Panta y Zunō Keisatsu, leyendas del rock japonés: el correr de los tiempos
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El rock japonés sufrió inicialmente un periodo de retraso con respecto a las tendencias del rock nativo de Estados Unidos o del Reino Unido, pero con la llegada del rockabilly en la segunda mitad de los cincuenta, la tremenda fama del género group sounds (abreviado como GS; una mezcla de canciones tradicionales japonesas con rock occidental) en la segunda mitad de los sesenta, comenzó a desarrollarse a gran escala a partir de los setenta. Uno de los grupos de vanguardia en aquel momento fue Zunō Keisatsu (Policía cerebral), formado en diciembre de 1969 por cuatro miembros, de los cuales Panta (voz y guitarra) y Toshi (batería y percusión) conformaban el núcleo.
“Creo que 1969 fue un gran año. Antes solía pensar que aquel había sido un año revolucionario, con (el festival de) Woodstock y todo aquello, pero con la perspectiva del tiempo, al mirar atrás, me doy cuenta de que aquel fue el punto de inflexión tras el que nos dirigimos hacia el final de ese tipo de eventos de amor y paz. Zunō Keisatsu surgió en un momento en el que por todo el mundo el fuego de los movimientos de insurgencia se iba apagando. Quizá por eso parecíamos tremendamente radicales”.
Durante el medio siglo que ha pasado desde entonces, siempre se ha podido hablar de Zunō Keisatsu en términos de radicalidad. En zk / Zunō Keisatsu 50 - mirai e no kodō (zk Zunō Keisatsu 50 - El pulso hacia el futuro, dirigida por Suenaga Ken), los propios miembros del grupo y otras personas relacionadas recuerdan diversos episodios que llegaron a convertirse en leyendas de la historia del rock japonés, desde la formación de la banda, pasando por su disolución, su posterior reunión, el hiato y la vuelta a su actividad, sin pausa hasta el presente.
Nada de blues; hagamos rock en japonés
Una de esas leyendas es el famoso “caso de la masturbación”, poco después del debut del grupo. La revista Heibon Punch informó sobre el escándalo: Zunō Keisatsu actuaban como uno de los grupos más populares en un festival llamado Nichigeki Western Carnival, y mientras tocaban en el escenario decidieron airear y frotar sus genitales; de ese modo comenzó a extenderse la fama del grupo. En el documental esa anécdota la narran algunos componentes clave del movimiento del GS de la época; lo hacen con tranquilidad, como si se tratara de una reunión de antiguos alumnos.
Panta expresa sus sentimientos sobre aquella época de incesantes actuaciones provocativas diciendo: “Quería devolverles el favor a los países occidentales haciendo rock”. A medida que escuchaba bandas populares del momento influidas por la música negra, como The Rolling Stones y The Spencer Davis Group, iba enamorándose del blues, en cierto modo las verdaderas raíces de ese rock, pero también dudaba de que aquello fuera lo que él realmente debía hacer.
“Cuando tenía dieciocho años, me preocupaba mucho cómo entender el blues. No se trata de simple música pop; es música que surgió de la historia racista de Estados Unidos. En esa época me enteré de que los negros que habían llevado a América los blancos como esclavos no cantaban claramente para que los blancos no entendieran las letras de las canciones. ¿Cómo queríamos unos niñatos asiáticos como nosotros pretender hacer aquel tipo de música? ¿Poniéndonos la misma ropa? Por eso decidí abandonar el blues, una música que adoro”.
Así fue como en 1969 Panta llegó con 19 años, recién formado Zunō Keisatsu, a la escena musical japonesa, en la que lo que estaba de moda eran las canciones populares y el enka; decidido a eliminar aquel elemento “negro” de su música, optó por hacer un rock que no imitara a Occidente.
“En el principio era el verbo. En una canción hay una letra, y la melodía y el ritmo van vinculados a ella. Por eso pensé que si cantaba en inglés, un idioma que ni siquiera entendía, aquello no iría a ninguna parte. Al hacer rock en japonés me salían palabras como bakayarō (idiota) o fuzakerunja nēyo (no me toques las narices) de forma natural”.
Aunque las letras eran provocativas también transmitían las cualidades literarias de Panta. Muchas reflejaban la situación política del momento. Tres de esas canciones, que incluyen citas directas del manifiesto del Ejército Rojo de la Alianza Comunista, -Sekai kakumei sensō sengen (Declaración de guerra revolucionaria internacional), Sekigun heishi no shi (Poema del soldado del Ejército Rojo) y Jū wo tore (Agarra la pistola)- se conocen como la Trilogía de la revolución; gracias a ellas la banda recibió un gran apoyo por parte de los estudiantes y activistas de la izquierda.
Censura, disolución y reunión
Eventualmente, pese a tratarse de una formación minimalista, con Panta a la guitarra y Toshi a los bongos, el dúo empezó a actuar en los primeros festivales de rock de Japón, en festivales universitarios y en eventos políticos. El primer álbum, grabado en directo, se lanzó en marzo de 1972, y la icónica portada mostraba un montaje fotográfico en el que se podía ver al sospechoso principal del famoso Robo de los 300 millones de yenes (de 1968, el mayor robo de la historia de Japón, en aquel momento) disfrazado de oficial de policía.
Sin embargo, justo antes de ese debut, el Incidente Asama-Sansō (un atrincheramiento con rehén, en febrero de 1972) había aterrado al archipiélago japonés entero, de modo que las letras de la Trilogía de la revolución se consideraron problemáticas, y se suspendió la venta del disco. La segunda versión del álbum, lanzada dos meses después, también fue recogida y eliminada en menos de un mes. La tercera, lanzada en octubre, finalmente se convirtió en el verdadero debut de la banda, pero la imagen escandalosa de “banda prohibida” ya se había adelantado a la música misma.
“Está en el destino de un artista luchar siempre contra las imágenes creadas. Nos invitaban a actuar en muchos festivales universitarios, pero por mucho tiempo que pasara, si no cantábamos la Declaración de guerra revolucionaria internacional no nos dejaban terminar. No es que la cantáramos como una de esas canciones de éxito que tenían otros grupos; lo cierto es que era una canción que deberíamos haber tocado por última vez en el Hibiya (un mitin político celebrado en la Sala de conciertos al aire libre de Hibiya). Durante los siguientes tres años nos persiguió esa imagen, y se hizo algo insoportable. Terminamos por disolvernos en la Noche Vieja de 1975”.
Incluso después de la disolución del grupo Panta demostró su talento como compositor, continuó trabajando en solitario y con nuevas formaciones, escribiendo canciones para otros artistas e incluso produciendo idols. También sucedió que los fanáticos de Zunō Keisatsu llegaron a boicotear el lanzamiento de un álbum en solitario de Panta que incluía únicamente canciones de amor. Después de sacar R-E-D en 1986 y Kurisutaru nahato (Kristallnacht, “la noche de los cristales rotos”) en 1987, comenzó a pensar de pronto en una reunión de Zunō Keisatsu.
“Cuando tocaba canciones de esa época en directo, de algún modo no terminaban de encajar bien con lo que estaba haciendo en solitario. Lo único que encajaba realmente bien eran los temas de Zunō Keisatsu. Aquella época olía de nuevo a quemado… El Muro de Berlín cayó en 1989; me daba la impresión de que el mundo estaba en el lugar perfecto para que sonara de nuevo nuestra música”.
Cuando Panda propuso la reunión, Toshi le pidió que esperase un año; en 1990 Zunō Keisatsu se juntó tras quince años separados, con la incorporación de nuevos miembros. Sin embargo, tras grabar dos discos y hacer giras por todo el país, entraron en un hiato de unos diez años. A partir de 2001 Panta empezó a dedicar parte de su tiempo, de forma intermitente, a Zunō Keisatsu, al tiempo que continuaba con su trabajo en solitario. Y en 2019, cuando la banda cumplía cincuenta años, la puso de nuevo en marcha en colaboración con músicos jóvenes nacidos después de 1990. ¿Sentía quizá que los tiempos de nuevo “olían a quemado”?
“No, lo cierto es que la época me da igual. Hago lo que quiero hacer, y eso a veces va en sincronía con los tiempos. Solo sigo creyendo que lo mejor es hacer que uno quiere, lo que le sale de forma natural”.
Desde los orígenes de la experiencia musical hacia el futuro
Al principio de la película se cuenta un episodio que nos muestra cómo Panta ha alcanzado ese estado natural. Se trata de los recuerdos sobre el origen de la experiencia musical de un hombre que ha vivido el mundo del rock japonés durante medio siglo, desde sus albores.
“Me encantaban Elvis Presley y el pop de Estados Unidos cuando estaba en la escuela primaria, y escuché por primera vez los Beatles en 1964, cuando tenía catorce años. Si no hubiera escuchado esa música no estaría hoy aquí, pero un buen día, recordando, me di cuenta de que todo aquello venía de mucho antes”.
Lo que se revela en este punto es un hecho sorprendente: el padre de Panta trabajaba en una base militar estadounidense. Este rebelde rockero, que enloqueció en su día a la izquierda radical que luchaba con fervor en las manifestaciones contra el Tratado de Cooperación Mutua y Seguridad entre Estados Unidos y Japón, en realidad jugaba con tanques de verdad en una base estadounidense, cuando era un niño.
“Mi compañero de juegos era el mejor amigo de mi padre, el sargento Merrick. Una vez, cansado ya de jugar, se recostó en una colina y tocó la armónica bajo el sol poniente. Cuando lo escuché fue como si una descarga eléctrica recorriera mi cuerpo. Más tarde supe que se trataba de “My Old Kentucky Home, Goodnight”. Aquel fue mi primer encuentro real con la música, y cuando pienso en mi música creo que queda un cierto sabor a Stephen Foster en partes de las canciones. Quizá la gente no se dé cuenta, pero yo sí. Ese es el origen de todo”.
Después de esa primera experiencia Panta sintió el impacto de artistas como Presley y los Beatles casi en tiempo real, y fue creciendo al tiempo que lo hacía el propio rock. Es testigo vivo de la época, y también crea y toca canciones nuevas con músicos nacidos en la era Heisei, capaces de ver la historia del rock a vista de pájaro. Uno de los mejores aspectos de este documental son esas escenas numerosas en las que se ve cómo la música trasciende las generaciones.
Al parecer el final de la película se agregó a la carrera, a medida que el nuevo coronavirus empezaba a asolar el mundo. En ese final se escucha nueva canción titulada “Zekkei kana”, grabada en directo, sin público, aunque inicialmente estaba planeado hacer un concierto en el lugar; el tema va fluyendo a través de varios pensamientos.
“Creo que, cuando logremos superar toda esta confusión, el futuro nos deparará una vista espectacular. Durante estos cincuenta años he pensado a menudo que el mundo seguiría siendo el mismo, pero con el coronavirus está claro que el mundo va a cambiar. Las manifestaciones contra la discriminación de los negros en Estados Unidos nacieron del coronavirus; no se puede volver atrás. Todos nos preguntamos cómo va a ser todo; el rock también se verá afectado, por supuesto. La forma de hacer conciertos también cambiará. Me interesa saber en qué se convertirá la música en sí. ¡Tendrá que coexistir con el virus, con la IA (inteligencia artificial)!”
Panta dice estar prestando atención a la era de la IA hacia la que se dirige la humanidad. Parece alegrarle saber que será un tiempo en el que los músicos virtuales podrán impresionar a su público escribiendo canciones y tocándolas sin siquiera sudar. ¿Ya no es maravilloso para Panta estar frente a la gente e interpretar sus canciones con su propia voz?
“Si esos lugares deben desaparecer, que desaparezcan. Si lo hacen, surgirán otros intereses diferentes. En parte sí mantengo una fuerte voluntad, pero también hay otra parte de mí que fluye, flexible, con los tiempos. Se trata del viejo panta rei (“todo fluye”, concepto de Heráclito). No podemos luchar contra los vientos del cambio. Yo tengo mis raíces, pero creo que seguiré viviendo con el correr de los tiempos, como una caña que se mece en la orilla del río”.
Imágenes: Hanai Tomoko
Texto: Matsumoto Takuya (Nippon.com)
Información de la película
- Reparto: Zunō Keisatsu (Panta, Toshi, Sawa Ryūji, Miyata Gaku, Higuchi Motonosuke, Ōkubo Kei) y personas relacionadas con la banda
- Dirección y edición: Suenaga Ken
- Diseño de producción: Dogsugar
- Producción: Dogsugar, Uzumasa
- Distribución: Uzumasa
- Página web oficial (en japonés): http://www.dogsugar.co.jp/zk.html
- Año de producción: 2020
- País: Japón
- Duración: 100 minutos
- Estreno: 18 de julio de 2020 en la sala K’s cinema de Shinjuku, Tokio