Las 24 divisiones del año solar en Japón
‘Keichitsu’: el despertar de los insectos
Cultura Naturaleza- English
- 日本語
- 简体字
- 繁體字
- Français
- Español
- العربية
- Русский
El despertar de los insectos o keichitsu cae en torno al 6 de marzo, según el calendario actual. Durante este período los insectos y otros animales que estaban hibernando bajo tierra salen a la superficie seducidos por el buen tiempo. Esta es también la época en la que florecen los melocotoneros y las orugas eclosionan y se convierten en mariposas. Además, cada vez que llueve se notan indicios de que la primavera está a punto de llegar. Al ser este un tiempo marcado por los despertares, se considera favorable para marcarse objetivos y emprender algo.
Las flores del melocotonero
Las flores del melocotonero, originarias de China y asociadas con la buena suerte, suelen florecer desde finales de marzo, cuando termina el período de floración de los albaricoqueros japoneses, hasta principios de abril. En Japón se han encontrado endocarpios de melocotón en ruinas que datan del período Yayoi. En el período Heian las flores del melocotonero se empezaron a usar como adorno del Día de las Niñas o Festival de las Muñecas (Hina Matsuri). Luego, con la llegada del período Edo (1603-1868), cambió la concepción que se tenía sobre ellas y se las empezó a considerar como flores dignas de contemplación. Las hay rojas, rosas, blancas, multicolor…, así como una gran variedad de especies de melocotonero, como los llorones. En definitiva, estos árboles y sus flores son todo un deleite para la vista.
Según el Kojiki (712), el libro más antiguo sobre la historia de Japón, cuando el dios Izanagi no Mikoto huyó del inframundo, ahuyentó a los demonios lanzándoles tres melocotones, lo que originó que a esta fruta se la conozca también como la fruta exorcizadora. Por eso mismo las flores del melocotonero forman parte de la decoración de Hina Matsuri, celebración en la que se reza por que las niñas crezcan sanas.
Expresiones primaverales: la montaña “se ríe”
El poeta chino Guo Xi (1023-1085) acuñó la expresión yamawarau (literalmente, la montaña se ríe) para referirse metafóricamente a cómo lucen el campo y la montaña en primavera, con los melocotoneros y los cerezos yamazakura (Cerasus jamasakura) en flor y un follaje lozano. Esta expresión se emplea en los haikus y en la ceremonia del té.
Las violetas
Japón alberga más de un centenar de especies de violetas, una flor sobre la que se llevan componiendo poemas desde la antigüedad. Una de las más representativas es la tachitsubosumire (Viola grypoceras), que se puede ver desde Hokkaidō hasta Okinawa.
Como muestra de la presencia de las violetas en la poesía japonesa, esta composición de Matsuo Bashō:
山路来て何やらゆかし菫草
yamaji kite
nani-yara… yukashi
sumiregusa
Viniendo por el camino de la montaña,
qué será… Tan hermoso…
Unas violetas.
Ki no medoki: la época de germinación
A este período se lo conoce como la época de germinación, ki no medoki en japonés, debido a que es cuando comienzan a germinar las plantas. A los problemas de salud causados por los marcados cambios de temperatura se suma la alergia al polen, que alcanza su pico en estas fechas, al esparcirse los pólenes del cedro y el ciprés japoneses. Por este motivo, se recomienda consumir tomate, que contiene licopeno —beneficioso para paliar los efectos de la alergia al polen—, y albahaca japonesa (shiso, hoja de perilla), que es antialérgica, sudorífica y antiestrés. Además, se aconseja poner unas gotas de aceite esencial de árbol del té de hoja estrecha o de eucalipto, ambos con propiedades antibacterianas, en la mascarilla.
Por otra parte, en lo que respecta a la gastronomía, es la época de germinación de los brotes de la pimienta japonesa (sanshō), que se utiliza molida para hacer una salsa densa con la que aliñar brotes jóvenes de bambú recolectados prematuramente, entre otros ingredientes. Este condimento, representativo de la cocina nipona, es indispensable para sazonar la anguila en salsa kabayaki asada a la parrilla. En este caso, se utiliza en polvo. De hecho, en Japón existe un dicho similar al clásico “pequeño pero matón” —una persona que, a pesar de ser de complexión pequeña, tiene un talento o un ánimo sobresaliente—: “La pimienta japonesa pica aunque venga en granitos”.
El Festival de Kasuga (Nara)
El Festival de Kasuga, que tiene lugar cada 13 de marzo en el Gran Santuario de Kasuga, llevaría celebrándose desde el año 849; esto es, desde el período Heian (794-1185). El emperador, cuya familia acude a orar a este santuario, lo controla directamente. Además, envía a uno de sus emisarios para que lo represente durante el festival y rece por la paz de la nación y la prosperidad de su pueblo.
El White Day (Día Blanco)
Los hombres que recibieron bombones u otros obsequios de alguna mujer el Día de San Valentín devuelven el gesto un mes después, una tradición singular de Japón denominada White Day (Día Blanco). Cuentan que esta celebración del 14 de marzo tiene su origen en una campaña del sector confitero nipón para fomentar que los varones les regalaran dulces a las féminas.
Las verduras de primavera
En esta época las estanterías de los supermercados japoneses se llenan de verduras frescas, como el repollo y el guisante, etiquetadas como “de primavera”. La cebolla de temporada, propia del inicio de la primavera, destaca por su sabor dulce y queda deliciosa en sopas y ensaladas. Además, favorece la circulación sanguínea, un motivo de peso para no dejar escapar la oportunidad de comerla mientras esté disponible.
Sawara: carite oriental
El carite oriental es un pescado de primavera. De hecho, el ideograma con el que se escribe su nombre en japonés, sawara, está compuesto por los caracteres de “pescado” y de “primavera”. En Japón se lo asocia con la buena suerte, motivo por el cual se consume en ocasiones especiales. Normalmente se come crudo, asado, guisado o en sopa clara (suimono). Su contenido en ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), que previenen la formación de coágulos en la sangre, lo convierte en un alimento saludable.
Sansai: verduras silvestres
En esta época se pueden conseguir verduras silvestres como el udo (Aralia cordata), el helecho zenmai (Osmunda japonica) y el helecho águila o warabi (Pteridium aquilinum). El amargor de las verduras silvestres forma parte de los sabores propios de la cocina primaveral. Así pues, se recomienda consumirlas en tempura o maceradas en caldo dashi con salsa de soja y mirin tras haberlas hervido en agua y haberlas escurrido bien. Según la medicina china, son beneficiosas para el corazón y mejoran la circulación sanguínea.
Elaborado bajo la supervisión de Inoue Shōei, profesora de sintoísmo. Inoue imparte clases en la Universidad Tōhoku Fukushi y confecciona calendarios, materia sobre la que también investiga. Además, se dedica a dar charlas y a escribir.
Imagen del encabezado: una rana que ha aparecido en un huerto. (© PIXTA)
(Traducción al español del original en japonés)