Al encuentro de las imágenes budistas
El buda Miroku de la Roca
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Ese tranquilo semblante que tantas tormentas de nieve ha debido de arrostrar rebosa ternura. Es el gran relieve del bodhisattva Miroku (sánscrito: Maitreya), esculpido en una pared rocosa que se yergue al otro lado del río Udagawa, cerca del recinto del Ōnodera (Ōnoji), un antiguo templo adscrito a la escuela Murouji de la secta Shingon, en la ciudad de Uda (prefectura de Nara).
Utilizando andamios de madera o bambú, se esculpió una aureola de más de 13 metros de altura y, en su interior, alisando primero la roca, una imagen de Miroku de 11,5 metros. Aunque es algo menor que el Gran Buda del templo de Tōdaiji, de 15 metros, se lo considera el mayor entre los relieves en roca viva de Japón. Con la túnica colgando de un hombro, el buda inclina la cabeza hacia el lado derecho. Su mirada de ojos rasgados parece alcanzar benévolamente a todos los seres vivos. Sus dos pies descansan sobre sendos pedestales de loto, un esquema artístico llamado fumiwari rengeza.
La tradición dice que el templo de Ōnodera fue creado en el periodo Asuka (siglos VI-VII) por En no Ozuno, iniciador de la práctica ascética del shugendō, y que fue Kūkai, conocido también como Kōbō Daishi, quien construyó sus edificios ya en el periodo Heian (794-1185). Se dice que Kūkai lo llamó Jison’in Mirokuji, nombre que enfatiza la venerabilidad del boshisattva Miroku.
Teniendo un fundador común (En no Ozuno) y una profunda relación con el gran maestro Kūkai, parece evidente que entre este templo y el de Murouji hubo una estrecha relación desde antiguo. Los peregrinos que se dirigían al famoso Murouji pasaban primero por el Ōnodera, situado a 3,5 kilómetros al noroeste, y solían hacer en él una parada. Por esta razón, se le conoce también como la “Gran Puerta Oeste del Murouji”.
La imagen de la roca, que data del año 1207 (comienzos del periodo Kamakura, 1185-1333), se hizo a instancias del monje Gaen, del templo de Kōfukuji. Se cree que se tomó como modelo el Miroku que se guarda como imagen principal en el templo de Kasagidera de Kioto, una talla del periodo Asuka. Su autor fue el maestro tallista de la escuela Kei (Keiha) Sōkei, que contó con la ayuda de artesanos chinos que habían venido a Japón para trabajar en la reconstrucción del Tōdaiji. En la ceremonia de consagración de la imagen, llevada a cabo el 7 del tercer mes de 1209, estuvo presente el emperador retirado Gotoba.
Entre las imágenes de budas talladas en Japón hasta el periodo Heian, había muchas en roca viva, pero a partir del periodo Kamakura se hizo más común extraer bloques de piedra para hacer esculturas exentas (de bulto redondo). Este hecho le da a esta imagen delineada sobre la roca un valor añadido, ya que data, como se ha dicho, del periodo Kamakura. En la belleza de sus líneas se ve la influencia del nuevo estilo de imaginería budista que acababa de llegar de la China Song, que conseguía plasmar de forma muy efectiva los más suaves movimientos. Es, pues, una obra maestra de depurado estilo.
Una pétrea presencia que se materializa súbitamente en medio de estos apartados y montuosos parajes. ¿Con qué sentimientos lo contemplarían los viajeros de la antigüedad?
Buda Miroku de la Roca (buda en piedra del templo Ōnodera)
- Nombre en japonés: Miroku magaibutsu (Ōnodera sekibutsu)
- Altura: 11,5 metros
- Época: Periodo Kamakura
- Propietario: Templo de Ōnodera
- Grado de protección: Patrimonio histórico nacional, bajo el nombre de Buda en piedra del templo Ōnodera
Fotografía del encabezado: Buda Miroku de la Roca (Buda en piedra del templo de Ōnodera). (Fotografía: Muda Tomohiro).
(Traducido al español del original en japonés.)