Las 24 divisiones del año solar en Japón
‘Sōkō’: aparece la escarcha
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El sōkō (aparece la escarcha, en japonés) cae alrededor del 24 de octubre, según el calendario actual. En los lugares con mucha altitud, como en la región septentrional del archipiélago nipón y en las zonas montañosas, empiezan a producirse heladas. Además, las hojas de los árboles y las plantas cambian de color, lo que permite notar la presencia del otoño en cada rincón del país.
Kōyō: el enrojecimiento de las hojas
Yama yosoou (literalmente, el galano de la montaña) es el término japonés con el que se denomina la estampa que conforma el enrojecimiento de las hojas en la montaña con la llegada del otoño.
Por otra parte, se utiliza el vocablo kinshū (literalmente, brocado de otoño) para hacer referencia al aspecto de las hojas enrojecidas de los árboles y las plantas cuando adquieren un tono vívido cuyo brillo y belleza recuerdan al del brocado. Este brocado fruto de la naturaleza lo conforman árboles latifolios como el arce (kaede) y el arce japonés palmeado. El nombre japonés de este último, momiji, tiene su origen en la sustantivación del verbo momiizuru, que se utiliza para decir que las hojas de los árboles y las plantas se tornan rojas o amarillas. En cuanto a la etimología de kaede, esta vendría de un poema de la antología Man’yōshū en el cual se dice que la forma de las hojas se asemeja a las ancas de una rana, kaherude en japonés; así pues, kaede sería una deformación de la pronunciación de kaherude.
Aunque el momiji y el kaede difieren etimológicamente, ambos son árboles latifolios del género Acer que pertenecen a la familia de las sapindáceas. En el mundo de la jardinería se suele utilizar momiji para referirse a los árboles cuyas hojas tienen muchas muescas profundas, mientras que, con kaede, normalmente se hace referencia a las hojas que presentan escasas muescas de poca profundidad.
Si analizamos las etimologías de los nombres japoneses de los distintos tipos de arce, encontramos casos curiosos como el de irohamomiji y hauchiwakaede: el primero de ellos tiene que ver con la canción Irohanihoheto, que antaño se utilizaba para recitar las sílabas existentes en el idioma japonés; en este caso, se cree que se empleó para contar las muescas de un arce. El segundo, por su parte, se debería al parecido entre la forma de las hojas y el abanico de plumas de un tengu.
Conviene recordar que en japonés existe un término específico para hacer referencia a la contemplación de los colores del otoño: momijigari (literalmente, la caza del momiji). Al igual que el hanami o el tsukimi, se trata de un pasatiempo estacional imprescindible.
Kannazuki y kamiarizuki: el mes sin dioses y el mes con dioses
En el calendario antiguo octubre se llama kannazuki; es decir, el mes sin dioses. Esto se debe a que existe la creencia de que los dioses de todo el archipiélago nipón se congregan en Izumo. Así pues, octubre tiene otra denominación en dicha región de la prefectura de Shimane: kamiarizuki; o sea, el mes con dioses.
El Día del Caqui
En 2005 la Asociación Nacional para la Investigación de los Árboles Frutales decidió declarar el 26 de octubre como el Día del Caqui en honor al poeta Masaoka Shiki (1867-1902). En tal fecha de 1895 Masaoka, que se encontraba de viaje en Nara, compuso un poema en el que decía que había podido oír las campanas del templo Hōryū mientras degustaba un caqui.
La historia del caqui en Japón se remonta a tiempos antiguos: se cree que comenzó a cultivarse en el período Nara. Esta fruta contiene tal cantidad de vitamina C y betacaroteno que existe un refrán japonés según el cual no hace falta ir al médico en la época en la que se cosechan los caquis, dado que la gente no enferma si los consume. La vitamina C protege contra los resfriados, aumenta la inmunidad y resulta beneficiosa para el cutis. El betacaroteno, por su parte, previene la arterioesclerosis y el envejecimiento. Además, los taninos del caqui descomponen el alcohol, de ahí que sirvan como remedio contra la resaca.
El Festival de Otoño del santuario de Uwatsuhiko (Ehime)
El santuario de Uwatsuhiko acoge los días 28 y 29 de octubre las celebraciones en honor a la deidad protectora del dominio de Uwajima. Este festival dio comienzo en 1649, durante la época en la que Date Hidemune, primogénito de Masamune —que controlaba el dominio de Sendai—, se convirtió en el primer señor de Uwajima. La procesión del santuario portátil la encabeza un ushioni que marcha por la ciudad ahuyentando a los malos espíritus. Este buey ogro mide entre 5 y 6 metros de altura y está compuesto por una careta de ogro y una estructura cubierta por una sábana roja que representa el cuerpo de la criatura. Además del desfile, un grupo de jóvenes que llevan máscaras con forma de ciervo y van ataviados con una tela roja de cintura para arriba ejecuta, a modo de ofrenda, el yatsushikaodori, una danza de agradecimiento hacia los dioses.
Halloween
La víspera del Día de Todos los Santos se celebra Halloween, una fiesta para conmemorar la cosecha de otoño y ahuyentar así a los malos espíritus. Los europeos que emigraron a Estados Unidos introdujeron allí esta tradición, que a día de hoy se ha convertido en todo un acontecimiento propio de esta estación incluso en Japón. La costumbre de disfrazarse cada 31 de octubre tiene su origen en la creencia de que las almas de los antepasados visitan a los vivos y aparecen brujas y fantasmas, de ahí que hubiera que protegerse de los malos espíritus. La popularidad de Halloween es tal en Japón que desde la década de 2010 las calles del barrio tokiota de Shibuya se llenan de gente disfrazada la víspera del 1 de noviembre. De hecho, en los últimos años las redes sociales no han hecho sino darle un mayor empuje a esta celebración, de ahí que se organice un gran dispositivo policial, que incluye a la unidad antidisturbios, para garantizar la seguridad de los participantes.
La bellota
La bellota es el fruto de varios árboles pertenecientes a la familia de las fagáceas. La forma del cascabullo; esto es, la cúpula de la bellota, difiere en función del tipo de árbol. En el período Jōmon era un alimento básico de importancia y se cocinaba para eliminar su gusto astringente. Además, siempre se le ha sacado provecho como ración de emergencia en tiempos de hambruna. Por otra parte, su caldo se emplea también como colorante.
Inokomochi: el pastelito de harina de arroz glutinoso propio del Día del Jabalí
Es un dulce que se come el primer Día del Jabalí de noviembre (octubre en el calendario antiguo); la fecha varía en función del año y en 2023 cae justo en el primer día de noviembre. Desde el período Heian existe la costumbre de tomar estos pastelitos de harina de arroz glutinoso inspirados en las crías del jabalí, un animal cuyas hembras paren muchos jabatos, para rezar por la buena salud y una descendencia numerosa. Además, según la tradición, el jabalí es un emisario del dios que nos protege del fuego, de ahí que en el mundo de la ceremonia del té se emplee el inokomochi con motivo del robiraki (literalmente, la apertura del hogar). Esta práctica, que se lleva a cabo también en noviembre, consiste en cortar el tatami de la sala donde tiene lugar la ceremonia del té con el objetivo de abrir el pequeño hogar (irori o ro en japonés) que hay instalado debajo del suelo e introducir en él el carbón.
La castaña
La mayoría de las castañas que se venden en Japón son autóctonas. En el período de los Estados Guerreros los samuráis creían que las castañas secas molidas a las que les habían quitado la piel y el sabor amargo, llamadas kachiguri en japonés, estaban relacionadas con la buena suerte debido a que el “kachi” de “kachiguri” se pronuncia igual que la palabra “victoria”. Así pues, este fruto acabó convirtiéndose en un ingrediente típico de varios platos que se sirven en ocasiones especiales; por ejemplo, del puré de batata y castañas dulces propio de la cocina típica de Año Nuevo y del arroz cocido con castañas que se toma con motivo de la Ceremonia de los Crisantemos. Aunque la vitamina C es muy sensible al calor, la castaña contiene mucho almidón, una sustancia que frena la pérdida de esta vitamina aunque se caliente.
Elaborado bajo la supervisión de Inoue Shōei, profesora de sintoísmo. Inoue imparte clases en la Universidad Tōhoku Fukushi y confecciona calendarios, materia sobre la que también investiga. Además, se dedica a dar charlas y a escribir.
Imagen del encabezado: Hojas de arce con escarcha.
(Traducción al español del original en japonés)