La línea Yamanote, joya del sistema de transporte de Tokio

Turismo

La línea Yamanote es quizá el servicio de tren más famoso de Japón. Sus treinta estaciones, incluyendo la recién construida Takanawa Gateway, rodean el corazón de Tokio y definen el carácter polifacético de la ciudad.

Circuito en torno al corazón de la ciudad

Tokio cuenta con docenas de líneas ferroviarias y una extensa red de metro, pero la línea JR Yamanote es quizá la más prominente de todas. Un bucle que rodea el corazón de Tokio y conecta las principales estaciones y subcentros de la ciudad, incluyendo Shibuya, Shinjuku, Ikebukuro, Ueno y Tokio, la Yamanote se ha vuelto esencial para la vida de los tokiotas.

La línea actual mide 34,5 kilómetros, con trenes que se mueven en sentido horario en las vías exteriores y antihorario en las interiores. Sin embargo, la Yamanote tardó cuarenta años en convertirse en el bucle circular que conocemos hoy día.

La línea Shinagawa, predecesora de la Yamanote, comenzó a funcionar en 1885 entre las estaciones de Shinagawa y Akabane. En aquella época Japón promocionaba la exportación de seda, tejidos de seda y otros productos, y los trenes eran la forma más rápida de transportar esos productos desde la prefectura de Gunma, donde la sericultura y las industrias de hilado de seda florecían, hasta el puerto comercial de Yokohama, en la prefectura de Kanagawa.

En 1872 la primera línea ferroviaria de Japón se había inaugurado entre las estaciones de Yokohama y Shinbashi, en Tokio. Después, en 1883, la línea Takasaki resolvió el problema de llevar la seda de Takasaki, Gunma, a Ueno, Tokio. Sin embargo esas dos líneas no estaban directamente conectadas, de modo que dos años más tarde Nippon Tetsudō (la primera empresa ferroviaria del país) desarrolló la línea Shinagawa como eslabón perdido entre ambas. Dicho de otro modo, la Yamanote se usó primero como línea de carga, y no de pasajeros.

Se fueron añadiendo más estaciones en los siguientes cuarenta años (en el proceso el nombre de la línea cambió a Yamanote, en 1909), hasta que se completó por fin el bucle en 1925 con la construcción del tramo que va de Ueno a Kanda. El año 2025 marcará el centenario de la finalización de la línea Yamanote.

Para ser exactos, la línea Yamanote “de verdad” se limita a la sección occidental de 20,6 kilómetros que se extiende entre Tabata y Shinagawa. Incluso hoy día, si uno visita la estación de Shinagawa, puede encontrar aún la marca del “kilómetro 0” instalada originalmente para indicar el punto de partida de la línea. Esto explica también su nombre: Yamanote (literalmente, el “lado montañoso”) se refiere a la zona ligeramente elevada donde se encuentran los distritos occidentales, como Shibuya, Shinjuku o Ikebukuro.

Hoy día el kilómetro 0 de la Yamanote se halla en la estación de Tokio, entre las plataformas 4 y 5, donde ha estado el marcador desde que la estación celebrara su quincuagésimo quinto aniversario, en 1969. (© Pixta)
Hoy día el kilómetro 0 de la Yamanote se halla en la estación de Tokio, entre las plataformas 4 y 5, donde ha estado el marcador desde que la estación celebrara su quincuagésimo quinto aniversario, en 1969. (© Pixta)

Solo los trabajadores del ferrocarril y los fanáticos de los trenes saben que la sección entre Tabata y Tokio pertenece en realidad a la línea principal Tōhoku, y el tramo entre Tokio y Shinagawa pertenece a la línea Tōkaidō. Por supuesto el pasajero no necesita saber este detalle para disfrutar del viaje. A efectos prácticos, se puede dar vueltas en cualquier dirección sin cambiar de trenes hasta que se quiera; al menos desde el primer tren, a las 4:26 a.m., y el último, a la 1:04 a.m. (horarios de octubre de 2024) del día siguiente, cuando la línea se detiene para realizar su mantenimiento.

El único paso a nivel que queda en la Yamanote se encuentra entre las estaciones de Tabata y Komagome. (© Gianni Simone)
El único paso a nivel que queda en la Yamanote se encuentra entre las estaciones de Tabata y Komagome. (© Gianni Simone)

Los pilares que sujetan los tejados y arcos que los conectan, en la estación de Tabata, son en realidad viejos raíles reciclados. (© Gianni Simone)
Los pilares que sujetan los tejados y arcos que los conectan, en la estación de Tabata, son en realidad viejos raíles reciclados. (© Gianni Simone)

Tokio tiene la reputación de ser una metrópoli caótica debido a su aspecto y a la falta de planificación urbana coordinada. Esta evaluación es muy somera, no obstante: se basa en estereotipos occidentales sobre qué aspecto debe tener una ciudad. Su orden no es visual, claramente, sino de otro tipo.

Tokio es de hecho un sistema metropolitano extremadamente complejo que funciona como un reloj. Se encuentra entre los lugares más seguros y fiables del mundo. Su sistema ferroviario es el elemento que mejor representa ese orden, y en su centro se halla la Yamanote.

Recordando el crecimiento de la Yamanote

A lo largo de su historia, la línea ha crecido al mismo paso que la ciudad, y de igual modo que se suele comparar a Tokio con un organismo vivo y en eterno cambio, la Yamanote se puede considerar su corazón latiente: un corazón que se ha desarrollado progresivamente para atender a la gran conurbación de Tokio, una vasta región metropolitana que cobija a más de treinta millones de personas. Día y noche, siguiendo las contracciones de la ciudad, el músculo de la Yamanote sigue bombeando la sangre de su circuito.

Un gran número de líneas de tren y metro cruzan Tokio, pero la Yamanote sigue siendo la más icónica. No solo rodea el centro histórico de la ciudad, sino que también sirve como lanzadera para las numerosas líneas privadas que operan empresas como Tōkyū, Odakyū, Keiō o Tōbu, líneas que parten del bucle hacia los vastos suburbios que rodean la capital. Se puede considerar una rueda que gira, o un centro de distribución en el que se clasifica a las personas y se las envía en todas las direcciones cardinales a lo largo de los radios, para que lleguen a sus destinos y cumplan con sus obligaciones.

Las estaciones de la línea circular Yamanote. (© PIXTA)
Las estaciones de la línea circular Yamanote. (© PIXTA)

Como el mayor sistema de transporte sobre el suelo del centro de Tokio, la Yamanote también refleja la historia de la ciudad a lo largo del siglo XX. Algunas de las estaciones de la Yamanote han reflejado en verdad los cambios de la nación, grabándose en las vidas laborales y emocionales de sus habitantes.

En las décadas de los cincuenta y los sesenta, en medio de la gran expansión económica, cientos de miles de jóvenes del norte del país que se acababan de graduar de la escuela secundaria y del instituto (los llamados “huevos de oro”) llegaban a la estación de Ueno en trenes dedicados a la búsqueda de trabajo; miles de estudiantes se congregaban en el subsuelo de la salida oeste de la estación de Shinjuku, cuando no luchaban rabiosamente contra la policía. En los noventa grupos de jóvenes extranjeros subían a la Yamanote en Shibuya o Harajuku y montaban fiestas improvisadas de Halloween en el tren.

Hubo un tiempo, en los comienzos del ferrocarril, cuando la gente creía que si uno viajaba a más velocidad que 50 kilómetros por hora, por ejemplo, podría llegar a explotar y quedar hecho añicos sobre las vías. La Yamanote llega hoy día a los 90 kilómetros por hora, pero no resulta nada peligroso. Por el contrario, este tiovivo sobre ruedas ofrece a las multitudes estresadas un tiempo bien merecido para la ensoñación y la tranquilidad del alma.

O si el viajero tiene talento para la poesía, puede imaginar la Yamanote como un cinturón de asteroides que, en lugar de separar a los amantes como hace la Vía Láctea en el famoso cuento chino, lleva a millones de parejas de cualquier edad a sus encuentros románticos por todo Tokio.

Para los afortunados pasajeros que logran sentarse la línea se convierte en un descanso temporal del estrés del trabajo, de las agresivas compras, las fiestas salvajes o las responsabilidades domésticas. Es una lástima que la mayoría de la gente pase el tiempo con la nariz pegada a su smartphone o durmiendo, y se pierda así la oportunidad de ver Tokio desde una perspectiva diferente.

Se tarda cerca de una hora en completar el circuito de 34,5 kilómetros. Pocas personas se quedan para el bucle entero, pero para los recién llegados a la ciudad un viaje en la Yamanote es una forma simple y barata de conocer esta ciudad multidimensional: la vuelta al bucle les hará darse cuenta de la variedad que contiene Tokio.

La estatua del Manneken Pis, en la estación de Hamamatsuchō, lleva un traje diferente cada mes. (© Gianni Simone)
La estatua del Manneken Pis, en la estación de Hamamatsuchō, lleva un traje diferente cada mes. (© Gianni Simone)

Nippori, por ejemplo, se halla a solo veinte minutos de Shinjuku, pero ambas estaciones no podrían ser más diferentes: la primera es parte de la vieja zona de barrios populares del este —los llamados shitamachi—, mientras que la segunda es un símbolo de los distritos de mayor poder adquisitivo, por lo general, del oeste, la mencionada zona yamanote. Cualquiera puede usar el tren para explorar Tokio. Y una vez sienta la confianza suficiente puede decidir bajarse y seguir la Yamanote a pie.

El área cubierta por la línea Yamanote no es excesivamente amplia, pero es un lugar de extremos. Por ejemplo, el viajero puede hallarse en Shinjuku, la estación más transitada del mundo (3,5 millones de usuarios al día, según datos de 2019), pero si sube a la vía exterior de la Yamanote tras apenas veinte minutos llegará a la parada más tranquila de la línea: Uguisudani (23.234 usuarios al día, según datos de 2023).

La estación de Uguisudani. (© Gianni Simone)
La estación de Uguisudani. (© Gianni Simone)

En general el norte de Tokio cuenta con algunas de las estaciones menos usadas. Por otro lado, si uno quiere admirar los edificios de estación más bellos, tendrá que visitar la estación central de Tokio, hermosa y monumental, o dirigirse al sur y bajarse en la elegante Takanawa Gateway, la trigésima estación, y la de más reciente apertura (2020), diseñada por el arquitecto de renombre mundial Kuma Kengo.

La recién construida estación de Takanawa Gateway, del arquitecto Kuma Kengo. (© Gianni Simone)
La recién construida estación de Takanawa Gateway, del arquitecto Kuma Kengo. (© Gianni Simone)

Al final la Yamanote es un portal a través del cual un sinfín de personas pasan en todo tipo de misiones, cada una con su propia historia. Son esas historias —el factor humano— las que esconden el secreto del encanto de la línea.

(Artículo traducido al español del original en inglés. Imagen del encabezado: la serie E235 de trenes de la línea Yamanote - © Pixta.)

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