Las 24 divisiones del año solar en Japón
‘Bōshu’: las gramíneas muestran sus aristas y germinan
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El bōshu cae en torno al 6 de junio, según el calendario actual, y debe su nombre a que es la temporada de sembrar cereales como la cebada y el trigo, que tienen aristas (nogi, palabra que se escribe como el mismo carácter que el “bō” de bōshu). Estas aristas son unas protuberancias delgadas, largas y espinosas situadas en la punta de la semilla. Además, se comienza a plantar el arroz, aunque esta práctica varía en función de la región. Por otra parte, se acerca el comienzo de la temporada de lluvias.
Tsuyu: la temporada de lluvias
Tsuyu, el término que se utiliza para referirse a la temporada de lluvias que ocurre todos los años en Japón, se escribe con dos ideogramas: “albaricoquero japonés” y “lluvia”. Se cree que esto se debe a que la época de precipitaciones llega precisamente cuando el fruto de los albaricoqueros japoneses madura y toma color. Antiguamente se contaban 135 días desde el risshun para determinar el nyūbai (literalmente, el comienzo de la temporada de lluvias), que, según el calendario actual, cae alrededor del 11 de junio. A día de hoy el inicio de la temporada de lluvias, que anuncia la Agencia de Meteorología de Japón, es un dato orientativo marcado por las diferencias del clima y de las distintas regiones. No obstante, este anuncio sigue generando mucho interés entre la población, puesto que sirve de orientación para saber cuándo comprar, por ejemplo, productos antihumedad, que evitan la aparición de moho, y otros artículos relacionados con la lluvia, así como para organizar el cambio de armario. En esta época las tiendas de todo el país se llenan de paraguas, chubasqueros y otros enseres afines.
El albaricoque japonés
Los albaricoques japoneses, ya maduros, se venden en los supermercados y las verdulerías. Para hacer umeshu se utilizan los que aún están verdes, mientras que el umeboshi se prepara con los que ya han madurado, que son de color amarillo. Con estos últimos también se puede hacer mermelada si se hierven con azúcar.
El Día de la Hora
En las crónicas Nihon Shoki se explica que en el año 671, el último del reinado del Emperador Tenchi (626-671), se colocó un reloj de agua en el palacio de Ōtsu, en la provincia de Ōmi (en la actualidad, la ciudad de Ōtsu, perteneciente a la prefectura de Shiga), y se avisó de la hora por primera vez utilizando un tambor con una campana. Este episodio estaría detrás de la decisión de declarar el 10 de junio el Día de la Hora. Antiguamente los días se dividían en doce partes, según los doce animales del horóscopo chino, y se avisaba de la hora utilizando campanas o tambores. Como lo normal era comer dos veces al día y a la gente le entraba hambre a la octava hora —yatsudoki, entre las 13:00 y las 15:00 actuales—, solían tomar un tentempié. Esta costumbre dio origen al término oyatsu, que podría traducirse como “merienda” o “refrigerio”.
Las hortensias
Las hortensias, conocidas en todo el mundo, son unos arbustos de hoja caduca originarios de Japón. Sus flores son de las más representativas de la temporada de lluvias, puesto que justamente florecen durante dicha estación. Lo que parecen los pétalos es, en realidad, el cáliz transformado, por lo que la flor en sí es la parte pequeña y redonda que hay en el centro. Si la tierra es ácida, las flores saldrán azules, mientras que el color de estas será rosa si la tierra es alcalina. En Europa, donde se han dedicado activamente a mejorar las especies, las llaman rosas de Oriente. De hecho, durante el período Taishō (1912-1926) Japón llegó a importar y distribuir ampliamente hortensias procedentes de Europa.
El otaueshinji del Gran Santuario de Sumiyoshi
El 14 de junio el Gran Santuario de Sumiyoshi (Osaka) acoge una ceremonia, llamada otaueshinji, cuyo objetivo es rezar por una cosecha abundante. Durante el acto se comienza a plantar arroz con unos plantones bendecidos por los dioses. Además, ocho intérpretes femeninas de música y danzas sagradas (kagurame) ejecutan una danza llamada yaotomemai (literalmente, la danza de las ocho doncellas) y varios hombres se visten de samuráis con el casco y la armadura propios de estos guerreros. El de Sumiyoshi es uno de los tres grandes festivales dedicados a la deidad de los arrozales y ha sido declarado Patrimonio Cultural Intangible de Importancia.
La observación de las luciérnagas
La observación de las luciérnagas es una costumbre típica del verano nipón; concretamente, de mediados de junio. El espectáculo de estas luces de ensueño tiene lugar en las noches en las que hay mucha humedad, más o menos una hora después de que caiga el sol: los machos, iluminados, ejecutan una danza de cortejo; las hembras, entretanto, emiten una luz irregular y los esperan en la maleza.
El pueblo japonés se lleva relacionando con estos insectos desde tiempos antiguos, tal y como aparece documentado en las crónicas Nihon Shoki, escritas en el año 720. Existen unas 50 especies de luciérnagas en el archipiélago nipón; sin embargo, solo los ejemplares adultos de unas pocas emiten luz: genjibotaru (Luciola cruciata), heikebotaru (Luciola lateralis) y himebotaru (Luciola parvula) son algunas de ellas. Viven en los ríos de corriente lenta y aguas limpias, la maleza alrededor de estos y los arrozales, pero cada vez hay menos sitios donde poder verlas debido a los cambios en el medioambiente. Así pues, se están llevando a cabo actividades en pos de su conservación en distintos lugares del país.
El Día del Padre
Es el tercer domingo de junio y se suelen enviar rosas. La costumbre de celebrar el Día del Padre llegó a Japón desde Estados Unidos, donde una mujer criada por un padre soltero propuso que se les mostrara agradecimiento a los progenitores varones del mismo modo que se hacía con las mujeres el Día de la Madre.
El Día de los Dulces Tradicionales
La Asociación Japonesa de los Dulces Tradicionales (wagashi en japonés) declaró el 16 de junio el Día de los Dulces Tradicionales a raíz de un suceso acontecido en esa fecha del año 848: el Emperador Ninmyō, que les había pedido a los dioses que le permitieran gozar de buena salud, les hizo una ofrenda de dulces y mochi y decidió cambiar el nombre de su era por el de Kashō, que podría traducirse como buen presagio. Durante el período Edo tanto la Corte Imperial como el Gobierno de los Tokugawa les concedían importancia a las ceremonias para rezar por una buena salud, llamadas precisamente kashō no iwai; sin embargo, estas celebraciones se perdieron con la llegada de la era Meiji. No obstante, en 1979 la Asociación de los Dulces Tradicionales decidió rescatar la costumbre y transformarla en una jornada dedicada a los wagashi.
El rakkyō (Allium chinense), un gran acompañante del arroz con curri
Es la temporada de esta cebolleta de origen chino. En Japón suele servirse encurtida como acompañante del arroz con curri. Se cree que el rakkyō empezó a prepararse encurtido en azúcar y vinagre cuando al país no habían llegado aún los encurtidos foráneos.
El calamar volador japonés
Está de temporada de mayo a septiembre. Aunque se captura en aguas de todo el país, las prefecturas de Hokkaidō y Aomori gozan de fama por la pesca de este molusco cefalópodo. Es un plato apreciado en todas sus vertientes: crudo y cortado en unas tiras finas parecidas a los fideos sōmen, relleno de arroz glutinoso y guisado con soja y azúcar, en anillas fritas, en guisos… Además, gusta muchísimo en tiras secas para picar mientras se disfruta de alguna bebida alcohólica.
La lubina
Está de temporada de junio a agosto y es uno de los pescados blancos más típicos del verano nipón. Su nombre en japonés, suzuki, viene de un cambio fonético en el verbo susugu, que significa “enjuagar” o “aclarar”, y haría referencia al hecho de que su carne es tan blanca que parece que la hayan enjuagado. El arai de lubina es un plato refrescante que se prepara enfriando rápidamente en agua helada unas lonchas finas y crudas con el objetivo de que encojan y queden más consistentes. Si se prepara frita, queda con una textura blanda.
Elaborado bajo la supervisión de Inoue Shōei, profesora de sintoísmo. Inoue imparte clases en la Universidad Tōhoku Fukushi y confecciona calendarios, materia sobre la que también investiga. Además, se dedica a dar charlas y a escribir.
Imagen del encabezado: Arrozales con el monte Fuji al fondo en la prefectura de Shizuoka. (© Pixta)
(Traducción al español del original en japonés)