Las 24 divisiones del año solar en Japón
‘Geshi’: el solsticio de verano
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En el hemisferio norte el 21 de junio de 2023 marca la llegada del solsticio de verano, cuando los días se vuelven más largos y las noches, más cortas. Cuando llega casi al sur, el Sol se encuentra en la posición más alta de todo el año y la sombra es la más corta de los 365 días. Ya queda poco para que empiece la época estival verdadera.
Antes de que amanezca, en el santuario de Futami Okitama (Ise, Mie) comienza el Festival del Solsticio de Verano, una celebración en la que los asistentes se purifican el cuerpo exponiéndose a los rayos del sol, que sale justo entre las meoto iwa (las rocas matrimonio) de la bahía de Ise.
La Noche de las Velas
La iniciativa de La Noche de las Velas del Millón de Personas se remonta al solsticio de verano de 2003 y tiene por objetivo incitar a la gente a apagar las luces desde las 20:00 hasta las 22:00 y disfrutar de una velada tranquila durante los solsticios de verano e invierno. Participan en ella numerosas empresas y agrupaciones, así como particulares.
Esta velada se celebra en el templo Zōjō (Shiba, Tokio): en el camino que conduce a él, desde las escaleras del pabellón principal, se colocan 1.690 velas de 17 colores, en alusión a los 17 objetivos y las 169 metas de desarrollo sostenible de Naciones Unidas. Incluso se apagan las luces de la torre de Tokio.
Hangeshō: una planta y el undécimo día tras el solsticio de verano
El período que transcurre aproximadamente desde el 2 de julio, el undécimo día tras el solsticio de verano, hasta el 7 de ese mismo mes, cuando se celebra Tanabata, se denomina hangeshō y cae en plena temporada de lluvias. Dada la creencia de que ocurren cosas malas durante esos cinco días, los agricultores le concedían suma importancia al hangeshō como fecha límite para haber terminado de plantar el arroz.
Hangeshō es, asimismo, el nombre que recibe en japonés una planta que florece en torno a estas fechas: la cola de lagarto asiático (Saururus chinensis). Las hojas de la parte superior se tornan blancas, como si alguien les hubiera aplicado ese color con algún utensilio de pintar, de ahí que los dos últimos ideogramas chinos que forman la palabra se puedan escribir de dos maneras, una de las cuales significa “maquillaje”. Cuando termina la temporada de las flores, la parte blanca se vuelve verde.
Las cerezas
Las cerezas, apodadas en Japón las piedras preciosas rojas, son una fruta de la familia de las rosáceas emparentada con las fresas y con los nísperos y los albaricoques japoneses. De temporada en junio y julio, se cree que en el archipiélago nipón se empezaron a cultivar en 1868, cuando un alemán plantó seis plantones en Hokkaidō. La prefectura de Yamagata presume de ser la que más cerezas produce de todo el país, con un 70 % del total. La variedad satōnishiki, una mejora de la especie llevada a cabo por Satō Eisuke, natural de Higashine (Yamagata), goza de fama por equilibrar de manera sobresaliente una gran cantidad de azúcar y el nivel de acidez.
El Día Conmemorativo de Okinawa
El 23 de junio es el Día Conmemorativo de Okinawa, una jornada en la que dicha prefectura japonesa honra la memoria de las 200.000 víctimas que dejó la batalla de Okinawa, ocurrida en las postrimerías de la guerra del Pacífico. El Parque Conmemorativo de la Paz acoge cada año una ceremonia dedicada a aquellos que perdieron la vida durante los enfrentamientos en territorio okinawense, acto que precisamente se celebra coincidiendo con el aniversario del final de la lucha organizada. Además, en esta zona verde de la ciudad de Itoman se ubica la Piedra Angular de la Paz, un monumento en el que aparecen grabados los nombres de todas las víctimas del conflicto, con independencia de su nacionalidad. El Día Conmemorativo de Okinawa, un día festivo en toda la prefectura, sirve para honrar a las víctimas y rezar por la paz.
Nagoshi no harae: el rito estival de purificación
A finales de junio y de diciembre de cada año se llevan a cabo los ritos sintoístas de purificación denominados Ōharae, cuyo objetivo es purgarse de los pecados y las impurezas que se hayan podido cometer involuntariamente. Los que se celebran durante el sexto mes, coincidiendo con el término de la primera mitad del año, reciben, a su vez, el nombre de Nagoshi no harae (literalmente, rito estival de purificación). En muchos santuarios sintoístas colocan un anillo de gran tamaño, llamado Chi no wa y elaborado con hojas de chamiza, entre otras plantas, con el objetivo de que los visitantes pasen por él antes de que comience el verano para así quitarse las impurezas y rezar por una buena salud.
El comienzo de la temporada de subida al monte Fuji
El 1 de julio es el día en que se abre al público la ruta Yoshida, el camino de ascenso al monte Fuji por la prefectura de Yamanashi. La apertura del acceso a este volcán sagrado tiene su origen en la antigua prohibición de acceder indiscriminadamente a las montañas santas, donde los japoneses rinden culto a los dioses desde tiempos inmemoriales. Así pues, solo se permitía la entrada con fines religiosos y durante un período determinado del verano. En la actualidad se puede ir hasta la cima del Fuji desde la quinta estación, accesible en coche. Los refugios de montaña y los puestos de socorro del monte también inician su actividad el 1 de julio.
Minazuki: un dulce tradicional para el sexto mes del calendario lunar
El sexto mes del calendario antiguo —de finales de junio a principios de agosto, según el almanaque actual— se denomina minazuki, que también da nombre a un dulce tradicional originario de Kioto. Este último se elabora colocando an (pasta de judías rojas dulce) sobre un pastelillo uirō blanco cortado en triángulos. Durante el período Heian (794-1185) en la Corte Imperial tenían la costumbre de combatir el calor del verano, una estación que se caracteriza por una temperatura y una humedad altas, comiendo el hielo que se guardaba en un nevero artificial de que disponían en palacio. Sin embargo, las clases populares, privadas de este producto, se refrescaban consumiendo minazuki, que guarda cierto parecido con el hielo. De hecho, en la antigua capital sigue existiendo la costumbre de tomar este dulce el 30 de junio.
Tokoroten: fideos de gelatina vegetal agar-agar
El tokoroten, elaborado a partir del alga tengusa (Gelidium amansii), es un alimento único de la gastronomía japonesa cuyo origen se remonta al período Heian. En primer lugar, se prepara la gelatina agar-agar (kanten) hirviendo el alga y dejándola cocer hasta que se disuelva. A continuación, se solidifica la gelatina enfriándola. Por último, se introduce en un utensilio, llamado tentsuki, para convertirla en unos fideos finos. El tokoroten es un plato ideal para los días calurosos, durante los cuales el apetito flaquea, debido a que estos fideos pasan fácilmente por la garganta y resultan refrescantes. Según la zona de Japón en la que se esté, se toman aliñados con una mezcla de vinagre, salsa de soja y mirin o azúcar, denominada sanbaizu, con vinagre y salsa de soja o con kuromitsu, un sirope elaborado con azúcar mascabado y agua.
El pez limón
Este pescado, emparentado con la seriola, llega a medir hasta 1,5 metros de largo. Tiene mucha grasa y un sabor fuerte, lo que lo hace ideal para el consumo en crudo. No obstante, también está delicioso si se marina y se coloca sobre una cama de arroz cocido, en salsa teriyaki, en carpacho o preparado como arani; esto es, con las espinas y la cabeza guisadas en salsa de soja, sake, mirin y azúcar.
Elaborado bajo la supervisión de Inoue Shōei, profesora de sintoísmo. Inoue imparte clases en la Universidad Tōhoku Fukushi y confecciona calendarios, materia sobre la que también investiga. Además, se dedica a dar charlas y a escribir.
Imagen del encabezado: Amanecer del solsticio de verano en las meoto iwa. (PIXTA)
(Traducción al español del original en japonés)