La ceremonia de entronización del nuevo Emperador: los ritos, el desfile y el banquete
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Para empezar, el “Rito ante el Kashikodokoro del Día de la Entronización”
La ceremonia que se celebrará en la tarde del día 22, de carácter estatal, vendrá precedida de otra de diferente naturaleza, pues implica exclusivamente a la Casa Imperial, llamada “Rito ante el Kashikodokoro del Día de la Entronización”, que tendrá lugar en uno de los santuarios sintoístas ubicados dentro del Palacio, a partir de las 9.00 de la mañana. En ella, el nuevo Emperador pondrá en conocimiento de la deidad sintoísta su inminente ceremonia de ascenso al Trono del Crisantemo. En el Kashikodokoro, donde se rinde culto a Amaterasu, tenida por origen de la Casa Imperial japonesa, el Emperador, ataviado con una versión blanca para oficios sintoístas del preceptivo sokutai, que fue desde el periodo Heian (794-1185) ropa de etiqueta del Emperador y de los antiguos nobles cortesanos, se presentará ante Amaterasu y le leerá el o-tsugebumi para informarla del hecho. Seguidamente, se personará ante Amaterasu la Emperatriz vestida en su jūnihitoe blanco de ceremonia. Después, desde el patio exterior, presentarán sus respetos los otros miembros de la familia imperial, los representantes de los tres poderes constitucionales y el resto de los invitados. Antes de la guerra, se le llamaba “Entronización ante los Dioses” y conllevaba un aparatoso ceremonial.
Al más puro estilo Heian
La ceremonia central, llamada sokuirei seiden no gi (literalmente, “rito en el salón principal para la ceremonia de entronización”, aproximadamente equivalente a la coronación) comenzará a la 1.00 de la tarde y durará en torno a 30 minutos. Se llevará a cabo en el Matsu-no-ma o Salón de los Pinos, la más excelsa de las estancias del Palacio Imperial, y participarán en ella unas 2.500 personas, entre ellas cerca de 200 delegaciones llegadas de otros países. El Emperador ascenderá a su takamikura (trono), hará él mismo la proclamación, dirigida al mismo tiempo a nacionales y extranjeros, y jurará cumplir sus funciones. A continuación, felicitará al Emperador el primer ministro Abe Shinzō, quien encabezará el triple banzai! (equivalente al “¡viva!” o al “¡hurra!”) que será repetido por todos los presentes. El momento será acompañado desde el parque de Kita-no-maru, situado en el sector norte de los terrenos del Palacio, por una salva de honor de los cañones del cuerpo terrestre de las Fuerzas de Autodefensa de Japón. Sus majestades, los otros miembros de la Familia Imperial y la mayor parte de su séquito irán vestidos en los tradicionales sokutai y jūnihitoe de colores, formando una imagen que parecerá una pintura en rollo del periodo Heian.
Dos tronos inimitables
El takamikura o trono imperial fue ya utilizado, según los registros históricos, en el periodo Heian. El actual fue construido expresamente para la entronización del Emperador Taishō (Yoshihito) en 1915.
Sobre un pedestal de madera lacada en negro de tres peldaños se eleva una construcción octogonal con cubierta, alcanzando el conjunto los 6,5 metros de altura y las ocho toneladas de peso. Normalmente se encuentra en el Shishinden, pabellón principal del antiguo Palacio Imperial de Kioto, y se ha transportado a Tokio tras ser desmontada. Sobre la plataforma situada encima de los peldaños esperan la espada y la joya, que son dos de los Tres Tesoros Imperiales, así como el sello personal del emperador y el sello de Japón, ambos utilizados para rubricar actos de Estado. El Emperador aparecerá elevado 1,3 metros respecto al nivel del suelo del Matsu-no-ma.
La Emperatriz se situará al lado del Emperador, en una estructura similar al takamikura llamada mi-chōdai (“asiento de honor”), que fue construida junto a aquella. Su altura es de 5,7 metros, es decir, algo menor que la primera, siendo su peso, de siete toneladas, también algo menor. Igualmente, su decoración es menos profusa.
En la anterior ocasión, sus Majestades accedieron a sus respectivos tronos utilizando el pasillo del borde anterior del salón, de manera que sus figuras pudieran ser vistas por los asistentes, pero en esta ocasión seguirán la ruta que era tradicional cuando la entronización se realizaba en Kioto, así que sus Majestades accederán a sus tronos desde la parte trasera.
Colores exquisitos para ropajes únicos
El Emperador llevará el ryūei, un tocado exclusivo de su dignidad con una característica pantalla estrecha y larga extendida hacia arriba, y vestirá un sokutai llamado kōrozen no go-hō teñido en marrón rojizo con la semilla del árbol de haze (Toxicodendron succedaneum, árbol de la cera japonés). Este color representa, según la tradición, el cénit del sol en su recorrido por el cielo. El príncipe Akishino, siguiente en la línea sucesoria, vestirá por su parte el mismo atuendo de color anaranjado que vistió en la anterior ceremonia su hermano, entonces príncipe heredero. También la Emperatriz llevará un elegante jūnihitoe, que se distinguirá por su color de los del resto de las mujeres de la familia imperial. Toda la tradicional ceremonial japonesa se verá así representada. Pero, en atención a los miembros de edad más avanzada de la familia, se permitirá también el uso de ropa occidental más cómoda.
Solemnidad en el patio interior
En el patio interior del Palacio se alzarán a izquierda y derecha 26 banderolas de vivos colores (rojo, blanco, azul, amarillo), algunas de las cuales llevarán bordadas en hilo de oro la inscripción “Banzai”. Estas banderolas, llamadas ban, suelen estar presentes en todas las ceremonias de la Casa Imperial. Entre ellas, algunas representan el sol y la luna, y otras muestran la forma estilizada de un crisantemo, emblema de la casa. En las ceremonias de entronización anteriores a la guerra, se veían también diseños de seres propios de la mitología sintoísta, pero desde la anterior edición se prescinde de ellos. Ante las banderolas formarán guerreros vestidos de época, que pondrán la nota marcial en la ceremonia con sus uniformes de época, espadas, arcos y escudos ceremoniales. Serán los propios funcionarios de la Agencia de la Casa Imperial quienes funjan de guardianes.
Una representación extranjera más nutrida que nunca
Las delegaciones extranjeras, entre las que habrá jefes de Estado y de Gobierno y otros altos dignatarios (Carlos, príncipe de Gales, el vicepresidente de la República Popular China Wáng Qíshān, etc) sumarán unas 600 personas, equivalentes a una cuarta parte de la asistencia, y representarán a cerca de 200 países y organizaciones multinacionales de todo el mundo, superando en 30 personas a las que se congregaron en la anterior ocasión. Para que todos puedan seguir de cerca los actos, se colocarán 30 grandes monitores de televisión en diferentes puntos.
Proclamación y saludo del primer ministro
A un toque de gong todos los asistentes se pondrán en pie y los velos que cubren ambos tronos se levantarán. El momento será saludado por los asistentes con sonidos de tambores. Cuando el primer ministro Abe avance hasta situarse frente al takamikura el Emperador hará uso de la palabra.
La costumbre de que sea el propio Emperador quien proclame su ascenso al trono se inició con el emperador Taishō (Yoshihito). Y desde la anterior edición, la proclamación ya no se hace en un rígido japonés de inspiración china, sino en un lenguaje más familiar y comprensible para todos.
Oídas las palabras del Emperador, el primer ministro Abe le dirigirá un mensaje de congratulación (yogoto). Y cuando este pronuncie la frase “go-sokui wo shukushite banzai” (“para celebrar la entronización, ¡banzai!”) los presentes se unirán en el triple banzai de rigor.
Desde la anterior edición, la participación del primer ministro en esta ceremonia sigue un estilo que difiere mucho del utilizado antes de la guerra. En la entronización del emperador Shōwa (Hirohito), que se realizó bajo la Constitución Meiji, el entonces primer ministro Tanaka Giichi vestía a la antigua y se presentaba en su discurso, que pronunciaba desde una posición baja en el patio elevando la mirada respetuosamente hacia el trono al entonar el banzai, como súbdito del Emperador. Pero desde la anterior edición el primer ministro viste el frac que lleva igualmente en el resto de las ceremonias de Estado y pronuncia su saludo desde el mismo salón donde se encuentra el Emperador, felicitándolo expresamente por su entronización y encabezando luego el multitudinario y triple banzai. Por cierto, los participantes extranjeros recibirán previamente una explicación y serán excusados de pronunciarlo.
El desfile, ceremonia de Estado
Se esperaba que una vez concluido este rito en el salón principal, el Emperador y la Emperatriz cambiaran sus trajes tradicionales por ropa occidental y, a partir de las 3.30 de la tarde, protagonizaran el desfile. No obstante, debido a los efectos devastadores del tifón número 19, conocido como Hagibis, el Gobierno decidió que este acto fuese trasladado al 10 de noviembre a las 3.00 de la tarde.
Ese día, la pareja imperial recorrerá los 4,6 kilómetros que separan el Palacio de su residencia de Akasaka (antiguo Tōgū Gosho o Palacio del Este) en un vehículo descubierto, recibiendo las felicitaciones del pueblo japonés. Este desfile es en realidad una más de las ceremonias de Estado, recibiendo el nombre de Shukuga onretsu no gi. El vehículo de sus majestades será secundado por el de los príncipes Akishino, el del primer ministro Abe y otros muchos. En la anterior ocasión desfilaron un total de 44 automóviles y se congregaron a lo largo del recorrido cerca de 120.000 personas.
El coche descubierto que llevará a sus majestades está fabricado por Toyota y tendrá una longitud de 5,34 metros y una anchura de 1,93 metros, dimensiones que lo hacen ligeramente más grande que el Rolls-Royce de la anterior ocasión. La comitiva partirá del aparcamiento del Palacio una vez hayan cesado los sones del himno nacional. El itinerario será: Seimon o Puerta Principal del Palacio Imperial - cruce de Sakuradamon - entrada principal del edificio de la Dieta (Parlamento) - frente a la Biblioteca Nacional - cruce de Hirakawa-chō - frente a la Puerta Sur de los terrenos del Palacio de Akasaka - cruce de Aoyama 1-chōme - Puerta Principal del Palacio de Akasaka - parking del Palacio de Akasaka. Se prevé que la comitiva llegue a su destino a las 4.00 de la tarde, momento en el que, una vez más, sonará el Kimi-ga-yo. Si el mal tiempo impide la celebración del desfile, será diferido al día 26, respetándose el mismo horario.
Varios banquetes para agasajar a todos
La noche del 22, principalmente los invitados de honor extranjeros que han asistido al acto en el salón principal participarán, junto a los asistentes japoneses, en un ceremonioso banquete que tendrá lugar a las 7.20 de la tarde en el Palacio Imperial. Los invitados extranjeros podrán primero examinar los dos tronos elevados en el Matsu-no-ma y después se dirigirán al salón Hōmeiden, donde tendrá lugar el ágape. Será una gastronomía japonesa con un toque occidental amenizada por los misteriosos sonidos de la gagaku, la antiquísima música de la corte nipona.
En compañía de sus invitados extranjeros los Emperadores pasarán, a continuación, al Shunjū-no-ma o Salón de la Primavera y el Otoño, donde les agradecerán su asistencia degustando algún refresco. Se prevé que la recepción dure hasta las 10.50 de la noche.
Este banquete, que entra también en la categoría de las ceremonias de Estado, se repetirá los días 25, 29 y 31 para poder atender a todos los invitados extranjeros que hayan estado presentes en la ceremonia de entronización. En la anterior ocasión se hicieron siete banquetes a lo largo de cuatro días. Esta vez, para aligerar la carga que soportarán sus Majestades, se ha reducido su número y además se ha establecido que los dos últimos sean de estilo bufé.
Fotografía del encabezado: la ceremonia del Sokuirei seiden no gi de la era Heisei. En el patio interior junto al Matsu-no-ma varios miembros de la Agencia de la Casa Imperial aparecen ataviados a la manera antigua. El 12 de noviembre de 1990. (Por cortesía del diario Mainichi y Aflo)