El encanto de los espacios libres: ‘Un viaje por las casas de té de Japón’, de Fujimori Terunobu y Hana
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Las casas de té, espacios diminutos con un estilo arquitectónico particular
Uno de los autores es Fujimori Terunobu, nacido en la prefectura de Nagano en 1946 y profesor emérito de la Universidad de Tokio. Verdadera eminencia de la arquitectura mundial y conocido por sus originales creaciones, entre sus obras escritas se encuentra Fujimori Terunobu no chashitsu gaku (Estudio de las casas de té de Fujimori Terunobu); el arquitecto cuenta con un profundo conocimiento de la chadō, la ceremonia del té.
La otra autora es Hana, quien a los dos años comenzó a asistir a una escuela internacional en Yokohama y trabaja como modelo desde los 17. En 2016 empezó a practicar la ceremonia del té y publicó el libro Kyō mo okeiko biyori (Hoy también es un buen día para una lección). Estudió Bellas Artes en la Universidad Sophia y es embajadora y promotora de los tesoros nacionales de Japón.
Durante año y medio estos dos conocedores del mundo del té visitaron 21 chashitsu en nueve prefecturas, como Aichi, Kioto, Nara, Shiga, Ishikawa y Mie. En este libro se recopila una serie de artículos revisados y añadidos en forma de memorias de viaje en diálogo, originalmente publicados en la revista Nagomi (volúmenes entre mayo de 2022 y diciembre de 2023). También cuenta con un gran número de fotografías a color de chashitsu que normalmente no están abiertos al público en general, por lo que a través de esta obra el lector podrá apreciarlos como si realmente los hubiera visitado.
Los chashitsu son un tipo de construcción japonesa única en el mundo que se usa exclusivamente para beber té. Así es como los describe Fujimori en el prólogo del libro.
Sen no Rikyū (1522-1591), maestro del té, creó un estilo arquitectónico especializado para invitar a ciertas personas a disfrutar el té que él mismo preparaba. Las chashitsu, o casas de té, consisten en una habitación pequeña inspirada en las chozas iori, con techos de paja y una dimensión típica de cuatro esteras tatami y media (el tamaño exacto depende del tipo de tatami, pero se halla entre los siete y los ocho metros cuadrados, aproximadamente), aunque Sen no Rikyū la redujo aún más.
En Ōyamazaki-chō, prefectura de Kioto, sobrevive la casa de té Taian, con un tamaño de dos tatami, supuestamente construida por el propio Sen no Rikyū. Es la más antigua aún en pie, designada tesoro nacional de Japón. En ella se condensan los ideales de Rikyū. También se cree que la construyó exclusivamente para Toyotomi Hideyoshi, de quien era aliado en ese entonces. El té de Rikyū está vinculado con el budismo zen, por lo que se cree que el espacio cerrado del chashitsu era también un lugar de introspección.
Joan, un chashitsu tesoro nacional construido por el hermano de sangre de Oda Nobunaga
El primer chashitsu que visitaron los autores es Joan, tesoro nacional que se encuentra en el jardín japonés Urakuen, en la ciudad de Inuyama (prefectura de Aichi). Fue construido por Oda Urakusai (1547-1621), discípulo mayor de Rikyū, oriundo de la provincia de Owari (actual prefectura de Aichi).
Fujimori nos dice que, a pesar de ser hermano menor de sangre de Oda Nobunaga, general del periodo Sengoku (“de los Estados Beligerantes”), la guerra no era el fuerte de Urakusai, quien prefería el mundo del té y la cultura. En Joan se concentran muchos detalles particulares, como las ventanas, y Hana la califica como una casa de té en la que se pueden apreciar muchos de los encantos de Uraku.
Joan fue construido por Urakusai al retirarse en el pabellón Shoden’in del templo Kenninji, en Higashiyama, Kioto. Durante el periodo Meiji (1868-1912) fue adquirido por los Mitsui, una familia de prósperos comerciantes, y desde 1972 se encuentra en Urakuen, tal como lo conocemos en nuestros días. Cabe mencionar que, al parecer, Joan deriva del nombre que recibió Urakusai al ser bautizado cristiano.
Casas de té, estilo Hideyoshi o con baño, que sobreviven hasta nuestros días
Se cuenta que Hideyoshi le ordenó a Rikyū suicidarse haciendo seppuku en 1591. Los chashitsu Shiguretei y Karakasatei, construidos por Hideyoshi en el castillo de Fushimi, se encuentran actualmente en el templo Kōdai, en el distrito de Higashiyama (ciudad de Kioto). Nejikagonoseki, el sobrio chashitsu que se encontraba en la casa de campo del vasallo principal del dominio de Owari fue trasladada al Museo de Arte de Shōwa, en la ciudad de Nagoya. El chashitsu Kokyūan, en la ciudad de Kyōtanabe (prefectura de Kioto) fue la última morada de Ikkyū Sōjun, monje zen del periodo Muromachi (1336-1573), conocido como Ikkyū-san.
También son muy interesantes las anécdotas de famosos chashitsu que aparecen en este libro. La casa de té Shōkadō, en la ciudad de Yawata (prefectura de Kioto), fue construida por el monje budista de principios del periodo Edo (1603-1868) Shōkadō Shōjō, tras retirarse de sus labores en el santuario Iwashimizu Hachimangū. En 1933, el fundador del restaurante Kitchō, que participaba en una ceremonia del té en el lugar, observó una caja con cuatro divisiones y pensó que podía usarse como recipiente para comida. Así fue como nació el shōkadō bentō, una caja de almuerzo.
También sobrevive una casa de té con bañera en la ciudad de Matsue, en la prefectura de Shimane. Se trata de Kanden’an, un chashitsu construido por Matsudaira Harusato (1751-1818), señor feudal del dominio de Matsue y un gran maestro del té conocido como Fumaikō, para la familia Arisawa, principal vasallo del dominio. Allí existe un baño de vapor que consiste en agua vertida sobre piedras calientes, algo que se acerca a la idea actual de una sauna.
Chashitsu originales creados por el propio autor
Para culminar su viaje, estos dos conocedores visitaron los chashitsu de Fujimori, en la ciudad de Chino, en la prefectura de Nagano, lugar de origen del arquitecto. Goan es un chashitsu al que se sube por una escalerilla y que mide cuatro tatamis y medio. Soratobudorobune se sostiene con cables a 3,5 m sobre el nivel de la tierra. Estos son dos de cuatro chashitsu que se encuentran en la misma zona. Algunos también cuentan con mesas y sillas, y se pueden considerar salones de té del siglo XXI diseñados con la libertad de ideas característica de Fujimori.
Los chashitsu no siempre han medido dos tatami. Urakusai, a pesar de ser discípulo de Rikyū, consideraba que tener a los participantes de la ceremonia del té en un espacio tan reducido como un tatami y medio, o dos y medio, era casi un castigo, y se oponía a reducir el tamaño de los chashitsu sin una justificación razonable. Algunos de los salones de té que se mencionan en este libro miden cuatro tatamis y siguen varios estilos.
Después de esta peregrinación por las casas de té, Hana reflexionaba sobre la experiencia de esta manera:
“¿Cómo se desarrollarán a partir de ahora los chashitsu, desde aquel Taian diseñado por Rikyū, para que el visitante pueda concentrarse en el tazón de té que tiene ante sí? ¿Quizá regresen a las ideas de Rikyū? Poder haber viajado de la mano del profesor Fujimori por la historia de los chashitsu fue una gran oportunidad para conocer el mundo del té chanoyu”.
El fogón de los chashitsu, una herencia del periodo Jōmon
Fujimori nos dice que ha llegado a la conclusión de que el fuego es el corazón de los chashitsu. Los salones de té diseñados por Rikyū siempre cuentan con un fogón en el que se prende fuego con carbón. Fujimori explica desde este punto de vista particular la relación entre la historia de la vivienda en Japón y los chashitsu:
La arquitectura de las viviendas de la gente de a pie es una herencia de las casas en zanja del periodo prehistórico Jōmon; en ellas el fuego es el centro de la casa, y la gente lo usa para preparar sus comidas y reunirse en torno al calor. En contraste, las viviendas con suelo estilo shinden-zukuri o shoin-zukuri tienen su origen en los palafitos, una arquitectura de suelo elevado del periodo Yayoi que siguió al periodo Jōmon. En ellas el fuego está alejado del centro de la casa, en un espacio apartado de menor nivel y suelo de tierra que manejaban principalmente los empleados. Originalmente en el mundo del té eran también los sirvientes, y no el anfitrión, quienes hervían el agua y la llevaban al salón.
Rikyū dio un giro de 180 grados a esta práctica. Según su estilo, el propio anfitrión preparaba el fuego con carbón y servía el té a los visitantes. El fogón de los chashitsu, el fuego, es pues herencia de las casas en zanja del periodo Jōmon.
En ese espacio estrecho y cerrado, el chashitsu, Rikyū produjo una revolución social de la cultura. Perfeccionó el estilo wabicha de té, representativo de Japón, con la máxima expresión de espiritualidad. Sin embargo, es probable que en las casas de té también se haya hablado de los asuntos turbios de la política. Originalmente, los chashitsu eran frecuentados principalmente por hombres, pero ahora hay muchas mujeres. Hana asegura que los chashitsu gozan de gran libertad, en ese sentido.
Nippon chashitsu journey (Un viaje por los salones de té de Japón)
Editorial Tankōsha
Publicado el 18 de septiembre de 2024
Tamaño A5, 224 páginas
Precio: 2.420 yenes (IVA incluido)
ISBN:978-4-473-04642-0
(Artículo traducido al español del original en japonés.)
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