanto me enseñaron el sitio firmé el contrato”, dice Ikezaki.
Luego llegaron los tres animales: Isoko, Kasumi y Yū.
Una cabra come, al parecer, alrededor del 10 % de su peso corporal; entre las tres cabras pueden deshierbar unos 15 kilogramos al día.
Eficacia también como terapia animal
“Por supuesto, la pendiente quedó despejada en un abrir y cerrar de ojos, pero es que además el hecho de ver a las cabras calmaba a los pacientes. Ahora son ídolos en nuestro centro”, asegura Morikubo.
El Centro Médico Shimada cuenta con un edificio para pacientes externos y un ala de admisión, pero al parecer las cabras funcionan también como terapia animal para los pacientes.
“Algunos de los residentes vienen caminando hasta la zona para ver a los animales cada día, y aquellos de movilidad reducida pueden verlos desde la ventana. El médico externo les dice, cuando hace buen tiempo, que pueden hacer la consulta mientras contemplan las cabras. Los bancos de las zonas abiertas se han convertido a veces en salas temporales de consulta”, dice Morikubo.
Las hembras, Isoko y Kasumi, y Yū, el macho, son verdaderos veteranos: llevan cuatro años trabajando en el lugar. Isoko, el animal más grande, es la líder.
Los tres son trabajadores de temporada: trabajan cortando la hierba de abril a octubre todos los años, y regresan al rancho en invierno.
“En el otoño del primer año, cuando Isoko y sus amigos se fueron, los pacientes que había acudido todos los días para verlos se sintieron muy tristes y se echaron a llorar...”, cuenta Morikubo.
En Alpha Green se envía el mismo animal todos los años en caso de que el cliente lo solicite, de modo que este año también devora la hierba del Centro Médico Shimada el equipo de tres cabras liderado por Isoko, animando en el proceso a sus pacientes.
Pefil
Nombre: Isoko
Edad: 5 años
Ocupación principal: mantener limpios los terrenos desocupados, comiéndose la hierba que crece en ellos.
Lugar de trabajo: Alpha Green S.L. (Centro Médico Shimada, Asociación Japonesa de Entidades de Bienestar Social para Niños con Discapacidades Físicas y Mentales)
(Artículo traducido al español del original en japonés. Imagen del encabezado: Team Isoko, las cabras cortadoras de hierba. El suelo rojo pertenece a la zona de ejercicio del Centro Shimada; al otro lado se puede ver el edificio principal de sus instalaciones – Imagen de Yamaguchi Noriko)