
Arte y bienestar social: buscando soluciones a desafíos sociales
Meguridō, un proyecto en el que renacen materiales de pintura de segunda mano
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Limpiar, limpiar y pulir
El Museo de Arte Mizunoki se encuentra en una esquina del pasaje comercial de Kitamachi, en la ciudad de Kameoka (prefectura de Kioto). Al subir las escaleras del edificio de enfrente el visitante encontrará un pequeño cuarto repleto de juegos de pinturas, crayones, marcos y figuras de yeso un poco viejos. A primera vista podría parecer que ha entrado al estudio de algún artista, pero incluso siendo ese el caso, se trata de demasiados materiales.
Primero aparece un joven que nos saluda, seguido de una mujer. Al final se reúnen seis personas alrededor de una mesa donde, con telas humedecidas con alcohol, empiezan a limpiar con mucha naturalidad lápices, cinceles y otros materiales sucios.
Los miembros de Meguridō trabajando en una mesa redonda.
Los materiales ya limpios se clasifican según su estado.
Este es el espacio de trabajo de Meguridō, un proyecto de reciclaje de materiales de pintura. Los encargados de dejar como nuevos los materiales de pintura viejos, o a punto de ser desechados, son los miembros del personal y un grupo de jóvenes mayores de 18 años aislados de la sociedad o con alguna dificultad, pertenecientes a la escuela Manabi no mori Youth School.
Algunos vienen desde sus casas, pero también hay otros que vienen al lugar después de haber ayudado a las labores agrícolas de sus vecinos. Limpian los materiales mientras hablan en armonía. Nadie nota que algunos de ellos tienen autismo, o casi no salían de sus casas.
Una participante, Chihiro, nos comenta con alegría que normalmente le es muy difícil concentrarse en algo, pero que, cuando llega a Meguridō, solo piensa en sus labores y de pronto se encuentra disfrutando de la limpieza de los materiales. Al terminar, coloca unos cinceles ya limpios en su lugar asignado y toma un lápiz para continuar con su trabajo. Los materiales que han recobrado su brillo son entregados gratuitamente a instituciones de asistencia que llevan a cabo actividades creativas, a artistas jóvenes o al público en general.
Chihiro limpia 200 cinceles en una hora.
Los materiales se clasifican por tipos y se separan en cajas.
Un tesoro
El proyecto Meguridō fue fundado en 2022 por Okuyama Riko, curadora del Museo de Arte Mizunoki. Todo comenzó cuando recibió una enorme caja de cartón de manos del artista Oyatani Shigeru, que apoyaba otra institución de asistencia para personas con discapacidad en la ciudad de Kameoka, y de Murakami Kōki, director de la organización All Japan Trading (AJT), que se encarga de la recolección de objetos personales y organización de pertenencias de difuntos.
El interior de la caja estaba repleto de materiales: lápices, crayones pequeños, libretas usadas... Se los habían entregado a Okuyama porque querían consultarla sobre alguna forma para aprovecharlos. En ese momento ella sintió que le habían entregado un tesoro y aceptó de inmediato seguir recibiendo de forma periódica aquellos materiales de segunda mano.
Okuyama Riko, fundadora de Meguridō.
Había muchos juegos de lápices de colores usados.
Los colores que faltan puede buscarlos en las cajas de materiales clasificados.
Okuyama tenía desde antes interés en la recolección de objetos personales y la organización de pertenencias de difuntos. Cuando recibió aquellos materiales de segunda mano, pensó que podría ayudar a personas con discapacidad, o que apenas salían de casa, a independizarse en la sociedad a través de la clasificación y limpieza de estos objetos.
Al tratarse de cosas que estaban destinadas a la basura, no pasa nada si se destruyen, ni tampoco existe una cuota de trabajo que se deba cumplir. Okuyama pensó que era una labor en la que podrían participar fácilmente personas a las que se les hace difícil salir de casa o participar en actividades locales.
Mizunoki Café es el lugar de trabajo. En la cocina también se exhiben obras de arte y carteles de las exposiciones.
Chihiro crea un estupendo ambiente con su sonrisa.
Los materiales de pintura estimulan el deseo creativo y el corazón
Esta autora también participó en los trabajos limpiando una gran cantidad de lápices. Durante el proceso encontré algunos con forma de corazón, a los que era difícil sacarles punta, u otros con lemas únicos que causaban risa entre los participantes. De pronto estaban todos hablando de episodios de su infancia, sobre sus ídolos favoritos, los sentimientos hacia sus madres, o sueños que tenían para el futuro.
Tal como dice Okuyama, la realización de actividades de asistencia no tiene que limitarse a las instituciones de bienestar. Me di cuenta de que en este lugar de trabajo las personas pueden abrir su corazón experimentando el placer de trabajar, y se convierte en un espacio seguro para hablar de sus sentimientos y tener contacto con la sociedad.
Vista del Museo de Arte Mizunoki desde la cafetería Mizunoki Café.
Una de las nuevas actividades de Meguridō es dar apoyo a artistas jóvenes. El espacio de trabajo puede ser utilizado libremente por las personas relacionadas con el Museo de Arte Mizunoki y sus conocidos. Ha habido casos en los que los materiales reciclados les despiertan el deseo de crear o de arriesgarse a usar nuevos estilos.
Okuyama nos dice que también han recibido la visita de artistas que le dicen que gracias a los materiales que encontraron en Meguridō pudieron completar alguna obra. Los materiales que pertenecieron a alguien trascienden el tiempo y el espacio para llegar a unas nuevas manos creativas que fabricarán otras obras. Para Okuyama y los miembros de Meguridō presenciar este proceso les hace sentir aún más el valor de su trabajo.
Un artista quedó prendado de un juego de gises pastel e hizo por primera vez una obra con este material.
Meguridō se extiende
En la actualidad, Meguridō está ampliando su alcance más allá de su sede. También participa activamente en eventos o festivales de arte que hacen los Gobiernos locales, entre otros. En el edificio del ayuntamiento de Kameoka está Hirakareta Atelier, un comedor que también funciona como espacio libre de trabajo y tiene un rincón dedicado a Meguridō al que los habitantes locales pueden llevar los materiales de pintura libremente.
Allí también se pueden llevar periódicamente cosas que ya no se necesitan. Los materiales usados que traen los ciudadanos se limpian y se clasifican allí mismo. Se puede decir que se ha logrado un proceso de reciclaje local.
El espacio de Meguridō para el reciclaje de materiales de pintura en el sótano del ayuntamiento de la ciudad de Kameoka.
Quienes reciben los materiales dejan pegada una nota de agradecimiento en una figura de yeso.
Además, en 2023, el estudio PoMA (Peace of Mind Art), perteneciente a la institución de asistencia para personas con discapacidad Yasuragi no mori (distrito de Nerima, Tokio), empezó a funcionar como sucursal de Meguridō en la región de Kantō.
En noviembre del mismo año, cuando se invitó a Meguridō a participar en un evento en las calles de Kanda, en Tokio, también participaron en él miembros de PoMA. Además de ofrecer materiales de segunda mano, realizaron demostraciones al público de cómo limpian los materiales.
El evento experimental Nanda Kanda en las calles de Kanda, en Tokio. (Fotografía del Museo de Arte Mizunoki)
Para los miembros de Meguridō que no salen mucho de sus casas, fue un día extenuante. Okuyama nos dice que como algunos de ellos nunca se habían subido al tren bala, estaba ilusionada y nerviosa por igual. Pero los miembros aseguran que tras el viaje se sintieron más confiados y comenzaron a salir más a la calle. Algunos agregan con una sonrisa que, hasta entonces, habían evitado relacionarse con otros pero descubrieron que no era tan difícil, que incluso se les daba bien el servicio al cliente, y todos dijeron que les encantaría participar en la siguiente oportunidad.
Las cosas unen a las personas y las personas unen a las cosas. Meguridō, además, conecta muchas áreas como el arte, la ecología y la asistencia social. Se ha ampliado desde Kameoka, en Kioto, hasta Tokio. En el futuro es muy posible que lleguen a todo Japón, e incluso a otros lugares del mundo.
Materiales antes de ser limpiados. ¿A qué manos llegarán?
El letrero de Meguridō en la entrada de su sede.
(Artículo traducido al español del original en japonés. Fotografías de Kuroiwa Masakazu, 96BOX.)